Guardiola gana Eurocopa y Copa América por el mismo precio

El análisis de las portadas de los periódicos deportivos de hoy

Buenos días. Italia ha ganado la Eurocopa, es decir, que la ha ganado Guardiola. Durante su breve periplo como jugador de Brescia y Roma, el de Santpedor imprimió una poderosa huella de amor por el fútbol de toque, huella que ha trascendido el paso del tiempo e inspirado el estilo de juego de los de Mancini, mero epígono de Pep.

Si hubiera ganado Inglaterra, también habría ganado Guardiola (y Lillo, no olvidemos a Lillo) por cuanto su tikitaka mancuniano ha permeado (colonia) todo el espectro del fútbol inglés, conduciéndolo irremisiblemente a este triunfo que no ha tenido lugar. Pero sí se ha impuesto la herencia latina de Pep a través de la gloria transalpina. Digamos que la versión continental del legado pepesco se ha impuesto a la versión isleña del mismo. Son variantes que en todo caso redundan en una mayor gloria del hombre que ha inventado el fútbol, esquilando al fin su excedente de virilidad y condición atlética para que prime el sentimiento culé de las cosas.

La cosa se resolvió en los penales, como bien indican las portadas de As y Marca, donde brilló Donnarumma (qué bellezza de apellido, Dios bendito) y también brilló, pero por su ausencia, el sentido común y la templanza de Southgate. Metió a dos de sus mejores jugadores jóvenes exclusivamente para lanzar los penaltis de la tanda, y ambos fallaron. No se recuerda cagada mayor de un técnico en una tanda de penas máximas. Bueno, perdón, sí se recuerda. Está lo de Simeone, que en virtud de no sabemos qué supersticiones llevó a su equipo a lanzar los penaltis en el fondo madridista y tirando segundo en la tanda de San Siro, en 2016. Hubo similitudes entre esta tanda y aquella. Rashford al pal y los buenos ganando. Decimos que ganaron los buenos porque Inglaterra se había colado en esta final merced a un penalti denunciable ante la justicia ordinaria, fruto de la gratitud de Ceferin ante el modo expeditivo en que Boris Johnson sacó de la Superliga (aunque, como sabemos, nadie se ha ido de ella) a los clubes ingleses. Las preferencias se inclinan inevitablemente por el menos favorecido por el establishment, de manera que ayer íbamos con Italia, sí. Con la Italia vencedora de Guardiola frente a la Inglaterra que solo habría sido de Guardiola si hubiera vencido.

En la Copa América no hacía falta que ganara Guardiola porque ya ganó Messi. Pero vamos, que ganó Guardiola también. Cada vez que gane alguien, en lugar de perder el tiempo preguntándoos si ha ganado Guardiola o no, invertid la carga de la prueba y resolved que Pep ha ganado mientras no se demuestre lo contrario. En la Copa América Pep ha ganado sobre todo (aunque no solo) vía Messi. El de Santpedor (nos encanta llamarle “el de Santpedor”) forjó y pulió la leyenda de Leo hasta dar a luz un mito que por fin se ha hecho con un título jugando con su selección. Enhorabuena para el astro argentino, que efectivamente —como sagazmente observan Sport y Mundo Deportivo— parece estar muy contento. “Dios me guardaba esto”, ha declarado según Mundo Deportivo. Los muy fans de Cuccitini se preguntarán cómo habrá podido Lionel guardarse algo a sí mismo. Pues muy fácil, es igual que cuando tú te dejas el chorizo del cocido para el final. Pep y Cuccitini son como el padre y el hijo de la ecuación trinitaria, sí se nos permite la ligereza. Para el papel de espíritu santo (el verbo), no se nos ocurre nadie mejor que Jorge D’Alessandro.

Pasad un buen día.