No todos los días se produce el nacimiento de una sección deportiva, pero mucho menos de una que nace con la pretensión de convertirse en la mejor de su ámbito. Ese y no otro es el horizonte, todavía no cercano, pero sí inherente, del Real Madrid Femenino que por fin hoy se hace realidad.
En el último año, los madridistas hemos convivido mirando, algunos con ilusión y otros simplemente de reojo, al Tacón, un club con poca historia pero al que se eligió como embrión de este que hoy sí podemos citar con el nombre de nuestro club, en cuyas camisetas ya se estampa nuestro escudo que se enfundarán unas futbolistas sobre las que recae la responsabilidad de una historia centenaria, que han forjado otros pero que ineludiblemente reciben como un legado que tendrán que intentar engrandecer.
Para los madridistas, a partir de hoy, este es nuestro equipo y nuestro deber es animarlas como un frente más que se une al del fútbol (ahora “el masculino”) y al baloncesto (esperemos que no muy tarde también “el masculino”) pero a su vez defenderlas porque si de algo estamos seguros es que heredarán, del mismo modo que la gloria, un gran rechazo desde múltiples frentes. Estar a su lado es una obligación que debemos asumir.
Hay quien se ha mostrado reticente por la creación de esta sección sospechando que estaba propiciada por causas ideológicas. Lo cierto es que el Real Madrid Femenino no es más que la consecuencia de la enorme progresión del deporte femenino español en las últimas dos décadas, tanto a una escala social - con la integración de la mujer a la afición y a la práctica deportiva - como de competición, con un goteo incesante de galardones y títulos en prácticamente todas las disciplinas: Mireia Belmonte, Lydia Valentín, Carolina Marín, Gemma Mengual, Ona Carbonell, Ruth Beitia, Edurne Pasaban, Joane Somarriba, Almudena Cid, Elena Gómez, Garbiñe Muguruza, Laia Sanz… las selecciones de baloncesto, de balonmano, de rugby, de hockey hierba, de sincronizada, de waterpolo, de vela… El gran grueso de medallas españolas en las dos últimas citas olímpicas tenía como protagonistas a mujeres.
Que esta dinámica alcanzara al fútbol solo era cuestión de tiempo. El Real Madrid lo hace con la desventaja de haber llegado “el último” entre los clubs de Primera División. El resto de entidades ya disponen de una estructura asentada. Y en el caso de algunos, como el FC. Barcelona y el Atlético de Madrid, formando parte de la élite. Es por ello que hay advertir al madridista, tal y como nos contó Fernando Alcalá en un artículo de presentación del nuevo proyecto deportivo, que el Real Madrid difícilmente podrá competir todavía con las secciones femeninas de sus dos rivales históricos, pero tampoco será la formación que el año pasado estuvo peleando por no descender y que en algunos encuentros sufrió contundentes derrotas.
La aspiración de nuestras jugadoras será alcanzar la tercera plaza que da acceso a la Champions League, para poder disputar, el año que viene, la competición reina. Es un reto importante pues de ello dependerá que aumente la capacidad de captación de grandes futbolistas, con la intención de que en dos o tres años podamos competir de tú a tú con las más fuertes. Por el momento, parece que se conservará el núcleo central de las mejores jugadoras del Tacón – casi todas foráneas – fichadas el año pasado, que se ampliará sustancialmente, este verano, con un nutrido grupo de futbolistas nacionales, algunas jóvenes revelaciones y otras integrantes de la selección española. Los rumores en este aspecto apuntan a un proyecto de la máxima ambición.
Pronto nos familiarizaremos con nuestras futbolistas. Reconoceremos sus rostros, sus nombres y su juego. Las veremos en medios de comunicación, en anuncios publicitarios y en galas de premios. Y estoy seguro que no tardaremos en ver clásicos femeninos con el Bernabéu y el Camp Nou (estadios por ahora reservados a los chicos) repletos hasta la bandera.
Felicítense, que hoy ha nacido un equipo. El suyo.
Fotografías Getty Images.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos