La historia la escriben los vencedores

Buenos días. Apenas restan 72 horas para que se dispute la madre de todas las batallas entre duomos y milanos. Los rapaces, carroñeros por ende, no obstante siguen siendo los de siempre. Nos referimos a aquellos diarios deportivos (todos) que están inmersos en una operación de ingeniería social que ríase usted de George Orwell  en 1984. Nuestro Gran Hermano cañí, el de Guadalix de la Sierra, ya ha pedido "abandonar la casa" dadas las circunstancias. No nos extraña. En este demencial manicomio mediático cualquier cosa es posible entre sus chiflados pacientes. Tan pronto permanece el lector apocado, sea abrumado por la rapsodia culé o por la futbolística deuda colchonera, que lo mismo hoza cual Napoléon en la granja, reprimiendo rebeliones y perdiendo definitivamente la chaveta. Sobre adeudos, dicho sea de paso, lean este valiente ensayo de Mr. Sambo.

La misión que se han encomendado los pomposamente autoproclamados creadores de opinión pública –como si tal cosa fuera posible discutiendo acerca de los nuevos gayumbos fosforitos de Dani Alves- no es cualquier cosa. Requiere la precisión científica de la CIA, el polonio de la KGB y el estilo de un ninja nipón. Sin rastro pero con mucho rostro. Suele decirse que la historia la escriben los vencedores, pero los tiempos han cambiado. Ahora, por si acaso, si cabe, no vaya a ser, la historia la escribimos antes de saludar a un vencedor en Milano. Es lo que se llama guerra preventiva. No es ninguna broma el concepto, oiga. Bush Jr. se calentó un día y al siguiente andaban los marines surfeando entre el Tigris y el Éufrates. Así, observamos con sonrojo cómo la temporada ya ha terminado en el rinconcito, cómo se adivina una tediosa y larga espera al soçi temeroso de que once Copas de Europa se desplomen sobre su cabeza. En tales casos, expertos psiquiatras de la freudiana escuela de Viena y prestigiosos comunicólogos de la escuela de Palo Alto, recomiendan emplear la táctica psicológica del avestruz. Así, con la cabeza bajo tierra, el mayor susto que puede recibir uno es encontrarse por sorpresa un Fraguel.

Esta disciplina goza de gran predicamento en Cataluña donde hemos visto recientemente el advenimiento de El Único Periódico Deportivo Cuya Portada No Recogió El Atentado Contra Una Peña Madridista En Irak. En el edén de Mascaró todo es armonía, sonrisas y amor, toda vez que cualquier asunto, por inquietante que sea, se tapa con cualquier tapa de cloaca. No busquen, no lo encontrarán. No hay una mísera coma escrita en portada sobre el partido más importante a nivel de clubes en el planeta futbol. Ni la habrá. Como bien apuntan, el baile ya ha empezado. Así que danzad, danzad, malditos y olvidemos este desagradable undécimo asunto.

No crean que Mundo Deportivo, su colega del rinconcito, se esmera mucho más en esto de informar sobre el partido más importante del año a nivel de clubes en todo el planeta. Allí ya están pensando en la playa, como atestiguan sus promociones de calcetín blanco y chancleta. En el diario de Godó, Grande de España, sí se habla del Madrid y de la Champions pero pulsando el botón del pánico y abriendo la gran presa de mala baba de la que disponen en el Assuan mediático del pequeño país oprimido. Cristiano se ha roto una uña en el entrenamiento. Suficiente para tratar de sacar de su órbita a un astro portugués que podría batir en Milán su propio récord de goles anotados en la máxima competición europea –conviene recordarlo- y calentar aún más esas bolas calientes de nuestros bienhadados rivales azulgranas.

Poco más o menos es la senda que ha seguido ese nuevo diario colchonero que es Ouija Today, abducido súbitamente por los alienígenas procedentes del planeta Manolete93. El despliegue acontecido ayer tras el fortuito choque de Cristiano con Casilla en el entrenamiento es digno de la última ruptura de Belén Esteban en Sálvame Naranja, Sálvame Deluxe, Sálvame Limón e Informativos Tele5. Que al final todo quede en agua de borrajas es cuestión verdulera. Lo importante es insistir en lo bonito, justo y poético que sería que la Champions saldara su deuda con un equipo que ha jugado esta competición en once ocasiones, casi tantas como Copas de Europa ha levantado nuestro club. Tan poético es todo aquello que nos pretenden vender desde la ribera del Manzanares con la aquiescencia de los popes deportivos de la meseta, que ya nos quieren colocar cualquier cosa. Tal es el caso de Alfredo, que se deshace en loas a Enrique Cerezo desde su púlpito. Llama poderosamente la atención cómo Relaño, inmisericorde cual Corleone respecto a Florentino, es genuflexo y timorato ante el productor de cine que regaló peinetas y propuso determinadas varoniles succiones en el palco del estadio de Vallecas. Cerezo estuvo ayer en la redacción del As y, a tenor del citado editorial, suenan en nuestra cabeza los acordes de Bienvenido Mr. Marshall.

Sin embargo, lo de Enrique tampoco es que haya sido una cosa exclusiva del diario donde habita Tomás Roncero. El productor, en pleno roadshow colchonero, también estuvo en Marca que, por otra parte, hoy imita el peor ejemplo de su rival en los escarpados quioscos de la meseta. Anoche, nuestro capitán Sergio Ramos concedió una entrevista a José Ramón de la Morena en El Larguero, fenómeno nocturno que aprovechó The Hernia Chronicle para solucionar su portada. Así da gusto.

Haremos nuestra la recomendación de Mr. Sambo -¿cómo? ¿Que aún no han leído “La Deuda”?-y correremos prestos a comprarnos un bañador blanco ante el tsunami de bilis que se avecina en caso de cometer el sacrilegio de ganar la Undécima en un país llamado España.