¿Un libro sobre las remontadas del Madrid? Pero ¿no hay ya muchos?
Resulta que no, que no hay ninguno. Perdón, no lo había hasta que Salva Martín, periodista y escritor deportivo, colaborador además de La Galerna, decidió agarrar el toro por los cuernos (de Augenthaler, suponemos, habida cuenta del aroma nostálgico que impregna su obra) y dibujar, con una estructura tan sencilla como a su manera novedosa y eficaz, un recorrido por aquellas remontadas primigenias ochenteras, sin olvidar las últimas, tan memorables, tan locas, tan esenciales.
¿Cuándo se te ocurre escribir este libro?
Cuando Alaba levantó la silla contra el PSG, me vinieron a la cabeza de manera fugaz, como un flash, los saltos de Juanito contra el Borussia. Fue un gesto espontáneo, natural, de alegría desbordada, le salió del alma, y fíjate que era el primer año de Alaba en el Real Madrid. Entonces me dije: hay que conectar ambos gestos. Me puse a buscar un libro que recogiese todas las remontadas y vi que no existía.
Quién lo habría dicho. Muchos dábamos por hecho que así era.
Hay reportajes y libros que tratan el tema, pero solo en una parte de los mismos. No existía un libro enfocado en el fetiche y el alma del Real Madrid, que son las remontadas. Pensé que los madridistas merecían que existiese algo así, hablé con la editorial y me puse rápidamente con ello.
Es evidente que detrás del libro hay un esfuerzo, un gran trabajo de documentación.
Sí, aunque la documentación duró poco porque, por un lado, tengo muchos libros, artículos, revistas del Real Madrid, de Don Balón, etc. que me sirvieron; y, por otro lado, lo disfruté mucho. Me enganché. He contado lo que yo quería que me contaran. Cuando escribes tienes que pensar en quién te va a leer, no en ti mismo.
Información de las remontadas hay, pero tú querías algo más.
Efectivamente. Yo, como lector, no quería solamente que me contasen cómo fue la remontada, para eso están ahí los reportajes de los partidos, buscas en Google «Real Madrid-Borussia Mönchengladbach», «Real Madrid-Wolfsburgo» del año tal y lo ves. Pero ¿y ese Madrid quién lo entrenaba, cómo jugaba, cómo terminó aquello? Y además, el protagonista, el personaje de cada una de aquellas remontadas.
Está muy bien, porque no te ciñes a esos partidos, sino que aprovechas la coyuntura para hablar de un personaje que destacó en cada uno de los partidos, y que generalmente es vital en la historia del Real Madrid.
Cierto. Y además hay dos puntos importantes. Uno es la prensa: el libro recoge los titulares de los principales medios de aquella época, incluida la prensa internacional, que está muy bien para contextualizar y saber cómo se contó entonces, en caliente; y el otro punto es una anécdota a destacar de cada remontada. Con ello busco que sea un libro que se pueda leer de una sentada y al mismo tiempo una publicación de consulta.
Cuando Alaba levantó la silla contra el PSG, me vinieron a la cabeza de manera fugaz, como un flash, los saltos de Juanito contra el Borussia
No es un libro frío, tiene alma. Se halla en un punto medio entre el libro de consulta, como tú dices, y la narración apasionada.
No es mérito mío, yo he puesto la letra, pero la música, el arte y el alma las han puesto el Real Madrid. Ellos han hecho las gestas, yo me he limitado a compilarlas para que el madridista, y el aficionado al fútbol en general, las disfrute. Tengo amigos del Barça que me confiesan que lo han leído del tirón porque lo consideran interesante.
Los culés siempre han tenido envidia de las remontadas e intentan vender que la suya fue la de Atekin, pero aquella fue peculiar, no sé si se pueden considerar como tal aquel 6-1 al PSG. Ejem.
Sobre todo por números, las del Madrid son al menos quince. Por diferenciación. Ya lo decía Valdano: había una locura, sobre todo en los años ochenta, una fe irracional y sobre todo un pensamiento que no responde a ninguna lógica: cuanto por más goles encajaran fuera, mejor lo veían de cara a la remontada. Esa irracionalidad y esa fe es inherente al Real Madrid. Sólo el Madrid convierte lo paranormal en un hecho cotidiano. Todo puede suceder en el Santiago Bernabéu y eso no lo tiene ningún club.
Y no se puede copiar porque es necesaria la tradición.
Tampoco creo que se deba copiar, forma parte del ADN del club. Otros clubes tienen otra forma de ser, un sentimiento, una forma de jugar, un escudo, su propia historia. Y el Madrid tiene el ADN de que no se rinde, pero de verdad, no es sólo un lema.
El germen está en la primera Copa de Europa, que se menciona en el libro.
Sí, se comenzó perdiendo 2-0. Fue la señal: señores, esto va a costar y lo vais a conseguir.
En ese aspecto, el libro es una gozada. Por muy madridista que seas, hay situaciones que no recuerdas y es una maravilla redescubrirlas. Por ejemplo, aquel marcaje de Chendo a Brady contra el Inter.
