Ganas de volver a estafaros

Querido madridista, o (mejor) querido futbolero escandalizado tanto con la estafa descomunal que el Barça perpetró contra todos nosotros como con la impunidad que al respecto goza: ¿te preguntabas cómo es posible que sólo siete meses después de saltar el fraude Negreira (o BarçaGate) se ordenaran registros en la RFEF como los que acaba de haber, así como registros en la sede social del FC Barcelona como los que no ha habido nunca?

La respuesta la ha ofrecido hoy El Debate a través de las investigaciones de Alejandro Entrambasaugas. Se trata del mismo periodista que hace ya tiempo publicó una noticia con arreglo a la cual en la instrucción del sumario Negreira estarían incluidas las investigaciones de la Guardia Civil sobre el sospechoso incremento patrimonial de árbitros como Clos Gómez, Hernández Hernández, Sánchez Martínez y Jaime Latre durante el negreirismo. El resto de la prensa se le echó encima al minuto, asegurando que tal cosa no estaba ni mucho menos en la instrucción. Meses después, se confirmó que la Guardia Civil estudiaba este extremo.

Entrambasaguas viene así avalado por un hallazgo ante el cual hubo de envainársela la prensa apesebrada del sistema. Ahora vuelve con algo no sé si más fuerte, pero fortísimo en todo caso. La razón por la cual la instrucción tardó siglos en ordenar esos registros fue porque la jueza instructora que inicialmente estaba a cargo es la pareja del dueño de una empresa proveedora de servicios del Barça desde 2003.

La jueza paralizaba la instrucción porque su pareja vivía del Barça.

Qué maravilla, ¿verdad? Tuvimos que esperar a que el juez Aguirre relevara a López Mejías para que se hiciera ALGO en lo relativo a este escándalo. Entre tanto, se dio oportunidad a los infractores, tanto en las oficinas culés como en las de Las Rozas, a destruir todas las pruebas incriminatorias que quisieran.

La noticia de El Debate dice exactamente que "la jueza de refuerzo que dirigió la instrucción del caso Negreira en su fase inicial, Silvia López Mejía, ocultó a la Audiencia Provincial de Barcelona que su pareja es el proveedor de la cartelería del Fútbol Club Barcelona. De esta manera, la magistrada pudo incurrir en una incompatibilidad manifiesta al existir un conflicto de intereses. En vez de abstenerse por la relación familiar, asumió el caso".

Qué maravilla, ¿verdad? Tuvimos que esperar a que el juez Aguirre relevara a López Mejías para que se hiciera ALGO en lo relativo a este escándalo. Entre tanto, se dio oportunidad a los infractores, tanto en las oficinas culés como en las de Las Rozas, a destruir todas las pruebas incriminatorias que quisieran

Prosigue El Debate: "La pareja de la jueza se llama Ignasi Pietx. Es propietario de Artyplan, una empresa de reprografía especializada en impresión corporativa de gran tamaño. Este periódico ha tenido acceso en exclusiva a un documento de la compañía en el que reconocen ser el «proveedor preferente de toda la producción gráfica del club desde el año 2003». Precisamente, una de las especializaciones de Artyplan es la publicidad impresa para eventos de fútbol y Pietx promociona sus servicios usando una imagen del Camp Nou. Entre los trabajos que realizan se encuentran la elaboración de los programas de los partidos, vallas publicitarias, banderas y pancartas y carteles alrededor del campo o en las gradas".

Entre los carteles y pancartas elaborados por la empresa de Pietix se cuentan los de la movida separatista del 11-O, así como (aquí viene lo diabólicamente divertido, por decir algo) el célebre mural situado en pleno Paseo de la Habana madrileño con el que Jan Laporta ganó las elecciones a la presidencia culé, excitando el enciclopédico complejo blaugrana con todo lo relativo al Madrid.

"Ganas de volver a veros", rezaba el cartel. "Ganas de volver a estafaros", debió haber dicho. "Lo haré", pudo incluso poner en letra más pequeña, a la altura de la vecina del tercero, "valiéndome de mis contactos en la esfera judicial catalana y mi proverbial impunidad en los medios manejados por Roures y su aliado Tebas, que por supuesto no investigarán nada". Incluso, aunque esto quizá no habría cabido en el cartel, podría haber agregado: "Tengo controlada la prescripción de la compra del sistema arbitral como delito a través de la presencia en el gobierno de Albert Soler. Lo dicho: deseando volver a estafaros".

El tiro salió por la culata al bueno de Jan, dado que en este país aún quedan dos o tres periodistas libres. El BarçaGate le estalló en las manos, como le estalla ahora esta nueva vertiente de putrefacción.

La otra publicación delictiva del día en lo referente al FC Barcelona (todos los días hay alguna y en algunas jornadas nos desayunamos con dos) viene de la prensa afín, valga la redundancia. Afín al Barça, queremos decir. El Nacional de Cataluña publica un artículo, digamos, tranquilizador, para los culés, en el sentido de que no hay riesgo de que nadie decrete un cese de actividad de la institución catalana por corrupción. La auroraborealística pieza la firma Mayte Piulachs, que presume de tenerlo todo atado y bien atado. No tiene desperdicio.

"El caso Negreira ha dado un vuelco desde que el titular del juzgado de instrucción 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, resolvió, a finales de septiembre, que los expresidentes del FC Barcelona, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, dos directivos del club y el Barça, como persona jurídica, son investigados por el delito de cohecho por haber pagado 7,5 millones de euros entre los años 2011 al 2018 al entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, y a su hijo Javier Enríquez, también investigados, por haber hecho informes sobre árbitros, a pesar de la sospecha de que era para influir en los resultados, extremo que por ahora no tiene ni pruebas ni indicios. En la causa, también se los investiga por los delitos de administración desleal, blanqueo de capitales y falsedad documental.

La prensa españolista rápidamente publicó que con este delito grave, si llega a ser condenado, el club azulgrana sería multado y también podría ser disuelto como persona jurídica, como recoge el artículo 33 del Código Penal. ¿Es cierto este peligro? Pues, no. ¿Por qué? Según juristas consultados, el Barça podría ser condenado a pagar una multa muy elevada si se demuestra la autoría del delito de cohecho, pero por el caso Negreira no puede ser disuelto como entidad porque no se cumplen dos requisitos fundamentales: ser multirreincidente y en el mismo tipo delictivo"

¿Cómo se queda el lector, especialmente ante eso de dar por hecho que los pagos a Negreira eran "por haber hecho informes sobre árbitros, a pesar de la sospecha de que era para influir en los resultados, extremo que por ahora no tiene ni pruebas ni indicios"? Qué festival del humor, amigos. ¿Y qué me dice de lo de "la prensa españolista"? ¿Qué me dice de la tranquilidad de que el Barça no vaya a dejar de existir con arreglo a esos dos criterios? Esta gente ha olvidado completamente el fondo del asunto. Ya no aspiran a ser inocentes. Sólo aspiran a que la justicia les deje seguir teniendo personalidad jurídica, pero la cosa no se queda aquí. Prosigue Piulachs: "Actualmente, el caso Negreira se encuentra en un callejón sin salida: no hay pruebas de para qué pagó Barça a enríquez Negreira ni a su hijo. No hay árbitros que digan que han cobrado o señalen a otros y por ahora la gran documentación requisada en la CTA no da luz. El Barça, en un comunicado de este miércoles, insiste que no ha cometido ningún delito de corrupción entre particulares, que los pagos fueron por unos asesoramientos técnicos y defiende a su presidente". Si un marciano aterrizara mañana en Las Ramblas para tratar de entender el concepto de desfachatez, habría que empezar por aquí.

Si yo lo he leído, usted también, caro lector. "No será difícil encontrar un tribunal culé". No sé por qué, pero yo me siento mucho más seguro siendo consciente de esta bendita realidad, de la cual también se jacta El Nacional y, me atrevería a decir, la práctica totalidad del culerío

Pero aún no ha venido lo más desternillante: "En términos penales, multirreincidente es la persona física o jurídica que ha cometido tres o más delitos. El Gobierno aprobó el año 2010 una ley que permite la condena de personas jurídicas -es decir, de sociedades y empresas- como autoras de un delito. El año 2016, el Barça estrenó este tipo delictivo y la directiva aceptó que, precisamente, ni Sandro Rosell ni Josep María Bartomeu fueran condenados por el fichaje de Neymar, y se atribuyó toda la responsabilidad al club". Aparte de presumir de la conducta de sus mandatarios, dejando que pagara el Barça en lugar de pagar ellos, este descacharrante texto de El Nacional parece presumir también de cómo "el Barça estrenó este tipo delictivo". Ya no es que en el panorama mediático (y hasta sociológico) del culerío no haya el menor rastro de rubor ante sus variopintos crímenes diarios, sino que además fardan de innovar en los mismos.

Es la I+D+i delictiva culé. Merece premio. Si no del Ministro de Cultura Y DEPORTE, que ya dijo no estar al tanto de estas cosas, sí del Ministerio de CIENCIA e Innovación.

Pero tranquilo, que de verdad que el lector aún no ha leído lo más apelotante: "Ahora, todas las defensas han presentado recurso a la Audiencia de Barcelona a fin de que revoque la resolución del juez, que precisa que son investigados por el delito de soborno, aunque tampoco descarta el de negociaciones entre particulares. La Fiscalía Anticorrupción no presentará recurso, pero informará de lo que reclaman los abogados de los investigados. La sección 21 de la Audiencia de Barcelona tendrá que resolver este extremo. Y si, finalmente, acuerda que hay indicios para investigar por el delito de soborno, la tramitación de la causa será por el procedimiento de un tribunal popular. Es decir, si el caso Negreira llega a juicio será examinado por 9 ciudadanos. (...) Para las defensas, una de las ventajas de tener un procedimiento por jurado (aparte, que no será difícil encontrar un tribunal culé) es que a partir que la Audiencia lo apruebe, el juez instructor no podrá tener ninguna iniciativa a ordenar investigaciones, como ha hecho hasta ahora, sino que tendrá que respetar las demandas de las acusaciones". 

Si yo lo he leído, usted también, caro lector. "No será difícil encontrar un tribunal culé". No sé por qué, pero yo me siento mucho más seguro siendo consciente de esta bendita realidad, de la cual también se jacta El Nacional y, me atrevería a decir, la práctica totalidad del culerío.

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