Conocí a don José Luis Llorente Gutiérrez, padre de mi queridísimo Joe, en la presentación del libro Vitamina X, escrito a seis manos por su hijo, por Pilar Jericó y por otro buen amigo, Jesús Vega.
Llamaba la atención desde el primer momento por su sencillez, por su afabilidad y por su modestia, un castellano de los de siempre, de Valladolid, recto, llano y muy cordial.
Meses después, tuve la ocasión de conocer a don José Luis algo más en profundidad, ya que Jesús Bengoechea y yo tuvimos el inmenso privilegio de compartir unos excelentes callos en el mítico restaurante “San Mamés”, cerca de Cuatro Caminos, con él y con Joe.
Fue una comida inolvidable. Don José Luis tenía una memoria formidable y era un inagotable pozo de sabiduría y de anécdotas de todo tipo. Antiguo visitador médico, solía recorrer decenas de pueblos castellanos gracias a su scooter, y años después, ya jubilado, recordada sin problemas el nombre de cada médico de cada localidad; para él no eran simples relaciones laborales o comerciales, ya que departía muchas veces con ellos en el bar del pueblo, echando una partida de dominó o de cartas, en tertulias infinitas sobre todo tipo de temas, gastronómicos, geográficos, históricos, científicos...
Siempre hablaba con enorme orgullo de todos sus descendientes; todos ellos jugaron en los primeros equipos de baloncesto (Joe y Toñín) y de fútbol (Paco y Julio) de nuestro amado Real Madrid. también, por supuesto, de su nieto Marcos, y de sus otros nietos deportistas (hijos de Joe), Sergio y Juan, baloncestistas de calidad
Casado con doña María Antonia Gento, hermana mayor de don Paco, tuvieron cinco hijos: la primogénita, María José, un verdadero encanto, y cuatro varones, grandes deportistas de élite, y todos ellos jugaron en los primeros equipos de baloncesto (Joe y Toñín) y de fútbol (Paco y Julio) de nuestro amado Real Madrid.
Siempre hablaba con enorme orgullo de todos ellos; también, por supuesto, de su nieto Marcos, recién traspasado al Atlético de Madrid en la época de nuestro almuerzo, y de sus otros nietos deportistas (hijos de Joe), Sergio y Juan, baloncestistas de calidad.
Don José Luis, además, era un profundo conocedor del deporte, y por su larguísima amistad con don Paco, podía hablar de cualquier hazaña del Madrid de las cinco Copas de Europa consecutivas: en el restaurante “San Mamés”, por ejemplo, había una enorme foto dedicada por nuestro antiguo capitán don José María Zárraga, asiduo a los deliciosos callos, al que por supuesto conoció don José Luis, como a las leyendas Puskas, Santamaría, Muñoz y Alfredo, como lo llamaba él, y con quien también le unió una gran camaradería.
Don José Luis nos dejó ayer, a los 91 años, tras apagarse lentamente en los últimos meses, y rodeado del cariño de los suyos. Se reunirá con su querida doña María Antonia, fallecida hace 19 años, y que reposa en el panteón familiar de los Gento, en la pequeña localidad de Guarnizo, muy próxima a Santander. El Real Madrid no tardó en emitir este comunicado de condolencias.
Descanse en paz un hombre maravilloso, discreto, cordial y con un sentido del humor excelente, que siempre estuvo en un segundo plano, rodeado de una familia de titanes del deporte, con una integridad y una bonhomía nada habituales en los tiempos que corren.
Todo un honor y un placer haberlo conocido, querido don José Luis, al menos por unas horas, que resultaron inolvidables para este cronista.
Descanse en paz. Y un gran abrazo y mis condolencias a toda la gran familia de los Llorente Gento, en particular a mi gran amigo Joe.
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D. E. P.
Mi pésame para la familia, y en particular para su hijo mayor, José Luis.
Descanse en paz.
Descanse en paz .
Otro gran articulo y magnifico recuerdo con la sencillez y sinceridad a las que Athos nos tiene acostumbrados. Reciban también mis condolencias si leen estas lineas Familia Llorente Gento
Grandes los Llórente Gento,estupendo y humano reportaje