Jaume Roures Llop: Nacido como Jaime Robles Lobo

El otro día el tuitero @ohsibenik publicó una captura de pantalla de la primera frase que aparece en la entrada en Wikipedia de “Jaume Roures”. Si se googlea fácilmente se accede a dicha entrada; en ella se puede leer, en el primer párrafo: “Jaume Roures Llop, nacido como Jaime Robles Lobo, (Barcelona, 1950) es un empresario y productor cinematográfico español. Es administrador único de Mediapro y propietario de un 12% de Imagina Media Audiovisual. Alcanzó especial relevancia pública al obtener en 2005 la concesión de la última licencia de televisión en abierto que se concedió (La Sexta) por parte del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sin concurso alguno y cuando ya se había decidido no conceder más licencias de televisión, en formato analógico”.

Bueno. Últimamente se habla mucho de Roures. Roures esto, Roures aquello. Es un nombre que emerge cíclicamente en el debate público español, siempre rodeado de una bruma extraña, de cierta opacidad. Su celebridad empezó por lo deportivo, cuando el Mundial de Alemania, en 2006, hace mucho tiempo. Luego fue ganando notoriedad en lo político, gracias a La Sexta, a Público, en fin, su imagen fue mutando desde la del desconocido gurú adinerado del fútbol televisado -capaz de entrar a saco en el mercado de las licencias, desatando las llamadas “guerras del fútbol”, y de hundirle el mercado al Grupo PRISA a base de regalar partidos en abierto a través de La Sexta, en Gol - a la de esa especie de William Randolph Hearst español interesado incluso en cambiar gobiernos, en mover fichas del tablero político.

Y no sólo eso. También interesado en destruir estados.

Leo en El Español, en una noticia del 31 de enero de este mismo año titulada “ERC presiona a Moncloa para que desbloquee la venta de Zeta a Roures” y firmada por el periodista Fernando Cano: “uno de los gestos más simbólicos hacia el independentismo fue la puesta en marcha del International Press and Broadcasting Center durante los días en que se desarrolló el referéndum ilegal del 1-O. Financiado personalmente por Roures y montado en la sede de Mediapro, este centro de prensa se convirtió en el escaparate mundial del procés y, entre otras cosas, fue donde Jordi Turull, Raül Romeva y Oriol Junqueras -todos actualmente en prisión- presentaron las urnas que se utilizaron en la consulta del 1 de octubre”.

Pero, ¿quién es Jaume Roures, nacido Jaime Robles Lobo? Creo que el lector de a pie, que se dice, el “español sentado” como lo llama Arcadi Espada, merece saber algo más de esta especie de Doctor Mabuse, de esta suerte de gran hacedor, capaz de comprar editoriales, de manejar influencias políticas de primer nivel, que parece saberlo todo del mercado audiovisual contemporáneo, que se codea con petrojeques arábigos y que dinamita todas las subastas por los derechos de los espectáculos deportivos más codiciados; que puede freír en una palabra, a la omnímoda PRISA a golpe de una chequera que nadie sabe a ciencia cierta cómo se ha llenado puesto que según la Wikipedia fundó Mediapro “sin prácticamente capital social”, o sea, sin un duro.

Bueno, entre otras cosas Roures es el dueño de los derechos de emisión de lo más jugoso de la Liga, de la Segunda División, de la Copa de Europa al completo y de varias de las ligas europeas más potentes. Al menos hasta el verano de este año, en que los derechos de la Liga pasarán a Telefónica. En virtud de su condición de magnate del fútbol televisado, se puede decir que es el hombre del saco, teniendo en cuenta el volumen de ingresos de los clubes españoles: según el informe del Observatorio Sectorial DBK INFORMA, de los 3191 millones de euros a los que ascendieron los ingresos totales de todos los equipos de Primera División en la temporada 2016/2017, 1448 millones, el 40,2 % del total, procedían de las retransmisiones televisivas. De Roures, es decir. Aunque este año se va a quedar sin la Liga española, conserva los derechos de la Champions League gracias a Bein Sports, una de sus marcas financiada a medias sobre el papel por Al Jazeera, la cadena fundada y generosamente provista por la dinastía Al Thani y los emires de Qatar.

de los 3191 millones de euros a los que ascendieron los ingresos totales de todos los equipos de Primera División en la temporada 2016/2017, 1448 millones, el 40,2 % del total, procedían de las retransmisiones televisivas. De Roures, es decir.

En efecto, Jaume Roures un hombre importante en el fútbol español. Una de sus más recientes declaraciones, en Radio Marca, en el programa A diario, son del 24 de enero y son, también, particularmente interesantes. Dijo Roures que “hasta el penalti de Vinicius (contra la Real Sociedad en el primer partido del año en el Bernabéu) no había ningún problema. Ahí empieza la campaña orquestada en los medios de Florentino. Me parece mal que se crea en manipulaciones y en operaciones orquestadas. Nosotros hacemos las imágenes con calidad, las mandamos al cuarto del VAR y quiero felicitar a Velasco Carballo por lo bien que lo hacen”. Terminó rematando que Florentino Pérez ha sido uno de los mejores presidentes del Real Madrid, pero creo que ahora es demasiado forofo”.

Dejando a un lado lo singular que resulta que un hombre que controla casi la mitad de lo que los clubes españoles ingresan en su calidad de todopoderosa deidad catódica, se pronuncie en estos términos sobre el presidente del club más importante, del que más genera, me gustaría volver unos párrafos arriba. Tenemos como hombre fuerte del fútbol español a un, es preciso ser literal por lealtad al lenguaje, conspirador que acusa a otros, en lo que nos ocupa, Florentino, presidente del primer club del mundo, de “orquestar” una “campaña” en “los medios” que él sugiere “suyos” (de Florentino), no se sabe si suyos por legítima propiedad (como la suya sobre Mediapro, por ejemplo) o suyos por delegación: la primera acepción de conspirar en el DRAE define el vocablo como “unirse contra su superior o soberano” y dada la actividad de Roures como promotor de la propaganda hacia el exterior del intento golpista del catalanismo en octubre de 2017, no se le puede hurtar el apelativo, teniendo en cuenta que el soberano (y superior) contra el que atentaban sus maquinaciones era nada menos que el pueblo español, cuya Constitución de 1978 lo define en su Título Preliminar (artículo 1.2) como dueño de la soberanía nacional, “del que emanan los poderes del Estado”.

Tenemos como hombre fuerte del fútbol español a un, es preciso ser literal por lealtad al lenguaje, conspirador que acusa a otros, en lo que nos ocupa, Florentino, presidente del primer club del mundo, de “orquestar” una “campaña” en “los medios” que él sugiere “suyos”

La gente normal, la gente que trabaja ocho o diez horas todos los días y que sienta a la mesa a comer viendo los deportes en el telediario, o que ve el fútbol tomándose una cerveza al final del día en un bar, merecen saber quién es quién es el tipo que controla el grifo de ese fútbol que ven en la tele; al fin y al cabo Roures es quien en último término configura el modo en que visualmente ese español sentado observa y digiere el fútbol, ha usurpado al antiguo muñidor que llevaba a cabo esa función, es decir el realizador del Plus, sustituido ahora por Óscar Lago, de Mediapro; ese realizador que Roures defiende como “uno de los mejores del mundo” con el que el público español ha derribado por fin la cuarta pared, ¡el realizador del Plus siempre fue un ente abstracto, una mano anónima, corporativa! Los tiempos han cambiado en efecto pero naturalmente es de recibo que el español de infantería conozca a este nuevo hombre que todo lo puede, a Roures, el hombre que abre la mano y les deja ver el fútbol porque también es el mismo que pretende robarles su trocito de patria, su pedacito de España, es decir, de soberanía política en tanto que ciudadanos de un Estado democrático.

