Los billetes en Estados Unidos llevan impresa la famosa frase, In God we trust, mezclando de una forma curiosa algo tan material como el dinero con algo tan inmaterial como la fe en Dios.
En el Real Madrid el dinero va unido a la ilusión por la consecución de títulos, gracias a la compra de nuevos fichajes. Y esa ilusión vinculada tantos años al “ser superior” (Butragueño dixit), Florentino Pérez, ha sido injustamente arrebatada a las masas en las últimas temporadas.
En la afición del Real Madrid siempre ha habido una gran corriente favorable al presidente, pero también una permanentemente crítica con muchas de sus decisiones.
Sin entrar a valorar a fondo los errores cometidos por Florentino Pérez, se ha creado recientemente, a raíz de ciertas estrategias del club (el estadio o la política de fichajes), una suerte de discurso que parece vincular sus decisiones con una actitud caprichosa. Como si imaginásemos a Florentino como muchos nos hemos imaginado a nosotros mismos en nuestro club favorito: comprando y vendiendo jugadores como si volviésemos a jugar al PcFútbol, o ampliando o no el estadio con el dinero sobrante de la venta de fichajes.
Pero, precisamente, si algo ha caracterizado a Florentino Pérez en su toma de decisiones ha sido una gran coherencia empresarial, hasta el punto de llevar muchas veces su modelo al límite, como con la política de “Zidanes y Pavones”. En un negocio en el que el éxito no se mide a través de variables económicas clásicas como el beneficio, nivel de deuda o de ingresos, sino a través de los resultados deportivos, el presidente blanco siempre ha intentado vincular sus estrategias a claros patrones empresariales.
De hecho, se pueden distinguir dos estrategias claramente perseguidas, en tres momentos diferentes de sus mandatos.
En un primer momento, cuando llegó al club, la gran estrategia de Florentino era algo tan simple como que el club generase más ingresos que gastos. Cuando llegó al club se encontró un equipo enormemente exitoso a nivel deportivo, con dos Champions logradas en años anteriores (7ª y 8ª). Pero a la vez se topó con un club terriblemente endeudado. Hasta tal punto que el año anterior hubo que vender a jugadores como Clarence Seedorf para tener liquidez suficiente.
El éxito deportivo no coincidía con el éxito económico. Pudiera ser que al aficionado no le importase mientras se levantasen títulos, pero pocas veces el club estuvo tan cerca de convertirse en S.A como entonces, con las consecuencias que ello habría supuesto.
Al Real Madrid las Champions no le servían ni para generar más ingresos ni seguramente, a futuro, si hubiese seguido esa política, para retener a jugadores que habría que haber vendido a precio de saldo.
Florentino entendió en un primer momento que había que separar el éxito económico del deportivo, al menos a corto plazo. Y apostó por vincular los ingresos con la imagen de marca y con la atracción de grandes jugadores. Superestrellas que por sí solas atrajesen a grandes marcas comerciales y a muchos aficionados. Ya sabemos como acabó la historia, pero por resumir mucho: se trajeron a los mejores jugadores del mundo (nacidos para jugar en el Madrid, que diría Florentino), se ganaron algunos títulos y, sobre todo, el Real Madrid se convirtió a lo largo de los años en el club más rico del mundo de manera recurrente. Ese modelo de éxito se ha estudiado en las mejores escuelas de negocio, y es el que han seguido la mayoría de clubes de élite.
Ese liderazgo económico se ha mantenido como patrón durante estos casi 20 años, independientemente de títulos logrados, crisis deportivas o la presencia de superestrellas. De la misma manera que el actual Manchester United se mantiene como club top 3 económicamente a pesar de no haber tenido un liderazgo deportivo en los últimos cinco años; el Real Madrid ha sido el club más rico a pesar incluso de haber estado durante seis años sin alcanzar los octavos de final entre los años 2005 a 2010. Aunque es cierto que esa distancia se acorta cada vez más con otros clubes como PSG o Manchester City.
En la segunda etapa de Florentino, en el verano de 2009, la estrategia empresarial no era tanto generar ingresos como recuperar la hegemonía internacional. Hegemonía deportiva, claramente perdida, pero también el liderazgo empresarial. Con la llegada de fichajes como Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema o Xabi Alonso se pretendía dar ese salto diferencial. Un salto deportivo, pero al mismo tiempo económico porque el impacto de esos jugadores, especialmente los dos primeros, era gigantesco a nivel publicitario.
La inversión de más de 250 millones de euros, tan criticada en ese momento como la famosa apuesta galáctica, acabó fructificando, a la larga, en forma de cuatro Champions Leagues.
