Ya conocen ustedes la máxima: "no dejes que la realidad te estropee una buena noticia". Admitimos que hay pocas cosas tan inasibles como eso que -para resumir y torpemente- llamamos realidad, pero una cosa es esta salvedad con innegable carga filosófica y otra cosa es ponerse el mundo por montera para que salga el sol por Antequera y que la realidad sea lo que a mí me salga de ya saben ustedes dónde. Algún criterio -aunque no sea definitivo- ha de haber para que los hechos merezcan su nombre; un criterio al menos reconocible por muchos, intersubjetivo, comprobable, por supuesto que debatible, pero más o menos estable. Dicho sea todo esto con el permiso de la prensa deportiva catalana de hoy (y ojalá fuera solo de hoy).
¿En qué quedamos, amics de Sportivo? ¿Adiós sextete (ese palabro) por haber pagado los errores de San Mamés ante un Athletic que ganó con justicia, o el Barcelona cayó con polémica porque el árbitro se cargó la remontada? Es cierto que en eso que llamamos realidad caben matices y diferencias de acentos y subrayados, pero, hombre, hay realidades y realidades, hay hechos más seguros que otros, no es lo mismo decir que la leche es blanca que decir que la Central Lechera no lo es, aunque ambas cosas sean verdad. Además, cuando se dan contradicciones tan polarizadas como las que muestra hoy la prensa catalana bien parece que la Bernarda nos esté mostrando ya saben ustedes qué parte de su anatomía. Admitimos que nos gustan los ejercicios creativos y hasta algo díscolos, aunque solo sea porque lo real sería mero dato administrativo o contable sin el impulso de la imaginación más o menos controlada, pero este sano esfuerzo creador pierde su validez si se convierte en desbarre esquizofrénico. Si algo de cordura nos queda, nosotros vimos a un Athletic claramente superior al Barcelona en la mayoría de minutos de la eliminatoria, además de un primer partido esplendoroso por parte del equipo de la gabarra, de esos que merecen con todas las de la ley el término de baño. En todo caso, admitimos que nuestra interpretación no puede ser la única, así que estamos a la espera de los datos de posesión de balón para impugnar el resultado de la eliminatoria.
Aunque nos afirmamos en la lectura que acabamos de hacer de la Supercopa, no crean que no nos inquieta coincidir en ella con Marca, que ha visto más o menos lo mismo que nosotros, si bien remata su interpretación con un titular manifiestamente mejorable. No nos duelen prendas en esta sintonía -seguro coyuntural- con el Diario de la Hernia, al igual que no nos duelen cuando, por ejemplo, estamos de acuerdo con el molesto y antipático vecino de arriba en la necesidad de pintar la fachada del edificio. Qué le vamos a hacer. No podemos negarnos a nosotros mismos, ni los hechos que creemos veraces, por el solo motivo de que alguien no demasiado estimado coincida en ver alguna cosa de la misma manera. Además, reconocemos que nos alivia que en este caso el acuerdo no incluya asuntos que nos afecten de un modo cercano, esto es, no habla Marca del Madrid, ámbito en el cual habitualmente la sintonía desentona, la mayor de las veces para nutrir esta santa y bien jodida sección.
Para hablar del Madrid (ay) ya está el As, quien se centra en la renovación de Sergio Ramos, asunto lleno de aristas y -este sí- abierto a una multitud de interpretaciones que hacen difícil cerrar una sola como si fuera la única realidad. En principio, creemos positivo que Ramos siga en el Madrid, donde se ha convertido en uno de los mejores defensas centrales del mundo y, de paso, en un jugador con importante peso específico dentro del club. Pero sigamos. Tal vez ese peso haya sido utilizado de un modo excesivo por él y por su representante (el ínclito René) para obtener el contrato que ambos deseaban, tensando demasiado la cuerda y haciendo dudar a buena parte del madridismo del amor de Ramos por el club que tan bien le paga. "Sergio Ramos escenificó ayer su renovación hasta 2020", dice As, y nos parece idóneo el verbo que vertebra esa frase. Algo (o mucho) ha habido de teatro en todo este juego de dimes y diretes veraniegos que ayer por fin terminó; algo (o mucho) de "sí, pero no", de "no me quiero ir, pero es que ya tal", de "me ofrecen más por ahí y claro"; algo (o mucho) de silencios y palabras a medias motivadas por el interés. En fin. No se nos escapa que estas cosas contractuales son guiadas más con la cabeza que calcula que con el corazón que ama, pero sí hubiéramos deseado de Ramos alguna declaración inequívoca mostrando su firme deseo de quedarse en Chamartín antes de que ya sepamos que se va a quedar. Románticos que somos, tal vez. En todo caso, volvamos al principio de nuestra interpretación del caso para celebrar (no olvidando los matices añadidos) que el de Camas siga en el equipo, deseando sobre todo que su nuevo contrato contribuya a la calma en su juego, algunas veces algo díscolo, si bien nunca tanto como las lecturas que de la realidad hace hoy la prensa catalana.
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3 comentarios en: Interpreta, que algo queda
¿Que ha pasado con al encuesta de la tangana que de repente se ha equilibrado a un 50 a 50 cuando habia casi un 90 por ciento que habia votado “no”?
la actual la de de "¿Te gusta la renovación de Ramos según los términos conocidos?" Estaba con un 87% el NO y ayer paso a estar 50% 50%, ahora en un misero 55€ el no. ¿a que se debe la modificacion en la encuesta? buen portanalisis por cierto, como de costumbre.
¿no convenia?