Seguramente por causa del paralelismo entre la imagen internacional de España y la del Madrid, de la que hablaremos ahora mismo, la pajarita más famosa de España es también la más famosa del madridismo. Diplomático, escritor, extraordinario orador y actor ocasional, fue de forma relativamente fugaz (93-95) Director General del club de nuestros desvelos. La entrevista se hace por teléfono. Los titulares se agolpan, y es tan imposible no estar de acuerdo con algunos de ellos como estarlo con otros.
Su nuevo libro homenajea a Cecilia en su título (“Esta España nuestra”), aunque casi más jugoso es el subtítulo: “Mentiras, la nueva Guerra Fría y al tahúr de Moncloa”. Algo me hace intuir que no es usted necesariamente un gran fan de Pedro Sánchez.
En la política actual, casi todo vale para mantenerse en el poder, pero con Pedro Sánchez ya no es que casi todo valga. Es que TODO vale.
¿Usted cree que los españoles comulgan con este análisis?
No del todo. Solo una parte. La mayor parte están ocupados en otras cosas, desde la pandemia al fútbol. No acaban de ver lo nefasto que es el mantenimiento en el poder de un hombre como Pedro Sánchez. El resquebrajamiento de España como nación aumenta cada día. Es algo de lo que mucha gente no quiere apercibirse, en particular los miembros del PSOE actual, bien por razones ideológicas (todo menos que gobierne la derecha), bien por razones pesebriles (todo menos que yo pierda lo que tengo). En la política española en general, y en el PSOE en particular, se considera que cualquier posicionamiento crítico con el propio partido es dar armas al enemigo. El horror que produce a los militantes del PSOE el que pueda llegar al poder el PP es muy superior al que pueda producir el que gobierne el PSOE a los militantes del PP.
Decía usted que la gente está distraída con el fútbol. Vamos a distraernos. En el libro habla usted de la percepción que se tiene de España en el extranjero, y revela estadísticas muy interesantes, por ejemplo: en 2019, de las 343.000 noticias publicadas sobre España en todo el mundo el 34% giraban alrededor del fútbol y (atención) un 14% sobre el Real Madrid...
Así es. Hay un porcentaje exiguo de noticias que hablen del desarrollo económico de España o de su cultura. El fútbol, y concretamente el Madrid, constituye el principal capítulo de interés.
Usted es un hombre de la esfera diplomática. A la luz de estas estadísticas, ¿sigue siendo el Real Madrid el mejor embajador de España en el mundo?
Cuando fue el mejor embajador era más bien en la época de Di Stéfano y Gento, cuando arrasaba en toda Europa. Como el régimen de Franco tenía pocos embajadores, al Madrid se le abrían puertas que al régimen no se le abrían en la Europa democrática.
¿Cómo llamaríamos entonces a lo que ahora representa el Madrid en la imagen externa del país?
Ahora sigue siendo un buen embajador, pero no desempeña ese papel capital de los años 50. Con todo, los éxitos recientes a nivel internacional son también indudables, y de ahí el que las noticias internacionales sobre España sigan muy marcadas por la sombra del Real Madrid. 60 ó 70 años atrás, habría sido interesante hacer el estudio. Probablemente habríamos encontrado muchas menos noticias sobre España en medios internacionales, pero el porcentaje de las mismas ligadas al Real Madrid habría sido aún más alto.
¿Considera que España ha tenido y tiene suficiente gratitud al Real Madrid por esto?
España está muy polarizada, también en el fútbol. Por ello, los enemigos del Real Madrid son reacios a admitir que el club ha hecho que España sea más conocida. Pero, en sus momentos menos apasionados, hasta los antimadridistas españoles lo reconocen.
¿A qué atribuye el fenómeno anti?
Es común a quien es más importante. En política internacional, nadie despierta tantas pasiones y antagonismos como Estados Unidos porque es el país más relevante. Siendo la potencia más poderosa de la historia, levanta ampollas en muchas latitudes. El Madrid es el Estados Unidos del fútbol. Los que van inmediatamente detrás, y querrían aspirar a su trono, llegan a inventarse historias, sandeces según las cuales los blancos habrían ganado sus títulos en los despachos y tal. Son tonterías que es frecuente leer en cierta prensa barcelonesa.
El Real Madrid es el Estados Unidos del fútbol
Le preguntaba por el Madrid y su condición de embajador de España. ¿Es el Barça el mejor embajador de Cataluña?
Es un buen embajador de Cataluña. El problema es cuando han politizado el tema. Pretenden posicionarse históricamente como el titán que plantó cara a la dictadura, cuando en realidad es el único club de España que distinguió dos veces al caudillo con su insignia. Franco consintió al Barcelona la recalificación de sus terrenos y eso fue esencial para salvar la economía de su club.
¿Ve claro el vínculo entre el Barcelona y el separatismo catalán?
