Javier Aznar es muchas cosas. Estudió Empresariales pero lo dejó todo por las musas, aunque como se verá no se da por ello mucho crédito. Es el autor de libros tan recomendables como Dónde vamos a bailar esta noche, transidos de una mirada penetrante y a la vez lúdica de la realidad más mundana. Es además responsable de un estupendo podcast, del que nos hablará. Pero es también, del mismo modo que Graham Chapman pasará a la historia como el autor del sketch del loro de Monty Python, la pluma que trazó los hilarantes hallazgos contenidos en aquel (sí, AQUEL) artículo sobre Fabio Coentrao. De igual manera que Charada es la mejor película de Hitchcock que Hitchcock nunca dirigió, AQUEL artículo sobre Fabio Coentrao es el mejor texto de La Galerna que nunca (maldición) salió en La Galerna.
De manera que nos reunimos vía Skype con Javier teniendo muy presente que skype rima con hype. Ningún hype más justificado, si lo hubiere, que el de Javier, y así lo atestiguamos tanto Jesús Bengoechea como nuestro colaborador y enchufado (reconocido por él mismo) su sobrino Gonzalo Gómez Bengoechea, a la sazón amigo de Javier.
-Nuestra intención es aplicar tu idea de que esto sea más una charla que una entrevista. Así que, de entrada, me gustaría preguntarte por esa filosofía que tienes al respecto, y que es la que aplicas en tu maravilloso podcast Hotel Jorge Juan.
-Mi sensación es, a veces, que las entrevistas se quedan cortas. En las presentaciones de mis libros yo notaba que, por mi manera de ser, ya que soy una persona tímida, cuando comenzaba a romper el hielo, ya tocaba a su fin el encuentro. El podcast te permite, además, sentir la voz de esa persona, que tú notes en que momento se emociona, lo cual otorga más personalidad al encuentro. Tiene una frase Salvador Paniker que me gusta mucho, y que dice que cuando tú entrevistas a alguien esa persona se está reduciendo a tus límites intelectuales. Y a mí no me gusta que sea el entrevistador el que marque por dónde ir, intento que el protagonista sea la otra persona. Poner el foco en ella o en él. Que disponga de su tiempo para explayarse y que pueda, incluso, dudar. Parece que no hay tiempo para dudar hoy en día, siempre hay que tener una respuesta inmediata. Me gusta mucho cuando la gente me dice que en el podcast se “oye” a la otra persona cómo si estuviera pensando. Esos silencios maquinando, buscando la palabra adecuada. Y esos aspectos en la entrevista al uso se pierden.
-Aunque hay un modelo en que el entrevistador asume la iniciativa, que podríamos llamar “el de Jesús Hermida”, hay otros que sostienen que el buen entrevistador es como el buen árbitro, que si lo hace bien no se nota su presencia.
-A mí me gusta que sea la otra persona la que tenga el protagonismo, pero que las dos partes aporten. Que no todo sean preguntas por parte del entrevistador, que también contribuya con respuestas, comentarios… porque así es la vida normal, así es una conversación normal. Cuando quedas con una persona conocida ese es el ritmo. El modo interrogatorio, de extraer las verdades del entrevistado, nunca me ha gustado.
-Luego está el caso contrario que es el de Garci, que no te deja preguntarle, porque va enlazando un tema con otro. -Cuando le entrevistamos, mandamos a cuatro redactores y aun así no había manera de meter baza. Se puso a hablar de fútbol ruso o de fútbol brasileño de los años sesenta… es que es tremendo lo que sabe de fútbol Garci. No sé si mucha gente lo sabe.
-Él ha visto mucho y luego, aparte, es de los que disfruta viendo fútbol. Él es del Atleti pero, de algún modo, es un semimadridista. Garci, además, tiene esa facilidad para transmitir entusiasmo.
-De todas las charlas que has tenido en tu podcast, ¿cuáles son tus favoritas, aparte de tu excelsa conversación con Gonzalo Gómez Bengoechea?
