El tendero mete las tres barras de pan en una bolsa de plástico y luego se enjuga el sudor de la frente con la mano. Podría haberlo hecho al revés, así que es un detalle. El ventilador desvencijado que tiene junto a la caja mete más ruido que aire.
-¿Y por qué no te gusta la camiseta que te ha regalado mamá?- le pregunto al niño mientras pago.
-Papá…- responde la criatura, con el tono de fastidio del que se ve forzado a explicar obviedades.- ¿Tú te pondrías una camiseta que pone THE FUTURE IS HERE?
-¿Qué le pasa a THE FUTURE IS HERE? ¿Cuál es el problema? Gracias- me despido del tendero y salgo al sol. Una brisa marina casi imperceptible apenas alcanza a mitigar el efecto del calor y la humedad. Comenzamos a ascender la cuesta que lleva a casa como si las tres barras pesaran un quintal, con todo el cansancio concienzudo de agosto a cuestas.
-Pues que es una horterada, papá- responde el niño-. Si por lo menos pusiera MBAPPÉ IS HERE, y si por lo menos fuera verdad…
-Tenemos a Bellingham…
-Me encanta Bellingham. Pero el otro día estabas viendo un vídeo de Ramón Álvarez de Mon en el que decía que venía Mbappé y ya me he hecho ilusiones, pero parece que no viene.
-Ramón no dice que Mbappé vaya a venir. Dice que puede venir.
-Pues yo quiero que lo diga y que sea verdad. Y que luego mamá me regale una camiseta que ponga MBAPPÉ IS HERE. Mbappé, no THE FUTURE.
El niño es un poco tocapelotas, pero se empieza a reír y me contagia. Nos reímos los dos con una risa tan floja como nuestras piernas bajo la atmósfera asfixiante de la canícula, escalón tras escalón. Quién me manda ir a comprar el pan a las doce y media.
-¿Qué más te da lo que ponga la camiseta?- me repongo.- Una camiseta es una camiseta. Eres muy pequeño para tener esos remilgos.
-¿Tú a mi edad te habrías puesto cualquier camiseta? Dime la verdad.
-Absolutamente cualquiera.
-Mentira. A ver. ¿Te habrías puesto una con la cara de Jordi Alba?
-Sí porque por aquel entonces nadie habría reconocido esa cara.
-No hagas trampas. Imagina que es ahora cuando eres un niño. ¿Te habrías puesto la camiseta con la cara de Jordi Alba? Ahora. Hoy.
-No- admito, parando en un rellano para recuperar el resuello. El sol me taladra el cuero cabelludo.- Pero me habría puesto una con el culo de Jordi Alba. Eso sí que no lo habría reconocido nadie, sin que tampoco me puedas negar la valentía de llevar una camiseta con un culo.
El niño piensa una décima de segundo y contragolpea que ni el Madrid de Mourinho.
-Casi seguro que Jordi tiene tatuado en un moflete JORDI y en el otro ALBA. ¿Por qué todos los del Barça se van al Inter de Miami?
Ha sido generoso en esta ocasión. Me ha dejado encajar el golpe de los tatuajes sin dar acuse de recibo de su victoria incontestable.
-Porque ganan mucho dinero.
-¿Pero Beckham no era de los nuestros?
-(…) Sí. ¿Y?
-¿Por qué paga Beckham a Negreira? Y mucho dinero además.
-(…)
-Los del Barça pagaron a Negreira, y ahora Beckham les da mucho dinero. O sea, les está devolviendo lo que se gastaron en Negreira. O sea, Beckham paga a Negreira. ¡Y mucho, acabas de decir!
El chaval es avispado pero hay cosas que todavía no comprende bien, sin que el ascenso de la interminable escalinata bajo el sol parezca el mejor escenario en el que empezar desde el principio.
-¿A qué portero vamos a fichar?- pregunta ahora. Como se ve, sabe cambiar de tercio sin apuntarse sus triunfos dialécticos, sin hacer sangre conmigo, y yo se lo agradezco.- ¿Kepa? ¿Bono?
-Bueno, hasta hace poco Kepa era uno de los mejores porteros de la Premier…
-¿Y por qué se iría alguien de la Premier si es el mejor campeonato? ¿Por qué se ha ido Kane, por ejemplo?
-Porque después de toda una vida en el Tottenham, sin ganar nada el pobre, ha decidido cambiar de aires.
-Vale. Pero ¿por qué al Bayern y no al Madrid?
Vuelvo a pararme en otro rellano (el autocorrector había escrito “Relaño”, por lo que sea). Esta vez no estoy seguro de haberme parado por el calor, o no sólo por esta circunstancia. Le miro con lo que seguramente es una involuntaria petición de clemencia, pero en este tema mi hijo no parece tener en agenda la piedad.
-Tú has dicho muchas veces que Kane, como dice Florentino, es de los que ha nacido para jugar en el Madrid.
-Lo creo, sí.
-Pero no va a jugar en el Madrid…
-Pelé también había nacido para jugar en el Madrid. Eusebio había nacido para jugar en el Madrid. Y Cruyff, Maradona, Platini, Van Basten y Gullit. Todos habían nacido para ello, pero no todos lo hicieron. Haber nacido con ese destino no garantiza cumplirlo. El Madrid ha sido el mejor sin todos esos grandes jugadores. Es imposible tener a todos los más grandes. Y seguirá siendo el mejor sin Kane.
-Pero para eso tendrá que venir Mbappé, porque hemos dejado escapar a Kane para ficharle a él. Y ahora mismo no parece que Mbappé vaya a venir. Si Kane se va al Bayern y Kylian nunca llega, ¿qué le diremos a Florentino?
Hemos llegado a casa. Los goterones de sudor hacen surcos en mi espalda. Abro la puerta de casa y me sumerjo en el alivio del aire acondicionado. Dejo el pan en la cocina. Cuando me doy la vuelta, el niño sigue ahí.
-Le diremos que nos duele y que no dejará de dolernos, pero que nos ha dado suficientes alegrías como para fiarnos de su establecimiento de prioridades, también cuando le sale mal.
-¿Qué es “establecimiento de prioridades”, papá?
Suspiro hondo en busca de palabras con las que explicarlo, y miro alrededor como esperando encontrarlas. Resulta que las encuentro, porque la camiseta que su madre le ha regalado está ahí, encima del sofá, con su lema en todo lo alto.
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Divertido disfrazar lo que pensamos ¿muchos? madridistas tras un la voz de un niño tocapelotas. Se nos fue Kane; es lo que queda. Me recordaba un poco a Benzema.