Buenos días. Las portadas del día reflejan la agónica victoria del Barça en su presumiblemente sencillo compromiso de ayer, así como las expectativas en torno al partido de Champions que hoy disputa nuestro equipo. Hoy sí que se juega la Champions de verdad.
Dios nos libre de dar argumentos a quienes nos acusan a los madridistas de arrogantes, pero ¿qué prepotencia hay en decir que quien de verdad juega la Champions o la Copa de Europa es el Madrid, mientras los demás solo creen que la juegan (y que la ganan, de darse el caso)? Toda la gloria asociada a este torneo consiste en recuperarlo porque es tuyo, porque ha sido tuyo anteayer, ayer y hace un rato. El resto son fruslerías de nuevo rico que compra cuadros caros sin tener idea de pintura y trata de aprender fonética utilizando a Hugh Grant de profesor, como hacía Tracey Ullman en Small time crooks.
Insistimos: ¿qué prepotencia hay en el exponer estas simples ideas, al alcance de cualquier mente no penetrada por el prejuicio? No hay comparación entre la satisfacción algo ordinaria (como los cánticos ebrios de quien gana la lotería sin otro mérito que la potra) de quien se hace con la Champions sin ser el Madrid y la sensación de plenitud asociada al hecho de que el Madrid gane SU trofeo, que es el evento más parecido a un mundo con sentido que vais a ver mientras viváis.
Para celebrar la vuelta de la Champions de verdad, hoy publicamos un precioso artículo de Quillo Barrios: Amsterdam vs. Lisboa, ¿con cuál te quedas?
En el Barça (ver Sport) parecen estar muy satisfechos con la victoria cosechada ayer tras sudar sangre ante un rival muy inferior y exhibiendo un juego muy pobre. Tienen razones para estarlo, agregaremos sin la menor ironía. Ya están (aunque les resta un largo trecho) un poco más cerca del objetivo de levantar la copa que pertenece al Madrid. Aquel año en que el Barça soñaba con conquistar la Final de la Champions en el Bernabéu soñaba con una redundancia: no se daban cuenta de que ya hay suficiente ofensa al Madrid mancillando el título que le es propio, sin necesidad de que el expolio tuviera lugar en la ciudad de Madrid y en el interior del templo del fútbol. Cuidado: como hemos explicado, mancillar dicho título no es propiamente ganarlo.
Con todo, y como en algo hay que entretenerse (¿qué prepotencia hay en decir esto?) haremos como que el Barça tiene opciones reales de ganar (lo que se dice ganar, como si el hecho de que la ganaran ellos valiera igual que el hecho de que la ganemos nosotros) la copa que es nuestra. En ese objetivo, no van mal encaminados, admitámoslo. El partido de ayer es buena prueba de ello.
El partido de ayer prueba que el Barça, un equipo que tradicionalmente ha mostrado una endeblez anímica galopante, está aprendiendo a sufrir, a recurrir a la épica y hacerse con los puntos sin merecerlo. El Barça, inopinadamente, y la cosa viene desde el año pasado, sabe ganar ahora hasta cuando no juega cuesta abajo (es decir, como ha jugado casi siempre). Nos parece que ese mérito hay que otorgárselo a Luis Enrique, en cuyo haber anotaremos el haber sido capaz de preocuparnos con una creación inconcebible: un Barça con huevos.
A ello ha contribuido también un jugador con abundancia y seguramente exceso de testosterona: el que hoy viene a la portada de Mundo Deportivo. Lo vamos a decir una sola vez, por cuanto no entra en nuestros esquemas ni el lagrimear continuamente por las ocasiones perdidas ni el piropear untuosamente a nuestros rivales, pero pensamos que contaríamos con un cierto consenso si exploráramos cuántos madridistas piensan que Luis Suárez debería jugar en el Madrid. Estas cosas se dicen una vez, se sonríe de oreja a oreja y a partir de ese punto se insiste sin parar en lo cojonudísimo que es Benzema. Porque lo es.
Por lo demás, qué curioso que ambos diarios catalanes coincidan en su visión del partido entre Oporto y Chelsea. Resulta que Iker se "vengó" de Mou. Qué sutileza. Qué loable empeño por huir del lugar común y el sensacionalismo. Como comentábamos en el portanálisis de ayer, no nos parece que Iker tenga ninguna razón para "vengarse" de Mourinho, y quizá ni siquiera él lo pretendiese (no podemos saberlo a ciencia cierta). En todo caso, hay quien es más casillista que Casillas, y nos resulta complicado aventurar si esta especie prolifera más en el hábitat natural de la Villa y Corte o cerca de las Ramblas.
As tampoco se queda muy atrás (aunque algo sí) en el sensacionalismo de su titular sobre lo de Oporto (Casillas "ganó el pulso"). Les perdonamos (les perdonamos HOY, con lo cual solo queremos decir que su portada de esta jornada no pasa a engrosar su lista de afrentas al madridismo y/o al sentido común y/o al buen gusto) porque nos gusta (sí, lo confesamos) lo de los hombres de negro. No están Wil Smith ni Tommy Lee Jones, pero a cambio tenemos el carisma de tipos como Luka, Keylor y Arbeloa (sin desmerecer al resto), que convertirían a los reservoir dogs de Tarantino en meros teleñecos. Cristiano sonríe apuestamente y con graciosa arrogancia, en una suerte de autoparodia que nos solaza.
Tenemos buenas vibraciones para hoy.
Marca, por su parte, realiza un llamamiento a la recuperación del gol extraviado en el aciago partido frente al Málaga, llamamiento al que nos unimos. Y ahí está de nuevo Cristiano, ese señor que hace Historia sin despeinarse, tal como James Bond o Douglas Fairbanks. Cristiano tiene algo de espadachín jocundo y soberbio, de esos que detienen con frialdad el combate, a voluntad, para mofarse del enemigo con un comentario sarcástico antes de arremeter de nuevo sable en ristre con la celeridad del trueno.
Hala Madrid, oigan.
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