-(Risas). No me quedo con una en concreto sino con momentos. Con alguna respuesta ingeniosa de Eduardo Sacheri, con esa complicidad que tengo con Jabois, con la brillantez de Héctor Abad Faciolince, con Karina Sainz Borgo y Leti Vila-Sanjuán que son dos chicas que me encanta su forma de ver la vida… Sí que me gustaría destacar a esas personas que son más desconocidas como Eloy Martínez de la Pera, que vino a hablar de Balenciaga y del Thyssen, un tipo con una cultura vastísima. O Diego Garrocho que es profesor de ética. Que son tipos sin redes sociales, o sin mucho peso en ellas, y me alegra que la gente las pueda descubrir.
-Quiero hablar de tu artículo de Coentrao. Te habrán preguntado cien mil veces por ese artículo, pero creo que inventaste casi un género. ¿Te dabas cuenta mientras lo escribías de que estabas haciendo algo muy especial?
-Qué va. Hace poco escribí en Líbero la trastienda de ese artículo. Cuando se lo mandé por mail a mi jefe, le dije “si te parece una locura, no lo publiques. Y te pido perdón por adelantado”. Varias veces me ha ocurrido que cuando he escrito algo que he considerado impublicable, que he pensado que se me ha ido la cabeza, luego ha sido lo que más éxito ha tenido. Me siento un poco como ese músico que le piden siempre que toque la misma canción. “Toca la de Coentrao” (risas). Pero me siento muy orgulloso de estar encasillado en mi papel junto a Coentrao. Es tan extraño y tan bizarro que define muy bien mi vida.
-Esa historia de Fabio ¿es la historia de tu amor por él, o utilizaste al portugués de modo utilitarista? ¿Hay amor ahí?
-Lo escribí en el autobús, volviendo del Bernabéu, después del Madrid-Atleti de Champions que ganamos con gol de Chicharito. Y justo ahí se me ocurrió. Me llegaban tantas historias raras de Coentrao, él es tan personaje... Lo del fumar, lo de que no tenía carnet de conducir y llegaba no se sabe muy bien cómo, que algunas veces se había quedado dormido, lo de las mechas rubias en 2017 que era absolutamente anacrónico, lo de que desaparecía de las concentraciones… Me encantaba que fuera tan excéntrico, pero que compaginara estas rarezas con picos de forma tan altos después de mucho tiempo sin jugar, aquello de salir en una eliminatoria de Champions contra el Atleti y hacerlo tan bien… Me parece un personaje fascinante. Uno de esos héroes de los que no se escriben canciones. Hay gente que entendió el artículo como una burla. Y no, era un elogio sincero. Efectivamente, respondiendo a tu pregunta, era amor.
Coentrao me parece un personaje fascinante. Uno de esos héroes de los que no se escriben canciones. Hay gente que entendió el artículo como una burla. Y no, era un elogio sincero. con fabio empezó todo.
-El artículo es maravilloso porque tiene cosas de Far West. De Western crepuscular. Eso de ir a buscar al héroe a pesar de que está acabadísimo, sin revólver, con un esquijama de estos del Oeste, rodeado de botellas de whisky, y lo despiertan arrojando sobre él un cubo de agua helada...
-Un poco esa era la idea, sí. Hay una referencia a Sin perdón que me gusta que hayas captado. Es el especialista, y da igual en qué estado penoso o etílico se encuentre porque borracho y cojo y viejo sigue disparando más rápido que los demás. Él repetía mucho “¡siete años y una renovación!”, como diciendo: mirad el tiempo que llevo aquí y no me han descubierto. Tenía el síndrome del impostor. Pero luego tuvo momentos de jugar muy bien, incluida una final de Champions por méritos propios. Y nadie se acuerda de él. Yo le pregunto a mis amigos por la alineación de la final de Lisboa y todo el mundo menciona a Marcelo, que fue suplente. Se le achacaba su pertenencia a eso que llamaron el “clan portugués”. Pero la gente fue muy injusta con él. Era un suplente muy honrado, con el que sabías que siempre podías contar
-Era esa combinación, tan contradictoria, de un jugador que podía ser tan competitivo en una final de la Copa de Europa pero que luego aparecía en el banquillo, vestido y con las botas puestas, cuando ni siquiera estaba convocado, para risas de todos sus compañeros y de Mourinho.
-Recuerdo a Zidane diciendo: no sé qué le pasa a Coentrao, está “de lo suyo”. Esas bajadas y subidas tan inexplicables. Esa inconsciencia de dónde estaba.
-¿Hay algún otro jugador sobre el que podrías haber escrito algo parecido? ¿Quizás Drenthe?
-Hay otros jugadores que me parecen fascinantes, como Cassano. Los veinte minutos que dio de un rendimiento óptimo en el Real Madrid me encantó verle jugar. Recuerdo un pase al hueco que le hace a Higuaín, contra el Atlético de Madrid, con los brazos como vendados porque se había hecho un tatuaje. Siempre había dicho que iba a ser Capello el que fuese capaz de resucitar el talento de Cassano, porque le conocía de la Roma. Yo me había montado mi película. O Gravesen, aunque Gravesen ya es demasiado mainstream por la gravesinha, pero recuerdo cuando llegó, fichado por Sacchi, en su primera etapa con Luxemburgo, que yo pensaba “este tipo está como una regadera”. Y efectivamente, era un personaje excéntrico a más no poder. Cuentan que, en una cena de una concentración, Capello le pilló haciendo una broma a Robinho, al que le puso el cuchillo en el cuello como si se lo fuera a rajar, y a Fabio le pareció demasiado inestable para tenerlo ahí. Esos personajes, en general, que el Madrid nos regala de vez en cuando, y que son un poco imprevisibles, pues me divierten mucho, por supuesto.
hay jugadores que me parecen fascinantes, como Cassano. Los veinte minutos que dio de un rendimiento óptimo en el Real Madrid me encantó verle jugar.
-Guti, aunque se trata de un jugador de mayor éxito, también podría entrar en esta categoría. ¿Tú te consideras “gutista”?
-Soy gutista porque siempre me ha parecido un gran jugador que escondía más de lo que revelaba. Mucha gente incidía en las condiciones técnicas que tenía y yo voy más allá: es que Guti tenía un plantón para triunfar en el fútbol. Era un tipo grande, para nada el típico media punta melifluo. Y a mí me ha regalado grandes momentos en el Bernabéu. Recuerdo uno contra el Valencia de pura magia. Cosas superespeciales. Aquella remontada al Sevilla es de lo momentos más divertidos que he vivido en el Bernabéu. Lo que sucede es que tiene ese componente sospechoso del chico que no jugó ni un minuto en las tres finales de la Champions, que es muy raro si te paras a pensarlo. Muy extraño. Probablemente inmerecido. Pero me hubiera gustado ver a un Guti aún más sólido. No sé si le afectó alguna guerra con un entrenador, o esa relación de amor y odio con el Bernabéu. Pero también nos dio más de lo que creemos, como aquel Guti delantero, con Del Bosque, que metió 14 goles…
-Mirando la actualidad, ¿cómo ves el tema de Ramos?
Creo que hay una especie de obsesión con el tema de la edad. Parece que si tienes más de 34 años tienes que renovar año a año, que es una política que también tienen otros clubes como el Atlético de Madrid. Aparte de injusto me parece muy arbitrario. Creo que el rendimiento de Ramos hoy es excelente. Creo que está a un nivel muy alto. Y creo, además, que tiene unas condiciones físicas y un recorrido sin lesiones que le permite jugar en el Real Madrid muchos años. Lo que pasa es que cada vez que se da esta situación, entre el jugador y el club, adoptan unas estrategias que ya conocen las dos partes. A mí me parecería descabellado que Ramos terminase su carrera en el PSG. El Madrid tiene que valorar en su justa medida al jugador. Y eso que yo no soy partidario del “con todo que nos ha dado”: si no estás rindiendo, muchas gracias por todo y hasta luego. No creo que el jugador se lo tenga que tomar como una afrenta. El Madrid no es una ONG ni un club de amigos. Y en el momento en que eso es así, es cuando comienzan estos ciclos sin ganar títulos. No entiendo esa queja de que nunca sale un gran jugador del Barça y el Madrid como debe. Ese secuestro del club por parte del mito. No entiendo eso, pero es que en el caso actual de Ramos está justificado que renueve tres años. No acabo de entender esa aversión a la edad. Ahí ves a Ibrahimovic, con 39, liderando la tabla goleadora en Italia. O a Navas, con 35, rindiendo muy bien de lateral derecho. También considero, por ejemplo, que se cometió un error con Pepe, que sigue jugando fenomenal.
me parecería descabellado que Ramos terminase su carrera en el PSG. El Madrid tiene que valorar en su justa medida al jugador. Y eso que yo no soy partidario del “con todo que nos ha dado”. pero es que en el caso actual de Ramos está justificado que renueve tres años. No acabo de entender esa aversión a la edad.
-Lo que sucede es que es difícil encontrar el equilibrio, porque puede que el PSG vea en gente como Ramos a ese tipo de jugador que puede aportar a sus jóvenes estrellas la experiencia necesaria en los momentos importantes de la Champions. Pero por otro lado tienes ese fútbol físico, cada vez más agresivo, de ahora, con equipos como el Liverpool o el Bayern que corren como bestias. Es complicado encontrar ese punto intermedio entre gente joven con pulmones y clásicos con veteranía. Si se van Ramos, Modric, Marcelo… ¿quién se queda ahí con galones?
-El Madrid está en ese momento complicado de transición. Por un lado, tenemos demasiada columna vertebral de 2014, de la Décima. Es que han pasado seis o siete años, y el eje Ramos, Varane, Carvajal, Marcelo, Modric, Isco, Benzema… siguen todos y siendo importantes. Y le falta precisamente ese equilibrio. Sin darnos cuenta hemos vuelto al Zidanes y Pavones. La vieja guardia, de la que es muy partidario Zidane, y luego los jovencísimos que no sabemos en qué pueden acabar. Lo hemos intentado con Theo, Ceballos, Vallejo, y ahora con Odegaard, Kubo, Vinicius, Rodrygo… Hay un escalón enorme entre unos y otros, ¿no? Me gustaría que el Madrid apostará un poco más por la clase media. Volver al típico fichaje como ha sido Mendy.
-Hay otro ejemplo claro de esa clase media que puede ser Alaba. Se está hablando de que puede ser el sustituto de Ramos y yo lo querría con Ramos. Un tipo que acaba contrato ahora con el Bayern, que además te cubre varias posiciones. Que puede ser central, lateral zurdo o incluso en el medio campo, donde tenemos un agujero cada vez que falta Casemiro.
-Sí, es el típico jugador que no es una estrella pero sí es un jugador contrastado. Aunque luego entra lo de la escala salarial (que parece un tótem como la cubierta retráctil). Pero oye, si viene alguien que es una oportunidad, como en su día pasó con McManaman, aunque ganara un dineral, pues lo tienes que aprovechar. ¿Que cobra más que otro? Pues lo siento, haber estado tú ahí. La vida es así. Es que a veces parece que algunos jugadores del Real Madrid hayan ganado una oposición.
-Hay una cosa funcionarial ahí....
-Eso es, el “con todo lo que nos han dado” o “es que fue importante en la décima”. Ya, pero es que las cosas siguen y hay que ponerse al día. Yo es que, a veces, veo a equipos como el Liverpool y me da la sensación de que juegan en otro año, como que están adelantados a nosotros. Hay ámbitos en los que el tiempo es muy cruel. Pasa con los actores o con los futbolistas. Estás todavía con el eco de las tres Champions seguidas y te pasan por la derecha. A veces hay que tomar decisiones, romper para volver a crecer. A veces nos quedamos atrapados en el ámbar, como el mosquito de Jurassic Park, el ámbar de nuestro éxito.
algunos jugadores del madrid actúan como si se hubieran sacado una oposición. “es que fue importante en la décima”. Ya, pero es que las cosas siguen, y hay que ponerse al día.
-Ya que la has mencionado antes, ¿qué opinas de la cubierta retráctil?
