El planeta se ha parado y también lo ha hecho el fútbol. Así debe ser cuando lo que está en juego son miles de vidas. El deporte y el fútbol volverán cuando podamos regresar a la normalidad. ¿Y cuándo va a ser eso? Todos nos hacemos la misma pregunta. Si atendemos al único precedente viable (Wuhan y la región de Hubei), será, como mínimo, casi dos meses después del principio del confinamiento.
Esto significa, en un escenario positivo, que a mediados de mayo los clubes de fútbol volverán a iniciar sus actividades, al mismo tiempo que los ciudadanos retornan a las calles. En una situación peor, la normalidad podría demorarse tres o cuatro meses. En las condiciones actuales, que un equipo de fútbol juegue contra otro, aunque sea a puerta cerrada, es absolutamente inviable. Hay futbolistas contagiados, entrenadores, personal de apoyo, etc. Mientras ese riesgo sea evidente, no debe volver a disputarse un deporte de contacto como el fútbol.
Por eso resulta incomprensible ver cómo los dirigentes del fútbol hablan de reiniciar la Liga, o de hacerlo en junio o julio. Sencillamente no es posible, porque con un parón mínimo de dos o tres meses, dependiendo del estado de las cosas, no parece lógico que los futbolistas vayan a volver a jugar como si nada. Si en circunstancias normales, los futbolistas, tras cuatro o cinco semanas de vacaciones, necesitan casi un mes y medio de pretemporada, ahora necesitarían mucho más tiempo
Aunque los jugadores de élite dispongan de medios para seguir entrenando, no todos los jugadores de los clubes de Primera y Segunda división pueden alcanzar esa normalidad deportiva. Sin poder salir de casa, la mayoría de jugadores estarán muy fuera de forma. En cierta manera, para todos ellos va a ser como estar volviendo después de una lesión, con uno o dos meses para ir cogiendo sensaciones.
Con este panorama, los clubes tendrán que coordinar fechas y calendarios. Si la liga española tiene once fechas por disputar y se comenzase a jugar en agosto, por ejemplo, habría que ver como hacerla coincidir con el resto de los equipos de los demás países. Pensemos que no todas las cuarentenas van a durar lo mismo porque los tiempos están siendo distintos.
Sin la necesaria coordinación general, podríamos asistir a que competiciones europeas como la Champions League se disputasen entre equipos que vinieran de varios meses de parón, frente a otros con sus competiciones ya rodadas. Una situación del todo impensable.
A nivel estrictamente deportivo, el gran parón que nos llevará de marzo a julio supondrá para muchos jugadores un gran esfuerzo para coger la forma. Especialmente para los jugadores veteranos. En cierta manera es como si hubiesen envejecido de golpe cinco meses, pero sin poder jugar. Los clubes que tengan más jugadores en edades próximas a la retirada se pueden ver penalizados. En el otro lado, muchos jugadores jóvenes también habrán perdido ese tiempo para seguir aprendiendo futbolísticamente.
En cuanto al Real Madrid, jugadores como Modric pueden haber vivido sus últimos partidos. Al croata le queda un solo año de contrato, y cumple 35 años el próximo septiembre. El parón puede ser decisivo negativamente para tomar la decisión de buscar un club de menos exigencia.
Otro jugador que termina contrato en 2021 es Sergio Ramos. Sergio podría acabar su carrera con 34 años el próximo año, y seguramente este parón le obligue tanto a negociar a la baja una posible renovación como a tener que aceptar una prórroga año a año.
A cambio, jugadores como Hazard o Asensio, una vez recuperados de sus lesiones, podrán comenzar la temporada al mismo nivel que sus compañeros. Lo mismo sucede en el máximo rival, el Barcelona, con muchos jugadores veteranos, pero con la positiva recuperación de otros como Dembelé.
En el caso de determinados jugadores que estaban fuera de la dinámica colectiva, como James Rodríguez o Gareth Bale, este momento podría dificultar una venta fácil. Ambos tienen una ficha alta y la situación anómala devalúa su valor, al ser jugadores veteranos, especialmente el galés que cumplirá 31 años.
El otro gran grupo de jugadores blancos son los jóvenes. Hasta con siete jugadores sub23 cuenta actualmente la plantilla. ¿Cómo les afecta el parón? Para aquellos en buena dinámica como Vinícius supondrá empezar de nuevo a ganarse la titularidad. Otros como Brahim o Rodrygo podrán tener la oportunidad de reengancharse de nuevo.
Junto al problema deportivo de que los jugadores recuperen la forma, los clubes se encuentran con otro gran problema: el cumplimiento contractual. Siendo el 30 de junio la fecha clave, muchas operaciones se deberían hacer en esas fechas, todavía con gran incertidumbre. Ahí la planificación de cada club va a ser extremadamente relevante. Habrá contratos finalizados de jugadores, patrocinios por renovar, sueldos que pagar... El Real Madrid no puede dejar de pensar a futuro, aunque el mundo “se haya congelado” durante dos o tres meses.
En las crisis afloran los grandes líderes y también las empresas e instituciones más sólidas. Muchos clubes pueden salir reforzados porque al ser un mercado global habrá un impacto comparativo. De igual manera, como el esfuerzo va a ser común a todos los clubes y ligas, se dispondrá de mucho menos dinero para traspasos y al provocarse menos demanda de futbolistas, los salarios ofrecidos a los que quieran cambiar de club o estén libres serán menores que los actuales.
Vamos a pasar de los pagos millonarios a futbolistas con nóminas estratosféricas y precios de traspaso que fácilmente superaban cantidades como 70 u 80 millones, a una realidad con clubes muy moderados en el gasto y con un movimiento de jugadores muy reducido, limitado a aquellos que cumplan contrato, que recibirán, en todo caso, menos salario que hace un año.
Los clubes más fuertes financieramente puedes verse favorecidos y aprovechar el nuevo contexto económico para comprar barato, con la necesidad que tendrán algunos clubes de desprenderse de jugadores con fichas altas para cuadrar cuentas. Como en una guerra de precios entre empresas, los más sólidos se acabarán comiendo gran parte del pastel.
El fútbol va a cambiar, como la sociedad en conjunto, pero volverá, también como la normalidad colectiva. Entonces lo valoraremos como ese gran entretenimiento que cada fin de semana nos saca una sonrisa o un pequeño enfado. Como todas esas pequeñas cosas que tenemos y que solo valoramos cuando las perdemos, aunque el fútbol sea algo más que algo pequeño para los que lo echamos de menos casi tanto como salir a la calle cada día.
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