El título de este texto pertenece a una canción de Soda Stéreo, una banda que significa mucho para nosotros los latinoamericanos y quizá poco para los españoles. Es apenas una excusa a propósito de lo que sucedió ayer. Porque en ese concepto pensé cuando vi a Joselu celebrar su segundo gol y sentir que estaba viviendo un deja vú. Pensé en una foto que encontré minutos después, suelta por mi feed de twitter.
Vista con los ojos de ayer miércoles, la foto parecía irreal, creada quizás tras un par de órdenes a la Chat GPT: Joselu grita un gol enfundado en la camiseta de la Liga de los Récords de Mourinho, mientras Mesut Özil corre detrás de él para felicitarlo. Luego, veo un video: año 2011, centro de Cristiano y gol de Joselu. Sí, hombre, he escuchado esta historia desde que empezó el año, pero ¿y lo de ayer? Es que todo parece hasta poco verosímil.
La historia de Joselu es decididamente folk. Es el viaje del héroe, el delantero que salió de su casa blanca sin que casi nadie lo notara. El ‘Newcastle flop’ como todavía algunos escriben, el joven que hace apenas 9 años recorría los campos gélidos y desolados de Stoke buscando su camino, de Frankfurt a Cornellá. Un journeyman de la Fábrica -uno más- que fue a ganarse la vida a otros campos menos glamorosos, con chance casi nula de volver a su casa.
Vamos por el cuarto párrafo y quizás se pregunte usted qué quiero decir con lo de ‘zona de promesas’. Permítaseme exponer mi tesis: sé que el Bernabéu es sobrenatural, pero lo esotérico en realidad no es lo mío. Los dos goles de Joselu son el resultado directo del esfuerzo de alguien que se ha preparado toda su vida para este momento, incluso si parecía que nunca llegaría y mientras tanto se ocupaba de otras cosas, porque la vida también es todo lo que hacemos mientras nos preparamos para cumplir los sueños, por si justo se nos ponen a tiro. No se puede explicar de otra forma y a la vez es muy explicable. Lo de Joselu no es magia.
‘Lo mejor de la vida es que es posibilidad; pero no hay posibilidad sin voluntad’, me dijo alguna vez un amigo muy sabio. Joselu descendió el año pasado con el Espanyol y firmó por el Madrid mientras el Madrid esperaba a un chico de Francia. Su rendimiento este año ha sido de ganga de Football Manager: ha marcado 15 goles y participado en 42 partidos tras llegar al Madrid sin que la enorme mayoría recordase aún aquella foto y ese video de hace más de diez años. Después de muchos abriles con delanteros anodinos, tristones y hastiados, Joselu apareció este año casi como un error en la matriz, como una suerte de deja vu de algo que no tenemos muy claro qué es, porque los deja vu son así. Apareció como Sixto Rodríguez, el hombre que había grabado un disco en los años 60 y cerca de los 80, después de décadas trabajando como pintor, se enteró de que el mundo adoraba sus canciones. Los dos goles de Joselu son el resultado directo del esfuerzo de alguien que se ha preparado toda su vida para este momento, incluso si parecía que nunca llegaría y mientras tanto se ocupaba de otras cosas, porque la vida también es todo lo que hacemos mientras nos preparamos para cumplir los sueños, por si justo se nos ponen a tiro. ¿Y si el ‘nueve’ de recambio que hace años necesitábamos era este muchacho, regresado casi de casualidad y que cada vez que entra deja la sensación de que algo grande va a pasar?
Los dos goles de Joselu son el resultado directo del esfuerzo de alguien que se ha preparado toda su vida para este momento, incluso si parecía que nunca llegaría y mientras tanto se ocupaba de otras cosas, porque la vida también es todo lo que hacemos mientras nos preparamos para cumplir los sueños, por si justo se nos ponen a tiro
Esta tarde, en Montevideo, mi cerebro conectó esa foto y ese video de aquel viejo gol de Joselu con este arco del Bernabéu, este Manuel Neuer vencido y este 2024: el Santiago Bernabéu es la zona de promesas. Quienes van, seguramente asisten para estar más cerca de aquellos que cumplen sus sueños en la cancha vistiendo la camiseta más gloriosa de la historia del deporte mundial. Quienes asistimos desde miles de kilómetros, pensando en el día en que podamos celebrar un gol del Madrid en vivo, abrazando a algún amigo querido o a varios, sentimos exactamente lo mismo.
Creo que muchos somos del Madrid ante todo porque, como nada en este mundo, este club nos conecta con la sensación de posibilidad, con la convicción de que los sueños están ahí, esperándonos, sin cansarse nunca de nosotros y sin renunciar a nosotros. Yo sé que es difícil en estos tiempos recordar esos sueños cuando los jefes no nos valoran, los niños crecen y ya no les parecemos tan geniales o la vida se las arregla para que nos caiga un gol de la forma menos pensada (por ejemplo, con un lateral con su pierna mala). Pero yo le quiero decir es que ayer Joselu marcó dos goles en la zona de promesas, en ese el lugar al que seguramente nunca pensó volver enfundado en la camiseta con la que dos años atrás asistió como un hincha más a ver a su equipo ganar la Champions League.
Joselu, el único ‘nueve’ puro de este Madrid, ha cumplido sobradamente con la soltura de alguien a quien la vida le ha asignado un bonus track y con la responsabilidad de estar ante el sueño de su vida. Insisto: a los sueños no se los encuentra uno de casualidad, pero hay que estar preparado siempre para que, ante la chance, uno mismo pueda hacerlos realidad.
