Little darling, it's been a long cold lonely winter.
Esta melodía harrisoniana anidó ayer en nuestro cerebro madridista y la tarareamos tras la victoria ante el Valladolid. La historia del Real Madrid es un ciclo similar al de las estaciones, aunque sin su estricta periodicidad y más cerca de la astrología que de la astronomía, porque —no en pocas ocasiones— los designios blancos se resisten a ser explicados por el método científico. Ayer, después del testarazo de Casemiro, the smiles returning to the faces, las caras se nos iluminaron, pese a ser de noche.
Semanas atrás, los aficionados al Madrid cantábamos aquello de the long and winding road, con la esperanza huyendo por el sumidero, como si la experiencia de la historia blanca no fuese suficiente para detener la hemorragia de fe. Motivo por el cual, la hinchada blanca sufre recurrentes anemias de confianza y ha de acudir a Lennon y al Doctor Robert:
Well, well, well, you're feeling fine,
well, well, well, he'll make you.
La ciclotimia blanca es innata al madridismo —aunque me atrevería a decir que al ser humano, también a Paul— y con independencia del bagaje, canta:
I'm down (down on the ground)
I'm down (I'm really down)
How can you laugh when you know I'm down?
(How can you laugh?) When you know I'm down
Pero la repetida hasta la saciedad reacción de rabia del Real Madrid por verse desahuciado antes de fenecer —coraje contra los enemigos (y los propios aficionados, por no confiar en él)— espolea al madridista, al cual no le queda otro remedio que entonar:
I've got to admit it's getting better (better)
a little better all the time (it can't get no worse).
Ante tanto sube y baja emocional, Zinedine «George Martin» Zidane se mantiene impertérrito, pone orden en el caos y canturrea con acento francés estas sabias palabras:
When I find myself in times of trouble, Tito Floren comes to me
speaking words of wisdom, let it be.
And in my hour of darkness he is standing right in front of me
speaking words of wisdom, let it be.
Let it be, let it be, let it be, let it be
whisper words of wisdom, let it be
Ayer, Casemiro cantó a voz en grito: Come together, right now, over me y el equipo siguió la característica percusión que Ringo ideó para el tema que abre el Abbey Road. Toni Kroos —que juega acompañado de un cuarteto de cuerda audible, mas no visible— fue interpretando una tras otra partituras balompédicas clásicas: ora Eleanor Rigby, ora Across the universe. Mientras tanto, Luka Modric no dejaba de recorrer Strawberry Fields Forever, arriba y abajo, creando y robando, para siempre, porque, Luka, el madridista te canta: In my life, I love you more, debido a que, al final, the love you take is equal to the love you made.
El Real Madrid se encuentra ahora en el cruce de Penny Lane con Smithdown Road, el futuro es incierto por definición, pero A day in the life es molto longo, y hasta que no se extingua su telón de piano, no es sensato (ni madridista) arrojar la toalla. Porque el Real Madrid siempre termina cantando Here comes the sun.
Fotografías: Getty Images.
Portería a 0, luchar cada pelota y esperar se vayan recuperando jugadores...con un poco de suerte cae otra liga y el año próximo haaland. Estoy confiante que diría cris
Homenaje a The Cavern Club?
Soy tan del Madrid como de los Beatles. Y eso al final sale por algún sitio.
El cuarteto de Liverpool cruzando el paso de cebra en la mítica foto de la portada del disco "Abbey Road"
- Courtois
- Casemiro
- Kroos
- Luka Modric
Ojalá podamos cantar al final de la temporada:
Yesterday, all my troubles seemed so far away.
Muy bueno, Antonio. ¡Ojalá!
Sacar a la palestra "I'm down" demuestra que el autor del artículo es un experto beatle de verdad.
How can you laugh, when you know I'm down YEAHHHHHH
El Tinglao is a warm gun para algunos, sin él,
quedarían reducidos a un Wild honey pie. Bang bang shoot shoot.
Happiness is a warm gun, exacto, pero estoy so tired para nada más.
El lector demuestra ser un experto.
Existe gente como yo que no sabe inglés. Gracias
Beatles y Real Madrid, qué placentera aleación...