Según sospecha con alguna enjundia la Guardia Civil, eso es exactamente a lo que se dedicó Roures en septiembre de 2017: a conspirar contra la soberanía del pueblo español invirtiendo dinero e influencias en la promoción internacional del golpe catalanista. Hace un año la Guardia Civil entregó un informe en el Tribunal Supremo al juez Llarena, instructor de la causa por rebelión, sedición y malversación contra los representantes de la antigua Generalidad catalana, en el que Roures era definido por los investigadores como “elemento capital” de la “estrategia de comunicación” del procés: recoge una nota de El País del 15 de febrero de 2018 en la que se informaba de la noticia que “el objetivo último” de esa estrategia era  difundir las supuestas “ventajas de un Estado propio” y concienciar “a la gente para la vía unilateral, preparándola para el conflicto que sabían que provocarían”. Se entiende estupendamente lo que le dijo una vez a un periodista francés de Liberation: “Yo no trabajo, yo milito”. La militancia le ha salido lucrativa, desde luego, dirige un holding, el Grupo Imagina, integrado por Atresmedia, con el que a través de Mediaproducción S.L.U. administra cuarenta empresas del sector audiovisual cuya facturación, en 2016, fue de 1536 millones de euros, emplea a 5 mil personas y se ubica en el Edificio Imagina, 16 pisos en Barcelona, en total 50 mil metros cuadrados, que costaron 1100 millones de euros “a tocateja” según Elena Pita, quien lo entrevistó para El Mundo en 2009. A pesar de todo esto, en todas las referencias que uno puede encontrar de Roures en Internet se destaca su “informalidad”, se hace hincapié en que no es un rico normal y que no tiene ni chófer ni secretaria, lo cual parece como si fuese blasón de estoicismo, como un senequismo del siglo XXI: bien pensado también Séneca era multimillonario.

Se entiende estupendamente lo que le dijo una vez a un periodista francés de Liberation: “Yo no trabajo, yo milito”.

Todo esto en resumen no parece cosa menor. Urge volver a la pregunta que me hacía antes: ¿quién es Jaume Roures? De la Wikipedia no se puede uno fiar en exceso, al fin y al cabo ahí puede escribir cualquiera. Pero generalmente sirve para orientarse. Es especialmente interesante esta parte de la entrada “Jaume Roures”: “empezó su militancia política a los catorce años de edad, primero en Comisiones Obreras y el Front Obrer de Catalunya, donde militaban también Pascual Maragall o Miquel Roca y posteriormente en la trotskista Liga Comunista Revolucionaria (LCR) y en la IV Internacional. En 1969 Roures estuvo en la cárcel por su militancia clandestina en Comisiones. En 1971 fue detenido también en Bilbao, explica en una entrevista. En la etapa democrática, en el año 1983, fue detenido por colaboración con la banda terrorista ETA. Fue acusado de colaborar en la constitución del comando Barcelona y de haber alojado en su domicilio al etarra lñaki Ibero Otegui, secuestrador del industrial Saturnino Orbegozo, que por entonces huía de la acción de la justicia y trataba de reconstruir el comando en la capital catalana. En aquella época los miembros de la LCR estaban a favor de la autodeterminación de los pueblos mediante un proceso revolucionario”.

fue detenido por colaboración con la banda terrorista ETA. Fue acusado de colaborar en la constitución del comando Barcelona y de haber alojado en su domicilio al etarra lñaki Ibero Otegui, secuestrador del industrial Saturnino Orbegozo

