Arbitró el rumano Istvan Kovacs. En el VAR estuvieron los italianos Massimiliano Irrati y Marco Guida.
Primera parte trepidante. Santo y seña en Anfield. Apenas hubo interrupciones y faltas. Una evidencia es que el Real Madrid no hizo la primera falta hasta el minuto 31'. Lo único objetable al rumano fue una falta en la frontal por mano de Modric, pero la realidad es que le dio en el brazo que tenía pegado.
En el segundo tiempo hubo más acciones a considerar. Las dos primeras fueron de aviso verbal porque se juzgaron igual. Un manotazo de Gómez a Vinicius en el 48' y un agarrón de Militao a Gakpo un minuto más tarde que merecieron tarjeta. También debió ver amarilla Núñez al golpear con el brazo a Militao en el 59' y Matip por una patada por detrás a Ceballos en el 87'. Kovacs solo se echó la mano al bolsillo por dos minucias: Vinicius al impedir sacar una falta en el 60' y a Elliott por protestar en el 92'.
Además, se comió un empujón bastante nítido de Arnold a Nacho en el 83' cuando el madridista estaba presto a entrar en el área.
Por último, la jugada polémica del partido tuvo lugar en el área del Real Madrid cuando Carvajal con su brazo empujó a Núñez en el 55'. Una acción que bien pudo acabar en penalti. En Europa algunos árbitros necesitan algo más para ir a los once metros, pero el lateral jugó con fuego.
Kovacs, DISCRETO.
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Discreto para Europa. Si lo comparamos con la banda Barça&Negreira, muy bien