Las mejores firmas madridistas del planeta
Inicio
Opinión
Florentinismo o barbarie

Florentinismo o barbarie

Escrito por: William Pogue26 enero, 2025
VALORA ESTE ARTÍCULO
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas

El año 2000 nos queda lejísimos. El mundo se iba a acabar con el milenio. La tecnología iba a autodestruirse por el efecto 2000. Y Florentino llegó a la presidencia de un Real Madrid que se debatía entre personajes carismáticos, laportianos podríamos decir, pero con mucha más clase y menos problemas con la justicia, y señores muy serios de la órbita de Santiago Bernabéu, pero sin su empuje y determinación.

Lorenzo Sanz (1995-2000) fue diferente. El principio de algo nuevo. Exhibió una chulería castiza en sus apariciones públicas muy del gusto de la afición, entrando al trapo de las provocaciones antimadridistas con elegancia. Fue un empresario curtido y un madridista de pro. Le tenemos que agradecer que fuera el interludio entre el siglo XIX del fútbol, habitado entonces por los inefables Gil, Nuñez, Caneda, Lopera, y la era de la globalización.

Lorenzo Sanz rueda de prensa

Florentino Pérez irrumpió como un extraterrestre en el panorama futbolístico en España. Era imposible imaginarle con un fajo de billetes en cada bolsillo sujetos por un aro de goma. No era histriónico ni sobreactuaba. Prometió y cumplió (aún no podemos creer que fuera capaz de traer a Figo. Para ilustrar a los más jóvenes, es como si hubiéramos fichado a Messi en 2014). Florentino nunca entró en debates estériles generados por la prensa deportiva. Su fuerte era y es la gestión y la negociación, el trabajo diario. Uno no se imaginaba a Florentino protagonizando una pelea de bar tipo Gil-Caneda en medio de insultos carcelarios. Había sido concejal, militante de UCD cuando la política todavía no era repulsiva. Una persona con formación superior, empresario con visión, hombre de familia y madridista de cuna. Nada que temer.

Florentino, Figo y Di Stéfano

La realidad nos transportó a un estado de gracia que nunca imaginamos. Figo tomó el puente aéreo para fortalecer al Real Madrid y debilitar al FCB, pero también fue el detonante de un odio visceral que alimentó, probablemente, la necesidad fisiológica culé de “equilibrar fuerzas” (seguro que les suena la expresión). Núñez y Gaspart (dos enfermos de antimadridismo) pensaron que era buena idea comprar al vicepresidente de los árbitros, aprovechando su forofismo culé nunca disimulado, con facturas de por medio. El caldo de cultivo del CTA siempre fue fértil. Probablemente una de las organizaciones más corruptas y opacas que podemos mencionar.

Siempre existió antimadridismo. Pero los fichajes de Figo, antes Mijatovic y antes Hugo Sánchez, crearon unos lazos de íntima enemistad muy duraderos con los tres equipos de origen de las tres leyendas, que perduran aún hoy en forma de odio visceral, irreflexivo (sin el Real Madrid en la locomotora de los ingresos por derechos de TV les iría mucho peor) e irredento.

El presidente de 2000 que se tuvo que ir en 2006 reconociendo sus errores acaba de renovar su mandato hasta 2029. Quién podría competir con lo alcanzado hasta ahora: la Ciudad Real Madrid en Valdebebas, el nuevo Bernabéu, club de fútbol número 1 del mundo en ingresos, 6 Champions League en 10 años, una plantilla galáctica con una edad promedio que asegura dos lustros de competitividad

Después de unos años de fichajes galácticos y de construir un equipo de leyenda, Florentino tomó conciencia de que el Real Madrid, como Saturno, devoraba a sus hijos. A pesar del esfuerzo económico y de la constelación de estrellas en el once, el equipo no era la máquina devastadora que debería haber asegurado la supremacía absoluta en el fútbol continental. La mitad del trabajo estaba hecho (el saneamiento económico de la entidad era un hecho, los ingresos habían despegado bajo la estrategia visionaria de Florentino), pero en lo deportivo la cosa no funcionó. El presidente se autoinculpó de errores que nunca quiso verbalizar, pero en sus palabras de despedida, creímos entender que se acusaba de haber mimado demasiado a las estrellas, y probablemente de desarrollar relaciones personales con ellas que interferían en decisiones de la dirección deportiva. Dejémoslo ahí. La sucesión de entrenadores entre 2000 y 2006 años fue un síntoma. La espantada de un legionario como Camacho, un diagnóstico terminal. Y Florentino se fue.

