En el verano de 1939, cuando ya era evidente que el estallido de la Segunda Guerra Mundial era cuestión de semanas, el Ministerio de Información británico se embarcó en un proyecto para diseñar una serie de tres pósteres, destinados a levantar la moral de la población en el caso de un ataque aéreo masivo sobre las ciudades británicas, ataque que, ateniéndose a las enseñanzas de la Gran Guerra, seguramente incluiría el uso de proyectiles de gas.
Uno de los tres carteles que se diseñó fue el famoso “Keep calm and carry on” (“Mantenga la calma y siga adelante”); letras blancas mayúsculas bajo la corona de los Tudor sobre fondo rojo. La idea era emplearlo al día siguiente de ese gran ataque aéreo que se esperaba y que además, según los estrategas militares de aquellos días anteriores al conflicto, seguramente se produciría a las pocas horas de entrar el Reino Unido en guerra. Así, el 23 de agosto de 1939, el mismo día en el que Ribbentrop y Molotov firmaban el pacto por el que secretamente Alemania y la URSS se repartían Europa, se iniciaba la impresión de los carteles, que el 3 de septiembre, coincidiendo con la entrada de Gran Bretaña en la guerra, había alcanzado los dos millones y medio de ejemplares.
Los carteles finalmente no llegaron a usarse más que en unas pocas decenas de unidades, y el papel empleado acabó siendo reciclado dentro del programa de Salvamento de Papel encaminado a ayudar en el esfuerzo bélico. Curiosamente, mientras la campaña había sido ideada como una manera de levantar la moral de la población, según pasaban los días y los alemanes no asomaban la nariz por la costa norte del Canal de la Mancha, empezó a recibir críticas por su coste y también por considerarse que el efecto que podía provocar su lectura podía ser el contrario al que se pensaba.
Los carteles que se salvaron de la destrucción durmieron el sueño de los justos, rodeados de polillas hasta que en el año 2000 fueron encontrados entre libros viejos y se han convertido en los últimos años en una imagen icónica, que se usa para casi todas las ocasiones.
Viene toda esta introducción a cuento de la euforia que se está disparando alrededor de la sección de baloncesto en estos primeros compases de la temporada. La confección de la plantilla, realmente interesante, y los primeros partidos disputados, con victoria incluida frente a los Thunder, han disparado las expectativas y ha reaparecido ese viejo y nocivo debate sobre qué papel haría el Real Madrid en la NBA.
El Real Madrid ha construido una muy buena plantilla para esta temporada, seguramente la mejor en 20 años. Ante los problemas que se plantearon con la marcha de Sergio Rodríguez y la negativa inicial de Gustavo Ayón a renovar, se reaccionó rápido y bien, trayendo de vuelta a Dontaye Draper para el puesto de base y fichando para el de pívot a Anthony Randolph; fichaje que forzó además la marcha atrás de Ayón en sus pretensiones, con lo que se retuvo también al mexicano.
Todo esto, unido a la renovación de los jugadores que acababan contrato, el fichaje de Othello Hunter, el perro de presa que buscaba Laso tras la salida de Slaughter, y la llegada de Álex Suárez como tercer alero completan una excelente plantilla, preparada para competir por todos los títulos.
En lo poco que hemos visto hasta ahora, parece que el Madrid mantiene intacto el hambre. Sergio Llull, alcanzada la madurez como jugador hace dos o tres temporadas, sigue demostrando que es un jugador prácticamente indefendible en Europa. De Luka Doncic estamos viendo que su progresión sigue a buen ritmo y va camino de convertirse en una estrella en muy poco tiempo. Ellos dos, junto a Draper, se han encargado de que no se eche en absoluto de menos a Sergio Rodríguez, tarea complicada por cuanto el tinerfeño era tal vez la cara más visible del equipo de Laso.
Con el cambio del Chacho por Doncic viene el principal cambio en los esquemas de juego, pues el primero es un jugador que amasa mucha más bola y busca un único pase decisivo en cada jugada, mientras que el segundo gusta de botar menos y hacer circular más el balón. Podemos perder la espectacularidad del pase del Chacho, pero ganamos en movimiento de balón y, sobre todo, en todo lo que aporta Doncic en defensa y en las tres posiciones exteriores de juego.