Claro. Todos los presidentes de la entidad, a veces por interés y otras por convicción, han unido la suerte del Barça a la del autonomismo o muchas veces el soberanismo catalán.
Laporta parece un buen ejemplo, y este es de los de la convicción, ¿no?
Sí, parece claro.
¿Cómo le parece que trata la prensa al Madrid?
Tiene ataques de algunos medios de comunicación aislados, pero no se me antoja un acoso sistemático.
Cuando es atacado, ¿el Madrid es, como dicen por Twitter, demasiado diplomático? (Volvemos a la palabra).
Es que yo no veo unos ataques organizados ni premeditados. Como tampoco veo que haya campañas arbitrales contra el Real Madrid. Decir esto es tan estúpido como acusar a los colegiados de favorecer al Madrid desde los tiempos de Franco.
El vínculo entre el Barcelona y el separatismo catalán es clarísimo
¿No le parece, por ejemplo, y como pregona algún madridismo en las redes, que el año pasado se dieran una serie de decisiones extrañas que contribuyeron a dejar al Madrid sin la Liga?
Ocurrieron algunas cosas escandalosas, pero no lo veo como una campaña orquestada ni aviesa. Vimos errores clamorosos, pero nada que nos haga pensar que fue algo planificado ni urdido con un fin determinado.
Usted ha escrito al menos un libro sobre el Madrid, protagonizado por tres iconos como Di Stéfano, Butragueño y Raúl. ¿Son para usted los tres máximos estandartes blancos?
De los máximos. Pero Di Stéfano es un ser aparte. Los otros dos juntos eran menos que Di Stéfano. La veta genialoide de Butragueño duró menos. Raúl era completo, sorprendente, goleador. Ahora, tras haber pasado el portugués por el Madrid, debo reconocer que Cristiano supera a ambos, pero no a Di Stéfano, en términos de importancia en la historia del club.
Hablando de Butragueño, otra casi obligada en un encuentro con alguien de su esfera. ¿Sería el Buitre un buen embajador?
Absolutamente. Nunca mete la pata. La imagen que proyecta es siempre ejemplar. Sería un excelente diplomático. Siempre sensato y responsable.
Butragueño sería un excelente embajador
¿Qué recuerdo tiene usted de su etapa como Director General del Real Madrid, coincidiendo con la presidencia de Ramón Mendoza?
Tengo un recuerdo agridulce. Estuve un año y siete meses. Fue una experiencia interesante el conocer por dentro la maquinaria de sueños que es nuestro querido club, el más importante del mundo, pero también entendí la inmensa hipocresía de algunas personas. Mucho cinismo. En poco más de año y medio en el Madrid, me mintieron y traicionaron la palabra dada muchas más veces que en veinte años de diplomacia.
¿Se refiere concretamente a Ramón Mendoza?
Sí, bueno, y al ambiente circundante. En esa etapa existía una tendencia, por parte de los presidentes, a creer que los clubes eran ellos. Nuestro presidente no era una excepción. Hubo demasiado incumplimiento de palabra para que yo estuviera a gusto en el club.
¿Fue una decepción grande? ¿Había soñado con ser para Mendoza lo que Saporta había sido para Bernabéu? Suele darse esa dualidad ahí arriba, ahora la tenemos también. Aunque por lo que dice no se aprecian muchas similitudes entre D. Ramón y D. Santiago...
En realidad yo tampoco era tan ambicioso. De hecho al principio yo era reacio a ir, porque estaba muy feliz en la carrera diplomática. Rehusé el puesto en dos ocasiones antes de terminar aceptando. A la tercera las circunstancias confluyeron, porque familiarmente, en ese momento, no me interesaba residir en el extranjero. Pero no me veía como un revolucionario de la gestión deportiva. Para nada. Solo aspiraba a hacerlo con seriedad y coherencia.
¿Y de la gestión actual qué opina?
Me parece buena. Florentino es de los gestores más modernos que ha tenido el club. Otros eran más obsoletos, más artesanales. La visión de futuro y la capacidad financiera del actual presidente están fuera de toda duda. El estadio va a ser el mejor del mundo, o uno de los mejores. Florentino dejará el club con unos cimientos sólidos tanto en lo económico como en lo social. El estadio va a ser una máquina de hacer dinero.
¿Suficiente para seguir compitiendo en lo deportivo contra petroestados que fichan a quien quieran sin que exista verdadero fair play financiero? ¿O en algún momento, a ese efecto, habrá que reconsiderar la forma jurídica del club, su estructura de propiedad?
Florentino ha sido clarividente en la creación de un recinto versátil capaz de generar muchos millones con espectáculos ajenos al fútbol, aparte de con el propio balompié. No veo que el club en el futuro próximo vaya a cambiar su entramado jurídico. Seguirá siendo propiedad de los más de 68.000 socios que somos, yo entre ellos. A treinta años no lo sé. Pero a medio plazo tendrá el sustento necesario para mantenerse como una sociedad que depende solo de sus socios. A medio plazo, gracias a lo que está haciendo Florentino, no hará falta cambiar la propiedad del club.
