(Nota para el lector: se produce interferencia cuando varias ondas coinciden en un mismo punto del medio por el que se propagan. Las vibraciones se superponen y el estado de vibración resultante del punto es la suma de los producidos por cada onda).
Cuando Canal + comenzó a emitir películas subidas de tono, había en mi colegio un tipo que presumía de poder verlas gratis. El truco consistía en utilizar un colador a modo de gafas y que le hiciera de filtro. Os confieso que intenté comprobar si aquello era cierto, porque la adolescencia es curiosa y además, ¿quién no ha intentado alguna vez cazar gamusinos? Pero lo sorprendente del caso es que, comentado el tema con el resto de compañeros de clase, y esperándome yo que a todos les hubiera pasado lo mismo que a mí, me encontré con que varios insistían en que sí podían ver las imágenes. Reconozco que tuve miedo de ser excluido y, como los cortesanos del cuento “El traje nuevo del Emperador”, negué que mis ojos fueran los únicos que no hubieran visto lo esperado, Aquella experiencia fue la primera vez que me sentí distinto a los demás, pero no la última.
A fuerza de hacerme mayor, descubrí que tenía deficiencias de socialización, pues me sentía más cómodo con mis propios pensamientos, mi verdad, que asumiendo aquello que, por generalizado, se entendía como cierto. Pero aprendí a poner buena cara y a ser cortés y diplomático con las opiniones ajenas, porque sabía que, de otro modo, no podría integrarme con éxito entre mis iguales. Sin embargo, cuando soy testigo de alguna injusticia mi espíritu reacciona mal y mi cuerpo sufre las consecuencias del sometimiento que inflijo a mis emociones. Siempre he podido controlarlo salvo últimamente cuando sufro…, digámoslo así, “interferencias”.
Intento seguir la actualidad de mi equipo y, como no puede ser de otra forma, tengo que consumir horas de radio y televisión de diversa ralea. Y hay quien dice que lo ve y escucha bien, lo sé porque oigo comentarios en bares y en la oficina. Yo, en cambio, padezco una sensación de irritabilidad que no me permite mantener la emisión encendida durante mucho tiempo. De repente, me descubro achinando los ojos frente al televisor o torciendo la cabeza para orientar mis orejas de forma que reciban mejor los estímulos auditivos de las ondas hertzianas y, a los pocos segundos, comienzo a sentir un acaloramiento propio de menopáusicas. Es como entrar en combustión espontánea y no puedo sino apagar la televisión, por miedo a prender y a consumirme en cenizas. He descartado que se trate de alguna reacción a los aparatos electrónicos y también que pueda no estar en mi sano juicio, aunque no descarto tratamiento psicológico paliativo.
En realidad, tras pruebas de ensayo y error, he llegado a la conclusión de que tiene que ver con el efecto que las palabras de los periodistas tienen en mi psiquis. Es extraño… Entiendo lo que dicen, hablan mi idioma. Algunos incluso se expresan con elocuencia y erudición, pero despiertan en mí los recuerdos de aquel día, en el recreo, en el que tuve que admitir lo inadmisible: que lo que los demás decían ver (o entender) perfectamente no era algo que mis ojos (o mi entendimiento) fuese capaz de procesar.
Cruzo los dedos para que, por fin, el Real Madrid consiga una de las seis licencias de TDT que se concederán el 9 de octubre. Creo que, a partir de entonces, el mensaje del club podrá llegar a mí sin ningún tamiz que lo contamine. Sin salmonelas mediáticas que distorsionen las noticias. Cruzo los dedos porque sé que no estoy solo en mi “enfermedad”, y que somos muchos los aficionados que deseamos poder acceder a la información sin las injerencias propias de la subjetividad, intereses (¿bastardos?) e inquinas de la prensa deportiva de este país. Cruzo los dedos, porque… cruzarme de brazos no puedo.
Efectivamente, somos muchísimos los que estamos esperando con los dedos cruzados ese 9 de Octubre.
Bueno, RealMadrid tv se puede ver ya con la app gratis del Real Madrid... y la puedes ver en cualquier sitio... Yo suelo ver las tertulias (lo bueno es que si no las ves en directo las reponen en otros horarios) pero de lo que pecan fundamentalmente es de ser demasiado 'light' con todo lo que atañe al Real Madrid... Se limitan a no hablar de lo que sean "problemas" (como con la polémica de Casillas y después de Ramos) como si no existiera.. eso tampoco debe ser así.. no valen periodistas antimadridistas como todos los que hay en las diferentes radios y tv, pero tampoco vale que sólo haya adulación e intentos de edulcorarlo todo... Término medio señores. Se aceptan críticas (constructivas) al Madrid de personas que sean realmente madridistas, no precisamente para hundir al equipo ni a la institución, sino para mejorarlos y engrandecerlos.
Estoy de acuerdo, Aliseya. El problema es que ahora mismo la situación es tal que ni siquiera el mensaje del club llega nítido. La opinión puede ser más o menos edulcorada y cada cual elige escuchar u oír lo que le apetece, pero, al menos, la información debería ser precisa y libre de aditamentos. ¿No crees?
Yo ni quiero un Sport o MD, ni quiero un medio controlado por el RM con una opinión y una línea única. Sé que es mucho pedir pero me contentaría con un medio que delimite lo que es información de lo que es opinión. Que no tuviera intereses con promocionar a sus jugadores de cámara, que no haga campañas contra otros jugadores, que no intente imponer alineaciones y sistema de juegos, que no se vendan al representante de turno para que fichen a su jugador o le suban el sueldo, que no promocionen a compañeros dentro de la estructura del club, que para rellenar páginas u horas se invente problemas, que exagere hasta la nausea gestos, miradas, palabras, frases... RMTV en tdt tendría mucho potencial y ocuparía un espacio bueno y necesario. La falta de ética, de escrúpulos y el doble rasero que aplican el resto de medios, entiendo, que nos lleva a desear algo que tampoco sería bueno.