Después de la salida del líder se sucedió un triste interregno en el Real Madrid: Ramón Calderón. Otro personaje inclasificable del fútbol al que hay que agradecer, sin embargo, las llegadas al club de Cristiano, Marcelo, Pepe, Robben y Van Nistelrooy, además de dos ligas consecutivas. Su salida no fue honrosa después de un escándalo interno con la manipulación de votos en la asamblea del club, que estremeció al madridismo.

Valdano y Florentino

Florentino regresó sin oposición en 2009. Fue una necesidad histórica, el destino, después de ver desde la distancia y constatar que el club podía caer en manos de personas que pondrían en peligro su patrimonio y su historia. Llegó un Florentino en plenitud personal y profesional. Sería distinto esta vez. No iba a cometer los mismos errores. Desde el primer día quiso proteger, aumentar y asegurar para el futuro el patrimonio del club, y tal vez empezó a pensar que la figura del entrenador, que no valoró suficientemente en su primera etapa, podía ser un dique de contención imprescindible para administrar y mantener bajo control los egos del vestuario, evitándole un desgaste innecesario a la figura icónica y de representación planetaria de un presidente del Real Madrid.

Su primer entrenador en esta etapa fue Pellegrini, “el ingeniero”. El equipo jugó como nunca, pero Florentino aún no tuvo la paciencia para ver caer al equipo en Champions contra un rival inferior y mantener en el cargo al entrenador. Pellegrini, hombre pausado y tranquilo, tampoco pudo manejar el vestuario en momentos clave de la temporada.

Mourinho irrumpió en el Real Madrid trayendo bajo el brazo el único triplete conseguido en la historia por un equipo italiano, dirigiendo a un Inter de Milán reconvertido a falange romana. Un equipo con mayúsculas bajo el mando de un general. En nuestro club hubo unanimidad en la necesidad de un entrenador con temperamento fuerte que construyera un once ganador. Vaya si lo logró.

A quien necesita el Barça es a Mourinho

Florentino sabía cosas. El Real Madrid de 2010 sólo tenía un rival en LaLiga, y ese rival jugaba con las cartas marcadas pese a tener un equipo extraordinario. Mourinho reclutó, adiestró y convenció de la victoria a un ejército de futbolistas de brillo y de trabajo. Lucharon contra todo. Y vencieron, primero moralmente, sumando 92 puntos en liga en el primer año de Mou y después en la tabla, teniendo que hacer 100 puntos y 121 goles en 2012 para ganar la liga en medio del negreirato. Un milagro. Un récord histórico contra la infamia. Sólo bajo el mando de Mourinho habría sido posible semejante gesta. En esa etapa se fraguó, para qué negarlo, el reinado 2014-2024. Una sucesión de éxitos incomparable en la historia del deporte, admirada por todo el mundo, salvo por la España antimadridista, acomplejada e incapaz de admirar la grandeza.

Florentino Pérez irrumpió como un extraterrestre en el panorama futbolístico en España. Era imposible imaginarle con un fajo de billetes en cada bolsillo sujetos por un aro de goma. No era histriónico ni sobreactuaba

Los últimos diez años han pasado muy rápido. La generación de futbolistas que nos dio la décima en Lisboa está apurando sus últimos días de fútbol por aquí y por allá, mientras la nueva escuadra empieza su andadura con las últimas dos Champions. Una nueva generación que ya alcanza registros que serán recordados durante mucho tiempo.

El presidente de 2000 que se tuvo que ir en 2006 reconociendo sus errores acaba de renovar su mandato hasta 2029. Quién podría competir con lo alcanzado hasta ahora: la Ciudad Real Madrid en Valdebebas, el nuevo Bernabéu, club de fútbol número 1 del mundo en ingresos, 6 Champions League en 10 años, una plantilla galáctica con una edad promedio que asegura dos lustros de competitividad. Veamos qué pasa con la Superliga.

