Ante la marcha de nuestro redactor jefe Pepe Kollins, en busca de nuevos horizontes, el hard core de los que hacemos posible este portal hemos escrito esta pieza coral de reconocimiento y afecto. Gracias, Kollins. (Nota: en la foto destacada se le puede ver en San Siro durante la tanda de penaltis que dio pie a la XI. Vedle en la foto completa, rodeado por Alberto Cosin y Andy Torres).
J. Bengoechea ha escrito:
Sería mucho más romántico estar escribiendo desde la cárcel la parte que me corresponde en este homenaje coral a Pepe Kollins. A él con las reclamaciones por la falta de romanticismo, pues sólo su cordura ha impedido mi ingreso en prisión, que es donde habría desembocado algún que otro artículo (destemplado por mi parte) si no hubiera mediado la intervención de Kollins para que lo retocara antes de publicar.
Con un celo digno de mejor causa (de causa, sí, AÚN mejor que La Galerna), Kollins se ha pasado más de dos años velando por la ética, la estética y el blindaje ante la querella en esta vuestra casa. En ese tiempo, Kollins ha sido más importante que yo. Ahora Kollins se va, y yo tendré que ser más importante que yo mismo para preservar los altísimos estándares de calidad que Pepe ha sabido imprimir a este portal con tanto tino como dedicación. Si puedo asumir el reto, es solo porque Kollins me ha enseñado muchísimas cosas mientras hemos conformado el binomio profesional más satisfactorio —al menos para mí— de toda mi existencia.
No voy a intentar tratar de explicaros, ni de explicarme, cómo es posible que un tipo al que sólo has visto cara a cara un par de veces en tu vida se convierta en una de las personas más importantes de la misma. La teleamistad ha presidido nuestra relación antes, durante y después de que la pandemia obligara al teletrabajo a presidir las relaciones de todos con todos, o contra todos. De las tres cosas que según el tango hay que tener en la vida (salud, dinero y amor), solo una de las tres es necesariamente presencial. Lo del amor incluye la amistad, y es por eso que Kollins me ha hecho tan feliz desde la distancia. Lo de “Amor de lejos, amor de pendejos” que advierten los mexicanos no es extrapolable a hacer La Galerna, os lo aseguro, y así es como este señor con gafas y perilla se me ha hecho imprescindible de una manera francamente indignante y mayormente por whatsapp. Día tras día. Matiz a matiz. Portanálisis a portanálisis. Yo no sé qué carajo voy a hacer ante ciertas dudas, ante tantas inseguridades, sin poder recurrir a su sabiduría, y eso que me sigo quedando magníficamente acompañado.
Hemos disfrutado una sintonía casi perfecta desde el primer al último día, hemos discrepado poco, y si la cosa no sigue adelante en lo profesional es solo porque hemos dado forma a un pequeño monstruo que ha sido y es (respectivamente) nuestro aliciente y nuestro flagelo, como decía Capote, y de este toro mecánico a veces hay que bajarse en marcha antes de que te descoyunte. Pepe (Javi para los amigos) se ha jugado el cuello encima del toro sin tomar nota del miedo, lo ha cogido por los cuernos y lo ha domado hasta conducirlo al éxito paseando bellamente. Como con exactitud titula en su texto de despedida de ayer, “misión cumplida”. Y tanto.
Gracias, amigo mío. No te vayas muy lejos, por favor.
Rafa Moreno ha escrito:
Se aprende mucho con Pepe Kollins. Por ejemplo, sobre edición de artículos para esta bendita casa. También se aprende sobre pesos y tamaños de imágenes, cosa que, reconozcamos, resulta algo más tediosa que la labor textual, aunque solo sea porque leer antes que nadie los escritos que toca adaptar es un privilegio, una enseñanza y un admirado disfrute. Sobre qué hacer con la cuenta de La Galerna en Twitter también se aprende con Kollins, y sobre cuándo, cómo y por qué sería pertinente escribir sobre esto o aquello, o posar la atención en tal detalle, o consultar aquella estadística, o recurrir a esa noticia que pasó desapercibida para muchos, pero no para Kollins, cuya pericia jamás pasa desapercibida para quienes tenemos la suerte de haberle frecuentado durante este inolvidable tiempo de victorias.
