Dijo el poeta que todas las muertes son la misma muerte. Lo mismo puede decirse de los parones de selecciones: son todos el mismo aunque las fechas traten de mover a equívoco. A fin de entretenernos en este nuevo y nefando parón —que es el de siempre—, emprendemos esta serie titulada “El que nunca llegó”, en la que cada autor galernauta ha escogido un gran jugador que le habría gustado ver de blanco y que, a veces a pesar de las especulaciones, nunca llegó a recalar en el Madrid.
Los Beatles fueron rechazados por la Decca antes de firmar con EMI y a George Best no le permitieron jugar en el equipo de su barrio de Belfast por ser demasiado enclenque. Dos años después debutaba con el Manchester United. De la nada a todo.
Al igual que George Martin supo ver el potencial en cuatro gamberros de Liverpool, Bob Bishop —ojeador del United— avistó un talento descomunal en aquel niño de quince años con cuerpo de pantera rosa artrósica y envió un telegrama a Matt Busby —que por aquel entonces era el Alex Ferguson del club antes de que el mismo Alex Ferguson fuese el Alex Ferguson que todos conocemos—para que lo ficharan de inmediato. “Creo que te he encontrado un genio” rezada aquel mensaje.
Best nunca conoció el gris, para él todo fue blanco o negro, funcionaba en modo on o en modo off, sin posibilidad alguna de modulación entre ambos estados
Best nunca conoció el gris, para él todo fue blanco o negro, funcionaba en modo on o en modo off, sin posibilidad alguna de modulación entre ambos estados. Si hubiese sido agua, solo se habría encarnado en vapor o en hielo. Jamás he visto —y me atrevo a decir que no volveré a ver— una capacidad y habilidad tan grandes para jugar al fútbol, a su manera de jugar al fútbol, porque George Best fue el jugador —y la persona— más disciplinado y constante en su anarquía. Era tan rígido en su mal comportamiento, que no se permitía cumplir ninguna ley, excepto la de la gravedad, y no siempre, porque subió más rápido y más alto que nadie lo había hecho hasta entonces.
En poco tiempo pasó de corretear por Belfast en 1961 a debutar con el Manchester United en 1963, el mismo año que los Beatles publicaron su primer LP, el Please please me. La ascensión al estrellato de Best fue tan fulgurante como la de los músicos. Comenzaron a llamarle el quinto Beatle. De hecho, se llamaba como Harrison y se apellidaba como Pete, el protobatería de los cuatro de Liverpool.
George Best compaginaba una vida dedicada al alcohol y a las juergas con el fútbol e integró la Santísima Trinidad del United (United o Holy Trinity) junto a Bobby Charlton y Denis Low
Compaginaba una vida dedicada al alcohol y a las juergas con el fútbol e integró la Santísima Trinidad del United (United o Holy Trinity) junto a Bobby Charlton y Denis Low. El genio de la botella jamás disimuló sus correrías, es más, alardeaba de ellas mientras su carrera seguía y seguía ascendiendo por fuera y pudriéndose por dentro.
En la Copa de Europa de la temporada 1967-68 se enfrentó al Real Madrid en semifinales. El Manchester venció 1-0 en Old Trafford y empató a 3 en el Bernabéu. El United ganó la final al Benfica de Eusebio y —siguiendo con el paralelismo beatleliano—, una vez concluido el partido, George Best abandonó a sus compañeros de equipo para celebrar la victoria junto a su amigo John Lennon y Yoko Ono. Ese mismo año, en el que se publicó el White Album, Best logró el Balón de Oro.
Del mismo modo que se elevó como propelido por un cohete, comenzó a descender, aunque aún regalaría actuaciones inauditas, como marcar seis goles en un partido al Northampton Town. En este encuentro anotó mi tanto favorito, el sexto suyo y octavo del United. No se trata de un gol asombroso por lo estético o lo técnico, pero define a la perfección su fútbol mágico. Best encaró al portero, esbozó un pequeño gesto imperceptible que derribó al guardameta desde lejos, le dribló con el hoyuelo de su barbilla y marcó a placer. Exhausto, con el hígado saliéndole por la boca (probablemente de manera literal), se apoyó en el poste para tomar aliento por toda celebración y se marchó andando como John Wayne después de dar buena cuenta de catorce indios.