El libro tiene un doble objetivo: al aficionado madridista más mayor y enterado, recordarle y emocionarle con aquellos momentos que ha vivido en sus carnes y los juegos de la memoria han hecho que queden en segundo plano; y al madridista joven mostrarle la verdadera dimensión de su club.
Quizá también debería ser de lectura obligatoria para los jugadores actuales, aunque parece ser que lo llevan dentro a tenor de lo que hicieron el año de la Catorce, pero no conocen el detalle.
Hay veteranos como Modric, Casemiro o Nacho que a jóvenes como Rodrygo, Camavinga o Asensio les inculcan: «esto es el Madrid y aquí no nos rendimos», y se vio de una manera clarísima en la Catorce, salían al campo a morder y a demostrar que nadie sale vivo del Bernabéu.
¿Cuáles te gustan más, las remontadas clásicas o las recientes? Quizá sean igual de emocionantes, pero las recientes tienen el marchamo Champions, mientras las más recordadas de las antiguas son UEFA.
La Catorce la he vivido, pero destaco la primera, la del Derby County (1975), que también es Copa de Europa, como la segunda de las clásicas, frente al Celtic (1980), y las consiguen dos jugadores que forman parte de la genética merengue: Santillana y Juanito. Aquella delantera con esa simbiosis de espíritu, de calidad y de no rendirse es muy difícil de repetir. La primera remontada además es muy importante porque cuando se está ante la segunda, la del Celtic, se invoca al espíritu del Derby, que en posteriores remontadas se convertiría en el espíritu de Juanito. Me quedo por tanto con la primera por el sello que llevaron el resto. Las de la UEFA escaparon de la razón, no eran partidos de fútbol, eran incitaciones a la locura, y esta última ha sido la Champions de los milagros, de lo imposible, del no va más. De hecho, en la vuelta contra el City los madridistas íbamos a ver la remontada, sabíamos que íbamos a remontar.
En el libro hay remontadas que quizá no recuerde el madridista, aquellas que tienen lugar en años donde luego no se consiguió el trofeo. Esas quedan más borrosas en la memoria, ¿no?
Por ejemplo una contra el Estrella Roja, alguna frente al Bayern de Múnich o (aunque aquel año sí se ganó) la del Wolfsburgo en la que marca Cristiano tres goles, que se puede catalogar como SU remontada, el ejemplo de cómo un jugador puede hacer acopio de todas esas virtudes y dar la vuelta a una eliminatoria. El libro también es un homenaje a las gestas olvidadas porque son remontadas que luego no desembocaron en el logro de Champions, no se llegó a la final, pero eso no les resta mérito y es necesario reivindicarlas.
Para escribir el libro has visto todos los partidos de nuevo.
Se me pusieron los pelos de punta al recordar cada encuentro y ver cómo jugaban. A veces no valoramos ni recordamos cómo jugaba aquel Madrid de los ochenta. Reivindico a Leo Beenhakker como quien trajo a España el fútbol total. No hago de menos a Cruyff, pero el pionero fue Beenhakker. Habló por primera vez de cubrir espacios, antes los jugadores tenían una posición y eso era inamovible. Ese Madrid completó varias remontadas pero se quedó a las puertas de la Copa de Europa del 88. Diez años después se ganó la Séptima.
Además, tú cuentas en el libro que Beenhakker llega al Madrid en parte gracias a Jorge Valdano.
Sí, lo conocía de cuando estuvo en el Real Zaragoza. Leo también fue importante para el fútbol de Jorge, a pesar de la calidad que ya atesoraba él mismo. A Beenhakker no se le ha valorado como merece.
Las grandes remontadas no son de entrenadores, ¿verdad?
Cuentan el propio Valdano, o Butragueño, que esos locos como Camacho y Juanito, después de haber perdido por goleada fuera de casa, entraban al vestuario con la cabeza alta, el pecho henchido y gritando: ¡los goleamos en Madrid! Lo que empezaba como un germen del vestuario —Camacho se encarga de poner en la pizarra del entrenador el resultado que necesitaban— se iba pasando a la afición, entonces no existía ese muro que separaba a la plantilla y a los hinchas, que los jaleaban cuando los veían por la calle o en un restaurante. Y de ahí pasaba a los medios. Se formaba un caldo de cultivo que desembocaba en un volcán que era el Bernabéu que convertía lo imposible en posible. Esa es la magia.
El libro cuenta con un apéndice de remontadas nacionales, como la liga de las remontadas de Capello o la Copa de las remontadas del año pasado.
La mejor liga de la historia que yo he vivido es la segunda de Capello, y no me quería dejar eso en el tintero. Fue la demostración de que el Madrid no se rinde. Estaba totalmente perdida, con jugadores apartados y el entrenador cuestionado, y terminó consiguiéndose. La celebración fue equiparable a una Champions en términos de euforia. Se cuenta en el libro de Julián Carpintero La Cofradía del Calvo Ardiendo, que forma parte de la bibliografía de esta obra. Tampoco quería olvidar la Copa del 22-23, que se gana tras lograr tres remontadas ante Villarreal, Atlético y Barça nada menos. Estas remontadas en liga y copa sirven como aderezo, como colofón a las de Champions que se narran en el libro.
Entrevista: Jesús Bengoechea
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