Guardiola después de Navidad

Ya llegaron los Reyes Magos y el Rey Mago por excelencia, me refiero a Guardiola. Pero la fantasía también es navideña, incluso la fantasía sórdida en tono de humor. Una cosa a lo Oliver Twist con gente malvada de por medio, como Fagins de protuberantes narices. Aunque la luz que ilumina al Madrid es blanca y clara, el día que Zidane no esté se apagará un poquito y todos lo sentiremos. También lo sentirán los trols y demás criaturas de cuento a los que les gusta la oscuridad.

Me acuerdo del duende Blix de Legend, aquella película fantástica de Ridley Scott, al que el señor de las tinieblas encarga cortarle los cuernos a los unicornios. Con el Madrid pasa un poco eso. El Madrid es como el unicornio que representa todo lo bueno de este mundo al que rodean y persiguen y amenazan siniestras criaturas que nunca triunfarán.

Desde luego hay para elegir. Podemos hablar de todos los malvados juntos de Legend, Willow, La princesa prometida, El Señor de los Anillos, Harry Potter y cualquier otra historia de hadas y princesas que se les ocurra y tendremos (y nos faltarán) los enemigos del Madrid. Yo entre todas estas fantasías he soñado (no tan fantasías, ¿qué si no son personajes malvados de Legend individuos como Villar o Michael Robinson, o, por ejemplo, la troupe comentarista de anoche en Gol TV con De la Red convertido en un bello elfo de la Tierra media?) con Guardiola tomando el poder en el reino mágico del Madrid. Algo así como si a Zidane el Blix de turno le cortara su cuerno y su lugar lo ocupase Pep por orden del correspondiente señor de las tinieblas.

Creo que lo he soñado porque estas historias, por muy mal que pinten, siempre acaban bien, como el Madrid en Soria. Yo siempre he pensado que Guardiola admiraba intensa y secretamente al Madrid como una suerte de amor imposible e inconfesable. A Guardiola, como a tantos, le hubiera gustado empezar su carrera en la cantera del Madrid y luego jugar en el Madrid y entrenar al Madrid. Qué no daría Guardiola por ser del Madrid en vez del Barsa e independentista y todas esas cosas oscuras.

¿No han notado que en el fondo Guardiola habla del Madrid como hablaba Cyrano de Roxane por boca de Christian? ¿No vive Guardiola el Madrid como la edad de la inocencia? El Madrid lo embellece casi todo. Fijense en el extraño guirigay en el que se ha metido Pep entre tiquitacas y separatismos. Cuánta fealdad. Lo que hubiera pasado con Pep siendo del Madrid desde el principio o al final como Zidane. En realidad lo único que pasa en el mundo es el madridismo, que aquí puede ser el afortunado de Zizú o el desdichado de Pep.

El Madrid es la condesa Olenska si Guardiola fuese Newland Archer. Lo que va de la realidad al anhelo. Vale más preguntarse en esta fantasía lo que haría el Madrid por Guardiola (y por cualquiera) que lo que haría Guardiola por el Madrid. Y estaba pensando que todo esto a pesar de que Pep no sería el duende Blix ni ninguno de esos personajes desagradables y perversos que lo acechan porque el Madrid, el sueño eterno, lo inundaría. Lo llenaría de su luz cegadora que él asimilaría, absorbería, como si fuera Zidane (menos mal que a éste, al único, al mejor, ya lo tenemos), como si fuera el elegido, uno falso, naturalmente, porque con Guardiola siempre tiene uno la sensación de que en cualquier momento va a ver cómo se le cae la máscara o cómo se le derrumba encima una pared de cartón piedra.