En 1974 abandonó el United y comenzó una gira inagotable de clubes (en los dos sentidos) y desenfreno. Su amigo Elton John le llamó para jugar en los Angeles Aztecs de EEUU. El presidente le realizó la siguiente oferta: «Este año le pagaremos 20.000 dólares y el próximo, 30.000». Best contestó: «De acuerdo, firmaré el año próximo».
Su fútbol terminó ahogado por el alcohol muchos años antes de lo normal. Con menos de 30 años era un exfutbolista que seguía jugando al fútbol entre copa y copa, por lo que, al igual que hizo con su fútbol, también se minó la salud. Sus adicciones le provocaron comportamientos dantescos y delictivos y ni siquiera el fallecimiento de su madre a causa de la bebida consiguió detener su autodestrucción. Del todo a la nada.
Su fútbol terminó ahogado por el alcohol muchos años antes de lo normal. Con menos de 30 años era un exfutbolista que seguía jugando al fútbol entre copa y copa
Su habilidad con el balón estaba a la altura de su ingenio dialéctico. Autor prolífico como pocos de frases para la historia, con solo rascar un poco podemos encontrar decenas de sentencias y aforismos entre brillantes, sarcásticos y frívolos. Quizá su frase más conocida sea aquella de: «Gasté una fortuna en coches, mujeres y alcohol. El resto simplemente lo malgasté”, pero resaltan otras como:
«Tengo tantas novias como granos en la arena que hay en la playa, por eso estoy dejando el fútbol».
«Varios jugadores han sido llamados “el nuevo George Best” pero con Cristiano Ronaldo es la primera vez que lo tomo como un halago».
«Nací con un gran don y a veces eso conlleva la autodestrucción».
«En 1969 dejé las mujeres y la bebida, pero fueron los peores veinte minutos de mi vida»
«En 1969 dejé las mujeres y la bebida, pero fueron los peores veinte minutos de mi vida».
«Si hubiera nacido feo, ustedes no habrían oído hablar de Pelé».
«Cada vez que entro en un sitio hay sesenta personas que quieren invitarme a beber, y yo no sé decir que no».
«No es cierto que me haya acostado con seis Miss Mundo. Solo fueron tres».
«He dejado de beber, pero solo mientras estoy dormido».
«Tenía una casa cerca del mar, pero para ir a la playa había que pasar por delante de un bar. Nunca me bañé».
«No es cierto que me haya acostado con seis Miss Mundo. Solo fueron tres»
«Nunca salía por la mañana con la intención de emborracharme. Sólo sucedía».
«Quizás “solitario” es una palabra demasiado fuerte, pero siempre he disfrutado estar solo».
En el fondo era un tipo solitario que no quería dejar que la fiesta terminase para no recuperar la consciencia de la realidad. Como cantaba su amigo Lennon en el Rubber Soul: He's a real nowhere man/Sitting in his nowhere land/Making all his nowhere plans for nobody.
«Varios jugadores han sido llamados “el nuevo George Best” pero con Cristiano Ronaldo es la primera vez que lo tomo como un halago»
Uno de sus destinos favoritos era la costa española, porque no aguantaba el clima de Manchester (otra muestra de inteligencia). De hecho, en 1972 anunció que se retiraba a Marbella. Fue entonces cuando se rumoreó un posible fichaje por el Real Madrid (incluso se llegó a publicar en un diario una inocentada con su contratación el 28 de diciembre de aquel año), aunque él solo llegó a plantearse jugar en el Málaga —entonces en la Tercera División—. Pero en aquellos años, en España no estaba permitido fichar extranjeros, por lo que esta locura no llegó a buen puerto.