A escribir enseña también Kollins, cuyos artículos manejan el difícil bisturí de la precisión sociológica, de la lectura cabal de los tiempos que corren y vuelan y no paran. Y, sin embargo, pese al volar, sabe Kollins que hay constantes que se perpetúan, dinámicas que se dicen de muchas maneras, que muestran sus aristas, que señalan el mismo camino que Kollins ya supo ver y contar antes que nadie sin que su pre-visión se dé la más mínima importancia.
La condición de madridista en Cataluña debe de haberle aguzado el olfato a Kollins. El territorio comanche siempre potencia la vigilia, siempre estimula el ingenio, el raciocinio, la escaramuza y el desvelamiento de todo aquello que los lugareños quieren mantener velado.
Nuestro hombre en La Habana conoce al rival mejor de lo que el rival se conoce a sí mismo y este hombre que le dedica estas líneas conoce a Kollins lo justo y necesario para agradecerle el trabajo tan pulcro y responsable, el trato siempre cortés, el cariño, la mano tendida, la finura, la elegancia... Todo eso que enseña Kollins y que ahora toca seguir intentando poner en práctica casi sin decirle que será imposible hacerlo tan bien como él.
Fasltaff ha escrito:
Me pide Bengoechea (a mi editor, como a mi perro, les llamo por el apellido como muestra de respeto) unas palabras de despedida para Pepe Kollins, que abandona sus tareas de redactor jefe de La Galerna. Pepe, o Javi, que también por ese nombre se le conoce, y a quien voy a llamar por su nombre de pila porque para mí Javi es mucho más que Kollins —aun siendo Kollins mucho—, es el factotum della cità, de esta cità de madridismo, sintaxis, ironía y buen gusto que es La Galerna. O al menos lo ha sido durante los últimos años (no sé cuántos, miro hacia atrás y me parece que siempre ha estado ahí, aunque sé que no es así); a él se debe en mayor medida que a ningún otro —con la posible excepción del propio Bengoechea— el crecimiento que ha experimentado esta publicación durante este tiempo. Esta aventura fascinante que alumbró el genio de Bengoechea (a mi editor, como a mi mujer, les hago la pelota como muestra de inteligencia) y a la que en seguida nos unimos unos cuantos entusiastas con más ardor guerrero que prudencia y reflexión, nació asilvestrada e inconsciente, mordaz e inocente a un tiempo. Pero como a todas las cosas que nacen en este mundo, llegó un momento en que no le quedó más remedio que dejar la infancia (pocas cosas más patéticas que la inmadurez impostada). Y fue ese paso de niña a mujer el que obró Javi con maestría, afortunadamente sin la voz melosa de Julio Iglesias al fondo, sino con visión de futuro, posicionamiento estratégico y todas esas cosas tan aburridas —pero, ay, tan necesarias— de las que hablan en las escuelas de negocios (o eso me han dicho). Kollins, Javi, que es ingeniero de formación (nadie es perfecto), trajo la responsabilidad, el método, el rigor, la seriedad en la gestión, la sensatez, el orden. En una palabra, la profesionalidad.
Hay momentos en que yo añoro la espontaneidad de los primeros días. Hay veces en que echo de menos ese espíritu al tiempo elegante y transgresor con el que La Galerna vio la primera luz, y en el que uno podía permitirse el lujo de escribir lo que le daba la gana sin la autocensura, a menudo inconsciente, que uno se impone al saber que ya no escribe para un medio underground sino mainstream. Hoy La Galerna puede presumir de ser un medio adulto, que es lo que todo medio debe aspirar a ser, y sobre todo puede presumir de ser un medio sin el cual ya no es posible entender el madridismo (o sea, como Modric). Ello constituye un logro mayúsculo que, insisto, se debe principalísimamente a la visión, profesionalidad y dedicación de Javi. Como madridista que con tanto orgullo como impertinencia se siente parte de este proyecto, celebro que así sea y le agradezco a Javi que haya convertido a La Galerna en el medio madridista más prestigioso del panorama mundial. No es pequeño logro, aunque traiga consigo en ocasiones ese sentimiento de pérdida de la inocencia, de infancia arrebatada.
Pero por encima de todo, lo que le agradezco a Javi es su amistad, que como toda amistad genuina nunca ha estado exenta de diferencia de opiniones y aun de encontronazos. Javi es mucho más que un hombre inteligente y un brillante director de orquesta: es un hombre bueno a quien me honro en llamar amigo. Pero esto él ya lo sabe.
JM Faerna (N1) ha escrito:
Pepe Kollins es un tipo capaz de catalogar eficaz y funcionalmente las distintas modalidades de madridismo y que esa clasificación vaya a misa, como el sistema periódico. Desde Linneo no se había visto triunfar tanta osadía, y lo digo en serio. Eso demuestra que es un tipo puntilloso, entomológicamente preciso y algo obsesivo, a ver si no cómo se llevan a buen puerto semejantes tareas. Sin embargo, lo realmente llamativo es que no se da nada de pote por ello. Kollins es genuinamente humilde, que seguramente es la más difícil y la más incomprendida de las virtudes.
Yo es la que más admiro en las raras personas en las que la reconozco porque es un síntoma infalible de sabiduría. No es casual, porque la brillante ejecutoria profesional de Kollins en este sitio, cuyos resultados están a la vista de todos, solo se entiende desde una calidad moral que parece innata de puro cabal, pero que seguro que le ha costado mucho labrar.
Kollins es el madridista perfecto, el madridista irreprochable, forjado in partibus infidelis, forofo hasta las cachas, pero al que no ha tocado nunca una brizna de resentimiento. Todas estas cosas explican que haya sido un gran redactor jefe en La Galerna (ya lo he dicho más privadamente, y por eso lo digo ahora en público, que yo soy un buen catador de redactores jefes, que he lidiado con muchos y con algunos muy buenos, pero que en ninguno he visto tal compromiso incondicional con la cabecera que tenían que defender): lo ha sido porque es un gran tipo. Por todo eso, Kollins es para mí una presencia imprescindible en este agitado núcleo de amigos que La Galerna ha cuajado en torno a sí. Si hay que renunciar a su batuta en la redacción, se renuncia, qué le vamos a hacer. Pero a su magisterio y a su amistad, nunca.
Nacho Faerna (N3) ha escrito:
Como en todas partes, en Barcelona hay muchos madridistas, pero cuesta encontrarlos. Durante el par de años que viví allí, y en mis múltiples visitas a la ciudad, sólo algún taxista se ha atrevido a salir a la luz en mi presencia; la jungla de asfalto no es lugar para cobardes. Hay, eso sí, mucho perico que se reconoce simpatizante, por aquello de que nada une más que un enemigo común, y catalanes no nacionalistas que, aunque no les interese el deporte, guiñan un ojo, sonríen y te dan un codazo cuando se enteran de tu filiación futbolística por la misma razón, imagino, que consuela a un tonto el mal de muchos: porque somos mezquinos.
Pues bien, Kollins es uno de esos madridistas heroicos que vive en territorio comanche, y a él no le consuela saberse rodeado de aliados más o menos visibles y víctimas colaterales porque, primero, es buena gente y, segundo, porque su madridismo no es como el suyo o el mío, creánme; no exagero si digo que no he conocido a nadie (con la posible excepción de Jesús Bengoechea) que sufra tanto con su equipo, de manera tan sentida y visceral, homérica e impetuosa. Es tan exigente, comprometido y para toda la vida su amor al Madrid que a veces uno duda del propio, despreocupado y sicalíptico como un noviazgo veraniego.
Desde que Bengoechea puso a Kollins al frente de la redacción de La Galerna yo me refería a la pareja en tono de broma como Graham & Bradlee, en alusión a los míticos editora y redactor jefe, respectivamente, del Washington Post. El segundo tenía como lema “our best today; better tomorrow”. Algo así como “hoy lo máximo, mañana mejor”. Son palabras que creo que Kollins suscribiría, porque rezuman madridismo. Ahora que se va (pero se queda), sólo puedo desearle que mañana sea siempre mejor, y que sigamos sufriendo y gozando juntos de las glorias deportivas del Madrid.
Mario de las Heras ha escrito:
Yo no quiero escribir estas palabras. Aquí estamos escribiendo de que Kollins (Javi) se va de la Galerna. Y no es agradable. Yo puedo decir, y lo digo porque me siento orgulloso, que he sido la mano derecha (o la izquierda, o lo que él prefiera) de Pepe Kollins en La Galerna durante un buen tiempo. Y esto me lo llevo yo de Kollins. Como si Kollins fuera el muro de Berlín, por ejemplo, y tuviera yo aquí un buen trozo, incluso el más cotizado, ese en el que salen Honecker y Brezhnev.
A mí una vez, hace muchos años, Javier Alberdi (Kollins) me llamó por teléfono una mañana para hablar de literatura, de artículos, de publicaciones. No nos conocíamos. Apenas principiaba el chat de La Galerna. Le tuve que dejar porque estaba trabajando, y luego no volvimos a retomar aquello que había empezado como una luz. Yo esa llama preciosa y efímera la recuerdo y siempre la recordaré. De hecho, la estoy viendo ahora, con su azul tímido y elegante en el núcleo de su forma temblorosa, porque se acaba de encender.
Una de las cosas buenas, quizá la única, de que Javi se separe de La Galerna es que la obligación madridista no va a ocupar el tiempo que Dios nos dé. Hay un universo ahí fuera y se está oyendo un sonido de presión. Es el desacoplamiento del módulo. Allí va Pepe Kollins a recorrer mundos desconocidos. No conozco mejor explorador. Nos está saludando desde la ventana a los mandos de su propia nave.
Jesús Bengoechea me dijo una mañana en el Vips de Julián Romea (desayunando en noviembre con cuarenta y muchos, en vez de en abril pisando el albero del vecino Cats con veintipocos, qué poco amable es el tiempo casi siempre), que había decidido nombrar a Kollins Redactor Jefe de La Galerna. Me preguntó qué me parecía. Y yo le dije con la proverbial practicidad que tan lejos me ha llevado en la vida, un poco más allá de la esquina, que lo que Kollins me parecía era una buena persona.
Estoy seguro de que el boss no se esperaba aquel informe tan exhaustivo sobre capacitación profesional, y quizá por eso se quedó mirándome sin expresión durante unos segundos antes de terminar advirtiendo, supongo, que las buenas personas no hacen profesionales y que a lo mejor iba a tener que aporrear la puerta de Cats para encontrar a alguien que le respondiera como es debido a su pregunta. Pero en realidad no hacía falta.
Yo dije que Kollins era una buena persona porque todo lo demás se le suponía. Y era cierto. Yo estaba redondeando a Kollins y apuntando lo más importante, aunque poco tuviera que ver con la dirección de una revista. Pero cuánto tenía que ver y cuánto tiene que ver con todas las cosas de la vida, incluida la dirección de una revista. Yo empecé a trabajar como segundo de a bordo en La Galerna en enero de 2020 y jamás hubiera imaginado embarcar y navegar como lo hice.
Fue como recorrer el río de Disneyland subido a esas tacitas con las que podías dar vueltas sobre su propio eje. Javi me introdujo en sus dominios como a un niño. Y yo aprendí como un niño. Tanto aprendí como un niño que todo lo aprendido se ha quedado en mí grabado, que es como quedan las cosas bien enseñadas, grabadas, claras, limpias. Jóvenes. Sin duda, mi mejor aprendizaje profesional. Y recuerdo que fue duro, no crean. La Galerna exigía como nadie bajo las riendas de Kollins (a cuyo pescante iba subido Jesús dando botes y pegando tiros como un loco feliz), pero allí íbamos suavemente avanzando igual que la caravana del proverbio.
Ahora vamos a tener que soportar los ladridos sin Kollins, pero ya sabemos cómo hacerlo. Gracias a él. Te veo alejarte en tu nave y ya no sé qué decir porque tengo pena. Porque te vas. Porque Kollins se va, se ha ido y nos quedamos vacíos, solos. Menos mal que yo tengo mi pedazo de muro de Kollins (perdóname, Javi, pero me encanta decir “Kollins”) que no que me va a quitar nadie. Y además también tengo esa llama pendiente que se acerca con su azul tímido y elegante.
Fantantonio ha escrito:
Trabajar con Pepe Kollins como coordinador galernauta ha sido, desde el primer día, no sólo un placer, sino algo muy agradable y cómodo. Echaré mucho de menos nuestros coloquios semanales, a veces más extensos, a veces extraordinariamente breves, en los cuales discutíamos, en el tono de la vieja relación periodística del redactor jefe y del plumilla que afronta la actualidad cotidiana, los temas a tratar de la siempre inagotable mina de noticias, espectáculos, alegrías y desazones que es el Real Madrid. Kollins no sólo es un baluarte del madridismo catalán, el más sufrido y lúcido de la gran familia del madridismo universal, sino un agudo observador, un intérprete muy fino de la realidad y un madridista doliente, alejado siempre de la tentación de la autocomplacencia, con esa vocación emprendedora, eternamente insatisfecha, que algo le tiene que deber a la tierra pues mantiene vivo y fresco el nervio que impulsó a los catalanísimos hermanos Padrós a venir a Madrid y fundar la institución más moderna de la España contemporánea. Puedo decir con orgullo que he aprendido mucho y que soy mejor escritor y por qué no decirlo, mejor madridista, después de estos años de trabajo con este amigo infatigable al que espero seguir viendo siempre de este lado de la imprescindible trinchera que es La Galerna.
Francisco Schez. Palomares ha escrito:
Hay personas que nada más verlas —o escucharlas, en esta ocasión— sabes que son especiales. Es el caso de Javi, aka Pepe Kollins. Javi no es solo una voz, sino una persona entera e íntegra. Lo sé porque he visto fotos suyas y las voces no se pueden retratar. Tampoco pueden escribir y él lo hace muy bien.
Cuando empecé a tratar con él, me llamó mucho la atención su visión general, es un Xabi Alonso o un Redondo de la organización, pero también con la altura de miras suficiente para dar un último pase como Guti. Ha desempeñado su trabajo en La Galerna de manera envidiable, con una capacidad de organización, sensatez, tacto, cariño y firmeza como pocas veces he visto.
Pero lo que más me cautivó de Kollins fue su honestidad, su ética y sus valores. Siempre ha defendido que La Galerna siga este camino de honradez e integridad, sin importar lo difícil o tensa que fuese la coyuntura.
Javi predica con el ejemplo, cerca de él se aprende a borbotones. Javi es una buena persona. El señor Alberdi es despistado y puede que se le olvide la comida dentro del microondas, pero puedes confiarle para que te cuide, sin temor a traición, lo que más ames; como tu hija o una botella de Matarromera.
Manuel Matamoros ha escrito:
Al insufrible Kollins.
Pondría cualquier negocio en manos de Kollins. Su tránsito por la jefatura de redacción de LA GALERNA ha revelado a un gerente competente y eficaz, que construye sus decisiones de modo racional, ordenadas a un plan, sobre un cimiento de información elaborada —fortalezas y debilidades de cada colaborador, por ejemplo—, para dejar el mínimo espacio a la acción inevitable del azar, y poder plantear cada partida, en vez de como un tahúr, como un ajedrecista que juega las aperturas de memoria. Consecuencia de ello, y de mucho y mucho trabajo bien ejecutado, LA GALERNA ha recibido un impulso de calidad notable de este redactor jefe, y está condenada a notar su marcha. Él dirá, probablemente, que la iba a notar de todas formas, en razón de su propia saturación. La imaginación, en fin, suele llevarse sólo regular con la constancia, y este puede ser el caso. No quisiera que suene a reproche, aunque lo sea. Una parte decisiva de la aportación de Kollins estriba en sus dotes de relación. Con ellas ha enriquecido, casi siempre, tanto el objeto como los puntos de vista, o sea las formas de mirar, de LA GALERNA. Para mi, esa aptitud bebe en la fuente de un temperamento tolerante, y se vuelve actitud en el ejercicio de una profunda convicción democrática, liberal en el mejor sentido de la palabra, enraizada en los despreciados valores de la Transición, lo que no dejaré de significar —y menos, viviendo Kollins donde vive— en plena efervescencia del cainismo.
Y termino, coño. Como este sitio va de fútbol, afirmo que nadie puede discutir seriamente la facilidad de Kollins para interpretar las facetas técnicas y tácticas del juego. He tenido el privilegio de disfrutar incontables momentos aprendiendo de él, o intentándolo al menos. Un humilde whatsapp de Kollins, desnudo de cualquier pedantería, analiza con mucha más solvencia conceptual una temporada entera que el discurso engolado de la mayoría de nuestros insufribles analistas internacionales calvos. Para mi gusto, sin embargo, su estilo de análisis adolece, con frecuencia demasiada, de falta de respeto al elemento espiritual. Y sin embargo, ese intangible, imposible de pintar sobre una pizarra, y menos sobre una de esas electrónicas de cien pulgadas que gastan los pitagorines en su púlpito mediático, ha ganado más batallas que Bonaparte, y más campeonatos que Gento. Me choca, siempre se lo he dicho, ese desrespeito en un apasionado, y Kollins lo es, por lo que sé de sobra que, más pronto que tarde, ha de llegar el día en que se avendrá a reconocer, por fin, que el álgebra —¡qué maravilla de palabra de nuestro legado árabe!— es, esencialmente, un compromiso entre el cálculo y la poesía.
Alberto Cosin ha dicho:
Han sido casi dos años y medio de un trabajo majestuoso por parte de Pepe Kollins al frente de La Galerna. Un tiempo en el que La Galerna ha consolidado un gran crecimiento en muchos ámbitos y ha continuado siendo un referente de lectura obligatoria para muchos madridistas. Pepe, se ha volcado y se ha deslomado cada día y cada semana por su trabajo para que La Galerna raye a un nivel excelente. Por eso le tenemos que estar del todo agradecidos. Su metodología de trabajo, su disciplina, su fantástica labor de scouting para fichar a grandes firmas y su fino ojo siempre para ofrecer contenidos de categoría han sido rasgos característicos de su labor. En el aspecto personal siempre estuvo ahí para aportarme ideas, apoyarme en mis piezas históricas, darme consejos, compartir opiniones y pensamientos e incluso contarme alguna confidencia. Deja un vacío en La Galerna pero seguro que sus grandes cualidades, sus ganas y su talento encuentran pronto cabida en otros proyectos de altura. Y le irá muy bien, simple y llanamente porque es muy bueno. Descansa lo primero y suerte en todo lo que venga. Abrazo y Hala Madrid siempre.
Emilio (Athos) Dumas ha escrito:
Querido Javi, querido Pepe Kollins.
Mi más caluroso agradecimiento por tu espléndida labor como redactor jefe de La Galerna en estos últimos dos años largos.
Kollins es un hombre metódico, organizado, muy detallista y analítico. Un profesional como la copa de un pino, capaz de trabajar diariamente más de catorce horas seguidas, sin respiro, sin descansar los fines de semana y apenas sin tomarse vacaciones.