Como se ve no hay que sumergirse en ninguna deep web para encontrar cosas así. En otra noticia de El País, esta vez del 2 de julio de 1983, se puede leer: “Detenidos en Barcelona los presuntos integrantes de un comando de ETA político-militar. Los presuntos integrantes de un comando de la organización terrorista ETA Político-militar VIII Asamblea fueron detenidos en una operación policial desarrollada durante el día de ayer en Barcelona (…) Uno de los presuntos poli-mili detenidos es Ignacio Ibero Otegut. Las detenciones parecen estar relacionadas con la advertencia hecha anteayer por la Dirección de la Seguridad del Estado, del Ministerio del Interior, en el sentido de que se preparaba un atentado terrorista (…) En la misma operación policial, han sido detenidos en Barcelona por la Guardia Civil Montserrat Cervera y Jaume Roures, militantes de la Liga Comnista Revolucionaria. A los dos detenidos les ha sido aplicada la legislación antiterrorista, ya que están supuestamente relacionados con la organización ETApm”. No hubo cargos entonces, no obstante. Tenía 33 años pero había estado entrando y saliendo de la cárcel en su juventud “revolucionaria” mientras trabajaban “en una editorial”. En una entrevista reciente en Vanity Fair se arroja más luz sobre esto: “Andreu Solsona, otro de los detenidos ese día” escribe Andrés Aguayo, el autor de la entrevista, “esclarece el episodio: “Un chico vasco que vino a Barcelona se estaba quedando en casa de Jaume y de su esposa .Compartía mote con alguien al que buscaba la policía y que decían que era muy peligroso. Cogieron a todos los que tuvimos relación con él y nos aplicaron la ley antiterrorista. Jaume, por entonces, preparaba las oposiciones para entrar en TV3 [que comenzaría a transmitir en enero de 1984]”. El propio Roures explica en Vanity Fair que “el 1 de julio se inauguró el plan ZEN (Zona Especial Norte) y nos pillaron allí. No recuerdo de qué nos acusaban, de alguna chorrada. Quizás de participar en un secuestro. Nos juzgaron en la Audiencia Nacional y a los pocos días nos dejaron ir”, afirma gesticulando mientras habla”.

“Y luego dirigí informativos en TV3, pero nunca he sido periodista, sino gestor de equipos”, le decía a Elena Pita en El Mundo. Se colige que en ese tiempo en TV3, donde estuvo desde el principio y hasta dos años antes de fundar Mediapro, aprendió a relacionarse convenientemente dentro de la estructura palaciega del pujolismo y memorizó el intríngulis de la FORTA, la federación de las televisiones autonómicas españolas: junto a su socio fundador de Mediapro, Tatxo Benet, jefe de Deportes de TV3 entonces, negoció en nombre de TV3 los derechos de retransmisión de la Liga en 1989.

aprendió a relacionarse convenientemente dentro de la estructura palaciega del pujolismo y memorizó el intríngulis de la FORTA, la federación de las televisiones autonómicas españolas: junto a su socio fundador de Mediapro, Tatxo Benet, jefe de Deportes de TV3

En una entrevista en un medio catalanoparlante, El Critic, de 2016, precisamente esa entrevista que menciona el párrafo anterior extraído de la Wikipedia, Roures reconoce que sigue pensando lo mismo, que sigue fiel a su militancia juvenil. Que sigue siendo trotskista, vamos, marxista por extensión, y que sigue defendiendo “igual que hace 50 años” el “derecho de autodeterminación de los pueblos”. Su implicación en los sucesos de octubre de 2017 parece que lo prueba. “Yo gano el dinero para defender mis ideas” dijo en esa entrevista, confirmando su aseveración a Liberation de años antes. Sobre ese tiempo también dejó en la radio pública catalana alguna perla sobre el comunismo hispanoamericano: “la política y la democracia se miden por la defensa de eso que se llama el interés general, el interés y el bienestar de las personas, y si comparamos las ratios de Cuba con los de cualquier país de América Latina, Cuba está muy por encima; y si vamos un poco más allá, podemos decir que en ratios de salud, educación, etcétera, no solo están por encima de los de América Latina sino por encima de los de España, sobre erradicación de la pobreza, sobre la erradicación del analfabetismo…”

Empezó de linotipista, “dejó los estudios a los 12 años” según la entrevista en El Mundo de 2009; “autodidacta absoluto”, Mediapro, decía entonces, “es fruto del trabajo, de la suerte y de un proyecto claro”. “Sin trampa ni cartón” añadía la periodista, un tanto complaciente, siempre se es, imagino, complaciente, acaso involuntariamente complaciente, inconsciente e inevitablemente complaciente, con los ricos, es decir, con los poderosos; de todas formas Joseba Vázquez, en una pieza para Diario Sur de 2017, cita a “un empresario que ha negociado con Roures en varias ocasiones” que afirmaba que “ha hecho una fortuna importante con dinero en buena parte procedente de Catar”.

