Buenos días. Entre el maremágnum de corrupción, mafia, cohecho, nazismo, desvergüenza e impunidad, se alza el Madrid para jugar esta tarde contra el Nápoles un partido de Champions que a priori resultará decisivo para dirimir la clasificación y el primer puesto del grupo C.
Spalletti dejó el banquillo napolitano al final de la pasada campaña para tomarse un año sabático, como Teodoro en Amanece que no es poco, pero en agosto aceptó la propuesta para dirigir la selección italiana. El cambio de técnico —el actual es Rudi García— provocó que comenzaran la temporada con dudas, si bien llegan al partido contra el Madrid tras endosar sendas goleadas a Udinese y Lecce. Alberto Cosín desgrana el juego partenopeo en esta pieza.
Los italianos no tiene miedo al Madrid, eso afirma un señor azul (creemos que no tiene nada que ver con la canción en femenino de CRAG) en la portada de AS.
El señor azul se llama Kvaratskhelia y es un excelente extremo del Nápoles. Creció viendo en la televisión ganar a los blancos y declara que hoy quiere vencerles. Normal, todo el mundo ha crecido viendo ganar al Real Madrid porque el Real Madrid es el equipo que más ha ganado. Sin necesidad de pagar durante décadas al vicepresidente de los árbitros.
Esperemos que no se cumpla este deseo de Kvaratskhelia y que pronto recupere un tono de piel más saludable.
Marca también opta por Nápoles-Real Madrid para ilustrar su primea plana. Respecto a Marca, pedimos disculpas sin la menor ironía a su subdirector Carlos Carpio. En el portanálisis del pasado sábado le acusamos de haber sido hasta ahora negacionista del BarçaGate, y nos equivocamos. No es cierto. Carpio ha dejado clara su postura y su condena hacia todos los implicados en el asunto Negreira en varios artículos: Laporta como síntoma de un país sin ética, El Barça necesita más de sus socios en el caso Negreira, Vergüenza para el fútbol español o El fútbol está a punto de estallar.
Acusar a alguien de un pecado de omisión es más arriesgado que acusarle por lo hecho, de ahí que nuestro desconocimiento de la existencia de estos artículos nos jugara una mala pasada. Ya hemos aprendido para la próxima. Nos equivocamos el sábado y pedimos sinceras disculpas a Carlos Carpio por ello.
La prensa azulgrana comparte portada: Laporta acercando a Lamine Yamal a su regazo mientras le estrecha la mano de modo juvenil. Mundo Deportivo utiliza el «Se queda» que hizo famoso Piqué una noche que iba como Las Grecas, según reconoció él mismo. Y Sport titula: «¡1000 millones!». Ambos rotativos se refieren a la renovación de Lamine Yamal.
El Barça sigue renovando, fichando, reconstruyendo un estadio sin que la ausencia de dinero y de observación de las normas financieras supongan un mínimo obstáculo para ello. Tampoco es un problema el cohecho concluido por el juez instructor Aguirre.
Al comienzo del portanálisis mencionábamos a la mafia, y no tiene nada que ver con el Nápoles, sino a cosas como las que podemos leer en Mundo Deportivo: «Villarejo acusa a Laporta del “caso Rosell” y este anuncia que se querellará». Diga lo que diga, la opinión de un criminal nos merece cero crédito.
También hemos hablado de nazismo, palabra que se nos viene a la cabeza (como se verá, no es culpa nuestra) siempre que se menciona al Atlético de Madrid, porque es un club que ampara a un grupo nazi llamado Frente Atlético.
La última de estos indeseables es que abandonaron el partido de su equipo en el Metropolitano en solidaridad con tres ultras detenidos por la policía. Al parecer los detuvieron por propinar una paliza al encargado de seguridad que se adentró en su zona a recuperar un balón. Los propios seguidores rojiblancos confirmaron este extremo
Menos mal que Gil Marín ha dicho que el Atleti ha decidido expulsar al Frente Atlético.
Ah, perdón, que lo dijo en 2014. No ha debido de darle tiempo, apenas han transcurrido nueve años. Decidieron expulsar a los neonazis, pero no lo ejecutaron.
Precisamente Gil Marin es el flamante nuevo ejecutivo de la ECA (Asociación Europea de Clubes), presidida por Nasser Al-Khelaifi, a su vez presidente del PSG, cuyos futbolistas Dembélé, Kilo Muani, Achraf Hakimi y Layvin Kurzawa pidieron disculpas por los cánticos homófobos que profirieron hacia sus rivales, cosa que no habrían hecho de no haber sido un sector de su afición la que emitió esos gritos. Ya veis, Gil Marín y Nasser Al-Khelaifi, tal para cual, juntándose en la ECA mientras sus respectivos clubes auspician, toleran y financian en sus aficiones a grupos radicales, racistas y homófobos. Dios los cría y la ECA los junta.
Pasad un buen día.
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Un comentario en: Gil Marín y Al-Khelaifi, tal para cual
Gil Marín y su manía de hablar con la cara pegada a un cristal. Claro, que mucho peor es la otra, la de apropiarse de clubes de fútbol de forma fraudulenta. Y ahí tienes a los “robados”, jaleando fielmente a su expropiador.