-Hay que hacer algo para tener un estadio que genere espectáculo y negocio para poder competir con los otros grandes clubes del mundo. Otra cosa es que no sé cómo va a quedar. Sí es cierto que lo de cubrir el Bernabéu no me emociona. No me gustan los estadios cubiertos. La peor final que vi fue la de Cardiff que fue con cubierta.
-Pero la peor en cuanto a escenario, supongo…
-Claro, futbolísticamente fue espectacular. Ese segundo tramo del Real Madrid fue sensacional. El mejor Isco que hemos visto nunca. O el partido de Kroos… Lo de la cubierta me cuesta verlo en un lugar como Madrid donde no llueve nunca. Aunque si luego tiene una utilidad para hacer conciertos o espectáculos, pues puede ser, estoy abierto a escuchar. Generalmente estoy abierto a todo, menos a cambiar los colores que me parecen sagrados. Odio lo de jugar ahora con una camiseta negra, luego una rosa… Ver de repente a la Juve de naranja… Son unas atrocidades…
Generalmente estoy abierto a todo, menos a cambiar los colores que me parecen sagrados. Odio lo de jugar ahora con una camiseta negra, luego una rosa…
-Eso dice Seinfeld en un monólogo…
-Lo compartí. Lo hace en un monólogo y luego en una entrevista con Letterman, dice “si nos quitan los colores lo perdemos todo”. Escribí un artículo en Líbero sobre ello porque me parecen aberrantes estos cambios de camiseta. Aparte ahora la rosa, que es un color con el que no tenemos ningún tipo de vínculo.
-Pero decías que, en cambio, en otras cosas no eres tan purista.
-Exacto. Por ejemplo, en lo de cambiar el nombre al estadio poniéndole un nombre delante o detrás. Pero me gustaría que fuera una marca molona. Prefiero que sea Häagen-Dazs Bernabéu, por ejemplo, a que le pongan otra rara. Pero sucederá y habrá que acostumbrarse porque el mundo se dirige hacia eso. Hay que saber adaptarse.
-Yo más que Häagen-Dazs Bernabéu diría José Luis Bernabéu, un poco por el chotismo.
-Ahora que hablas del José Luis. El otro día hablaba con mi padre de una cosa que os quería comentar. Él que es madridista Old School, me explicaba que cuando iba al colegio andando pasaba por el José Luis de María de Molina, y que allí veía a los jugadores del Madrid con traje, tomando el aperitivo, algunos incluso fumando, y que les saludaba y le devolvían el saludo, y me entró cierta pena de que en el mundo del fútbol cada vez haya más secretismo. Es curioso como cuanta más visibilidad hay, cuantas más redes sociales existen, ellos viven más encerrados en una burbuja, inaccesibles, ni siquiera los periodistas tenemos casi acceso a ellos. Ya ni te digo a entrar al vestuario como en los setenta, es algo impensable.
-Sí hay mucha gente que te cuenta que pasaban por delante de donde entrenaban y que se paraban a hablar con Di Stéfano y compañía y casi terminaban de cañas. Ahora casi todo el planeta conoce a un jugador como Kroos, pero no hay casi nadie que haya tratado con Toni Kroos.
-Yo entiendo que esto no se puede convertir en un circo, y tenerlos un poco como en el zoo. Y también hago el planteamiento crítico desde el lado de la prensa de cómo se han quemado unos puentes que no sé si ya se van a poder restablecer. Yo noto que los futbolistas, si no hay una marca detrás que les obligue a ello o una confianza ciega, pues no les interesa hacer una entrevista al uso.
-Y ese cambio se ha producido en una generación, porque yo recuerdo ver a Míchel comprando el pan en Las Rozas todos los fines de semana. No sé si ahora la gente puede decir “me encontré con tal jugador del Real Madrid por la calle”. Que igual a los socios, como dueños del club, les apetecería tener más cercanía. Pero entiendo también que la directiva dé indicaciones al respecto.
