In Julen we trust

Buenos días. In Julen we trust. El entrenador del Real Madrid concedió una entrevista a El Larguero, programa en el cual Manu Carreño le buscó las cosquillas a modo, encontrando como respuesta un muro de educación, prudencia, sensatez, pedagogía y madridismo. Nos gusta Lopetegui. Somos lopeteguistas, julenianos. Nos peinamos con raya en medio en señal de apoyo a nuestro nuevo técnico. Algunos miembros del consejo de redacción de La Galerna lo hacen con más entusiasmo que otros. A Mario de las Heras le queda divinamente ese hairstyle, que enfatiza sus rasgos más intelectuales. Falstaff no termina de estar convencido, a pesar de que en California la raya en medio hace furor entre los surfistas. Alberto Cosín se ha dejado a la vez barba y raya en medio, y parece un capitán Nemo eternamente sumergido, a bordo de un blanco Nautilus, en el océano del saber madridista.

Todo lo que dijo Lopetegui a Carreño tuvo sentido y sensibilidad, como si se tratase de Jane Austen en lugar de ser un señor guipuzcoano. Los extractos de la entrevista que trae a su portada Ouija Daily son buena prueba. Es forofo de la selección, sin que el infame trato recibido por parte de Rubiales haya hecho mella en esa estima suya por el equipo nacional. Y tiene una "idea" para la portería que en muy buena lógica no desea hacer pública, sin que esa discreción, dicho sea de paso, aplaque nuestra intriga al respecto (que no nuestra preocupación).

Es quizá buen momento para aclarar que nuestro lopeteguismo tiene que ver con el margen de confianza que todo el mundo merece, pero también con el buen uso de ese margen que hasta el momento ha hecho el vasco. El Madrid se ha ido al parón sintiéndose fuerte física, técnica, táctica y moralmente, y habiendo ganado sus tres primeros envites ligueros con alguna suficiencia y convenciendo.

Es quizá buen momento para decir también que apoyar a Lopetegui no significa desdeñar en lo más mínimo (¿quién podría?) el inconmensurable trabajo llevado a cabo por Zinedine Zidane. Aquí somos zidanistas hasta la punta de la bota, sin que el serlo nos reste una micra de entusiasmo en la tarea de apoyar a un entrenador que no solo es el del Madrid, sino que además merece ese apoyo por su sapiencia y profesionalidad extremas.

A pesar de que en La Galerna hemos publicado textos críticos con esa decisión, tiene todo el aspecto de que Julen está acertando incluso en la polémica decisión de hacer jugar a Vinicius en el Castilla estos primeros compases del campeonato. El chico, mordiscos cholistas aparte, parece feliz y motivado, por lo que no se comprende bien la portada de Marca.

Decimos que no se comprende bien porque, para empezar, nunca se comprende bien lo feo. Todas las cosas que ofrecen reparos estéticos resultan en alguna medida ininteligibles. Qué cosa más fea, Virgen santa. Un trozo para Nadal y otro para Vinicius, en decisión tan salomónica como atroz desde el punto de vista visual. Salomón mandó cortar un niño por la mitad pero no llegó a llevar a cabo la cafrada, ya que solo estaba poniendo a prueba a las dos mujeres que se decían madres de la criatura. Gallardo en cambio ha cumplido su amenaza. El resultado es menos grave que la partición en dos de un niño pero no mucho menos dañino a la vista. Se diría que la partición de esta portada representa la existencia del binomio Gallardo/Caprio en el seno del periódico (la rara y casi improcedente información sobre Vinicius es cosecha de este último), que es casi como plasmar la existencia del binomio Marca/Hernia Chronicle.

Os dejamos con las primeras planas de la prensa afín al eterno cuartofinalista de la Champions, dado que habrá quien quiera verlas y vivimos una era de máximo respeto a conductas que en otro siglo hubieran sido descalificadas como meras desviaciones.

Pasad un buen día.