No somos del todo conscientes de la magnitud de la figura y del impacto global de Florentino Pérez. El hombre que ha hecho posible que seamos felices tantas noches de fútbol, el hombre que nos ha traído, discretamente y sin aspavientos, con paciencia infinita, a los más grandes

Florentino se precipitó en 2022, ni era el lugar, ni era el mensaje, pese a tener los contratos de los socios fundadores de la Superliga firmados. Los ejecutivos del fútbol suelen ser cobardes y están convencidos que es mejor llevarse bien con las instituciones. No ven, porque no están hechos del mismo material que Florentino, que el fútbol necesita una renovación, transparencia, un plan de negocio empresarial que elimine la chusma y la corrupción. La inmensa mayoría de los dirigentes del fútbol en España y en Europa han sido condenados o salpicados por casos de corrupción. Blatter, Platini, Ceferin, Villar, Rubiales, Rocha, Subies, el ínclito Negreira… El fútbol está podrido. Corrupción o Superliga. No hay más alternativas, aunque Florentino se empeña en señalar que hay que actualizar las formas, los canales, que hay que darle más a los clubes… en el fondo la lucha es contra la corrupción ambiental, que es irrespirable, pero no es un tema para tratar en prime time en una TV en abierto. Mientras un solo dirigente del fútbol crea que le va a ir mejor navegando en este clima que arriesgando para crear una gran empresa de entretenimiento alrededor de una liga europea, se seguirá recurriendo a los torticeros tópicos de ignorantes e interesados: “el fútbol es del pueblo”, etc. ¿Qué pensarán esos mismos cuando las 115 (tal vez más ya) violaciones del Fair Play Financiero del Manchester City se salden con la prohibición de fichar en cuatro ventanas UEFA y un descuento de puntos que les permita seguir en la Premier? ¿Pensarán que se equivocaron? Ojalá, porque eso exactamente es lo que va a ocurrir. Porque al City le va bien la corrupción. ¿Porqué creen que se ha gastado cerca de 200M de euros en las últimas dos semanas? Porque sabe qué va a suceder. ¿Y por qué sabe? Porque corrupción y fútbol son sinónimos en el siglo XIX.

Ceferin

Por razones que no vienen al caso sé cómo es la experiencia de un invitado VIP de la UEFA. Sucedió en la Eurocopa de 2000. ¿Recuerdan aquél memorable partido contra Yugoslavia en el que remontamos un 3-2 en Brujas con goles de Gaizka Mendieta (qué jugador destruyó el antimadridismo ché…) y de Alfonso Pérez? Pues en la cena posterior al encuentro, dentro del estadio Jan Breydel, se produjo un capítulo bochornoso, vergonzante, pero cotidiano: la escenificación del poder y de la impunidad del corrupto Blatter se hizo más que evidente en el evento, donde los camareros para atender dos docenas de empresarios por encima de la cincuentena y otros personajes del fútbol eran jovencísimas escorts a las que (escuchado en una conversación de fondo en la recepción previa), los invitados “podían pedir lo que quisieran”. Hace casi 25 años ya de eso. Nada ha cambiado.

Blatter

Hoy un madridista de 20 años sólo ha visto a su equipo ganar, pero yo todavía recuerdo lo que lloré en 1981 con el gol de Alan Kennedy en París… y aún tuve que esperar diecisiete años más para ver a Mijatovic colocar el balón en la red de Peruzzi en Ámsterdam en lo que supuso la séptima, treinta y dos años después de la última, en blanco y negro. Lo que ha hecho Florentino en los últimos diez años está ya para siempre en la historia del fútbol mundial.

No somos del todo conscientes de la magnitud de la figura y del impacto global de Florentino Pérez. El hombre que ha hecho posible que seamos felices tantas noches de fútbol, el hombre que nos ha traído, discretamente y sin aspavientos, con paciencia infinita, a los más grandes, fueran o no promesas: Vinicius, Mbappé, Rodrygo, Bellingham, Courtois, Valverde, Camavinga, Tchouameni, Endrick, Güler. Ha sufrido reveses, la crítica del antimadridismo (tanto el de fuera como el de dentro del madridismo, que también lo hay), pero ha mostrado la determinación de quien conoce el camino, sin dudar. Y espera el momento hasta que los hechos, invariable, tozuda, tautológicamente, le dan la razón cada día.

En esta última (¿?) etapa de Florentino veremos consolidarse su legado, le veremos elegir un sucesor, tal vez le veamos convertir en accionistas a los socios del Real Madrid (de este tema tendré que hablar con él si algún día llego a conocerle personalmente), le veremos pasar a la historia del fútbol como lo hizo Bernabéu creando una nueva competición que, como aquella, nunca fue apoyada unánimemente, pero cuya universalidad hoy nadie discute. Parece mentira que tenga que ser un hombre de 77 años quien tenga que innovar, consolidar, proteger, pelear, y trabajar como está haciendo nuestro Presidente. Pero ahí está y que los dioses le protejan para que pueda terminar su obra. Sólo cabe darle las gracias y todo el apoyo que necesite para la hercúlea tarea. Florentino, el hombre vivo al que más quiero, después de mis hijos.