-Ese aspecto, en el deporte americano, lo entienden mejor. Pero tanto los clubes como los aficionados. No hay ese secretismo que hay aquí ahora. Aquí no sabes en qué consiste un acuerdo entre un jugador y un club, o por cuánto se le ha traspasado. Allí sí. O hasta con las mismas lesiones, los comunicados de los clubes son cada vez más escuetos. Los aficionados creo que deben saber qué está pasando. No me gusta cuando los entrenadores dicen “esto es un asunto entre el jugador y yo”. ¿Hasta qué punto no podemos saber qué es lo que ha sucedido, o cuál es el motivo de que este jugador esté apartado? Un poco de transparencia no estaría mal.
si hay que cambiar el nombre al Bernabéu por los patrocinios, me gustaría que fuera una marca molona. Häagen-Dazs-Bernabéu, por ejemplo.
-¿Qué perspectivas ves para esta temporada?
-Creo que a la Liga sí debemos aspirar. Y para la Champions yo pongo el ejemplo de la Final Four de baloncesto, que alcanzarla es casi un título. Si has llegado ahí, aunque finalmente pierdas, has competido y da igual. Te da más rabia caer, pero has llegado. Y el Madrid tiene años que no compite en Europa, pero otros que sí llega a semifinales y cae. Yo pido llegar a esos partidos, que no te eche un Ajax arrasándote, o que no te elimine un City sin que seas capaz de competir contra ellos. Pero estoy un poco preocupado con esta época de reconstrucción/transición que estamos atravesando.
el Madrid tiene años que no compite en Europa pero otros que sí llega a semifinales y cae. Yo pido llegar a esos partidos, no que te eche un Ajax arrasándote, o que te elimine un City sin que seas capaz de competir.
-El problema es que estamos condicionados por el Covid porque ahora están priorizando el tema económico por prudencia.
-Yo reconozco que sería el típico dirigente irresponsable que endeuda a su equipo, como un presidente de una república bananera (Risas). A pesar de haber estudiado empresariales. Y no tengo problema en reconocerlo. Que veo que el Barça ha fichado a Griezmann, pues yo ficho a otro igual. El otro día me reía con Vicente Jiménez, el director del AS, porque escribía que tampoco nadie va a Cibeles a celebrar un superávit. Que por un lado no puedes dejar de ser responsable, pero por el otro tampoco puedes dejar de competir. Está sucediendo un poco con el baloncesto, con la marcha de Campazzo, que no sabes hasta qué punto te puedes permitir racanear y no rascarte el bolsillo. Pero es que como no hay visibilidad de las operaciones o de cómo están los números...
- Ahora que nos cuentas que estudiaste Empresariales, ¿cuándo y cómo decidiste que querías dedicarte a escribir?
-Siempre tuve la pulsión de dedicarme a ello. Lo que pasa es que la gente siempre me comenta “tú dejaste todo para dedicarte a escribir que es lo que te gusta, ¿no?”, que así suena más romántico o valiente. Y no, lo que hice fue compaginarlo con lo otro, y cuando vi que los números no me descuadraban tanto, y que había gente que apostaba por mí, entonces sí que me dije: me paro aquí y pruebo esto otro. Y me ha ido relativamente bien. Estoy muy contento. Hay gente joven que me escribe explicándome que se plantean sacrificarlo todo y yo intento desmitificarles mi historia. Que, al menos, no solo se queden con lo bonito.
-Además, en un mundo tan absorbente como el de la consultoría/auditoría supongo que no cabían medias tintas.
-Sí, hubo un momento en que no me quedó más remedio que tomar una decisión por falta de tiempo, por falta de tiempo de calidad. Y decidí bajarme. Pero me gusta contar que aquella época sí que me enseñó a escribir informes muy asépticos, sin metáforas, sin juicios de valor, y eso te da un rigor casi periodístico. O la disciplina a la hora de escribir un texto, o el compromiso con los deadlines… Hay conexiones entre la auditoría y el periodismo.
-La economía no deja de ser una ciencia humana. Aquí estamos tres economistas con inquietudes culturales profundas, aunque suene pedante.