Joselu apareció este año casi como un error en la matriz, como una suerte de deja vu de algo que no tenemos muy claro qué es, porque los deja vu son así. Apareció como Sixto Rodríguez, el hombre que había grabado un disco en los años 60 y cerca de los 80, después de décadas trabajando como pintor, se enteró de que el mundo adoraba sus canciones
‘I’m working on a dream’, canta Bruce Springsteen en uno de sus álbumes menos recordados, un precioso álbum que lleva el nombre de esa canción, editado en 2009. Es un disco que a veces escucho para no olvidarme de las cosas que me ayudan a seguir; porque no sé a usted, pero a estas alturas de la vida a mí me pasa que me suelo olvidar fácil de cuáles son mis sueños. Esto también viene a cuento de que ayer pensaba en ‘La Sociedad del Espectáculo’ de Guy Debord y en el concepto de mímesis, que sugiere de algún modo que hay artistas que nos conmueven porque nos hacen sentir que su peripecia es la nuestra. Después de ver a Joselu ayer y de pensar cuántas veces mis ídolos madridistas me hicieron sentir igual, apagué el televisor pensando en cuáles son mis sueños. Y entonces se me cruzaron Bruce, Joselu y Gustavo Cerati, el cantante de Soda Stéreo. El que escribió que tarda en llegar y al final hay recompensa en la zona de promesas. Es que siempre hay una.
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Magnífico artículo en el mensaje y la calidad del mismo. Muchísimas gracias por compartirlo.
Debería haber jugado más éste año, el único nueve del equipo y con una relación minutos/goles muy buena, hace pensar que para el futuro en vez de tirar con marianos y jovics si no puede traerte a un superclase busca en algún jornalero que siempre haya marcado en todos los equipos donde haya estado y si es canterano pues un plus.
Joselu ha cumplido perfectamente con el papel que tenía asignado y que él había aceptado. Cuando ha salido, lo ha dado todo. Cuando no ha salido, no ha chistado. Que le ponían a dos minutos del final, ahí estaba. Que era para dar altura en defensa en los corners, a eso iba. Cua ndo ha fallado goles, se ha desesperado creyendo que perdía una oportunidad única. No ha sido así. Ha tenido su oportunidad de tocar la gloria y la ha aprovechado. Porque ha estado preparado para cuando tocara (aquello de que las musas te llegan cuando estás trabajando -como decía Picasso-).
Hemos visto a otros que desaprovecharon su oportunidad. Él no. Él es madridismo puro, en vena. Se le despreció todo lo despreciable por los ciudadanos periodistas habituales, que se reían de él y le menospreciaban de forma miserable.
Bueno, Joselu ha entrado en el restringido y exclusivo círculo de los que consiguen una noche de gloria en el Bernabéu. La mayoría de los mortales lo máximo que logra en su vida es un video en Tik Tok haciendo el chorra que medio se vuelve viral. Muchos futbolistas de medio pelo logran sus quince minutos de gloria por pegarle dos tortas a Vinicius o algo similar. Joselu ha logrado con dos goles el pase de su equipo a una final de Champions. Comparen...
¡Qué excelente comentario! Complementa un gran artículo. Mis respetos
Este honrado trabajador del futbol se merece con creces todo lo bueno que le está pasando.GRANDE JOSELU
Magnífico artículo y magnífico Joselu. Gracias Sebastián y gracias Joselu.
Estupendo artículo que nos muestra que el Real Madrid es universal.
Joselu es la cenicienta del cuento y el hijo pródigo a la vez.
Y añado, no había oído a Joselu expresarse y ayer me emocionó con lo que dijo y sobre todo con la frase que quedará para los anales del madridismo: "Lo vivido en el partido no estaba en mis
sueños". Poesia pura. Que tipo!
Grande Joselu, grande Springsteen... y grande la magnífica banda Soda Stéreo. Si no la conocen, están perdiendo tiempo. Uno de los mejores grupos de la historia del rock en Latinoamérica.
Sebastian, en la descripción de tu perfil dices “ madridista en territorio hostil”. Es Uruguay territorio hostil para los madridistas? Son más de Araujo que de Fede?
Hola, Saetagitana! Fede nos ha vuelto las cosas un poco mejores y se ven muchos niños con la camiseta del Madrid, pero en este país aún se dice que el Madrid es el equipo de Franco (aunque no te lo creas, y aquí nadie está muy dispuesto a cambiar de opinión, se les muestre las pruebas que se les muestre).
Pero además, yo creo que este es un país en el que la falta de títulos y gloria internaciional de sus equipos locales ha vuelto a la gente muy resentida, más allá de que hemos tenido selecciones nacionales muy buenas en los últimos años.
Finalmente, el club del que viene Luis Suárez –Nacional– está plagado de personas que siempre irán con el Barcelona, en gran parte por sus años de goleador allí. Fede viene de Peñarol, que es emparentable con el Madrid por historia, formas de hacer, títulos y relaciones interclubes. Lo que muchos uruguayos antimadridistas no quieren reconocer, es que en realidad son del Barsa por un argentino. Hay otros vínculos en el hacer entre Nacional y el Barsa, pero no tiene sentido describirlos en este foro. Abrazos!
Quiero acotar además que otra cosa en común entre Peñarol y el Madrid es que son equipos más populares en cuanto a cantidad de seguidores en sus países respectivos. Sin embargo, el relato comunicacional –también en este caso– es mucho mejor manejado por sus eternos rivales. Esto hace, de algún modo, que al Madrid se lo mire un poco de reojo, como si Suárez no se hubiera ido nunca de Barcelona, o como si Araujo diera más que Fede. En cualquier caso, yo a a Araujo sí que me lo traía al Madrid.
Grande Sebas!!! eres un crack