Media España está ya en fase de desescalada (esperemos que no haya retrocesos y tengamos que volver a la situación de hace apenas unas semanas). Nos recuperamos, poco a poco, de una crisis sin precedentes generada por el Covid-19, que ha alterado nuestra normalidad, pero el fútbol hace mucho tiempo que vive su propia realidad. Digo el fútbol y no los aficionados al fútbol, que deberíamos ser los auténticos garantes de este deporte y, por desgracia y por mucho que nos empeñemos, hace tiempo que no lo somos.
Los que dirigen el fútbol han perdido, durante esta crisis que nos ha cambiado a todos, una gran oportunidad para devolver el fútbol a la base, a la calle, a los aficionados. No sólo han perdido esa opción, sino que, además, han transitado por un camino completamente opuesto demostrando, una vez más, que el fútbol va a su bola, que tiene su propio espacio y que las normas, no ya las legales, sino también las éticas, no son iguales para todos.
Hay ejemplos de sobra de esto que afirmo y como aficionado a este deporte estoy enfadado y decepcionado.
Empecemos por lo más importante: la salud. Con la inmensa mayoría de la población sin acceso a los test que detectan el coronavirus y cuya realización es vital para dibujar la verdadera dimensión de la pandemia, los jugadores de Primera División han podido hacerse las pruebas de forma masiva con el único objetivo de poder volver a su actividad, que, evidentemente, no es esencial, por mucho que nos pese a todos los que queremos el fútbol. Mientras tanto, miles de sanitarios, y conozco casos muy cercanos, aún están esperando poder hacerse los test que son fundamentales no sólo para su salud sino para la de todos. Es un detalle, pero un detalle muy dañino para la imagen del fútbol que, además, se saltó a la torera el acuerdo alcanzado con el Consejo Superior de Deportes en este sentido. Posturas como las de los jugadores del Racing Club de Santander denunciando esta situación en las RRSS dan, al menos, una pizca de optimismo que nos hace pensar que no todo está perdido en este ámbito.
Vamos por lo segundo más importante: la economía. Que sociedades que facturan decenas de millones de euros, realizan inversiones de más de 100 millones de euros en fichar a un jugador sin pestañear y mueven miles de millones de las antiguas pesetas cada ejercicio, hagan ERTES a empleados que seguramente cobrarán poco más de 1.000 ó 1.200 euros es simple y llanamente una vergüenza. En este apartado hay excepciones como la del Real Madrid, cuyos jugadores se han bajado el sueldo pero, además, el Club no ha hecho un ERTE a la plantilla y otros como el Getafe que no solo no han comprometido a sus trabajadores sino que además, ha anunciado el abono gratuito a sus socios para la temporada que viene. A otros, y todos tenemos su nombre en la boca, les faltó tiempo para abrir expedientes de supresión de empleo.
Y aquí, entramos en la tercera pata de toda esta situación, la de los aficionados, socios y abonados del fútbol. Llevamos dos meses sin poder asistir a nuestro estadio, sin poder ver a nuestro equipo y todo apunta a que estaremos muchos más sin poder hacerlo. El empecinamiento de la Liga de Fútbol Profesional por volver a jugar a puerta cerrada, sin público en los estadios es otro desprecio más a los aficionados de a pie, a todos aquellos que hemos mantenido este deporte vivo durante ya casi un siglo y medio de historia. En este tema llueve sobre mojado: horarios intempestivos, fútbol los lunes y ahora partidos sin público. Pan para hoy y hambre para mañana.
Al ‘club bildelberg’ que dirige el fútbol sólo le interesan los ingresos audiovisuales. Los aficionados, les sobramos. Lo que no saben, perdidos en sus cuentas multimillonarias de derechos televisivos, es que si el fútbol es el deporte rey a nivel global es porque antes de entrar por los ojos, entra por el corazón. Sin niños en los estadios, esta afición irá decayendo; con gradas vacías, el fútbol quedará desamparado y como en la famosa fábula del Rey Desnudo, aún no ha habido nadie que se atreva a decírselo. Esperemos que, cuando se den cuenta de lo que están haciendo, no sea demasiado tarde para este gran deporte.
Pienso que hay que diferenciar entre futbol de calle, de categorías inferiores, regionales y demás y el futbol super profesional. Poco tienen que ver. El fútbol profesional es una industria multinacional de la que viven cientos de miles de personas y que reporta grandes cantidades de dinero vía impuestos a los países.
Si la patronal del fútbol vela por la salud de sus empleados, no debe de ser censurado. Si mi empresa me pagara los test necesarios par velar por mi salud, estaría haciendo lo correcto y sería meritorio para mi empresa.
Si el gobierno es incapaz de velar por la salud de sus empleados, sanitarios en este caso, la culpa es del gobierno, no de quien lo hace bien.
Si hubieran encargado a D.Amancio Ortega la compra de test para el personal sanitario español, estoy convencido de que hubieran llegado en perfectas condiciones de uso y repartidos con eficiencia y a buen precio.
En cuanto a los aficionados, creo que preferirán ver a su equipo por tv a no verlo.
Buenas tardes, estaba a nada de dedicarle uno de mis comentarios al sujeto que ha escrito el artículo " El fútbol va a su bola" pero he leído el suyo D. Javier y me he dado cuenta de que no lo haría mejor; repartiendo que es gerundio.
Saludos blancos, castellanos y comuneros
Yo comparto con el articulista que se está perdiendo la esencia del fútbol, ese ir con tu padre, tu madre, o tu abuelo al campo, a respirar por tu equipo, a impregnarse de madridismo (en nuestro caso). Los derechos televisivos son una gran tentación para los grandes clubes y las Ligas más importantes. Se arrepentirán con el tiempo porque la televisión no podrá sustituir jamás a lo anterior. Es una pena. Y es una pescadilla que se muerde la cola, se pagan grandes sueldos porque se reciben muchos millones por las retransmisiones. Se cambian horarios para favorecer otros mercados y se olvida el propio, etc.
De acuerdo con J.Perez,yo prefiero ver al Madrid por la tele a no verlo y,además,por favor no demos argumentos a aquellos que están como locos por la no reanudación del campeonato para así,hacer campeón al Barsa.Porque,lo que está cada día más claro,es que le darían el título al Farsa en vez de declararlo desierto,que sería lo más justo y legal.
Conozco bien el caso de una persona que , como consecuencia del positivo y posterior fallecimiento por covid-19 de un compañero de trabajo, se ha tenido que someter a la cuarentena. En ningún momento le han practicado el test de detección Una vez finalizado el correspondiente y pertinente plazo, y ya en aparentes buenas condiciones, ha podido observar como ninguna de las autoridades sanitarias y/o laborales se ha preocupado de contactar , ni se ha interesado por la evolución del "paciente" (nunca mejor dicho). Esta persona debido a una serie de negligencias ajenas a ella se ha visto privada de dinero, pues trabaja por la noche y entre la SS y la Mutua han sido incapaces de tramitar el alta. La Mutua le dijo que ellos a las 15 h. del viernes chapan. Así que...¿ la aplicación informática esa que quieren instalarnos es debido al interés que tienen por el bien de nuestra salud y protección ?. ¿ Seguro ?
Y que no nos vengan con martingalas de que si las competencias de Sanidad, en este caso, las tiene la Generalitat de Catalunya o que si la centralización extraordinaria debido la crisis del coronavirus.
Me están convirtiendo en una paradoja; en un conservador anti-sistema. ¿Tendré cosas en común con los falangistas Mas puros ?. Unos y otros , de los dos signos políticos, disculpen mis frivolidades. Pero, es que estoy hasta el mismísimo nardo. Solo creo en la Galerna.
Yo estoy de acuerdo, entre estas cosas y la basura mediática que envuelve el fútbol ,a pesar de mi devoción por el Madrid estoy a un tris de pasar de este circo.
Sólo nos queda La Galerna.
Pues nada, los partidos los domingos a las 5 y si no toca tu equipo por el canal público a ver el resumen de toda la jornada el estudio estadio por la noche, esperar a tener la suerte de que te salga una generación en la cantera para llegar a semifinales de champions como mucho, pero eso si, el campo lleno de socios privilegiados por ver a nuestro equipo y los que no lo seamos a ver el resumen.
Esto es lo que echa de menos el articulista?
Esto era lo que había antes del tan maleficio dinero de las televisiones, y yo no lo quiero otra vez en mi vida.
Maléfico
Totalmente de acuerdo con usted, Sr Montejo. El fútbol, salvo honrosas excepciones, sigue demostrando que transita por un universo paralelo, ajeno a la realidad que vivimos día a día los aficionados.
No estoy diciendo en el artículo que no se televisen los partidos. Lo que digo es que no se juegue sin público en las gradas, que es muy diferente.