Tras el portanálisis invertido de ayer, nos aflojamos la corbata, nos subimos las mangas de la camisa y nos disponemos a retomar -un par de cafés mediante- la sana (?) costumbre de analizar más o menos las principales portadas de los medios deportivos patrios, aún con los ecos de las palabras de Arbeloa en nuestros oídos y en nuestro fuero interno. No se olvidan fácilmente algunas declaraciones de nuestro lateral, sobre todo aquellas que más explícitamente destilan eso ya tan en desuso que solía llamarse amor a los colores. Un amor con tintes algo trágicos, dada su escasez y la cierta melancolía que denota, pero también un amor con mayúsculas, debido precisamente a la incomprensión (a veces furibunda) que suscita en tantos corazones de latón y en mentes no exentas de serrín.
Mucho latón y tal vez aún más serrín ha encontrado también Cristiano Ronaldo en su día a día en el Real Madrid. En lugar de arrojar pétalos de rosa a su paso (no nos hagan dar aquí las evidentes razones para que hacerlo no sea un cursi desatino), el portugués ha sido cuestionado, criticado, silbado e insultado no ya injustificadamente, sino sobre todo descerebradamente, sin la mesura, el rigor y hasta el cariño que debería exigir toda crítica a cualquiera, pero más a un tipo que hace lo que hace (no nos hagan decir aquí lo que hace porque saben de sobra que lo que él hace no lo ha hecho jamás nadie). No descartemos que haya suma muestra de mediocridad en buena parte de las sospechas que se arrojan sobre Cristiano, esa mediocridad tan típica de quien cree que criticar es la mayor muestra de inteligencia, cuando si algo enseñan los que pueden llamarse sabios es que la mera crítica es cosa tal vez necesaria, pero también cosa menor y fangosa en comparación con el lúcido reconocimiento de la belleza y de la excelencia. Disculpen si nos parece que conocer de verdad algo es atreverse a quererlo, y que quererlo no es suspender el análisis, la ponderación y el juicio, sino activarlos justamente como modos de seguir conociendo y queriendo.
De aquí que valoremos la portada que nos presenta hoy Marca y que, como dice su titular, nos agarremos a Cristiano para lo que queda de temporada, con el reto (y sobre todo la ilusión) de la Undécima como estímulo. Aferrarnos a Cristiano por supuesto tiene que ver con hacerlo a sus números de fantasía, pero también a la certeza de la entrega absoluta a su trabajo (o mejor, a su devoción), así como a la gloriosa demostración de coraje, hambre y firme voluntad que definen a Cristiano y que encaja perfectamente con la definición del Real Madrid. ¿De qué si no hace gala Arbeloa en la entrevista que nos concedió y aun cada vez que abre la boca para fijar en piedra constantes lecciones de madridismo?
Es por eso que aferrarnos a Cristiano no es simplemente aferrarnos a un goleador de proporciones históricas, sino a una idea, queridos galernautas, a un modo de ser y de pensar, a una búsqueda del mejor de los futuros que, como suele ocurrir con el futuro, es siempre un encuentro con nuestros orígenes. Camino de Oz vamos, y mucho nos tememos que intentamos caminar esforzadamente con el lastre de hombres de hojalata sin corazón, de leones sin valor y de descerebrados espantapájaros. Por nuestra parte solo queda desear que en ese camino sepamos aprender a querer un corazón de carne y hueso capaz de la más desprejuiciada emoción, un cerebro realmente diestro y mesurado que tenga la sabiduría de no olvidarse del corazón, y un valor tan lúcido y arriesgado que sepa aunar reflexión y sentimiento en una firme apuesta por el querer seguir siendo lo que siempre fuimos, acaso nada menos que una idea y un amor (valga la redundancia).
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
5 comentarios en: Una idea y un amor
El Sr.Bengoechea da en el clavo "esa mediocridad tan típica de quien cree que criticar es la mayor muestra de inteligencia". Por desgracia, de eso abunda mucho en nuestra afición (un detalle muy español, el sabelotodo que tiene soluciones para todo menos para su propia vida), el típico ceporro que no tiene idea de nada, pero que para creerse más que el resto le atiza a diestro y siniestro a cualquiera de nuestro club (con o sin razón, poco importa), y que además es avaro en el elogio o en el agradecimiento, no vayan a pensar que no es una persona exigente, sin pararse a pensar que en el fondo está quedando como un cretino.
Magnífico comentario al artículo.
La portada del dia es la del Sport (no incluida hoy).
Una V de vendetta roja sobre fondo negro.
Cualquiera pensaría que es un homenaje a las víctimas del 11-M, aunque con un dia de retraso.
Pues no. Cuando creíamos que en Barcelona no se puede ser más victimista y paranoico, nos lo aclara la frase "El Barsa quiere vengarse con goles de las acusaciones tras la fiesta de Halloween".
Es decir, que los jugadores del barsa interrumpen la rueda de prensa de un jugador del Getafe con máscaras de goma (en otras palabra, hacen el idiota, demuestran mala educación y le faltan el respeto al rival), y ahora, 19 partidos después, quieren venganza (¡nada menos!) porque el Getafe no les rie las gracias.
No solamente se puede ser más victimista ni paranoico, si no que además, le suman prepotencia, soberbia, y una falta absoluta de autocrítica y de la tan cacareada humildad de la que hacen gala por Barcelona.
Lleva razón. La de Sport es la portada del día, pero es bueno a veces decidir por uno mismo qué día es.
Cuando crees que han tocado techo....... estos cules siempre te sorprenden.