Cuidado, que mojan

Buenos días. Qué Liga, amigos, qué Liga. Qué noche la de aquella Liga. El aniversario que celebramos es el de un campeonato cuyo título sus responsables y hacedores han convertido en una gesta casi inigualable para el Real Madrid. Cada vez con mayor dificultad, con mayores y añadidos obstáculos, este torneo se cierne sobre nosotros rearmado sibilinamente. Aquel triunfo incontestable, emocionante, imparable, tejido a conciencia por José Mourinho, homenajeado hoy en nuestras páginas por Sergio Arellano, cabe recordarlo hoy y para siempre cada año casi como si de un 4 de julio en USA se tratara: un momento fundacional.

Pero, por desgracia, tenemos también que decirles que estamos preocupados por ciertas humedades que hemos visto arriba, en el techo, en la esquina de la derecha.

“LAUTARO SE MOJA”, amics. Y no crean que es una cosa circunstancial. Pepe Kollins ha descubierto una tendencia ciertamente rijosa en los diarios cataculés. Un patrón. En Mundo Deportivo, y en Sport, se mojan todos, constantemente. Casi podríamos decir que no es tendencia sino obsesión, sicalipsis diría uno a todas luces. Hoy “Lautaro se moja”, pero es que ya antes, por ejemplo, Messi se MOJÓ por Valverde del mismo modo que pedían, en Mundo Deportivo, que Neymar se mojara por el Barsa. “Mojar”, dicho como suena. “El Barsa se moja”, “Valverde no se moja por Neymar”, “Bartomeu se moja por Valverde”, “El Barsa se moja por el derecho a decidir”, “Rakitic se moja por Dembelé”, “Neymar se moja... por el Amazonas”, “Bartomeu ni se moja ni se mancha”, “Pablo Iglesias se moja a ratos”, son algunas de las remojadas voluptuosas que se han repartido en los últimos tiempos entre Sport y Mundo Deportivo.

Qué curiosa psicosis. Después de haber descubierto esta manía, no podemos dejar de imaginarnos a Ernest Folch, Xavier Mascaró y a Santi Nolla parando en una gasolinera con su descapotable una bonita mañana de sábado como la de hoy, al ritmo de Wham, para acabar rociándose sensualmente los unos a los otros igual que en Zoolander, pero sin el final macabro, por supuesto.

Este mojar cataculé habrá que añadirlo al enciclopédico Ciclo Kármico del fichaje del Barsa. Es como una gotera sensorial. En Sport y Mundo Deportivo suspiran por mojarse. Cuerpos mojados, camisetas, Rakitics, Neymares y Messis. Todos mojados. Todo mojado, húmedo. Que tenga cuidado Jadón Sancho porque ya han puesto sus ojos en él.

En As, que son más de secano, de silla plegable en verano a la puerta de casa para ver pasar a la gente por las tardes, miran en esta ocasión al Madrid con dramatismo de sala de espera del médico. Contándonos todos sus padecimientos como si fueran de vida o muerte. Un poco menos de dramatismo no le haría mucha mella a su estilo y sí a la racionalidad de sus lectores, pero quizá esto no les interese. Qué negatividad, oigan, que alarmismo tertuliano. Que sí, que hay que vender jugadores, ya lo sabemos, hombre, pero hablen de ello con propiedad. Que no parezca esto un dolor en vez de una gestión porque es lo que es, una gestión por hacer; y en esto de las gestiones, estimados señores apostados a la puerta abierta de su casa con cortinillas de tiras de plástico, el Real Madrid, como en muchas otras cosas, es un excelente modelo a seguir.

Volvemos a Marca y a la entrevista a Mourinho, al día de Mourinho, que es hoy, para terminar. El Madrid de los récords de puntos y de goles. El Madrid de los 100 puntos y de los 121 goles. Pero más que esto, el Madrid que volvía a ser el mejor equipo del mundo como aquel Madrid de la Quinta en el 88, con todo por hacer y no por acabar. Aquello fue un amanecer mundial y lo de Eindhoven un ocaso europeo y aquí estamos hoy, con el fuego encendido desde entonces, procurando que no nos lo mojen, sobre todo los del 2º Dcha., con sus pequeñas lujurias íntimas.

Pasad un buen día.