Mañana se juega otro Real Madrid-Espanyol y Rafael Marañón tiene que aguantar que otro periodista más venga a preguntarle por lo del corazón dividido, por lo de papá y mamá. Marañón jugó en el Real Madrid entre 1970 y 1974, fecha en la que su aspiración por la titularidad, que el Madrid no le garantizaba, le condujo a tomar la decisión de fichar por el Espanyol (entonces Español, claro) de Barcelona. Allí se convirtió en leyenda, ostentando aún, en la actualidad, el liderazgo absoluto de goleadores históricos del club, con 144 dianas (“y eso sin contar muchos partidos amistosos que no son pero deberían ser computables por la categoría de los rivales, como el Santos de Pelé –contra el que debuté- o selecciones nacionales o clubes de primera línea europea”, apunta). Tamudo logró superar sus 116 goles ligueros pero no la totalidad de los anotados en todas las competiciones, donde Marañón aún reina, y no se otea en el horizonte jugador españolista en activo que amenace con batir su récord. La voz que escucho al otro lado del teléfono es la de Marañón, y la que escucho a este lado es la del periodista que vuelve a preguntarle quién desea que gane en trances como el de mañana: el equipo donde triunfó o el club donde se formó. El pesado soy yo pero Marañón reacciona con enorme afabilidad a la pregunta que han debido de hacerle tres mil veces. “Siempre digo lo mismo”, responde. “Para mí el Espanyol es como el sentimiento, la vivencia, el día a día. El Madrid, en cambio, es la ideología que me marca. Habitualmente, cuando juegan el uno contra el otro, deseo que gane el que más lo necesite”. No le pregunto cuál de las dos escuadras lo necesita más en este momento, aunque me hago mi propia composición de lugar que (atención) no tiene por qué coincidir con la suya. Es madridista de sentimiento (o ideología, como él explica) pero también el orgulloso Presidente de la Asociación de Veteranos del Espanyol. Y españolista, por tanto.
P: ¿Qué va a suceder mañana?
R: Lo normal es que gane el Madrid, claro, porque además el Espanyol llega muy en cuadro, pero nunca se sabe y creo que el Madrid debe tomarse el partido en serio si aspira a ganarlo. Tradicionalmente, el Espanyol en el Bernabéu le da guerra al Madrid. Me estoy acordando de aquel 4-3 en que los hombres de Capello se vieron obligados a remontar los goles de Pandiani para poder, asimismo, ganar la Liga de las remontadas.
P: ¿Cómo eran para ti los partidos en el Bernabéu cuando volvías a ese estadio ya como exmadridista, ya como jugador del Espanyol?
R: Generalmente, se me daban fatal. Un desastre. No solía dar pie con bola. Jugué nueve partidos y solo ganamos uno. Una vez nos metieron un 5-0, y eso que llegábamos allí como líderes en la jornada nueve. En otra ocasión, no obstante, como digo, ganamos 1-2 gracias a un gol mío a García Remón, en un tiro de una falta bastante lejana.
P: ¿Lo celebraste?
R: Yo veo una tontería eso de no celebrar. Ya te he dado antes una idea de mis sentimientos por el Espanyol. ¿Qué vas a hacer? ¿Fingir que no te alegras? ¡Pero si yo era y soy españolista! Otra cosa sería hacer aspavientos o algo así.
P: El Espanyol va a jugar el domingo contra un Madrid marcado por la esperanza de la nueva era Zidane, pero donde prevalece un ambiente algo revuelto. Hay periodistas y aficionados que hablan de que hay que vender a Cristiano, incluso...
R: Qué aberración. Un tío que mete sesenta goles por temporada, y las cosas que hay que oír sobre él. “No, es que el tercer gol ya no vale, no es el importante”. No digan bobadas. Llegan a obviar que en la semifinal del año pasado ante la Juve mete los dos goles, el de aquí y el de allí. Si no le mete aquellos dos goles de cabeza al Schalke, aquello nos cuesta la eliminación. ¿Qué es eso de que no mete goles decisivos o ante rivales grandes? Al Barça y al Atleti también les ha metido muchísimos. Sin Cristiano el Madrid no llegaría, porque Cristiano arrastra. Lo inflan a patadas, ahí se ve cómo le temen. Es casi natural que se revuelva porque está desprotegido. Parece que como tiene ese físico no pasa nada por pegarle. Todo vale contra él. Cuando jugué con Quini en el Sporting (donde estuve cedido por el Madrid antes de recalar definitivamente allí), compartimos delantera, y él metió veintiuno y yo dieciocho goles. ¿Por qué? Porque los defensas se iban a por él y me dejaban más libre a mí. Con Cristiano en el Madrid pasa lo mismo, se lleva a los defensas. Por cierto, ya que estamos con Quini: como rematador, es quizá el mejor que he visto con pasaporte español.
¿Vender a Cristiano? ¡Qué aberración!
P: Del Sporting, ya que estamos con tu carrera, fuiste al Madrid, donde estuviste cuatro años para acabar marchándote a Barcelona en busca de más oportunidades de titularidad.
R: Y, echando la vista atrás, hice lo correcto. En el Espanyol, aunque fuera muy goleador, jugué de extremo izquierda. Antes, en el Madrid, actué como delantero centro. Estaba empeñado en jugar de nueve, un nueve algo atípico, casi era un interior, pero nueve al fin y al cabo. Relacionaba la posición con el gol, y sin embargo, paradójicamente, en el Espanyol marqué más goles que en ninguna parte jugando como extremo. Curiosamente, en el Madrid también jugué algunos encuentros como extremo, y de hecho debuté sustituyendo a Gento en San Sebastián. El propio Gento siempre me dice cómo le llama la atención otra paradoja más: Manolín Bueno estuvo mucho tiempo a su sombra, hasta el punto en que se fue del Madrid a la vez que Gento sin haber logrado sustituirle. Ahí podía haber entrado yo como extremo, pero yo quería ser nueve por entonces. Claro que yo era un extremo de características muy diferentes a las de la Galerna. No tenía su velocidad; mi arma era el toque de balón.
P: El hecho es que cambiaste al Espanyol y te fue muy bien.
R: Pues sí. Estoy contento con mi trayectoria. Me alegra especialmente, además de ser el máximo goleador histórico, ser el que más goles ha metido al Barça en la historia del club: nueve. Y no es por tirarme faroles (risas), pero me convertí también en el jugador español (no solo españolista, sino español) con más penaltis seguidos transformados de la historia de la Liga: veintitrés, empatado con Kubala. Koeman lidera la lista general, pero en la de españoles estamos Puskas y yo. Cristiano, que se quedó en veintidós, estará siempre detrás de nosotros. Y Messi. Y Pancho Puskas, que era un genio (risas). Estoy entre los máximos goleadores de la historia combinada de las ligas de primera y segunda, y también me enorgullece estar en la lista de máximos goleadores navarros. Si hubiera logrado todo esto con el Madrid, estaría en el Olimpo, pero lo cierto es que estoy muy satisfecho con la carrera que he tenido.
P: Y no es para menos. ¿Cómo has visto al Madrid en los últimos años?
R: No he visto, en el cómputo futbolístico general, que el Madrid haya sido tan inferior al Barça como se dice. En cuanto a juego, no ha habido tanta diferencia, si bien es cierto que en los enfrentamientos directos (o, mejor dicho, en algunos de ellos) nos han mojado la oreja con rotundidad. El Madrid jugó bien también, pero con unos conceptos futbolísticos distintos. Hay muchas formas de jugar bien. La segunda temporada de Mourinho, cuando se batió el récord de goles de la Liga, se hizo un fútbol espectacular. El vademécum del fútbol es hacer que tu equipo llegue a la portería contraria en pocos toques, y meta gol. Esto nos lleva al otro día contra el Betis: el Madrid tocó mucho pero el gol se hizo imposible, porque cuando tocas tanto estás metiendo al rival en su área, donde se refuerza. El Barça ha ganado muchísimo jugando al toque y al toque, pero eso es porque tiene unos jugadores para los metros finales que son unos genios, ya está.