 

Getty Images

 

Foto del avatar
Astronauta vocacional. Nací, crecí bastante, me reproduje, y ahora estoy aquí, esperando. @williampogue1976

La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos

8 comentarios en: Florentinismo o barbarie

  1. Muy buen artículo. No estoy de acuerdo con lo de que "con Pellegrini el Madrid jugó como nunca". Jugó bastante mal. A decir verdad le quitaron a Sneijder y Robben pocos días antes de cerrar el mercado. Al año siguiente, ya con Mourinho en el banquillo, Florentino aprendió de su error (o quizás le obligara Mourinho) y ficharon a Ozil y a Di Maria justo para cubrir esas dos posiciones. Sin duda, Florentino es el mejor presidente de la historia del club junto con Bernabeu. Creo que, indiscutiblemente, es un visionario que cambió el club de arriba a abajo y lo modernizó, después del desastre de gestión económica de Mendoza y Lorenzo Sanz. Es verdad que los títulos europeos son incontestables, pero también es cierto que el Madrid juega ahora la champions todos los años y antes tenías que ser campeón de liga para eso. Es decir, la dificultad no es la misma. De hecho el Madrid actual ha sido campeón de Europa muchas veces sin que hubiera sido campeón de liga el año anterior. Para mí, el verdadero mérito de Florentino está en lo económico y empresarial, más incluso que en lo deportivo. Cristiano, el hombre que dentro del campo forjó nuestra historia reciente, no fue un fichaje de Florentino. Aún así, es evidente que también ha acertado en la mayoría de sus contrataciones (no en todas como se dice). En lo deportivo yo solo le echo en cara no haber apostado por un técnico de estilo ofensivo. Creo que tiene preferencia por entrenadores con mucha experiencia (salvo Zidane) más gestores que otra cosa, y seguramente tenga algo de razón. El Madrid siempre ha sido un club de jugadores y no de entrenadores.

    1. Pellegrini tuvo una idea de juego y fases terribles, más por desconcierto de los futbolistas que por la idea. En esa época empezaron los experimentos con las defensas.

  2. Grandísimo presidente Florentino Pérez, le he hecho críticas pero mirándolo con sus cosas buenas y malas es un lujo para el Madrid tenerlo de presidente, y más si lo comparas con otros.
    En el resto quisiera decir lo importante que fué que Lorenzo Sanz recomprara los derechos de explotación del Real Madrid que habían sido vendidos por Ramón Mendoza cuando el fútbol aún no se había disparado por los derechos de TV y que luego esos ingresos fijos que tenía el Madrid habían quedado obsoletos poco después, y una matización importante aunque pueda parecer menor, y es que el autor se refiere a "los tres equipos de origen" de Hugo Sánchez, Figo y Mijatovic como que su fichaje por el Madrid hizo crecer el antimadridismo y no, no eran los equipos de origen de esos futbolistas, esos clubes los compraron de otros clubes menores y esos jugadores para progresar en su carrera y profesión ficharon previa cantidad económica (salvo que alguno quedase libre al acabar contrato que ya no sé), igual que hicieron esos mismos jugadores cuando cambiaron esos clubes por el Madrid, solo que si quieres buscarte una excusa para ser anti lo que sea puedes ser tan hipócrita de echarle en cara al jugador y al Madrid lo que pocos años antes hizo ese mismo jugador y tú club.

    1. Cierto, pero en los tres casos se percibió como una afrenta. Florentino nunca disimuló la capacidad económica del Real Madrid y eso molestó por encima de todo lo demás. En lugar de admirar la buena gestión, la España fea se centró en la crítica. Envidia. Sin más

  3. Y siguiendo el guión: ¿a quien se le ocurrió vestir a nuestro adorado Real Madrid, con ste color?.
    Creo q es peor q el rojo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Tweets La Galerna

🎂Cumple 33 años el hombre que le enseñó a Bellingham lo que significaba «chilena», el hombre tranquilo que no flaqueará jamás ante un penalti decisivo, el gran @Lucasvazquez91

¡Felicidades!

Lamine Yamal es muy joven.

Enormemente joven.

¿Y?

#portanálisis

👉👉👉 https://www.lagalerna.com/lamine-yamal-es-muy-joven-y/

En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

👇👇👇

Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

homelistpencilcommentstwitterangle-rightspotify linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram