James: el tiempo dirá

Buenos días. El Real Madrid confirmó ayer de forma oficial la cesión de James Rodríguez al Bayern de Múnich por dos temporadas, con opción de compra del equipo bávaro al término de las mismas . Como sucede con tanta frecuencia con casi cualquier noticia del club, la marcha de James parece haber partido al madridismo por la mitad. Algunos madridistas ya han proclamado que a partir de ahora son del Bayern, con lo que creen haber anunciado el futuro pero en realidad han rubricado el pasado, es decir, lo que nunca fueron: madridistas. Otros han puesto el grito en el cielo ante el destino del jugador (reforzar al Bayern supone indudablemente reforzar un rival directísimo para la Champions) y ante cantidades en principio poco convincentes, seguros de que podría haberse sacado más en la transacción (el club no ha revelado las cantidades, pero fuentes solventes hablan de 5 millones por cada año de cesión y 35 por la compra al término de esos dos años).

Sobre lo complicado de la operación, que se antoja rara, habla hoy en La Galerna Jorgeneo, quien sostiene que no es realmente cesión sino traspaso encubierto dado que la compra final podría ser obligatoria por parte del Bayern y no opcional como en teoría es. Jorge da buenas razones que sustentan lo que parece una conjetura razonable.

Sobre la transacción en sí, no hay que preguntarse tanto si es buena o mala como si cabía la opción de una transacción mejor. Dentro de la gran bonanza que vive el club, tanto financiera como deportiva, con un doblete recién logrado y que no se lograba desde 1958, cabe hacerse preguntas acerca de la partida de un jugador cuyo prestigio, de cara al aficionado, no ha quedado mermado por su escaso protagonismo en los últimos dos años. Se va, no cabe duda, un gran jugador, y hay fundado temor a que rompa en crack en el seno de un rival enconado.

Tal cosa no sería ninguna tragedia si el Madrid sigue en la senda del éxito que transita. El Real Madrid nunca, jamás, ha tenido a todos los grandes jugadores de cada momento, y siendo un gran jugador James se había quedado sin sitio en el Madrid. Con todo, la inquietud ante la operación por parte de muchos aficionados es entendible.

¿Podría haber ido a un destino que preocupara menos al madridismo? Probablemente, pero a fecha de ayer era la oferta que había sobre la mesa y (muy importante, pues sin el beneplácito del jugador no hay operación) la que seducía al colombiano.

Era la oferta que había encima de la mesa ayer, pero ¿no cabría haber apurado el margen temporal del mercado en espera de algo mejor (otro rival menos directo, más dinero)? ¿No le ha quemado James en las manos al Madrid? La pregunta es pertinente siempre y cuando se tenga en cuenta que el fichaje de Ceballos ha obrado lo imposible: que un jugador de la magnitud de James se convirtiera en un lastre de primera clase, circunstancia que por supuesto no pasaba desapercibida para el mercado. Es evidente que la contratación de Ceballos (acelerada a su vez por la presión del Barça por hacerse con sus servicios) ha convertido a James en un "problema", y que no había modo de presentarse ante el mercado haciendo como si no lo fuese.

La pregunta más pertinente de todas es por tanto: ¿justifica el fichaje de Ceballos el que el Madrid haya quedado en condiciones de negociación tan poco ventajosas por James? Es opinable y será el tiempo quien dicte sentencia al respecto, sin que convenga ignorar que no es la de Ceballos la única variable: el planeta entero sabía que James venía ya siendo un engorro (de perfil altísimo y muy buenas prestaciones cuando se le requería, pero también engorro) para un entrenador cuyo abrumador éxito convierte sus decisiones en indiscutibles. James se va en última instancia porque no le encajaba a Zidane, y si no le encajaba a Zidane (que ha logrado lo que ha logrado) no le encajaba al madridismo. Da pena, muchísima pena, pero es así. El Madrid hace una apuesta arriesgada que revela una fe ciega en su entrenador y en su plan: cede a un excelente jugador que puede convertirse en estrella mundial del fútbol (si no lo es ya) y lo cede a un muy cualificado adversario en la (casi) certeza de que ello no impedirá que las cosas sigan marchando viento en popa para el propio Madrid. El tiempo, de nuevo, dirá si se trata de una apuesta acertada, y lo mismo cabe decir del club de arribo y de las cantidades que se manejan. Ambas cosas producen a día de hoy lógica desilusión y un atisbo de preocupación que habría que aplacar trasladándonos no tan atrás: al 3 de junio pasado (y a Cardiff) sin ir más lejos.

El debate sobre James está servido y a buen seguro seguirá dentro y fuera de La Galerna. Hoy aparece de manera más tangencial de lo esperado en las portadas de la prensa patria, ocupando literalmente 1/4 de la portada de Marca, que es un verdadero hallazgo y como tal hay que aplaudirla. Escasa imaginación para tratar el tema (como el resto de los temas) en las otras tres portadas.

James, que te vaya bien con moderación (nos entendemos) y muchas gracias por todo, que pudo ser más y (ay) duele que no lo sea, pero ello no elimina nuestra gratitud. Nos da verdadera lástima verte partir.

Pasad un buen día.