La segunda temporada de Mourinho, cuando se batió el récord de goles de la Liga, se hizo un fútbol espectacular.
P: Entiendo por lo que dices que tu opinión del legado de Mourinho es positiva.
R: Van a pasar muchos años hasta que batan de nuevo ese récord goleador, si se bate. Y el juego era extraordinario. ¿Cuándo habías visto tú que el Madrid fuera a Sevilla y metiera seis? ¿O que fuera a Valencia y metiera seis? El Madrid iba a campos tradicionalmente terribles para él, como el de Osasuna o San Mamés, y ganaba de calle.
P: ¿Y cómo ves el futuro de la rivalidad entre Madrid y Barça?
R: Uno de los grandes (Messi) se va a acabar. No le puede quedar mucho a este nivel. Y entonces, ¿quién tomará el testigo hegemónico?
P: Hay rumores, además, de que Neymar podría fichar por el Madrid…
R: Es un gran jugador pero, a día de hoy, probablemente no aportaría mucho más ni resolvería muchos más problemas que los futbolistas que están en el Madrid ahora mismo. Además, su llegada causaría movimientos peligrosos que habría que estudiar muy bien. Alguno de la BBC tendría que salir, imagino.
P: Hablando de la BBC, ¿tú jugarías siempre con ellos?
R: Yo soy de la máxima que tenía un antiguo entrenador: un equipo para cada partido. Hay exigencias diferentes en función de cada encuentro, y hasta de cada momento en un determinado encuentro. Los jugadores somos egoístas por naturaleza y queremos jugar siempre, pero para eso, para frenarles y explicarles, está el entrenador. Hay un jugador de calidad grandiosa que se especializó en jugar medios tiempos: Guti. Jugaba cuando era útil al equipo, ya está. Hay jugadores que son para lo que son.
R: Volviendo entonces a Cristiano, y cerrando con él, ¿qué le recomendarías?
R: Se frustra mucho porque tiene el gol como objetivo, y a veces se descentra para el resto del partido cuando no mete una muy clara al principio. Pero debe tener muy presente que en otro momento del partido, sin duda, se va a producir otra ocasión. Siempre hay una segunda oportunidad, y hasta una tercera. ¡Pero es que entonces está también la cuarta! Y debe dejar de obsesionarse por marcar siempre un gol precioso. No existe el gol más bonito del mundo. Siempre hay otro más bello. Ese gol de chilena que lleva intentando Cristiano desde no sé cuándo al final lo va a meter. Para entonces ya le habrán silbado cuarenta veces (risas), pero lo va a meter.
Entrevista: Jesús Bengoechea
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¡Qué bonita entrevista, Jesús! ¡Y qué grande Rafael Marañón! Quienes me conocen saben mi 'pasión' por las entrevistas: en mis dos antiguos trabajos me dedicaba -entre otras cosas- a ellas, de allí lo natural que para mí ha sido traerlas al mundo del fútbol y del Madrid. Y valoro mucho cuando una entrevista es como esta: fácil de leer, amena, excelentes preguntas y unas respuestas que aportan mucha información sobre la forma de pensar y sentir de Don Rafael, con muchos titulares, y en la aflora el buen ambiente y la conexión entre entrevistador y entrevistado. ¡Y con lo difícil que es lograr eso en una entrevista telefónica! Mi enhorabuena a ambos.
Me encanta, además, la parte en que Don Rafael saca pecho y recuerda todos sus logros y récords. Si no lo hacen los medios, pues qué bien que esta entrevista haya servido para darle voz y poner sobre la mesa "este soy yo". Y es inevitable no contagiarnos con su optimismo y su madridismo. Gracias, Don Rafael.
¡Hala Madrid y nada más!
Magnifica entrevista al arquitecto del fútbol por el director del "estudio de arquitectura del madridismo, La Galerna". Sí, así,..., hasta el final vamos Real!!!