Quizá lo más interesante de Roures está en su juventud. Nacido en El Raval de Barcelona, cuenta en Vanity Fair su infancia de orfandad (“No tengo padre, sólo madre”) y miseria (“eran los años de la posguerra, del Plan Marshall, de los racionamientos y la leche en polvo”); pero de manera singular repasa su juventud militante (“primero milité en el FOC (Front Obrer Català) en 1967, con los hermanos Maragall, con Vázquez Montalbán y mucha más gente hasta que se desintegró en 1969”) y disidente, tropismo clásico de los trotskistas comme il faut: “militantes trotskistas contrarios a la línea marcada por el Partido Comunista Español fundan en 1971 la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) , que llegó a tener unos 2.000 miembros. Roures forma parte del Comité Central desde su fundación. Diestro en el manejo de la linotipia, se encarga de la propaganda. La mitología revolucionaria le atribuye que en el 73 se disfrazó de capellán para conseguir una imprenta que convertirá a la LCR en la envidia del resto de organizaciones de izquierdas. Nadie tenía una tan moderna”, escribe el periodista Andrés Aguayo. La lectura  de Vanity Fair descubre algo sorprendente: Roures tenía un apodo de combate (“Lenin”, “Trotski” o “Stalin” lo son, es algo habitual en el submundo clásico de la konspiratsia) y ese apodo hacía referencia a su carácter “melancólico”: lo llamaban “Melan”. Sigue la pieza de Vanity Fair: “Melan fue un militante de primera línea, muy destacado”, recuerda Pepe Gutiérrez, miembro de la LCR y de la IV Internacional (que aglutinaba a organizaciones trotskistas de todo el mundo) . “No era un gran orador pero sí de la gente más seria del aparato. Un organizador con gran capacidad de gestión”. Gutiérrez publicó en 1999 Memorias de un Bolchevique Andaluz, fundamental para entender esa parte de la historia de España. “Era un militante entregado y convencido que ponía especial pasión en la discusión política”, añade Jaime Pastor, dirigente madrileño de la LCR”.

Roures forma parte del Comité Central desde su fundación. Diestro en el manejo de la linotipia, se encarga de la propaganda

Luego descubre uno otra sorpresa: Roures estuvo una temporada en la Nicaragua sandinista, entre 1975 y 1983, fecha de su detención por colaboración con ETA. “Cuando terminó el franquismo me fui una temporada a Nicaragua para ver que se cocía por ahí con los sandinistas”, confiesa”. “¿Y qué hacía allí?”, le pregunta el periodista Aguayo. “Cosas.” Dice que se fue de TV3 a Dorna Sports (la empresa que organiza los mundiales de motociclismo) por una cuestión de conciencia, por el apoyo español a la Primera Guerra del Golfo, y que de Dorna también se fue cuando entró en su accionariado el grupo Banesto de Mario Conde. Lo cierto es que, respondiendo a la pregunta, ¿quién es Jaume Roures Llop, nacido Jaime Robles Lobo?, lo único que se puede decir es que es un multimillonario, un hombre rico y poderoso, miembro indiscutible del establishment político y económico de Cataluña y un hombre que a la luz de su relación con el catalanismo acusado de golpista por la Justicia sigue comprometidocon su trotskismo juvenil: uno de los leitmotivs de la Liga Comunista Revolucionaria era la apertura de asambleas constituyentes y la autodeterminación de las naciones ibéricas. Cabe incluir aquí una coda a la pregunta ¿quién es Jaume Roures Llop? Pues también es, entre otras cosas, quien crea los contenidos que emite la tele del Madrid, es decir, quien configura también el modo en que el Madrid se vende al mundo, vía TDT, en que el Madrid, en una palabra, se cuenta. No perdiendo de vista que el Real Madrid es quizá el elemento más representativo de la nación española desde 1898; que es el elemento más aglutinador, de cohesión, que más ha vertebrado y vertebra socialmente, y que por lo tanto lleva décadas sujeto al mismo proceso simbólico de centrifugación que sufre el Estado-nación español, no parece prudente que el mismo Roures sea quien produzca los contenidos de su televisión en abierto, a través de Royal Media, una filial de Mediapro. Pero doctores siempre tiene la Iglesia.