Ayer nos dejó a los 94 años José Luis Pérez-Payá, toda una institución del fútbol español tanto en su etapa como jugador como más tarde de directivo. El último futbolista con vida del Real Madrid que tuvo minutos en la primera Copa de Europa conquistada por los blancos. Y, además, el único superviviente del primer encuentro de los merengues en la vieja competición continental frente al Servette en Ginebra en 1955.
José Luis Pérez-Payá nació en Alcoy el 2 de marzo de 1928 y tenía muy presente el fútbol en casa porque su padre fue presidente del Alcoyano. Desde muy pequeño pisó los terrenos de juego y se le veía dar toques al esférico. Los estudios también eran muy importantes y cursó Derecho y Económicas en la Universidad de Deusto, la primera materia por ser la opción predilecta de su padre, y la segunda por ser la suya. El fútbol continuó en su vida y militó en el Deusto o el filial del Alcoyano (Serpis) con el que fue campeón de España de aficionados con un doblete suyo.
En los alrededores de Bilbao comenzó a ser conocido y recibió una oferta del Barakaldo, que estaba en Segunda. Lo intentaba compaginar con los estudios, aunque debido a ello se perdió varios encuentros porque no le cuadraban los horarios. Con el Athletic disputó varios amistosos en verano, pero acabó en el eterno rival de los leones, la Real Sociedad. Firmó por los donostiarras a comienzos de 1950, dejando su querido Alcoy, y con los txuri-urdines debutó en primera ante el Real Madrid firmando dos goles en un empate a dos. El verano lo pasó en Escocia y a la vuelta aceptó la oferta del Atlético de Madrid, basando su decisión también en poderse sacar unas oposiciones en la capital. Los rojiblancos eran los vigentes campeones de Liga y estaban dirigidos por Helenio Herrera. El técnico rápidamente confió en él y pasó a formar parte de la célebre ‘Delantera de cristal’ junto a Juncosa, Ben Barek, Carlsson y Escudero. Otra Liga el curso de su estreno con 14 goles y una Copa Eva Duarte fueron su palmarés con los rojiblancos antes de cambiar de acera e irse al Real Madrid.
Pérez-Payá era amateur y no cobraba una ficha fija por jugar en el Atleti. Sí cobraba primas por victoria en casa (300 pesetas) o fuera (500 pesetas). En su tercera temporada se sacó la oposición y quiso tener un contrato profesional pero el presidente rojiblanco, el Marques de la Florida, le dio largas. En su lugar le regaló un coche SEAT. La clave de su traspaso al cuadro blanco, tras rumorearse previamente su pase al Valencia, fue la amistad entre su padre y Bernabéu, que acordaron en casa del mandatario madridista un contrato para el atacante de cuatro años. A la afición colchonera no le hizo ninguna gracia su marcha al Real Madrid y que no devolviese el coche, pero a partir de la temporada 53-54 jugó con los blancos. Fue el verano histórico de los fichajes de Di Stéfano y Gento.
En el Real Madrid jugó de interior y de delantero centro (desplazando a Di Stéfano a la posición de interior e incluso a portar el dorsal 10) y es que era un futbolista buen rematador con ambas piernas y de cabeza, oportunista e intuitivo y que se complementaba muy bien con sus compañeros de ataque. En su primera campaña consiguió tres dianas, pero fue en la segunda cuando explotó tras comenzar como suplente y hacerse más tarde con un puesto en el equipo titular. Once dianas entre todas las competiciones y seis en Liga con un hat-trick ante el Depor dejaron un gran sabor de boca entre la afición. Dos temporadas y dos Ligas y una Copa Latina eran el bagaje hasta entonces.
La tercera temporada fue la 55-56, la del estreno del Real Madrid en la Copa de Europa y con Pérez-Payá en el primer once para la historia. Los blancos jugaban ante el Servette en Ginebra y el del Alcoy estaba entre algodones. Tanto, que no entrenó el día previo y se dudaba de su participación. Finalmente fue de la partida y Villalonga lo sacó en ataque junto a Rial, Molowny, Di Stéfano y Gento. El cuadro madridista acabó por levantar en París el primer trofeo continental y Pérez-Payá pasó a formar parte de la histórica plantilla que logró el hito. Logró 10 dianas (para un total de 24 en 50 partidos oficiales), que fueron las últimas oficiales como jugador, ya que la siguiente temporada solo participó en amistosos frente a San Lorenzo, Hércules, RCD Mallorca, Recife o Real Valladolid. El fichaje de Rial, la ascensión de canteranos como Mateos o Marsal que le iban dejando sin sitio y el trabajo que le exigía mucho tiempo resultaron claves para que con 29 años optase por retirarse. Le ofrecieron un gran puesto en Castellón y se marchó a la ciudad mediterránea. Más tarde, regresó a la capital en otro gran cargo en Inspección de Trabajo y en 1970 su amor por el fútbol le llevó a presidir la Federación de Fútbol hasta 1975.
Sus grandes temporadas en el Real Madrid le permitieron, además, vestir la camiseta de la Selección en dos oportunidades. La primera en un partido amistoso contra Inglaterra en Chamartín en mayo de 1955 que terminó 1-1, y la segunda en la devolución de visita a los británicos en Wembley en noviembre del mismo año, con victoria local por 4-1.
También hay que destacar que fue asesor del CD Castellón, directivo de la Federación Valenciana de Fútbol y un miembro muy activo de la Asociación de Veteranos del Real Madrid, de la que fue durante secretario muchos años.
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DEP, José Luis Pérez Paya, uno de los cimientos de lo que hoy es nuestro Club
Así es Gabriel!
Gracias por tu comentario
Ana (hija)
Un crack!
Hoy edescubierto un grande entre los grandes nunca es suficiente crreer que conoces atodos simpre descubres gratamente idolios mas personages como este hombre y futbol8sta ana esto es verdadero orguyo personal tener en tuvida estereferente agradecer al futbol por apotarnos estas personas y depotitas tan carismaticos de verdad ana lo autentico perdura hace un hueco atodos en espunecial alos wue amamos esa equipacion arriba los crak leyendas grandes k