Fiesta infantil

Las legañas de los domingos son especialmente contumaces, razón por la cual nos ha costado confirmar en las portadas que hoy juega el Madrid un nuevo partido de Liga. Los niños lo han puesto todo perdido y se hace difícil encontrar cada cosa en su sitio, o al menos en el sitio que lo habíamos dejado la pasada noche. Son la alegría de la casa estos niños, aunque ya saben que no es bueno reírles siempre las gracias, que les das la mano y te cogen el brazo, te pintan las paredes y te llenan las portadas con sus cosas. Angelitos.

Qué risas en Can Barça. Apoteosis del buen rollo en la aldea del Arce, o en el país multicolor donde había una abeja bajo el sol, qué más da. Es todo como aquel arcoíris que servía de tobogán a los osos amorosos, tal vez llamados Luis, Ney y Leo, tres inocentes personajes infantiles que acumulan más portadas riéndose que Bárcenas con gesto adusto. Quiénes somos nosotros para importunarles con cosas de adultos, con jueces y fiscales, con contratos y declaraciones de Hacienda. Dejemos que jueguen en el parque todo lo que quieran. No rompamos la magia que Mundo Deportivo sabe crear tan bien para que los niños del mundo duerman en paz y sueñen con un mundo sin maldad y sin presidentes imputados o denunciados por espionaje empresarial. Cantemos a coro en esta realidad paralela, mullida y esponjosa. Bienvenidos a la fábrica de chocolate.

Ney -también conocido como el hijo del padre de Neymar Jr.- es un alma cándida, amigos galernautas. Por eso nos extraña mucho que Sport haya decidido mostrárnoslo esta mañana con cierto gesto de burla. No puede ser. Debe de ser una atolondrada percepción nuestra, tal vez motivada por aquello que decíamos de las legañas dominicales.

En realidad quien se burla de nosotros no es el jugador blaugrana, sino Sport, y eso ya nos extraña muchísimo (pero mucho de verdad, no saben ustedes cuánto, tal vez infinito que tiende a cero). "Zidane se rinde a Neymar". Toma ya. ¿No oyen los matasuegras y las risas enlatadas? Ya no hay duda de que ha empezado el carnaval y lo ha hecho por todo lo alto con esta portada, perfecto trasunto de una canción de murga o chirigota. Los niños tienen estas cosas. No saben medir a veces dónde está el límite de la gracia y dónde comienza aquello de tener la gracia en el culo. Qué risas en la redacción de Sport anoche con el photoshop desatado y el rigor bajo mínimos. Bah, el rigor, ¿qué será eso? Hacemos un periódico, no una investigación en células madre, así que saca el güisqui, cheli, para el personal, que vamo hasé una portada guapa ahí y tal. Neymar parece señalar a Zidane mientras se descojona. "Semos peligrosos", que decía Makinavaja. Tal vez también pelín patéticos, pero la vida es una sola.

Más serias vienen las portadas madrileñas, ocupándose al detalle del partido que el Madrid juega esta tarde en Granada, pero todo lo contrario. Hemos dicho que hoy los niños eran los protagonistas, y si hay un niño oficialmente niño en nuestro fútbol ese es Fernando Torres. (Por cierto, ¿hasta cuándo será niño? ¿No es tal apodo en el fondo un lastre a medida que los años pasan? Qué cosas). Creemos que Marca y As se refieren al mismo Fernando Torres relegado a la grada del Calderón como no convocado, y también al mismo Fernando Torres a quien su entrenador -Diego Pablo "peligrosamente preparada" Simeone- le ha dicho que se busque equipo la temporada próxima, pero viendo hoy las portadas de Madrid, vamos a tener que confirmar si efectivamente se trata del mismo jugador.

En todo caso, aunque sea el mismo, los datos que apuntamos quedan en suspenso ante el gol número 100 del niño. Si en Can Barça son capaces de crearse un mundo de ilusión y algodones de azúcar, no iba a ser menos el entorno colchonero, tan bien acondicionado por lo que solo un desinformado (o un malintencionado) puede seguir llamando Central Lechera. Que suelten los confeti. Hasta Simeone está de fiesta con el gol de Torres. Que su regreso al Atleti haya sido un tanto decepcionante -no digamos fracaso, que los niños se nos asustan- pasa a un segundo plano. A ver si creen ustedes que estamos hablando de un jugador del Madrid, una leyenda blanca que es maltratada por un entrenador impío y por su olvidadizo club de origen, a quien tanto ha dado. Nada que ver, queridos galernautas. Ya decía Ortega que no hay hechos sino interpretaciones, y aquí hablamos por tanto de un niño, y como tal hemos de tratarle. Además, su club es el equipo del pueblo, y ya decíamos al principio que todo es alegría, canción y sonrisa en la aldea del Arce, sea culé o rojiblanca. No nos sean ustedes tristes y únanse a la fiesta de disfraces. Hay caretas de sobra.