El Real Madrid vive acomodado en las gestas como modo de vida. Y le da igual hacerlo sobre tapetes verdes que encima del parqué. No se trata de hazañas puntuales de plantillas esporádicas, sino que responde a un intangible que caracteriza la razón de existir de toda una entidad, a la veneración por unos valores que han inspirado a la institución más exitosa del Viejo Continente deportivo desde su creación en 1902. Veinticinco entorchados europeos contemplan al club creado por el eterno Don Santiago Bernabéu (once en los aros y catorce en las porterías) y, por si eso fuera poco, con el más difícil todavía como punto de partida en cada ocasión. Rizar el rizo parece el modus vivendi de la 'Casa Blanca', una sociedad cuyo secreto ganador hace correr ríos de tinta y construir sesudas disquisiciones acerca del ADN, el carácter, la resiliencia, la fe, el esfuerzo inquebrantable, la grandeza, el compromiso y una larga serie de epítetos que siempre encajan con la idiosincrasia del escudo, pero que, por sí solos, no alcanzan a definir la condición etérea, aunque terrenal, de un espíritu admirado a escala planetaria.
Hace apenas un año, los blancos levantaban una Liga ACB descomunal frente al Barcelona, el eterno rival que el sábado se interponía entre la tropa de Concha Espina y la final de la Euroliga en el Zalgirio Arena de Kaunas, la ciudad natal de otro mito madridista de las canastas, Arvidas Romas Sabonis, 'El Zar', líder del equipo que en 1995 rompió quince años de sequía europea en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, precisamente, ante el Olympiakos, el mismo adversario al que doblegó en la ciudad del Ebro liderado entonces por el rey de los técnicos a este lado del Atlántico, el magnífico Zeljko Obradovic.
Rizar el rizo parece el modus vivendi de la 'Casa Blanca', una sociedad cuyo secreto ganador hace correr ríos de tinta y construir sesudas disquisiciones acerca del ADN, el carácter, y una larga serie de palabras que siempre encajan con la idiosincrasia del escudo, pero que, por sí solos, no alcanzan a definir la condición etérea, aunque terrenal, de un espíritu admirado a escala planetaria
Pues bien, del mismo modo que los 2,20 metros del pívot lituano, MVP de aquella inolvidable noche zaragozana, reinaron entonces, los del caboverdiano Walter Samuel Tavares da Veiga han conquistado los cielos para añadir el undécimo título continental al palmarés blanco y, de paso, apuntarse también la distinción como jugador más valioso de la gran cita, la anhelada Final Four. Sin embargo, el Real Madrid puede entender que, además de ganar este certamen, ha vuelto a hacer lo que nadie había logrado nunca: rubricar el triunfo en una Final Five, porque antes de que Sergio Llull se levantara a falta de tres segundos para anotar una 'mandarina' marca de la casa y sentenciar el título contra la formación griega, este equipo -del primero al último, de los que llevan chándal a los que visten corbata- ha tenido que superar cuatro finales previas, cuatro duelos a todo o nada, ni más ni menos que en la efervescente serie con el Partizan de Belgrado y, ya en semifinales, en un Clásico. Y todo en el corto plazo que discurre entre el 27 de abril (0-2 en Madrid ante los chicos de Obradovic) y el 21 de mayo (78-79 en el choque por el trono europeo).
La maravillosa parábola del '23' blanco, tocado por el mismo número que Michael Jordan y émulo del mito estadounidense en el sexto anillo de los Bulls contra Utah Jazz, no había anotado en todo el encuentro, un duro episodio cuando el marcador señalaba doce de ventaja para los chicos de El Pireo. Hasta ese lanzamiento, mezcla de experiencia, valor, deseo, clase, calidad y fe ciega en que para el Real Madrid no existe lo imposible, solo algunas cosas un poco más difíciles, la tropa madridista ha demostrado que se merece el mayor elogio al que se puede aspirar.
Porque el Real Madrid ha dejado claro que es un EQUIPO, no una mera adición de grandes jugadores, capaz de sobreponerse a todo agarrado al liderazgo, el carisma, la humildad, la altura humana y la excelencia técnica de Chus Mateo, un entrenador que lleva el baloncesto en las venas, que ha gestionado situaciones límite a través de la tranquilidad y la confianza en el trabajo diario y la capacidad de quienes le acompañan; que ha tenido que escuchar a muchos 'entendidos' decir que no estaba a la altura; que ha sabido ocupar el puesto del gran Pablo Laso sin estridencias; que ha demostrado la confianza en lo que hace; que no ha temblado pese a las ausencias de tres pilares como Deck, Yabusele y Poirier; que ha sabido despachar el desagradable incidente en el fragor de la batalla contra el Partizan a fuerza de sentido común; que ha dado el respaldo a Eli Ndiaye (18 años) a pecho descubierto; que ha hecho de la zona, una suerte casi extinta en el juego actual, un cuchillo de carnicero; que ha mantenido a los más experimentados ('Chacho' -37 el 12 de junio-, Llull -35-, Rudy -38-, Causeur -35-) a tono para los momentos decisivos; que ha insuflado el convencimiento a Hezonja para ser una de las claves; y, no por último, porque la justicia exige un reconocimiento mucho más extenso a Jesús Mateo Díez, todo lo anterior instalado en una especie de comunión con su compañero en el banquillo del Santiago Bernabéu, el italiano Carlo Ancelotti, paradigma de educación, prudencia, caballerosidad y.......madridismo.