Y usted entiendo que se alegra de ello.
Por supuesto.
¿El Barcelona correrá la misma (buena) suerte?
El Barcelona navega por aguas procelosas. Han sido hábiles ocultando la podredumbre que había, y además tienen una carta con la que no cuenta el Madrid: el apoyo de los poderes públicos catalanes. La Generalitat no permitirá que se hunda esa institución. El gobierno de Madrid nunca podría actuar con esa beligerancia para salvarnos a nosotros o al Atleti. La baza política la tienen ahí. No va a ser sencillo que el Barça sea rescatado desde instancias oficiales, pero no lo podemos descartar. No está en el ánimo de los políticos catalanes el consentir que el Barça pueda hundirse.
Entonces ¿es más factible que el Barça sea rescatado por dinero público a que se convierta en sociedad anónima privada?
Bueno, es que los políticos catalanes ven en el Barça una extensión de ese argumento tan estúpido según el cual España les somete, les asfixia económica y culturalmente, argumento que por desgracia miles de personas creen cuando en realidad hablamos de una comunidad autónoma que usa su lengua libremente, televisiones en catalán, periódicos en catalán, en los colegios se quiere circunscribir la enseñanza al catalán... De hecho, si tienes un establecimiento y no rotulas en catalán, te la puedes cargar.
¿Y usted ve claro que el Barça es el brazo propagandístico de toda esa cuestión política?
Muy claro.
Vamos a lo estrictamente deportivo. ¿Mbappé o Haaland?
Mbappé. Qué gran regalo sería su llegada. Haaland sería aprovechable también, sobre todo si no pudiera llegar el francés. Con Haaland y Benzema, te aseguras 40 goles al año. Por cierto, la transformación de Benzema ha sido la más espectacular que nos ha dado el fútbol en los últimos once o doce años.
¿Mbappé o Haaland? Mbappé. Qué gran regalo sería su llegada.
¿En qué sentido?
Siempre vimos que tenía enorme técnica y clase, pero se le notaba romo de cara al gol. Ahora está a punto de alcanzar a Di Stéfano en la tabla histórica de goleadores. Se ha destapado. Nos ha callado la boca.
¿Hasta qué punto llegó a dudar en algún momento de Benzema?
Solo hasta cierto punto. Siempre le vi clase, toque. Nunca habría querido que lo vendieran. Y otro del que nunca me habría desprendido es Isco. Bueno, seguiría sin desprenderme. Aunque me temo que va a ocurrir.
A algún lector le sorprenderá leer eso. Lo de que no se desprendería, digo. Usted es isquista.
Sí. Me parece un jugador totalmente incomprendido. Es el jugador español en activo con más clase. ¿Quién tiene más clase? Ninguno de los que Luis Enrique lleva a la selección es mejor que Isco.
Me quedaría con Isco. Nadie tiene más clase que él. Es un jugador profundamente incomprendido
Lo que opinan los que son menos entusiastas es que Isco se ha abandonado un poco...
Bueno, sobre eso, como no estoy en las interioridades del club, no puedo opinar.
Algún malvado, en este punto de la conversación, le enseñaría alguna foto de hace un tiempo.
No sé. Lo que sí veo es que solo le sacan diez minutos. ¿Y quién destaca en diez minutos?, me pregunto. E incluso en esos diez minutos a veces se saca de la manga pases que otros son incapaces de dar. Incluso mirando en los españoles del Madrid, ¿quién tiene más clase que el malagueño? ¿Lucas Vázquez? ¿El mallorquín?
El que me consta que no le despierta a usted mucho entusiasmo es Bale...
No, hombre, no. Eso es una hecatombe. Es el paquete más gordo que nos han colocado en los últimos veinticinco años.
Hombre, tampoco será para tanto... No sé si recordará usted algún que otro gol importante en Lisboa, en Mestalla, en Kiev...
Hombre, si hubiera costado 15 millones... Tiene sus virtudes, no digo yo que sea una mierda. Tiene una pierna izquierda cojonuda. Es rápido. Regatea bien...
Ya ha enumerado usted unas cuantas virtudes, si se fija.
Pero es que hay que tener en cuenta que fue el fichaje más caro de la historia. Si tiene eso presente, es un paquete sideral. Es un reserva claro. No puedes, por ejemplo, sacar a Bale teniendo a Vinícius o Rodrygo. No, no, es un paquete. Hace pocos años, The Guardian sacó una encuesta sobre futbolistas valiosos, realizada entre entrenadores y jugadores del fútbol europeo. Bale salía en el puesto sesenta y tantos. Pero se pagó por él como si fuera el número uno. ¡Y fíjese en los aires que se gasta su agente!
Veo que en cambio sí le gusta Vinícius.
Ahora me gusta mucho. Ha aprendido que la portería está donde está.
Entrevista: Jesús Bengoechea
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