Hoy, día 21 de abril, se cumplen 36 años del fallecimiento en la residencia del Insalud de Alicante de José Bañón, el gran portero del Real Madrid en la década de los 40. Sin embargo, cuando se encontraba en un excelente momento y en el madurez de su carrera deportiva una dolencia pulmonar le alejó de los terrenos de juego.
Pepe Bañón nació el 19 de abril de 1922 en Alicante. En su juventud practicó el boxeo hasta que en el decimoquinto combate se rompió la mano y lo dejó. Su idilio con el fútbol tuvo lugar en el barrio, como explicó a la revista Don Balón en el número 445: “era valiente y me decían ponte de portero. Replicaba pero si no sé… pero insistían, me ponía bajo el marco, las cosas salían bien y ya fui portero”. En la misma publicación se definió como arquero explicando que “era delgado, muy ágil, tenía buen sentido de la colocación y valentía”. Además de estas cualidades, el cancerbero alicantino poseía un buen blocaje de balón, mostraba mucha decisión en las salidas y realizaba intervenciones espectaculares. En la capital se ganó el apodo de ‘El Gato Félix’.
Comenzó jugando en el juvenil de las Carolinas y más tarde en el Benalúa y el Estrella. El Hércules se fijó en sus servicios, pero no logró la titularidad y un año después se marchó al Elche. En el equipo ilicitano actuó en Segunda división dos campañas, y en el verano de 1943 el Real Madrid llamó a su puerta tras la recomendación de Hilario Marrero, antiguo futbolista del conjunto capitalino. Su salario en la casa blanca según detalló en la entrevista Don Balón era entre “40.000 y 45.000 pesetas de ficha. Y de sueldo tendríamos 2.500 pesetas mensuales”.
José Bañón fue el gran portero del Real Madrid de los años 40, pero cuando se encontraba en el mejor momento de su carrera una dolencia pulmonar le alejó de los terrenos de juego
En el cuadro merengue ostentó la titularidad durante seis temporadas pasando por delante de los Marzá, Marín, Ferrús, Calleja o Adauto. Fue el arquero para diferentes técnicos blancos como Moncho Encinas, Jacinto Quincoces, Baltasar Albéniz y Mr. Keeping. En esas campañas logró el Trofeo Zamora al portero menos goleado en la temporada 1945-1946 y logró tres títulos, dos Copas del Generalísimo y una Copa Eva Duarte. En las dos finales del torneo del KO estuvo en el once inicial, primero en la final de Copa de 1946 contra el Valencia en la que resultó decisivo en el marcador y, luego, en la final del año siguiente ante el RCD Español. En el choque en el que no estuvo presente fue en la inauguración de Chamartín en 1947 contra Os Belenenses. En Don Balón contó que no jugó “porque me lesioné en el partido anterior, en Vigo. Lo hizo Calleja. Yo estaba escayolado y fui un espectador más”.
Su buen rendimiento en el Real Madrid le trajo consigo la convocatoria en varias ocasiones con la selección española. Sin embargo, Ignacio Eizaguirre le cortó el camino al once. Solo sumó una internacionalidad oficial en un partido contra Portugal, famoso porque España cayó por 4-1 en Lisboa. Sin embargo, no terminó el encuentro porque en una salida a los pies de Peyroteo se hizo un corte en la nuca con un taco y fue suplido por Lezama cuando el resultado era 2-1. También fue el arquero de España en un célebre amistoso contra San Lorenzo de Almagro en 1946. En Les Corts, los cuervos vencieron por 5-7 y según el testimonio del alicantino “tuve una actuación fenomenal” evitando varios tantos más.
El comienzo de su pesadilla que le llevaría a la retirada se produjo el 13 de febrero de 1949. En un duelo liguero ante el Sevilla, en un balón dividido ante Herrera, recibió un golpe en el pecho. Pero el alicantino continuó bajo palos hasta que en abril cogió una gripe de cara al partido contra el Athletic Club en Copa en Chamartín. No actuó en ese duelo ni en la vuelta, pero debió de viajar para el desempate en Les Corts tras pasar la noche enfermo y con fiebre en la cama. El Real Madrid perdió 3-1 y finalizó su temporada oficial. Entonces vino la época de amistosos para concluir el curso. Bañón estuvo presente ante el AC Milan, Burnley, Fulham o Atlético Tetuán. Y a finales de junio participó en el Trofeo Teresa Herrera que ganó el cuadro merengue al vencer al Racing de París. Fue el último partido de su carrera.
Unos días después, Bañón se incorporó a la concentración de la selección española en El Escorial y como las molestias en el pecho no desaparecían se le hizo una radiografía. El diagnóstico era una importante dolencia en la pleura, una membrana delgada que recubre el exterior de los pulmones y reviste el interior de la cavidad torácica.
Inició entonces un tratamiento en el Sanatorio Hispanoamericano de Guadarrama de un mes y medio. En MARCA, en una entrevista de José Carrasco en el mes de agosto de 1949 afirmaba: “no puedo decir que vuelva a jugar; eso, los médicos y el tiempo lo decidirán”. Al mismo tiempo, el Real Madrid buscó guardameta pese a que Hernández Coronado detalló que ya tenían a Adauto y podía ser su gran oportunidad. Los rumores en la prensa hablaban del internacional Ignacio Eizaguirre, el arquero del Depor Juan Acuña o el del Nàstic Vicente Dauder. Finalmente, el elegido fue Juanito Alonso del Racing de Ferrol. Bañón propuso su nombre al staff madridista y con unas rápidas gestiones de Ángel Rodríguez se llegó a un acuerdo.
Empezó la temporada 1949-1950 con Bañón presentándose a algún entrenamiento del Real Madrid pero de visita vestido de paisano y habiendo cogido peso. Se hablaba de un posible retorno al marco merengue para la segunda vuelta de la Liga pero no fue así. Bañón recibió el alta médica en la primavera de 1950, pero había cierto riesgo y no podría hacer grandes esfuerzos. El alicantino no quiso exponerse como confirmó a MARCA en una entrevista el 3 septiembre: “si no lo hago es porque tengo un hijo. Lo que he pasado me hizo pensar mucho”. La directiva blanca le ofreció dinero o un homenaje y el portero escogió lo primero. Con las 525.000 pesetas recibidas montó una carnicería en Alicante que regentó su cuñado. Bañón colgaba los guantes pero dejaba como sucesor al vasco Alonso, que conquistaría cinco Copas de Europa con el Real Madrid y entraría a ser una leyenda de la entidad de Chamartín.
El exguardameta probó en los banquillos y dirigió al Alicante o al Orihuela en la década de los 50 para luego continuar con su negocio en el Mercado Central de la capital alicantina.
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Gracias D. Alberto por no dejar en el olvido el apartado de históricos en este FORO.
Soy un apasionado lector de los temas de su sección, aun cuando por mi edad comence a ser testigo del Madrid de los 60
Un afectuoso saludo