Karim, futuro entrenador
Ayer fue noticia Karim Benzema en uno de esos chats de preguntas y respuestas que últimamente frecuenta y en el que, a la cuestión de si le gustaría entrenar algún día al Real Madrid, contestó, para sorpresa de muchos, afirmativamente.
La confesión chocó, quizás, por esa inercia a no asociar el perfil de entrenador al de un jugador de ataque. Acostumbran a triunfar en los banquillos futbolistas que desarrollaron su carrera en el centro del campo, o cuando menos como centrales o porteros, ya que estas demarcaciones disponen de una visión panorámica del juego más amplia que la de esos especialistas – extremos y laterales - que la tienen limitada por una banda o – en el caso de los delanteros centros -por un área en donde la atención gravita en dirección a la portería.
Johan Cruyff apuntaba en este sentido: «Creo que los mejores entrenadores del mundo son centrocampistas porque su posición durante sus trayectorias como futbolistas les obligó a pensar y organizar el juego, no en torno exclusivamente a ellos sino en torno al grupo.”
Zidane, Guardiola, Ancelotti, Fabio Capello, Del Bosque, Allegri, Simeone, Deschamps, Schuster, Frank Rijkaard, Van Gaal, son de esta estirpe de jugadores de los que se esperaba que alumbraran un entrenador casi antes de que lo confesaran. Xavi y Xabi Alonso son otros buenos ejemplos recientes.
Pero si uno lo piensa detenidamente se percata de que Karim aun no siendo mediocampista tampoco es propiamente un delantero, sino más bien y precisamente, un jugador tendente a influir en la creación, como esa araña que teje la red del juego, en forma de descargas, arrastres, paredes, asociaciones y asistencias. Un futbolista que encaja como pocos en la explicación que dio el flaco.
No es raro ver a Karim, debatiendo en la banda con Zidane sobre aspectos tácticos o incluso explicando a sus compañeros, mediante indicaciones gestuales, cómo proceder sobre el terreno. Benzema, parece, por tanto, un jugador interesado en los entresijos del juego, pero también se ha descubierto, estos dos últimos años, como un tipo de gran personalidad, capaz de coger el liderazgo del equipo con más presión del mundo sin apenas inmutarse. Otra de las facetas que ha exteriorizado durante este periodo ha sido una vocación natural por apadrinar a los más jóvenes, siempre pendiente de ellos, aconsejándolos y arropándolos. En principio, sí parecen, en su globalidad, cualidades que pudieran derivar en un buen entrenador.
Si hiciésemos un pronóstico sobre qué jugadores de la actual plantilla tienen más números para terminar dirigiendo a un equipo e, incluso, al propio Real Madrid, es posible que la norma de Cruyff se cumpliese desechando de un plumazo a todos los que ocupan los laterales, los extremos y el área. Ni uno da el perfil.
En cambio, en el medio campo sí podemos adivinar la esencia de un futuro técnico en Casemiro, Kroos e incluso en Modric. Puede que por su personalidad, esa mezcla de bravura y templanza, de forma destacada en el caso del brasileño. Y en la parte de atrás también contemplo trazas de estratega en Varane, así como en el único que sí que había confesado – antes de que lo hiciera Karim - su deseo de iniciar esa vía cuando termine su carrera como jugador: Sergio Ramos.
No obstante, Benzema es el que, a mi juicio, a priori, dispone de más condiciones por delante del carismático Carlos Henrique. Pero quien sabe, como bien explicaba Frédéric Hermel a La Galerna, Zizou siempre le negó la posibilidad de que él terminase siendo entrenador: “Imposible”. Y ya conocen la historia…
Fotografías Getty Images.
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