Y ahora, recientemente, Florentino ha adoptado durante los últimos tres años por otra estrategia empresarial. Con un club que generaba ingresos, con una plantilla competitiva, el objetivo era esta vez diferente: se trataba de limitar los gastos.
A pesar de que el club sigue generando ingresos constantemente, hay determinadas partidas que evolucionan lentamente y otras como los grandes patrocinios, llevan años en negociación, a la espera de una renovación muy al alza. Los ingresos se generan a largo plazo y requieren de inversiones previas (fichajes carismáticos o el estadio).
Pero mientras, la Premier League ha firmado en estos años ingresos record por derechos de TV, y además han desembarcado en Europa propietarios multimillonarios, algunos de ellos clubes-estado. En ese contexto y en un mercado con gran liquidez de capital y con nuevos actores y mucha más competencia, el gran objetivo ha sido esta vez la contención de gastos.
Un reto extraordinario en un momento en el que ha habido clubes dispuestos a gastar mucho dinero en atraer a los jugadores más talentosos. Un reto no solo para fichar a jugadores con nivel suficiente para el Real Madrid, sino para evitar que los propios jugadores blancos buscasen mejores salarios en clubes deseosos de contar con sus servicios. Y un dificilísimo equilibrio entre gastos e ingresos en una industria en la que los aficionados necesitan cada verano nuevos fichajes para mantener la ilusión.
Resulta difícil imaginar a Florentino Pérez y a su equipo negando las virtudes futbolísticas de Mbappé o Hazard. Habría que ser muy obtuso para pensar que ninguno de los dos tiene cabida en el Real Madrid. “¡Y, sin embargo, Florentino lo ha sido!”
Ese pensamiento, escuchado a muchos madridistas y leída infinidad de veces en redes sociales, responde a un legítimo y pasional discurso de un aficionado, pero no se corresponde con un análisis objetivo de una realidad empresarial. Y si asumimos que en el club hay decenas de profesionales preparadísimos, que el presidente del Real Madrid es competente y que además quiere lo mejor para el club, hay que asumir igualmente que esas han sido decisiones meditadas, con el uso además de información que el común de los aficionados no tenemos.
La premisa anterior no exime al club de cometer errores. Y en la larga historia de Florentino como presidente se han cometido varios. Algunos de ellos recientes y otros pasados como el no fichaje de jugadores como Etoo o Ronaldinho, muy relevantes en su día. Pero cada error cometido se corresponde con una elección de otra alternativa, no caprichosamente. En aquel caso, falta de espacio en la delantera para el camerunés o apuesta preferente por Beckham, respectivamente.
El error se tiende a apreciar más que el acierto. Como ejemplo: el fichaje de Vinicius Junior. A día de hoy el jovencísimo brasileño está valorado por el prestigioso portal alemán Transfermarkt en 70 millones y a ninguno se nos escapa que tiene potencial para ser una superestrella y valer por lo menos el doble.
Pues bien, ese fichaje ha sido larga y profundamente criticado desde hace casi dos años, cuando se anunció. Ahora parece una decisión acertadísima, pero en su día se tomó un riesgo en una decisión no sencilla: pagar una cantidad importante de dinero por un juvenil de 16 años. El Real Madrid desembolsó 45 millones de euros y acertó. Bien es cierto que se podía haber equivocado, pero hemos de pensar que existían excelentes informes acerca no solo de las cualidades físicas y técnicas del jugador, sino sobre su personalidad, su entorno, su capacidad de aprendizaje...
A la hora de aprobar todas esas decisiones críticas, el presidente del Real Madrid habrá tenido que recabar de los empleados especializados la mayor información posible para tomar la mejor decisión. Conocía los riesgos de equivocarse, no tenía un interés especial en fichar a ese jugador y, más bien al contrario, el aficionado le pedía jugadores no de futuro, sino de presente y contrastados. Y aún así, ordenó el fichaje. ¿Qué necesidad tenía de “ese capricho”? ¿Que tenía que ganar? ¿Cuánto habría perdido si Vinicius fuese ese juvenil sobrevalorado que muchos pronosticaban?
Al final de todas esas preguntas hay una estrategia definida que busca el mejor interés del club. Por eso, la política de contención de gastos, en dos partidas fundamentales como son salarios y coste de traspasos, hay que entenderla como una estrategia del club largamente meditada. Una estrategia unida a la de fichar a los mejores talentos jóvenes posibles. El resultado deportivo de esta temporada invalida tal estrategia de la misma manera que las dos temporadas anteriores la validarían.
