Al descanso vi a Lucas Quinto salir al campo con su peto para saludar a los compañeros que enfilaban el vestuario. Eso es tan especial como que Casemiro marque un gol siendo el jugador más adelantado del Madrid después de cuarenta y tantos toques. Pero lo de los cuarenta y tantos toques es lo de menos. A mí eso me da igual. Casi no me gusta. Lo de los toques es algo barcelonista, de barcelonismo de otros tiempos, claro, cuando lo de la posesión y tal. El contragolpe es más elegante, el contragolpe mola más, tiene más peso, sobre todo con esos corredores. Pero en la universalidad del juego del Madrid hay tanto que uno tiene hasta miedo. La sensación de que siempre está a punto de pasar algo, algo terrible como en un cuento de Faulkner, como un gol de Casemiro como jugador más adelantado.
Yo iba a hablar de los correres del Madrid por aquello de que ya antes de la media hora salía de Riazor una neblina invisible como de sentencia hasta que llegaron las polémicas. Y con ellas el alipori. Schar le da un cabezazo alevoso a Ramos y Ramos saca una mano y el tal Schar hace un Suárez y el Depor al completo un Barsa. Luego que si así gana el Madrid, corean los coruñeses. Qué cansina es la cantinela. Y qué mala la envidia. Y qué triste es la escuela interpretativa barcelonavski, como de cine mudo. Un drama ridículo en estos tiempos, la tragicomedia, pero aún en boga, tan cansino como las típicas cantinelas. Pero bueno, hablemos de los correres del Madrid. Correres estéticos, preciosos. Usted puede poner a correr a cualquier jugador del Madrid y disfrutar de su simple movimiento. Ponga a correr usted a Busquets, por ejemplo: eso es como poner a correr a Rocinante.
¿Y a Iniesta? Iniesta corriendo parece un pilluelo dieciochesco, una suerte de lazarillo que se ha llevado la bolsa con los doblones. Necesita una carreta, un callejón, una muchedumbre, cualquier escondrijo para escabullirse. O Piqué. Piqué es jirafesco, incluso por la torpeza. La sensación de verle avanzar por la sabana a lo loco con el cuello muy erguido. Incluso Messi. El correr de Messi es un mohín un poco informático. Para empezar Messi sólo anda. Salvo cuando acelera, como si le dieran al enter muchas veces seguidas, cuando empieza a mover esas piernecitas fuertes y cortas como si fuera a batir un huevo. Hace el mismo sonido. El choque nervioso del aluminio con la loza. Chiquichiquichiqui. Y luego todo ahi como blandurrio, viscoso. Na.
Poner a Busquets a correr es como poner a correr a Rocinante
Un correr como Dios manda es el de Benzema. Corre Karim como un robot, moviendo las piernas muy rectas, sin levantar demasiado las rodillas. El tronco ligeramente inclinado hacia adelante. Es un correr un poco Terminator, maquinal, del que nadie esperaría como que se dislocara un tobillo en cualquier momento para hacer un trincherazo. Parece que va impecablemente vestido del Madrid, pero en realidad va en bata. Y rosa y de mujer, como la del de Jóvenes Prodigiosos. Yo le veo al correr el vuelo de los faldones, y por debajo no lleva nada. No puede llevar nada con esas cosas que hace. Karim pinta, escribe. Se rasca. En bata, naturalmente, pero con la pinta de un atleta, diría Pep. A mí me encanta esa indolencia, que es la misma que no entiende el aficionado, que le crispa mientras Karim se mesa la entrepierna. Cómo corren los del Madrid. Qué bonito. Isco. Isco corre como si navegara. Bamboléandose de lado a lado sobre las aguas mientras a su alrededor saltan los delfines a ritmo del Cojo de las Marianas y sus tarantas. Nacho ayer nos enseñó la punta. La de la velocidad con esa piel de caballo brillante, nervudo. Y el correr de Lukita. Modric avanza como un soldado por las trincheras de la Gran Guerra, salvando socavones, proyectiles, bayonetas. Entre el barro y la desolación en sepia le pone una nota de color de cómic, de Asterix con su botellita de poción en el cinto.
Un correr hermoso es el de Bale. Quién hubiera sido Bartra para verle de cerca alejarse mientras se oyen los cascos sobre el albero. Yo le envidio a Marc. Bale emana una especie de soledad que es mucho más que idiomática. Es británica. Bale resopla cuando va a correr. Yergue el cuello y saca la mandíbula. Relincha mientras se sujeta y luego vuela con una estética antigua, un correr de los cincuenta o de los sesenta. Un correr Gentil, que es como corría Don Paco Gento. Un prodigio. Al aire ese penacho. Yo creo que el correr del Madrid deslumbra a sus rivales. Se quedan embelesados viéndoles correr. Lucas Quinto y la metralleta. Tatatata. Marcelo que amaga como un púgil. Finta. Se agacha. Baila samba. Manda. Resuenan los cascabeles de sus rizos. Retumban los pasos de Asensio, cuyo tren inferior es de hierro forjado aunque lo mueva como si fuera de poliubretano. Carvajal es ligero, con alitas en los pies, como Hermes. Cómo corren los del Madrid. Y aún no hemos visto bien a Theo. Ese es todo un correr, como sí hemos visto a Kova, que tiene botón de pause y de FFWD. Uno tiene que pararse a verlo y eso es lo que pasa. Todos se paran. Se paran a hacerles fotos con la boca abierta y no se dan cuenta. No pueden. Y luego ya es tarde. Luego ya ha ganado el Madrid.
Así corre mi madrid. Lo has clavado. No te ha faltado/sobrado NADA. Seguid así, Talento Madridismo...... y nada más, y nada más.
"Karim se mesa la entrepierna". Esperemos que no, porque entonces sí que se quedaría sin nada de nada debajo de la bata.
Por lo demás, muy buen artículo
Magnífica prosa, D. Mario. Casi, casi, en alejandrinos. Me quito el sombrero.
Waooo y mil veces Waooo !!! Usted va para premio. Ayer solo podía pensar en como carajo no le quitaban el balón dentro del área, y eso que estaba driblando casi en cámara lenta. Como en plan Juanma Rguez, cuando el defensa piensa que el balón va por aquí... jajajjajajjajajjaaa nada, que grande El Gato !!! Saludos del tamaño del mar !!!
Ps: Imaginen que le dé por convertir el 50%, solo el 50% no voy a pedir tanto, de las oportunidades de gol que como 9, supuesto 9, le llegan por partido. Solo imaginen, ok.
Otra obra de arte este artículo. Otra más. Saludos.
Inmejorable !!!
Impagable la descripción de los correres de Iniesta. ¡Por favor, qué precisión!