Ha sido muy sencillo trabajar con él, en mi caso siempre nos hemos coordinado a la perfección en todos los artículos que me ha pedido, lo mismo que jamás me puso ni una sola pega cuando yo le proponía textos de actualidad, o glosas sobre artistas con un destacado grado de madridismo en sus venas.
Además, Javi es un merengue catalán, y yo ya he escrito numerosas veces lo muchísimo que admiro a los madridistas que viven en territorio catalán, más que a ningún madridista de cualquier otro lugar de España o del resto del mundo.
Además de todo, Kollins es un excepcional escritor, muchos de los mejores artículos de La Galerna han salido de su aguda pluma, como por ejemplo el célebre “Ciclo Kármico Madridista”, que tantas veces nombramos y que ha sentado cátedra entre todos los foros madridistas, por su minuciosidad, rigor y brillantez absoluta.
Te voy a echar mucho de menos como redactor jefe, Javi, aunque tengo la suerte de seguir siendo tu amigo, tanto en la vida real, como tu aliado en las redes sociales, seguro que seguiremos charlando muchas veces sobre nuestro Madrid, tanto de fútbol como de baloncesto, ya que en ambos deportes eres de las personas mejor informadas y más expertas que yo conozco.
Te deseo lo mejor en todo, querido Javi, como ya te he expresado en privado, y ya sabes que me tienes a tu disposición para todo lo que requieras.
Te debo un artículo sobre todo un reto que me planteaste, no lo he olvidado.
Un enorme abrazo madridista a uno de los más grandes madridistas, un referente en Twitter.
Mi amigo Kollins. Mi querido Javi Alberdi.
Lucia Corregel ha escrito:
Además del redactor jefe de La Galerna durante una exitosa etapa gracias a su incansable trabajo, Javi es una de las personas más activas del chat que tenemos algunos amigos galernautas. Con un conocimiento extraordinario de fútbol y del Madrid, nos deleita a menudo con una sucesión de parrafotes, perfectamente razonados y preferiblemente nocturnos. Muy nocturnos.
Muchas veces no estoy de acuerdo con él, porque soy de las que piensa que el Madrid tiene menos que ver con la razón que con la pasión (él lo llama fe). Pero sin su presencia no puede entenderse ese grupo del que tengo la suerte de formar parte. Un grupo heterogéneo de amigos que con frecuencia él se encarga de templar. Porque Javi es capaz de conciliar las posturas más encontradas. Una persona paciente, leal, flexible y cariñosa. Un tanto friki, eso sí, como pude comprobar en la presentación en Madrid de su libro Héroes. ¡Qué día!
Aunque lo vamos a echar de menos, estoy segura de que seguirá con nosotros como galernauta y amigo. Muchos éxitos vendrán en lo profesional. En lo personal, nosotros ya hemos ganado.
Alvarez de Mon ha escrito:
Durante los últimos dos años y medio, Javi ha cargado sobre sus hombros con la responsabilidad de hacer crecer La Galerna a la altura de su enorme autoexigencia. Una autoexigencia, por otro lado muy madridista, que le ha llevado a desempeñar su papel con una implicación y pasión muy por encima de lo que cualquier habría podido exigirle. Para Kollins La Galerna ha sido como un hijo. Un hijo que seguro que le ha dado muchas satisfacciones, pero también muchos desvelos. Dos años después puedo asegurar que sin él La Galerna no sería lo que ya es hoy. No puedo sentir más gratitud por su enorme trabajo y por haber volcado tanto talento en favor de esta locura maravillosa que es La Galerna. Sin embargo, lo mejor que me trajo la llegada de Javi fue su amistad. Una amistad que por supuesto va a continuar en el tiempo si cabe de manera todavía más incondicional puesto que será nuestra propia amistad razón única y suficiente en sí misma. Muchas gracias por todo lo vivido y gracias por lo mucho que nos queda por vivir.