Si hay un futbolista que me hubiera gustado ver en el Real Madrid es George Best. No me planteo si su comportamiento crápula habría sido tolerado en el club, o si hubiera cambiado (harto improbable), pero este artículo es un ejercicio imposible en sí mismo, y ver a George en el Madrid habría sido la combinación perfecta: Best en el mejor club de la historia. Su apellido lo predestinaba. Pero George Best es uno de los que nunca llegó. Ni nunca llegó a dejar de beber, ni siquiera tras un trasplante de hígado, y en 2005 falleció el Keith Moon del fútbol.
En 2006, un año después de su muerte, se emitieron billetes de cinco libras con su imagen vistiendo tanto la camiseta del United como de la selección de Irlanda del Norte. También en 2006, el aeropuerto de Belfast fue bautizado con su nombre. En 2021, aún se nos pone la piel de gallina contemplando su talento irreal.
Curiosamente, años después de su fallecimiento, se conoció que la autopsia reveló que la causa final de su muerte no fue el alcohol, sino el excesivo consumo de medicamentos para una infección en el pecho.
Fotografías: Imago.
Índice de El que nunca llegó:
Capítulo 1: Futre, el que nunca llegó
Capítulo 2: Dominique Rocheteau, el que nunca llegó
Mítico, uno de mís primeros recuerdos futbolístico, probablemente el primero, fue esa eliminatoria de copa de Europa, mi padre hablaba de un calvo que había maravillado en el mundial, y descubrió a un melenudo, con pinta de Beatle. Al día siguiente en el cole, no se hablaba de otra cosa...
Gran artículo dedicado al jugador de más talento que he visto nunca.
Me declaro admirador incondicional del Best futbolista. Sobre el resto, habrá opiniones.
Talento futbolístico y pulsión auto destructiva corriendo desbocados.
Esa semifinal, Manchester United - Real Madrid, con el partido de vuelta en el Bernabéu, no pude verla porque no era socio todavía, ni por la tele, porque la mayor parte de los partidos no se televisaban.
Sí que lo escuché por la radio, y fue una gran decepción, porque en el descanso el Madrid ganaba por tres a cero, y en la segunda parte el Manchester empató a tres, lo que, con el uno a cero de la ida, les dio la clasificación.
Aquel Manchester United, con el mejor Best, era el mejor equipo del momento. Pero sólo ganó esa Copa de Europa. Quizá porque a Best le bastó con ganar una, y tocar una vez la gloria. Después se volvió al pub.
Gracias por los enlaces y por el artículo.
Saludos.
Gracias, Cillios.
Saludos,
Yo sí la ví en el Bernabéu. Y, nunca olvidaré el autogol de Zoco al intentar despejar un balón. Estaba yo justo detrás de la porteríade fondo sur. La empaló mál con el empeine y el balón salío hacia la propia portería, despistando a Betancort. Fue el 2 - 1. Un minuto después, Amancio marcó el 3 - 1, resultado con el que terminó el primer tiempo. En el segundo, nos arrollaron, alcanzando el 3 - 3 alrededor del minuto 80, gracias al magnífico juego de Charlton y, sobre todo, Best.
No sé qué ha pasado con las tildes. Es mal y salió; no mál y salío.
G. Best: “En 1969 dejé las mujeres y la bebida. Fueron los peores veinte minutos de mi vida”. Grande, enorme.
Best , como algunos más ( Garrincha , Puskas , Eusebio, etc. ) es el ejemplo paradigmatico de lo que es el periodismo deportivo actual, que piensa que el futbol empezó con Maradona y lo anterior no existe o no tiene ningún valor. Jugador de un talento inmenso (como los citados) y al que solo le apartó del futbol su forma de entender la vida.
Por eso cuando veo que a cualquier buen jugador actual le elevan a los altares , me sonrio porqué me da pena pensar lo que se han perdido.
Best , Garrincha y Eusebio son de los pocos jugadores ajenos que me hubiera gustado ver de blanco.