Buenos días, amigos. El Real Madrid no va a poder ganar otra Champions League hasta dentro de unos cuantos meses. Ni siquiera una mala liga se atisba en el horizonte inmediato. La crisis es, pues, total, y constituye el resultado de una política carente de director deportivo con fichajes de medio pelo.
Se han ganado cosas, sí, pero son un mero número. Ha sido dicho recientemente que el equipo blanco es el reggaetón del fútbol. Vean a un eximio periodista culé dar pábulo a tan interesante teoría.
Ojo a esta reflexión de @Jordi_Ferron en #elBar94☕️🔥
🕺🪩 "El @realmadrid es el REGGAETON del fútbol" pic.twitter.com/AA3yEnuFjX
— Carrusel Deportivo (@carrusel) June 4, 2024
Dar crédito a la teoría de este prohombre, en el sentido de que el Real Madrid es el reggaetón del fútbol, nos conduce de inmediato a la impactante conclusión de que el reggaetón ya existía a comienzos del siglo XX, desde 1902 para ser exactos. Los hermanos Padrós eran naturales de San Juan (Puerto Rico), y aquella banda de deslenguados con sus gorras blancas del revés cosechó sus primeros hits internacionales a mediados de la década de los 50 de la mano de artistas como Bad Alfreddy o Pacw G.
Sí, amigos. El Madrid es música (?) de usar y tirar, ritmo arrastrado con letras de pésimo gusto. A comienzos de la década de los 60 ya había ganado 5 grammys, pero todo ello sin proponer. Recordemos aquellos versos de oprobio salaz y franquista.
En las glorias deportivas, amol,
que campean por detrás,
te levanto la bandera
de blancura sin igual.
Tú, mosita madrileña
que por Chamartín meneas
tu retaguardia y perreas,
te digo que te doy más.
No te resistas, amol,
que te doy en buena lid,
sin envidias ni rencores,
como juega tu Madrid.
Letras tan vergonzantes como la mismísima Novena, pero que no obstante han logrado ser lo suficientemente pegadizas para resistir el paso del tiempo. Véase si no, en la siguiente fotografía, a Flick y Deco atendiendo a un vídeo reggaetonero blanco sobre la pantalla del iPad del flamante nuevo técnico barcelonista.
El desagrado es patente en el rostro de ambos. No es de extrañar. La Galerna ha podido saber que, a fin de estudiar al rival y poder contrarrestarlo con sus mismas ominosas armas, Flick y Deco, Deco y Flick, están elaborando un riguroso informe sobre la historia reggaetonera del Real Madrid. Ya van por comienzos del presente siglo. Lo que se muestra en la pantalla, en el preciso instante en que es tomada la instantánea, es un concierto en vivo (pero es reggaetón, o sea, que está todo enlatado en orejonas) del artista conocido como ZidZ, el calvo rijoso.
Hala tu culo y Hala Madrid.
Perreas en verso.
Que sepa el universo
que yo te doy por aquí.
Se nota en las caras de Flick y de Deco, de Deco y de Flick, que ya no pueden más. No se les puede culpar. En Mundo Deportivo los vemos también contemplando el vídeo, conteniendo la náusea. No soportan ver esa colección histórica de artistas que arrasan en la radiofórmula sin proponer. El que sale en la foto de abajo, sin embargo, no es ningún artista de reggaetón sino Lamine Yamal. El reggaetón es cosa de vikingos, músicos (??) de ínfimo nivel que no comprenden que la música es posesión o barbarie, y que sólo buscan el triunfo por la burda vía de la insistencia en el arrime de la cebolleta, sin importar el cómo. Flick y Deco, Deco y Flick, ya van por la Décima, apoteosis del flow más mundano. Puaj.
Historia que tú hisiste, bebesita,
historia por haser,
que te pones bellaca
con ganas de meter.
Llevas el top pegado al pesón, bebé.
Los días que viene el Cangri
son todo lo que sos.
Sí, amigos, sí. El FC Barcelona tratará de devolver la música a las masas, después de décadas de abducción de éstas a manos de la ordinariez reggaetonera. Les deseamos toda la suerte en esta noble ambición, mientras a vosotros os recordamos (también lo hacen el resto de portadas del día) que la Eurocopa está a la vuelta de la esquina. Es un sucedáneo del verdadero fútbol, o sea del reggaetón, o sea del Madrid, en el cual elementos sueltos de la congregación de apóstoles se dispersan en aras de no sabemos qué cuestiones relativas al pasaporte. Cuestiones menores en todo caso, pero que no nos impedirán, de tanto amor como les tenemos, seguirlos incluso en esas peripecias desperdigadas, un poco como un beatlemaníaco que se interesa por los álbumes en solitario de los Fab Four.
Porque el Madrid, digámoslo ya sin más coñas, no es el reggaetón. El Madrid son los puñeteros Beatles, con más descargas que nunca y también mejores que nunca, las dos cosas.
Pasad un buen día.
Nota de la redacción: Si fuese verdad que el Madrid es el reggaetón del fútbol, tal vez se habrían producido atroces variaciones sobre las letras de las canciones que tanto amamos, como las imaginadas en este portanálisis.
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4 comentarios en: Historia del reggaetón
Cómo decía un periodista del Madrid el otro día, el robalona sería Milli Vanilli, menuda charla más cavernaria ésta de elBar que nos has puesto, parece más un grupo de autoayuda culer para pasar las penas en compañía.
Sin duda, el Madrid son los Beatles de la música. Siempre queriendo ser ellos, el Farsa vendría a ser los Manolos.
El proceso de perversión por el que el fútbol español lleva despeñándose desde hace tres décadas debe ser intervenido para que en el país todas las instituciones permanezcan bajo las reglas que caracterizan a un Estado de Derecho.
No es propio de un Estado democrático amparar el abuso, tanto de palabra como de obra, contra el club y el equipo que representa la excelencia deportiva de la nación dentro y fuera de España.
Desde quien corresponda, debería darse un golpe en la mesa, reclamando, si no reconocimiento, sí respeto y condena de la impunidad que alienta este "pim, pam, pum...fuego" hacia nuestro club que, por su insidia y perjuicio,no justifica la libertad de expresión.
El Estado social tiene un deber moral de reeducar en valores a aquella ciudadanía fanatizada por la mendacidad y la usura moral, en función de principios éticos universales como la protección de la verdad y el respeto a los merecimientos del otro.
El mejor es Bach, y es del Leipzig. Hala Madrid!