Othello Hunter se ha adaptado muy bien al equipo, ocupando como decíamos ese hueco dejado por Slaughter. Siendo muy buen defensor, Hunter es también mejor atacante que era Marcus, y por tanto se ha mejorado en su posición. De Álex Suárez no creo que podamos hablar demasiado este año, puesto que seguramente sea el último jugador de la rotación de Laso. Alero joven y con mucho futuro, está todavía algo verde y debe tomar este año como aprendizaje. Son esos fichajes peligrosos, puesto que la falta de minutos puede torcer su carrera, como en tantas ocasiones ha ocurrido.
Randolph se encuentra en período de adaptación a los sistemas de Laso. Es un jugador bastante parecido a Thompkins; más fuerte físicamente y a cambio menos fino en sus movimientos. Muy buen pasador y algo peor tirador que Trey; el equilibrio en el uso de ambos es una de las tareas más complicadas a las que se enfrenta Laso.
Este año la temporada es más larga. La Euroliga cambia de formato y se convierte en una competición con el mismo formato que la Liga Endesa: una liga de todos contra todos, seguida de una eliminatoria de cuartos de final y la Final Four. Esto aumenta la carga de partidos, que se acerca a los números de la NBA. El reparto de minutos será decisivo para llegar a mayo en buenas condiciones para disputar los títulos.
Mientras la Euroliga crece, la Liga Endesa decrece. Los problemas económicos, el canon, que ha sido declarado ilegal pero que la ACB no elimina, la inoperancia de la FEB, que estrena presidente en la figura de Jorge Garbajosa y cuyas primeras decisiones nos lo han presentado como el Miniyó de José Luis Sáez; todos juntos no hacen sino aumentar el caos de la competición nacional. Así, tras rechazar el ascenso de Palencia y Melilla, que se habían ganado la plaza, y el ascenso “en diferido” del Ourense, que se la había ganado la temporada anterior, la ACB se encontró con que el Guipuzkoa Basket renunciaba a salir en la Liga Endesa al no poder asumir los costes de la competición. Ni corta ni perezosa, la ACB decidió entonces ofrecer la plaza ¡a Melilla y Palencia! a los que poco antes había dado un portazo, para recibir como respuesta un merecido “No es no” de esos que ahora están de moda. Por tanto, la plaza del Guipuzkoa ha sido ocupada por el Club Baloncesto Descansa y la liga ha quedado reducida a 17 equipos. Una chapuza más en la larga lista de la ACB. Y no será la última.
Dejando a un lado esta digresión y volviendo al momento de forma del Madrid, que ha hecho lanzar las campanas al vuelo, hay que conservar la calma, puesto que la temporada es muy larga y pueden suceder muchas cosas. La victoria contra los Thunder, metiendo 142 puntos, remontando una diferencia de 20 y con Llull anotando en cada final de cuarto, fue muy bonita. El partido fue bastante aburrido hasta que los jugadores del Madrid decidieron que el entrenamiento con público ya había durado demasiado y la segunda parte se fue poniendo paulatinamente interesante, hasta terminar con el triple de Llull sobre la bocina que mandaba el partido a la prórroga.
Sin embargo, hay que poner las cosas en perspectiva y valorar, primero, que los Thunder jugaban su primer partido de la pretemporada, que su pívot titular se lesionó en el primer cuarto y que su gran estrella, Russell Westbrook, jugó muy poco. Por otra parte, no es tan extraño que en pretemporada un equipo europeo pueda plantar caro a uno americano, puesto que las distancias entre ambos baloncesto no son las de los años 80 del siglo pasado.
Así, el baloncesto estadounidense ha ido cada vez más hacia un modelo de juego en el que prima la jugada espectacular y en el que se da mucha importancia al físico; juego y jugadores han evolucionado hacia un estilo muy egoísta en el que los equipos se hacen con una o varias superestrellas que acaparan el juego y se les rodea de una serie de peones siempre con una tarea secundaria. El baloncesto europeo, por el contrario, mientras ha mejorado la condición física de sus jugadores, se mantiene en esa línea en la que el entrenador sigue dictando el juego y se busca también una aportación colectiva. Por eso cada vez hay más jugadores europeos en la NBA, porque aportan esa dosis de juego colectivo que termina por armar los equipos. Salvo un puñado de honrosas excepciones, y los Thunder no son una de ellas, el juego colectivo y la estrategia se dejan bastante de lado en la NBA y así, a un partido, un equipo europeo puede plantar cara e incluso ganar en estas fechas del año.
Por eso, mientras los Thunder repetían una y otra vez la misma jugada, abusando del pick and roll y de los aclarados, Laso, sin ser un estratega demasiado brillante, acabó pareciendo Alejandro Magno en Gaugamel, supliendo la diferencia de intensidad física por una mayor variedad de juego que acabó metiendo al Madrid en el partido. Ojo, que esto también es aplicable al partido que jugó el Barcelona y que a punto estuvo también de ganar, con sus dos bases lesionados. Es decir: conviene mantener los pies en el suelo tras estos partidos puesto que los equipos europeos a día de hoy no se salvarían de todas formas de ocupar las últimas plazas en las conferencias de la NBA.
Nuestra guerra es otra. Es la Euroliga, para la que se ha construido esta plantilla y en la que la pelea va a ser muy dura, puesto que otros equipos tienen plantillas tan buenas como la del Madrid. La competición se presenta apasionante y el nuevo formato de todos contra todos permitirá ver en el Palacio a todos los grandes de Europa. El objetivo es estar el 21 de mayo en Estambul para disputar la final de la competición.
Esa es nuestra guerra. Mientras tanto, mantengan la calma y sigan adelante.
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Buenos días D. Pablo y excelente artículo, que le echábamos de menos, menudas vacaciones ha cogido
usted, coincido con su afirmación de que tenemos el mejor equipo de los últimos 20 años, que yo
extendería a toda la historia de la sección, ( ojo mejor equipo, no mejor 5 titular), sirva este
comentario para quejarme de: 1) miserable el horario de ayer del Vabas- Madrid que coicidió
con el partido de futbol de la selección, clasificatorio para el mundial de Rusia.
2) miserable el comportamiento de D. David Carnicero y de Loncar, los comentaristas de Moviestar
para el baloncesto, en la segunda parte del encuentro sólo les falto ponerse a llorar por la
exhibición del Madrid, de Carnicero se entiende es seguidor, accionista y abonado del Estudiantes
pero de Loncar no, que ha sido jugador nuestro y que yo sepa no se le debe dinero, además( el dato
no lo tengo confirmado) juega o ha jugado con nuestro equipo de veteranos
3) MISERABLE el arbitraje de ayer sobre todo en la primera parte, cada vez que nos íbamos de
8-10 puntos, los sicarios de D. Francisco Monjas( presidente del comité técnico de árbitros y acreditado
barcelonista) nos pitaban falta en ataque, pasos, dobles etc... las veces que fueran necesarias hasta
que el Vabas remontaba. En la segunda parte viendo que su concierto de pito anti madridista no servía
de nada se relajaron
4)Miserable la repercusión mediática, con el mejor equipo de la historia, vamos camino de ser una
sección clandestina, sin repercusión deportiva, informativa, publicitaria etc... Una pena
Saludos blancos, castellanos y comuneros
Hola Comunero.
¡Muchas gracias! La comunicación de la ACB es lamentable. Ya no es sólo que el baloncesto vaya en exclusiva por Movistar, es que lo de hacerlo coincidir con el Italia-Chile solo se le ocurre a Francisco Roca.
Loncar es exjugador pero también es el yerno de Radomir Antic. Se entiende, ¿no?
Lo del arbitraje ACB ya se sabe. La nueva norma de castigar las faltas que cortan contraataques favorece al Madrid. Mi apuesta es que se va a aplicar muy poquito.
Por cierto, el partido de ayer fue de los más cómodos que ha jugado el Madrid en Valencia desde hace mucho tiempo. Vamos a ver qué tal arranca la Euroliga.
¡Saludos!
Buenos días D. Pablo y bienvenido otra vez, gracias por contestar a mi comentario y sobre
todo por el interesante dato ( que desconocía). del parentesco entre nuestro ex jugador y
comentarista sobre baloncesto en Moviestar , Loncar, y el Chetnik serbio Radomic Antic.
Saludos blancos, castellanos y comuneros
El juego interior es descomunal (físico, talento, experiencia...) pero en la posición de base no veo tan redonda la plantilla: ojalá me equivoque.