Son estrategias que evidentemente llevadas al extremo, al igual que ocurrió con el “Zidanes y Pavones” pueden ser arriesgadas. Pero si atendemos a las anteriores veces que Florentino apostó por un modelo, hemos de pensar que la reciente política de fichajes de jóvenes tarde o temprano dará sus frutos o que tendrá (como parece) un mayor equilibrio.
O puede que no y en los próximos años el club tenga que gastar cantidades ingentes de dinero porque esos jóvenes no tienen nivel élite. Lo determinarán sobre todo los resultados deportivos. Pero ante un mercado que ha experimentado un cambio tan profundo, como que desde el 2016 se hayan realizado varios de los fichajes más caros de la historia (top 5 y siete de los diez más caros), parece una estrategia como mínimo sensata, como demuestra el interesantísimo vídeo que referencio abajo.
Pero el objetivo del artículo, más allá de explicar las estrategias hasta ahora aplicadas, es hacer énfasis en que Florentino Pérez ha tomado y toma las decisiones de manera empresarial y no por capricho. No son decisiones para contentar al aficionado ni sus propios deseos. Al menos en lo que respecta a grandes decisiones de club como los fichajes o el estadio.
De otra manera sería casi imposible explicar el drástico cambio operado en la personalidad del presidente, que ha pasado de fichar superestrellas compulsivamente a preferir fichajes de jóvenes jugadores sub 21, que es imposible que conociese y que no tienen relevancia internacional alguna. O pensar, por el contrario, que ambas son estrategias con un sentido, en dos momentos diferentes de la historia del club, con distintas necesidades empresariales.
Nada de lo anterior impide que el aficionado realice críticas justificadas al presidente o que el propio club haga autocrítica e incluso modifique esas estrategias. Ni desde luego, que el aficionado apele a su pasión para esperar resultados. Y como eso normalmente se logra con goles, que reclame grandes fichajes de delanteros y estrellas. Pero de la misma manera que eso es lo que se espera de un aficionado, lo que se espera del presidente de un club que factura más que la mayoría de empresas -en próximos años 1.000 millones de euros-, son decisiones empresariales meditadas y largoplacistas.
Aunque esa confianza suponga un acto de fe por encima de nuestra necesidad como aficionado de fichajes, solo nos queda encomendarnos al eslogan “in Florentino we trust”.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
Muy buen artículo.
Yo creo mucho en Florentino, porque es una persona de éxito ( prestigio también, pero la prensa se encarga de que no lo tenga ) y porque es madridista. Los grandes estadistas siempre han ido a largo plazo, ahora eso es imposible, no hay grandes estadistas, todo lo contrario, cada cuatro años o menos cambios y a cambiar el "proyecto". En el mundo de la empresa es lo mismo, los mejores y las mejores empresas siempre han ido a largo plazo y asentar el proyecto. Pero ahora se busca la inmediatez, el éxito rápido y si no eres un fracasasado y hay que cambiarlo todo...error.
Florentino tiene proyecto aunque este año por lo medriocre que ha sido el equipo no lo parezca, y es que esto es fútbol y encima somos el Real Madrid, yo admito y puedo soportar que pasemos años en barbecho para empezar a sembrar y recoger. Pero la prensa y un amplio sector del madridismo no està dispuesto, sobre todo porque esa prensa condiciona sin remedio. Los resultados serán los jueces. Estos resultados que parecen que se han aplicado a entrenadores que no han ganado y por lo tanto fracasado y que rápido se acaba la paciencia.
Yo creo en Florentino, pero creo que a veces él también debería de creer y dar paciencia a profesionales como yo se la doy a él.
Toca remar con energia y llevar el timón con fuerza...
Gracias Andrius!
El fútbol es una pasión, un entretenimiento Y en el Real Madrid eso va unido a ganar. Como bien dices, se busca lo inmediato.
Pero la realidad es que el fútbol es un negocio muy complejo, que hay competencia muy dura y que la historia habla de ciclos de éxitos y penurias. Y hemos vivido últimamente más en lo primero que en lo segundo.
Florentino siente pasión por el Real Madrid. Y ha hecho mucho por el Real Madrid. Lo que, como aficionado madridista, me preocupa es que esté fatigado de tanta responsabilidad y trabajo.
PARADO TODO PARADO AL FINAL COGEREMOS LAS SOBRAS
Gracias por este artículo de tanto nivel. Sólo decir que según recuerdo, Eto'o no dejó de venir al Madrid por "falta de espacio en la delantera" sino porque para paliar el fracaso del año anterior, Valdano fichó deprisa y corriendo a Samuel, central del Inter de Milán, que vino a ocupar la única plaza de extracomunitario que quedaba libre, impidiendo así el retorno del camerunés.
