Víctima de complicaciones por un tumor medular, ha fallecido inopinadamente en Sevilla Domingo Pérez Mora. Nacido en 1956, Domingo Pérez fue masajista de la primera plantilla del Sevilla FC durante cuatro décadas y en 2021, a su jubilación definitiva, recibió la insignia de oro del club de Nervión. Pérez también fue quinesiólogo de la Selección española entre las décadas de los 80 y los 90, con el mítico entrenador del Madrid y seleccionador Miguel Muñoz, el recientemente fallecido Luis Suárez y Vicente Miera como seleccionadores.
Domingo Pérez era hijo de Manuel Pérez Fernández, 'Manolito Pérez', también masajista -y utillero- de la primera plantilla del club de Nervión y nieto de otro Pérez, Manuel Pérez Centeno, 'El Terrible'; quien, además de todo, también fue jugador sevillista. Domingo Pérez había nacido y vivido en la vivienda que su padre Manolito tuvo como guarda -que también lo era, además de masajista-, junto a la Puerta 5 del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán', en Gol Sur. la más cercana a la Avenida de Eduardo Dato. El Terrible Pérez', de Carmona, ya vivió en las casetas del campo sevillista de Reina Victoria, en la Avenida de la Palmera; y allí nació 'Manolito Pérez Fernández Después, la familia se mudó al viejo recinto de Nervión y allí, en Nervión, ya nació Manuel Pérez Fernández, 'Manolito Pérez'.
Domingo heredó de su padre, Manolito, el puesto de masajista de la primera plantilla de la entidad, a comienzos de los años 80. Fue masajista ya en la presidencia del abogado pizjuanista Eugenio Montes Cabeza, quien insufló a la familia Pérez ayuda material para la graduación de Domingo Pérez Mora como ATS.
Esto, a a la par que Domingo hacía el aprendizaje material del oficio de su padre y abuelo. Por las manos de Domingo Pérez y durante 40 años de fútbol pasaron nada menos que Diego Armando Maradona, Diego Pablo Simeone, Toni Polster, Francisco López Alfaro, Pablo Blanco, Antonio Álvarez, Enrique Montero, o jugadores sevillistas que después engrosarían las filas del Madrid, como Buyo, Zamorano o Suker.
Pero, por todo su buen hacer, cercanía, profesionalidad y sevillismo, la escena imborrable por la que se recordará por los siglos de los siglos a Domingo Pérez Mora sobrevino en el estadio coruñés de Riazor, en la noche del sábado 6.2.1993. En la primera parte del duelo Deportivo-Sevilla de la jornada 21ª de la Liga 1992-93, la bota hecha tijereta de (nada menos) Diego Armando Maradona, con camiseta roja del Sevilla... impactó en el tabique nasal del guipuzcoano Alberto Albístegui, defensa central deportivista, a quien se le produjo abundante hemorragia nasal. Arbitraba el juez balear Bartolomé Riera Morro.
Con Maradona también enroscado sobre el pasto de Riazor, tras extraña pirueta y caída, Domingo Pérez abandonó el banquillo 'visitante', el del Sevilla, el más cercano a la jugada... y se fue a atender al sangrante Albistegui. Entonces se desató una escena histórica, que grabaron las cámaras cercanas al banquillo sevillista. Carlos Salvador Bilardo, el técnico argentino campeón del mundo, y entonces primer entrenador del Sevilla, entró en erupción -incluso dando cabezazos al filo superior del cajetín del banquillo-, con expresiones como ... "Agarró al otro y no a Diego, yo me quiero morir... ¡¡ Domingo, Domingo... !!, los de colorado son los nuestros, los de colorado".
Con Pérez -contrito por la bronca- ya de vuelta al banquillo, la reprimenda de Bilardo aún continuó con una expresión que se ha hecho célebre: "Al contrario hay que pisarlo, pisarlo...". Toda esa erupción 'bilardista' constituye una de las escenas más célebres -y tragicómicas: un sainete- del fútbol internacional de todos los tiempos. Esto, mientras Domingo Pérez intentaba explicarse como buenamente podía.
El Deportivo, el 'SuperDepor' de la época, batió al Sevilla de Maradona por 2-0 (Fran y Adolfo Aldana; Bebeto falló un penalti), aquella noche de Walpurgis en Riazor. En ambiente hipertenso, Albístegui y Maradona fueron tarjeteados por Riera, así como Del Campo, Martagón, Rafa Paz y Monchu. Situados en la tribuna superior de Riazor, los enviados especiales escasamente pudieron -pudimos- captar las palabras de Bilardo hacia Domingo Pérez; sólo pudieron percibir la gestualidad casi hilarante del doctor Bilardo... y regresar al hotel del Sevilla para enterarse y asombrarse del escándalo. Hotel en el que también se alojaba Concha Velasco, quien actuaba en Coruña y que era toda una musa para el técnico argentino.
Domingo Pérez y su padre, Manolito, también fueron grandes amigos de los Montiel, Vicente y José María, la familia histórica de masajistas del Real Betis Balompié. Todo esto junto, todo con puro sevillismo, cercanía, amistad y profesionalidad, fue Domingo Pérez Mora, el hombre que ahora nos ha dejado y por el que Carlos Salvador Bilardo... 'se quería morir' en la salvaje, delirante noche de Riazor.
Descanse en paz.
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El Sevilla está fundamental y fidedignamente representado por Del Nido, Pablo Alfaro, Dani Alves Javi Navarro, Monchi, Cristóbal Soria, Bilardo, el Papu Gómez...de lo "mejorsito" de cada casa, quillo.
Con Domingo Pérez se produjo un "mismatch".
Descanse en paz