Barney ha escrito:
No conozco a Javi en persona, pero sin embargo creo conocerlo, al menos lo suficiente para apreciar de modo sincero su cercanía o para valorar su capacidad a la hora de dar un impulso a esta web en la que confluimos tantos madridistas con ganas de enfrentarnos al relato oficial que nos cuentan los medios. Creo que Javi ha aportado a La Galerna el punto de cordura necesario para lograr el equilibrio entre el talento de Antonio Escohotado, la prosa cuidada de D. Jesús, las benditas locuras de Fred Gwynne, la capacidad analítica de Décimo Cornelio, la poesía de Mario de las Heras, el hooliganismo de quien les escribe y la brillantez de tantos y tantos colaboradores. Supongo que somos agotadores, cada uno con nuestras manías particulares, y a Javi/Pepe le habremos vuelto loco más de una ocasión. Tanto, que cada vez se prodigaba menos en eso que hace maravillosamente bien: escribir. Y escribir de un modo analítico, firme, sólido en los argumentos. Irrebatible y apasionado, que no es lo mismo que pasional, que es lo que hacemos los que nos pasamos de la raya. Nunca me ha corregido en estos cuarenta artículos publicados (más otros casi cuarenta Portanálisis), pero sí me ha aconsejado cambiar alguna frase o enfoque, o me ha hecho ver alguna incoherencia en mis argumentos. Siempre he seguido sus consejos porque siempre han servido para mejorar el resultado final de lo escrito. Me quedo con su ciclo kármico de los fichajes barcelonistas, o con ese Caín y Abel Mirotic en el que se reinventaba la historia bíblica. Se nos marcha un editor, pero recuperaremos (estoy seguro) al escritor.
Fred Gwynne ha escrito:
Voy a confesarlo. Ayer mismo, escribiendo un largo y farragoso artículo para La Galerna, me sentí, sin la figura de Javi guiando mis palabras, completamente perdido. Necesitaba su ayuda. Me había acostumbrado a sus acertados consejos, a sus excelentes ideas para mis artículos y a su capacidad para censurar lo que yo ya sabía que era censurable.
Dude unos minutos y, aunque nos había comunicado que ya no era nuestro redactor jefe, no pude evitar mandarle un párrafo con el que tenía ciertas dudas. Su criterio siempre había sido certero.
Me contestó y no pude evitar, al reconocer aquellas palabras como una pequeña despedida, como parte de un tiempo ya pasado, cierta tristeza. Ahora, mientras escribo estas líneas, sigo con ella, con una congoja que no termina de despegarse.
Afortunadamente he perdido un redactor jefe y he ganado un amigo.
Gracias por todo, Javi.
Andy Torres ha escrito:
Maese Kollins! Llegó el último porque me has pillado en el parque con las chochis! Qué decirte desde que te pescamos en los Paissos Catalans rumbo a la Undécima! Serías tú quien se acercara a mi fundido, extasiado, tumbado, sudoroso sobre la grada de San Siro para ver si lo mío era éxtasis madridista o un infarto! A partir de entonces muchos PAs que debatir con Torquemada con un pie ya en la hoguera, bastantes crónicas, alguna destemplada y una pincelada de "Héroes". Pocos pueden decir que yo he entrevistado a Don Javier Alberdi! Desde luego que tú legislatura galernica ha sido formidable, ya quisieran en Moncloa, El Eliseo, la Casa Blanca y Messi que sigue por ahí pero ya de ha ido! Toma parrafote. Seguimos en contacto y muchísima suerte profesional . Abrazo enorme.
Sois muy buenos en lo vuestro . Pero, además, parecéis y/o sois buena gente. Lo cual no debe ser fácil , pues en el ámbito de los escritores existe no poca vanidad y ego.
Cuando tanta clase junta se une, para decir cada uno a su manera y con su estilo, cosas parecidas sobre alguien que encima hacía las veces de "censor" de sus escritos, pues te da una idea de la calidad humana y profesional de este señor.
Gracias a todos por ser como sois y hacer lo que hacéis.
Gracias por su dedicación y buen hacer.
Gracias Pepe, por ti comence a leer la Galerna