-Es curioso, porque la gente cuando lee los periódicos se lo lee todo menos la sección de economía, que se la salta. Pero ahí hay un universo que entronca, como bien dices, con lo humano, con lo social, con la psicología, con el comportamiento… Creemos que la economía no afecta a nuestras vidas y es un poco como en el cuento de David Foster Wallace, que van dos peces y uno le dice al otro “¿Cómo está el agua?”, y el otro responde “¿Qué es el agua?”. Estás tan metido en ello que no te das cuenta de cómo afecta en tu día a día. Pues la economía es esto.
-Magnífico. Vamos ya con tu cinco histórico de baloncesto y tu once histórico de fútbol.
-De acuerdo. Tanto mi XI como mi V tienen los siguientes requisitos: solo valen tipos que yo haya visto jugar, que ya no jueguen en el Real Madrid, y cuya elección no sea en función solo de su calidad, sino de aquellos que más me llegaron a mí, desde un punto de vista personal.
-¿Por qué Illgner?
-Recuerdo un fotomontaje que le hicieron en el Marca donde salía convertido en un muro. Desde entonces le vi así. Siempre fui un chico muy influenciable. A Panucci le veía de pequeño con una especie de halo celestial porque esquivó la muerte perdiendo un avión en Atlanta que luego explotaría en el aire. Me acuerdo de que una vez le preguntaron por la posible llegada al Madrid de Arrigo Sacchi, con el que se llevaba fatal, y dijo: “¿Que qué pasa si viene Sacchi? Pues que me voy a la playa”. Siempre en mi equipo alguien así.
-Reivindicas a Pepe también...
-Me gusta reivindicar su figura porque era (es) un central realmente limpio, pese a esos arrebatos, y uno de los grandes fichajes que hizo Mijatovic, al que creo que no se le pondera tanto. Helguera, aunque algo olvidado, fue un fichaje de un rendimiento/precio fantástico. Me gusta, además, que empezara apartado con Capello y luego terminase siendo indiscutible, como Amavisca y Zamorano con Valdano. Me encantan esas historias: dicen mucho del jugador (y del entrenador). Y además es otro cántabro gana-champions. Y Coentrao... Qué decir de Don Fabio. Con él empezó todo.
-No podía faltar Redondo.
-Le meto porque no puedo hacer un XI del Real Madrid sin él. Me sentiría sucio. En cuanto a Seedorf, su venta es una de esas heridas que nunca terminan de cerrar. Como cuando te deja tu primera novia. Y Geremi. Cómo no querer a un jugador camerunés que viene de Turquía previo paso por Paraguay y consigue secar a Rivaldo en un clásico y meter un gol en el Olímpico de Múnich con su pierna mala. Mourinho lo dejó claro: “Faltan jugadores que acepten la suplencia y que estén dispuestos a dar el ciento por ciento. En el Chelsea, el mejor ejemplo es Geremi. Puedo pedirle hacer cualquier cosa, siempre está listo”. Por eso siempre quise tanto a Geremi. Y cuidado con su palmarés.
-Cuéntanos esas otras debilidades de tu once.
-Savio era brasileño, elegante, irregular, mi padre le detestaba y una estrella en el PC Fútbol. Lo tenía todo para enamorarme. Özil: debilidad personal. De los jugadores con los que más he disfrutado en el Bernabéu. Autor de mi no-gol favorito de la historia. Estaría dispuesto a repescarlo ahora mismo de su ostracismo en el Arsenal y pagarle todo lo que me pidiera porque soy débil, y por eso no debería tener el control jamás ni de mis propias finanzas. Con Van Nistelrooy veo un paralelismo con el Chapu Nocioni: jugadorazos de auténtico oficio que vinieron al RM ya en su declive y con mil cicatrices, y pese a todo consiguieron irse como ídolos. Su Liga siempre será inolvidable.
Entrevista: Jesús Bengoechea, Gonzalo Gómez Bengoechea
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
Javier no viste a Raúl?
Auténtica.
Un auténtico placer, la entrevista.
Ahora, ambos equipos denotan pasión por los antihéroes y las batallas perdidas... 🙂
Lo de Coentrao....genial.. simplemente genial.
Me gusta mucho cómo escribe Javier Aznar, el artículo de Coentrao, sublime