Los periódicos deportivos prestan hoy excesiva importancia a la fruslería de la dimisión de Blatter, acosado por el FBI, y ningunean sin embargo la magnitud de unas declaraciones de Fabio Capello que constituyen para el madridismo un auténtico asidero en medio de la tormenta.
Comienza la era Benítez en As como la primavera en El Corte Inglés. El primer deseo que a uno le viene a la mente es que la frase se demuestre cierta en sentido estricto y lo de Benítez sea en efecto una era, entendiéndose por tal un periodo de tiempo lo suficientemente largo como para que puedan calar los métodos de un entrenador. Si en efecto nos hallamos ante el comienzo de una era, será señal de que se han ganado los suficientes títulos -y del suficiente peso- como para mantener al técnico, siendo esto lo que todos deseamos. ¿Y cuántos títulos -y de cuánto peso- son suficientes como para que el Real Madrid mantenga a un entrenador? No somos quiénes como para establecer el punto de equilibrio entre la exigencia y la estabilidad que debe regir el club en su vertiente banquillo. Y aunque intuimos que cesar a un entrenador que ha ganado cuatro títulos en dos años (aunque haya fracasado en los dos más importantes en la temporada que culmina) supone ponderar la exigencia en excesivo desnivel con respecto a la estabilidad, nos ponemos en manos de Rafa, le deseamos lo mejor y le declaramos lealtad y aprecio. A partir de hoy, La Galerna es de Rafa.
Mal nos parece, por mucho que haya dimitido el mismísimo Blatter, que la portada de Marca dedique un espacio tan reducido a un pronunciamiento de Fabio Capello. Si Marca (Dios nos libre de semejante responsabilidad) estuviera a nuestro cargo y Fabio se pronunciase sobre el asunto que fuese, exhibiríamos su pronunciamiento a cinco columnas y dejaríamos cualesquiera otros asuntos de actualidad en un segundo plano. Máxime cuando las declaraciones del de San Canzian d'Isonzo son del fuste y el calado de las que nos ocupan: "Ojo con la Juve".
No es solo que hable Capello. Es que Capello se pronuncia para arrojar algo de esperanza sobre el maltrecho corazón madridista de cara a la Final de Champions. Nosotros habríamos dejado lo de Blatter en un recuadro ahí abajo (junto al anuncio de Pacharán, o el más habitual de rebeldía ante la eyaculación precoz) para otorgar el peso principal de la portada al soplo de aire fresco, la galerna de fe que las palabras de Fabio representan para el alma enraizada en Chamartín. Fabio Capello es, junto a Clint Eastwood, el único hombre de este mundo con el cual las parejas de la mayor parte de los redactores de La Galerna están autorizadas a tener un affair. Muy mal Marca ninguneando la relevancia de sus declaraciones.
Una de cal y otra de arena en la portada de Mundo Deportivo. Acierta siguiendo nuestra recomendación de brindar un espacio menor al asunto Blatter pero, en lugar de darle cinco columnas a las declaraciones de Fabio (siendo fiel a la totalidad de nuestras instrucciones), nos sorprende con una gigantesca foto de varios jugadores del Barça rascándose las gónadas al sol. No era eso, Mundo Deportivo, no era eso.
En lugar de ver a Fabio, como deberíamos, vemos a Messi riendo a mandíbula batiente una gracia sin duda desopilante de Neymar, ese rapazinho tan cachondo, y a Suárez que ni siquiera se tapa los dientes para reírse también, en costumbre que tal vez debería aprender del mítico Freddie Mercury. Ya nos avisaban ayer (Sport o Mundo Deportivo, qué más da si todo el mundo sabe que son lo mismo aunque uno venda cubiteras y otro arroz) de la inquebrantable amistad que se ha forjado en el seno del grupo, que ha creado unas sinergias considerables (Messi ha puesto a disposición del trío su asesor fiscal, Suárez su psiquiatra y Neymar el altar donde sacrificar a los propios hijos en aras de los propios padres). Por su parte, y también acariciado por el sol, Jordi Alba se abisma en sus profundísimas cavilaciones, asumiendo ya sin recato su proverbial papel de sabio ensimismado. Su brillantez intelectual le hace acreedor a ese rol en su plantilla, y él lo asume sin complejos.
Sport culmina la felonía ignorando por completo la frase histórica del hombre de las remontadas y dedicando en cambio su portada, de manera un tanto arbitraria, a un partido que se disputa en Berlín dentro de pocos días. Una serie de rostros, enmarcados en rancios círculos (¿óvalos?) nos dicen una serie de cosas sobre ese partido. "Habría que preguntarse por qué pitan", dice uno de esos rostros. Perdón, nos hemos equivocado. "Los pitos al himno son democracia". Ah, no, perdón, no es eso lo que dice. "Quiero levantar la Champions", es definitivamente lo que dice Oleguer Presas.
Vaya, cuando acertamos con la frase erramos con el autor...
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3 comentarios en: Je suis Fabio
Yo no soy redactor de La Galerna, pero, además de con Clint Eastwood y con Fabio Capello, también consiento con José Mourinho
Y yo, y yo, consiento plenamente... y la parienta encantada.
Yo puedo ser, y soy, muy mourinhista. Como un hijo bastardo de Arbeloa y JuanMa Rodríguez. Y hasta zapaterilmente tolerante con todas las opciones psicosexosocioquimicogenitales. Pero no podría disentir más de los anteriores y animosos compañeros de Yihad. Si la Galerna ha decidido, en su decimonónica (prensa del siglo XIX para el mayor club del siglo XX) sabiduría que el límite había que ponerlo en el bueno de Clint y, si acaso, en el imperial Fabio debe dejarse así. Abrir esa espita podría llevarnos a aberraciones que ninguno queremos, como el encontrarnos aquí plumillas (valga la redundancia) que proclamen su amor, no solo espiritual, y su disposición supina por gente como Michel, del Bosque o, peor aún, Paco Jémez, Pep Guardiola o el finiquitado Xavi Hernández. En resumen, podríamos encontrarnos invadidos por los Segurolos y los Caridades. Y ya saben que pasó con la muy tolerante Sodoma.