En cuanto a las exigencias deportivas del aficionado, una cosa es no poder fichar grandes estrellas, y otra pasar una temporada entera, en la que nos jugamos tres competiciones, sin un delantero centro que remate las jugadas. No es que haya faltado calidad, es que ha faltado un mínimo de equilibrio en la plantilla.
Además de seguir arrastrando el problema casi eterno (con la excepción, en mi opinión, de la primera temporada de Capello) de una plantilla perezosa en lo táctico.
Gracias Juan.
El tema de Etoo, al final fue un tema de otra elección, ya fuese por temas de fichas u otro motivo. Que es un poco la idea del artículo. Y lo mismo aplica para lo que comentas.
Todos tenemos claro que este año el equipo no ha dado el nivel. Florentino incluido. El asunto es que tampoco fue una decisión caprichosa porque se creyó en Bale como sustituto de Ronaldo y se optó por Mariano, que había marcado 18 goles en Francia, como opción de delantero centro. Además de en la explosión de Asensio.
A la vista de los resultados, opciones equivocadas, en las que por cierto, yo también creí. Pero la idea del artículo es señalar esa alternativa no caprichosa y sí meditada.
Bueno, creer creer yo también creí. Es más, recuerdo haber comentado a un compañero que para mí las cosas se habían hecho bien, lo que no significa que fueran a salir bien.
Pero claro, entonces confiaba en que Lopetegui pudiera imponer un estilo (perdón por los hipersensibles), Bale y Asensio dieran el paso adelante y tanto Vinicius como Mariano tuvieran una temporada en la que pudieran mostrar todo su potencial desde el principio.
También me ilusioné con la pretemporada de jugadores como Odriozola, Vinicius, Reguilón, M. Llorente y Javi Sánchez, a los que Lopetegui luego no dio ni bola.
Aún con todo me sigue faltando un delantero centro desde la 17-18, y es que creo que los planes del Madrid pasaban porque Mbappè hubiera venido esa temporada a cubrir el hueco dejado por Morata, y que su decisión final de fichar por el PSG frustró todo.
Gracias por contestarme.
Hola Juan A.
Sin embargo ayer mismo comentaban las estadísticas de Benzema a propósito de su doblete a Eibar. Lleva los mismos goles que Mane, Cavani o Kane. Tan solo 2 menos que Cris.
En la Premier el máximo goleador es Agüero con 19.
Si Ramos le hubiese dejado tirar los 4 ó 5 penaltis que hemos tenido. Karim estaría en el podio de la bota de oro con Lewandowski.
Tenemos un delantero que está en línea con los máximos goleadores, pero nos ha faltado un segundo goleador que apuntale las victorias complicadas que se nos han escapado este año. Y una media del campo que nos hiciese jugar.
Nos han faltado 10 goles de Bale y que Kroos, Luka y Casemiro estuviesen en buenas condiciones. Ambas situaciones bajo mi punto o de vista íntimamente ligadas.
Imagina que fichamos a Kane por 200M€ y mete 8 goles como Bale (Bale lo habriamos vendido)...estaríamos en una situación incluso peor que la actual.
Es duro, pero dentro de la desgravación de una temporada tan mala, como hemos perdido todo en 1 semana es lo mejor que nos podía pasar...mano libre para hacer tabla rasa y crear un nuevo equipo el año que viene.
HASTA EL FINAL VAMOS REAL...que los editores ya no me dejan decir aquello de hala Madrid tel
🙂
Enhorabuena Carlos, excelente artículo! Lástima que el 90% de aficionados consumen la basura amarillista de siempre; la sociedad en la que imperan la estulticia, la superficialidad, la inmediatez y el cainismo hacen el resto... Los que tenemos perspectiva y dejamos de tomarnos hace tiempo la pastillita azul a diario ya valoramos suficientemente la gestión de Florentino. Insisto, enorme artículo.
Da gusto leer textos tan informativos y bien elaborados. Gracias.
En cuanto a Florentino Pérez y su equipo al frente del Real Madrid CF, se podrá o no estar acertado en la estrategia a seguir. Eso lo determinarán los resultados. Pero lo que no se puede negar es que todas las decisiones se toman con sentido común y con información.
Gracias Esteban y Miguel Angel. Esperemos que los resultados deportivos ayuden en el futuro, que siempre será más fácil vender la gestión. Aún así, creo que hemos vivido unos tiempos absolutamente únicos.