los blancos han estado en ocho de las diez últimas fases decisivas de la Euroliga. Han levantado tres veces la copa. es el equipo más dominante de Europa en la última década
El estratega de Reggiolo tumbó el año pasado al Chelsea, al City, al PSG y al Liverpool, siempre aferrado a la épica. Este año se ha quedado a las puertas de la final de Estambul, aunque ha peleado hasta el último suspiro. No siempre se puede ganar. Ahora bien, solo el Real Madrid llama sin parar a la puerta de los títulos y solo el Real Madrid gana más que nadie. Los blancos han dejado por el camino al Partizan, al Barcelona y a los helenos del viejo Microlimano en este curso y han estado en ocho de las diez últimas fases decisivas de la Euroliga. Han levantado tres veces la copa (2015, 2018 y la de este domingo) desde que perdieron, también con el Olympiacos, en Londres (2013). Por detrás aparecen CSKA Moscú y Efes, con dos torneos por barba, en una lista que completan Fenerbahce, Maccabi y el propio bloque de Georgios Bartzokas. O sea, que es el equipo más dominante de Europa en la última década.
Chus Mateo ha liderado la conquista de la undécima como entrenador debutante. Antes, ha sabido extraer de la fuerza del escudo, del conocimiento, del compromiso de los suyos y de un carácter forjado a fuego por los valores del club el impulso necesario para ganar no una, sino cuatro finales oficiosas y una oficial, por cosas tan extraordinarias como la omnipresente figura de Tavares, la inacabable cuerda de la 'Vieja Guardia', la impregnación de ese carácter madridista tan indefinible a los nuevos en el grupo y, muy importante, el manejo de recursos como la zona 2-3. Son enormes sus méritos.
Tavares ha firmado un tratado de inteligencia y baloncesto, algo a lo que ha contribuido de manera determinante esa disposición defensiva zonal y el instinto de hombres como Sergio Rodríguez, una enciclopedia de recursos y un delicioso instinto natural para hacer fluir las cosas. La torre africana se perdió la mitad del primer encuentro de la eliminatoria ante el Partizan y se perdió el segundo por lesión. Pese a todo, nada le iba a detener. En el tercer lance de la eliminatoria rubricó 26 puntos y 11 rebotes para terminar con una valoración de 41; en el cuarto completó su tarjeta con 15+7 (30 créditos de nota) y, en la final, se despachó con 13+10 (20) pese a no ser su mejor prestación del recorrido hasta el trono continental. En resumen, MVP de la Final Four (Five en el caso del Madrid) y, como remate, hombre de justicia que, antes que celebrar la epopeya europea de Kaunas, reclamó reconocimiento y disculpas para el artífice de toda esta aventura: Chus Mateo.
Chus Mateo ha liderado la conquista de la undécima como entrenador debutante. Antes, ha sabido extraer de la fuerza del escudo, del conocimiento, del compromiso de los suyos y de un carácter forjado a fuego por los valores del club el impulso necesario para ganar no una, sino cuatro finales oficiosas y una oficial
El técnico madrileño, que se une al grupo de los campeones blancos de los banquillos en la entrañable Copa de Europa (Obradovic, Pedro Ferrándiz, Lolo Sáinz, Pablo Laso y el pionero Joaquín Hernández en 1964), puede disfrutar de un equipo que, marcado por ese gen indefinible que eleva por encima del resto al Real Madrid, aún seguía sobre el parqué del Zalgirio Arena y ya avisaban de sus intenciones sin llegar siquiera a saborear tan magna ocasión: la Liga ACB también está en el objetivo. Así se ha forjado la leyenda madridista. Parece irreal, pero es así. El Real Madrid es insaciable.
Posdata: NO AL RACISMO.
Es una pena que no me guste el baloncesto (no lo aguanto, lo siento, nobody is perfect). Pero, como madridista que soy, sigo los resultados del equipo. Y agradezco y reconozco la tremenda hazaña que han realizado estos chicos. No diga épica, diga Real Madrid.
¡Enhorabuena! ¡Y gracias por hacer más grande la leyenda Real Madrid!
Me apetece destacar el papel del equipo que por la mañana se proclamó campeón de Europa en la categoría U-18. Este equipo del Real Madrid, dirigido por Javier Juárez, dio unos momentos muy felices a la afición blanca durante estos días de la competición. Especialmente el día que se batió , de manera avasalladora, al farça y al siguiente en la final.
Hay dos jugadores que están en la mente de todos. Jan Vide y Hugo González. Tienen unas facultades maravillosas para esto del baloncesto.
Puestos diferentes y estilos diferentes. No sé si llegarán a lo más alto ni tampoco cuáles son los planes del Real Madrid al respecto. Jugar en el Real Madrid está caro y hay vacas sagradas que se lo han ganado a base de trabajo y talento. Pero la obligación del club es hacer la transición adecuada . Mateo Spagnolo está curtiéndose en Italia...Jan Vide...es un jugador muy interesante que el Real Madrid debe seguir con atención. Tiene una cabeza espectacular , no me refiero al tamaño. Hugo González ,por edad . podríá seguir en la categoría junior. Los entrenadores sabrán que es lo más conveniente para seguir la progresión. Espero.
Lo de los mayores , luego, fue la hostia en verso ( nos los debe don Jesús, por cierto).