Focos en el patio

Ha llegado el día. Es cierto que hemos visto ya más partidos del siglo que siglos ha visto la Tierra, así que no caeremos en la actualidad como si no existiera más que ella hasta que otra distinta se imponga en una especie de infinito sin memoria. El otro extremo, en cambio, también se nos antoja poco estimulante: la equidistancia "madura" respecto a un nuevo Madrid-Barça no la sienten los niños y aquí, en la medida de lo posible, queremos seguir mirando (sintiendo) el fútbol como si al patio del colegio le hubieran puesto focos, un césped impoluto y mucha expectación, detalles que no alteran en esencia su seguir siendo patio de colegio.

Así que estamos nerviosos. No con esa ansiedad paralizadora o temerosa del que no quiere estar donde le toca estar, sino con esa tensión ilusionada que dispone el cuerpo para la llegada de la mejor ola, con ese chute de sensaciones que prepara el espíritu para dar lo mejor cuando llegue la frase emblemática de nuestro papel. "Ser o no ser", no para de decir Hamlet y, si en la maravilla de Lubitsch un espectador se levantaba en ese momento álgido para sorpresa airada del intérprete, deseamos que hoy, durante los noventa minutos de esta nueva ocasión, solo haya motivos para quedarnos sentados, para levantarnos exclusivamente en la celebración de nuestros goles y, en resumen, para admirar una nueva victoria del Madrid.

Como por arte de la rivalidad, la prensa deportiva del día podría analizarse como si estuviera compuesta por dos parejas. Por un lado, en Madrid aún late -y no podría ser de otra manera- la terrible matanza de París, mientras que en Barcelona la palabra "tridente" y la omnipresencia de Messi ya deben de estar cansando hasta a los culés más sensatos. Veamos.

Si As sale hoy destacando las medidas de seguridad que rodean el partido (llamado ya publicitariamente Clásico), Marca opta por hacer de él una reivindicación, una respuesta a lo funesto, una celebración de la vida "sin miedo". Nos gusta esta segunda opción más que la primera, no solo porque concibamos el fútbol más como juego que como deporte y los juegos sean cosa de las vitales pasiones alegres, sino también porque en efecto el juego que es el fútbol bien puede servir como ejemplo antifanático en lo que tiene de noble sentido competitivo, de civilizada convivencia de razas, culturas y lenguas, de intercambio de camisetas al final de cada partido.

Nos disculparán en As, pero su foto de portada nos parece poco estimulante, tal vez representativa de lo que rodea al partido, pero poco estimulante. Bien parece sacada de alguna secuencia de Brigada central, o de una película del notable Urbizu, o hasta de El crack de Garci. Y de eso no va la cosa hoy, aunque ese sea su telón de fondo, su tramoya, su detrás del escenario. Creemos que hoy es tiempo de ver a los actores mostrar su talento y, a través de él, volver a recordar (al menos por un momento) el insoslayable empuje de la vida frente a la pulsión de muerte que algunos no dejan de propagar para su oscura soledad y nuestro máximo desprecio. Si aparte de esta deriva noir la portada de As nos ilustra con la "información" de que "en China lo verán de madrugada y en América, por la mañana" pues ya la cosa no sabemos por dónde cogerla (aunque en algunos países de América eso de "coger" tome otros derroteros, esta vez sí, más estimulantes).

La prensa catalana opta por actualizar el eterno retorno de lo mismo en su versión más misma de lo mismo de casi siempre. Una cosa ya muy cansina la del tridente, que hoy parece posar como para los títulos de crédito de una telecomedia de amigos tipo Friends, pero mala. En cualquier caso, no podemos afear demasiado la imagen de Mundo Deportivo en un día en que Sport nos viene como nos viene, con esa bola del mundo, esa Luna al fondo y ese Messi libre de atmósfera, un Messi espacial que, según se observa, abre en exceso la boca acaso para poder seguir respirando más allá de los confines de la Tierra.

Sin respiración nos quedamos nosotros ante el alarde gráfico de Sport y, tras la tos que nos sobreviene, leemos que "Luis Enrique y el crack decidirán hoy mismo los minutos que jugará". Con "el crack" no creemos que se refiera Sport a la ya citada película de Garci (magnífica, por cierto), así que entendemos que Messi y su entrenador concretarán el tiempo de participación efectiva del argentino en el partido de esta tarde. Lo entendemos así, pero no nos lo creemos del todo, al menos en lo que atañe al entrenador, así que veríamos más adecuado haber escrito que "Messi y el crack decidirán hoy mismo lo que Messi, que es el crack, decida".

Como ha quedado demostrado, las grandes sabidurías se esconden en la tautologías, aunque para sabiduría la que desvela también Sport -hoy la quintaesencia del periodismo- sobre el objetivo del Barça: "ganar el clásico y dejar al Madrid a seis puntos". Exclusiva impresionante. Enorme alarde de investigación. Que extremen las precauciones en el club porque alguien se está yendo de la lengua y largando las más secretas intenciones del equipo. Nos dejan preocupados. Quién podría pensar que en Barcelona albergaban tales propósitos. Entenderán que, tras haber recibido tal información casi como un mazazo, no podamos seguir.