Fui el hijo que mi padre nunca tuvo. Un veinteañero en los 80, futbolero y madridista que quería poder compartir su pasión con su primer hijo, ¡pero no!, nací yo.
Siendo niña, nadie esperaba que jugase o me gustara el fútbol, no me lo impusieron, simplemente me gustaba.
Mi padre, como muchos otros, trabajaba tanto que no le veía entre semana, así que los sábados por la noche me los pasaba a su lado viendo lo que él pusiera en la tele, y eso era básicamente fútbol. No solo los partidos del Madrid, sino fútbol en general, y así empezó mi afición por este deporte.
No he sido nunca una friki de jugadores históricos o fechas memorables, tan solo disfrutaba viendo los partidos. Empecé a enamorarme con el Buitre, le continuaron Zamorano y Amavisca señalando al cielo con cada gol, descubrí algo nuevo con Laudrup y Redondo, me volvieron loca las paradas milagrosas de Iker, y sentí pasión absoluta cuando pude ver a Zidane. Y todos esos jugadores acababan yéndose y otros llegaban, pero por encima de despedidas más o menos dolorosas el escudo siempre seguía.
Con cada Liga conseguida veía la alegría de mi padre, así que me alegraba yo; hasta que llegó un punto en el que el Real Madrid era una forma de compartir mi propia alegría con la suya. Y la cosa acabó con que en cada eliminación de Champions yo terminaba llorando y yéndome a la cama sin cenar, y mi padre enfadado conmigo por tomármelo tan en serio.
Y poco a poco y sin que nadie me dijera nada, me di cuenta de lo que a mí me gustaba, el juego rápido y ofensivo, carreras de vértigo y contraataques que hacen que te tires de los pelos de los nervios. Y aun así, o debido a esto, a que nadie me enseñó de fútbol ni me adoctrinó, yo, como mujer, ¡no sabía de fútbol! Decir que el tiki-taka de Guardiola me aburría ¡era sacrilegio! No se me tomaba en cuenta.
Y para colmo, soy de las que jamás se me ocurriría pitar a un jugador de mi equipo, no mientras le vea dejarse la piel por la camiseta que lleva. He vivido en el Bernabéu grandes victorias y he sufrido grandes derrotas, golazos y pifias de época, pero si alguno fallaba, a tragar saliva y a animar más fuerte. ¡Por supuesto que también me han sacado de quicio!, pero ni con esas, lo cual me ha llevado a discutir con más de dos y tres aficionados en nuestro propio estadio.
Desde que tengo recuerdos, lo que siempre me ha hecho admirar a este club por encima del resto es el respeto, el respeto que la institución siempre ha tenido a los rivales, ganando o perdiendo. Y para mí, Florentino lo engrandeció, puso el escudo en un altar amurallado y ha procurado que a nadie, sea quien sea, se le ocurra ni querer tocarlo.
El deporte tiene un poder (y por tanto una obligación) social, como no lo tiene nada más en el mundo, une a personas completamente desconocidas y diferentes de cualquier parte o cultura del mundo, y las pone a desear con toda su alma y su ilusión el mismo sentimiento a la vez. Y siendo el Real Madrid el mejor representante del deporte del fútbol, ¿cómo iba a salir yo? Pues futbolera, y madridista.
Fotografías Imago.
Preciosa y sincera crónica de madridismo en la que me veo reflejado. Mi primer recuerdo de la copa de Europa es un partido televisado que vi con mi padre entre el Madrid y el Borussia. Marcó Roberto Martínez un gol de cabeza. Debió de ser un buen salto, porque en mi memoria de niño el salto me pareció gigantesco y lo recuerdo como si hubiera saltado un par de metros de altura, como en esas películas de chinos en que más que saltar, vuelan. No he querido buscarlo en youtube.
Y tal vez después un gol de Pirri desde 30 metros?
Vaya partido amigo, qué recuerdos.
Sí. El Madrid perdía dos cero y terminó empatando a dos. Lo recuerdo de modo borroso, más bien las sensaciones y el impacto que me produjo. Por ejemplo, la tele era en blanco y negro y lo recuerdo en color.
Es una experiencia muy parecida a la mía. Mi padre me transmitió su pasión por el fútbol y el Real Madrid, y se lo agradezco muchísimo. Muy bonito el relato.
A mi también me entró el Madrid por mi padre y también pasé a vivir la situación de que el me dijera que no me tomara tan a pecho las derrotas cuando me encolerizaba.
Con lo diferentes que somos él y yo, y como nos unió el Madrid.
O el Madrid me unió más a él.
Esther molino, en tu caso ademas de ser del madrid, eres madridista, lo que no se cumple siempre
Yo también soy futbolera por mi padre, pero él (que era del Bilbao porque fue allí a trabajar en su juventud) se hizo -también- del Madrid por mí.
Mi padre yo siempre hemos estado muy unidos. Siendo yo muy pequeña, él se estaba preparando para sacarse el carnet de conducir y estudiábamos las señales juntos (yo las recitaba de carrerilla y seguro que también habría aprobado el teórico a la primera).
Soy hija única y como siempre he tenido una salud muy frágil (por el corazón), mis padres estaban muy, muy, muy pendientes de mí.
Recuerdo que un día le dí tal susto a mi madre que casi morimos las dos. Estaba yo escuchando la radio y me puse a llorar. Vino desesperada preguntando qué me pasaba y yo, casi sin poder hablar de la emoción, dije: "Gol. Gol del Madrid. Gol del Madriiiiid". Se puso a correr detrás de mí gritándome: "Te matooooooo. El susto que me has dadooooo. Ven. Ven aquí que te voy a matar". A partir de ese momento nos prohibió escuchar, ver o hablar ver del Madrid, así que, mi padre y yo escuchábamos los partidos a escondidas, y si aparecía ella simulábamos estudiar las señales de tráfico.
Ya no los tengo pero recordando estas cosas he vuelto a mi niñez.
Por cierto, la primera vez que fui al Bernabéu...¡¡¡estábamos los tres juntos !!!
bonito relato. yo tambien me siento bastante identificado, incluyendo lo de no pitar nunca a un jugador de mi equipo por mal que lo haga si es que se esta esforzando...
creo que es habitual que heredemos el sentimiento deportivo de nuestros padres. yo creo que somos muchos los que nuestro primer recuerdo como espectador de un partido lo tengamos con nuestra familia alrededor
por cierto, con respecto al actual presidente, no solo diria que haya engrandecido al club, diria que ademas lo ha librado de la quiebra a la que iba con los anteriores dirigentes y a una conversion casi irremediable en sociedad anonima deportiva, dejando asi de ser de sus socios para pasar a ser de sus accionistas.
"Y poco a poco y sin que nadie me dijera nada, me di cuenta de lo que a mí me gustaba, el juego rápido y ofensivo, carreras de vértigo y contraataques que hacen que te tires de los pelos de los nervios. ".
¡El fútbol! ¡El Madrid!
O sea MOU
Yes
En mi caso, me considero mucho más madridista que futbolero. Mi padre detestaba el futbol.
Me llegó la pasión por mi equipo, gracias al jugador con el corazón más grande que jamás pisó un campo de futbol, Juan Gómez "Juanito".
HALA MADRID
Muy chulo el artículo