La sonrisa más contundente
Hay una rivalidad en las entrañas de la plantilla muy preocupante, una lucha de poder silenciada por la prensa, un incendio que Ancelotti debe de apagar con urgencia y premura. ¿Quién es el ojito derecho de la afición del Madrid? ¿Bellingham o Camavinga? ¿Quién tiene una mejor sonrisa? ¿A quién elegirías como yerno? La terna sangrienta por ser el “ser de luz perfecto” está muy disputada y puede llegar a provocar una guerra civil. Yo he elegido a mi yerno perfecto: Jude Bellingham; pero como siga Camavinga por el camino que va, le digo a mi hija que cambie de aires.
Eduardo Camavinga tiene 21 años y ya alberga en su vitrina dos Champions, precocidad solo superada por Casillas. De un campo de refugiados en Miconge, norte de Angola, a la cima del deporte mundial en tiempo récord. Cuando él nació yo me preparaba para la Universidad —¡cómo pasa el tiempo!— y el Real Madrid para la Novena Champions. Hace no tanto, Eduardo se quedó sin su casa, gran parte de su vida quedaba calcinada en un incendio mientras su padre trabajaba en el matadero, su madre hacía la compra y él acudía al colegio. Los vecinos de Fougères, su pueblo de la Bretaña francesa, les salvaron a través de una colecta, por lo que el madridismo está en deuda con esa buena gente bretona.
Campo de refugiados-incendio-dos Champions, no es la estremecedora historia de Pedri y el frío de Madrid pero da para un buen guión. Esas heridas marcan, marcan mucho. A unos les entristece la mirada, hundiéndola en el escepticismo crónico; a otros les cementa una sonrisa inquebrantable. Esos tipos están hechos de otro material, se ríen de la vida ya que los problemas se quedaron en el Congo, en el norte de Angola, en aquellas llamas. Esas familias están hechas de otra pasta, empequeñecen a los neuróticos del “primer mundo” que nos agobiamos porque no estamos en casa cuando llega el de Amazon.
Llegó al Madrid a última hora, por la puerta de atrás, en aquel verano de decepción por Mbappé —otro más— y a base de sonrisas, tackles y progresiones con el balón parece que lleva más años que Redondo, Seedorf y Casemiro juntos. Este ha sido un año de asentamiento y madurez, aunque todavía le quedan años por delante para depurar ese enorme potencial que todavía emerge como una gacela caótica indomable. El mayor signo de inicio de madurez apareció en la vuelta contra el Manchester City, donde vimos a un novato al que le empezaban a salir los dientes definitivos, los callos y las muescas en la culata.
Lo que está meridianamente claro es que el Real Madrid no habría levantado la Decimoquinta sin su semigol azaroso tempranero contra el City en la ida, sin su rigor defensivo en el Etihad Stadium, y sin su segunda parte abrasadora en Wembley
El debate sobre Camavinga es el más interesante en los corrillos tácticos y con el que más me divierto: ¿Es mediocentro defensivo, box-to-box o interior?, ¿merecen la pena sus minutos como lateral izquierdo?, ¿jugó bien o mal la primera parte de la final? Me perdería horas y horas en este tipo de debates debido a que, gracias a su vergonzante superioridad, abre las puertas a que te cuestiones argumentos que serían impensables en los jugadores terrenales. Su físico, mentalidad y talento, nos obligan a sopesar dónde debemos arrojar mejor este arma de destrucción masiva, no nos quedamos saciados cuando lo hace mejor que los demás, queremos que aniquile al oponente. Eso mismo es lo que ocurrió en la final de la Champions, algo que nos pasa también con Valverde, nos extrañamos cuando dejan al contrario vivo.
Lo que está meridianamente claro es que el Real Madrid no habría levantado la Decimoquinta sin su semigol azaroso tempranero contra el City en la ida, sin su rigor defensivo en el Etihad Stadium, y sin su segunda parte abrasadora en Wembley. Cuando el equipo de Dortmund empezó a flojear, la marabunta física liderada por “Cama” hizo el resto. Impulsó al equipo a defender más arriba, hizo desaparecer a los mediocentros amarillos, piso área y dictó sentencia.
Ahora, seguramente, le viene lo más difícil: asentarse como mediocentro tácticamente fiable, constante en el pase y ayudar más a la organización y construcción de las jugadas. Heredar parte del mediocentro tras la retirada de Kroos no es tarea fácil y el equipo le va a pedir una madurez más acelerada de lo que a mi me gustaría. Pero es imposible dudar de un tipo que coge por detrás a Pirri e intenta organizar una conga. Un tipo que se ventila a periodistas con su “¿quieres que te diga la verdad?” y con su mirada limpia. Será el antídoto a cualquier toxicidad que aparezca en la plantilla, sobre todo si proviene de alguien que habla su propio idioma. Es un creador de armonía.
El mediocentro, el futuro y la dinastía pasan por él. El único debate admisible es el de cuántos récords dejará por el camino. Hay uno que ya ha batido, heredero de Marcelo, el de la sonrisa más contagiosa que ha pisado el verde del Bernabéu.
Pero sigo preocupado con esa batalla en el vestuario, ¿quién demonios sería mejor yerno?
Getty Images.
Entregas de la serie:
Mediocentro, interior y hasta lateral puede ser el bueno de Camavinga, un fichajazo y a buen precio encima.
El gol de Carvajal se originó en un corner provocado por una jugada inolvidable de Vinicius,pero antes Vini recibió un pase fantástico de Camavinga defendiendo hacia adelante, y superando las líneas medias de defensa del Dormund.Algo que este jugador hace con frecuencia.He seguido a Eduardo durante toda la liga con especial interés,los errores en colocación sin balón,propios de la edad, o alguna salida con pérdida por esa energía desbordante que atesora ,son mínimos en comparación a lo que aporta: calidad,intensidad, capacidad para recuperar y romper líneas,generosidad en el esfuerzo,compañerismo, y, sobre todo un juego alegre, que es el que a mi me apasiona. Su vitalidad y sonrisa nos recuerda la alegría de vivir.