Un 21 de julio de 2005 anunció el Real Madrid el fichaje de Robson de Souza, Robinho. Una operación cocinada a fuego lento por el club blanco y que pasó por diversas dificultades siempre planteadas por el presidente de Santos, Marcelo Teixeira, que no puso las cosas nada fáciles para el trasvase del jugador brasileño.
La primera noticia del interés del equipo madridista por Robinho surgió en febrero de 2003. Por entonces, el objetivo principal de Florentino Pérez era un Kaká que brillaba en el Sao Paulo y había dejado detalles grandiosos en el partido Real Madrid – Selección FIFA de la conmemoración del centenario blanco el 18/12/2002. Como otras opciones, José Félix Díaz en MARCA hablaba de Robinho y Diego, ambos del Santos.
A finales del año 2003 la expectación creció cuando se pudo ver a Robinho en Europa en un partido para recaudar fondos para la pobreza entre los Amigos de Ronaldo y los Amigos de Zidane en Ginebra. Allí, Robinho ya tuvo contactos con buena parte de la plantilla merengue y buscó fotos con diferentes miembros galácticos como Beckham.
Un año más tarde, entre noviembre y diciembre de 2004 la operación comenzó a calentarse. Los medios madrileños hablaban de que el Real Madrid había conseguido una opción preferencial sobre el central Luizao y pretendía realizar lo mismo con Robinho. Para ello, José Ángel Sánchez se reunió con Juan Figger, uno de los agentes del brasileño. Por su parte, el otro representante de Robinho, Wagner Ribeiro, indicaba que el precio para un traspaso era de unos 20 millones de dólares y que “el jugador quiere jugar en el Madrid”. Sin embargo, también metía prisa a los capitalinos puesto que tenía a otros pretendientes como el Chelsea, el PSV, el Benfica o el Atlético de Madrid, que mandó un ojeador para verlo in situ.
La gran competencia por su firma metió prisa al Real Madrid, que aceleró la operación para cerrar un acuerdo con el jugador. En algún momento se pensó en su fichaje de cara al mercado invernal y una cesión del jugador, pero Robinho descartó esa fórmula de forma categórica. Y es que el cuadro blanco no tenía fichas disponibles para más extracomunitarios al contar con Walter Samuel, Ronaldo y Roberto Carlos.
Un 21 de julio de 2005 anunció el Real Madrid el fichaje de Robinho. Una operación cocinada a fuego lento por el club blanco y que pasó por diversas dificultades siempre planteadas por el presidente de Santos, Marcelo Teixeira, que no puso las cosas nada fáciles
A mediados del mes de noviembre una preocupante noticia paralizó cualquier negociación. Desde Brasil llegó la información del secuestro de la madre de Robinho. Dos individuos la raptaron en una casa de Sao Paulo y durante varios días no hubo ningún contacto de los secuestradores. El jugador lo pasó realmente mal, sufrió un ataque de nervios y debieron sedarle. Por suerte, tras 41 días de secuestro la madre del jugador, Marina da Silva Souza, fue liberada tras el pago de un rescate.
En diciembre el Real Madrid dio el paso definitivo para hacerse con el sí de Robinho y cerrar los términos personales del acuerdo con el futbolista. Figer y Ribeiro viajaron a la capital de España para tratar un principio de acuerdo entre club y futbolista llegándose a hablar de un contrato por cinco campañas. Así, los blancos se adelantaron a Chelsea, PSV, Benfica y un Oporto que también se sumó a última hora en busca del fichaje.
En la Navidad de 2005 en uno de los clásicos bolos que disputan jugadores brasileños durante sus vacaciones se vio a Robinho compartiendo terreno de juego con Roberto Carlos. El lateral izquierdo animaba a su compatriota a llegar al Madrid y además declaraba que su próxima nacionalización española le haría un hueco en la plantilla. “Es un jugador con un potencial enorme; no tiene techo y puede aportar mucho. Con él la gente se va a divertir.” dijo el tres, mientras que Ronaldo se sumó también al apoyo comentando que “Tiene una clase extraordinaria y sus regates son un auténtico espectáculo”. La prensa brasileña o técnicos como Parreira y Zagallo abogaban por el salto del jugador a Europa si quería convertirse en el mejor del mundo.
Llegó 2005 y aún faltaba lo más relevante, que era concretar un acuerdo total con Santos para su traspaso. Y no fue una tarea nada sencilla. Los meses pasaron y pese a que había conversaciones el conjunto brasileño no quería vender y el presidente, Marcelo Teixeira, se cerraba en banda porque quería mantener a Robinho en el cuadro santista hasta las elecciones presidenciales de diciembre o incluso hasta el Mundial de Alemania. El acelerón por parte merengue se produjo a finales de junio, cuando concretó la cantidad que desembolsaría por su fichaje: entre 20 y 25 millones de euros. Además, mandó un ultimátum a Santos que fue trasladado por Ribeiro a Teixeira: el Madrid solo esperará 10 días.
Fue entonces cuando Robinho tomó cartas en el asunto y dio un paso clave para lograr desbloquear la situación. El jugador —que estaba como loco por jugar con los ‘Galácticos’ y marcharse de Brasil tras el secuestro de su madre— dejó de entrenarse y de jugar con el Santos explicando que “no puedo trabajar, solo tengo la cabeza en el Real Madrid”. Incluso en AS se publicó que el futbolista amenazó a Santos con llevar el caso a la FIFA. El 4 de julio el futbolista tomó la palabra en una rueda de prensa donde confesó de forma pública que quería irse del Santos y firmar por los blancos.
Robinho tomó cartas en el asunto y dio un paso clave para lograr desbloquear la situación. dejó de entrenarse y de jugar con el Santos explicando que “no puedo trabajar, solo tengo la cabeza en el Real Madrid”
El club santista y su presidente enfurecieron tras las palabras de Robinho y estaban dispuestos a ir la guerra con los blancos metiendo de por medio a la FIFA, pero con el paso de las horas se fueron acabando los argumentos para mantener al brasileño en sus filas. A mediados de mes se reanudaron las negociaciones entre ambos clubes para firmar la paz y obtener una salida beneficiosa para todas las partes. Florentino tranquilizaba: “Robinho vendrá seguro”. Mientras, Tomás Roncero en AS detallaba la oferta madridista de 22 millones con un Santos había rebajado sus pretensiones a 27. El 21 de julio, el Real Madrid anunció en su web que abonaba parte de la cláusula del futbolista en un comunicado que rezaba así: “El Real Madrid ha hecho entrega, en Río de Janeiro, a la Confederación Brasileña de Fútbol, para su remisión a Santos Futebol Clube, de los instrumentos de pago adecuados para hacer efectivo el importe en que está valorada la participación del club brasileño (un 60 por ciento) en la transferencia a un club extranjero de los derechos deportivos del jugador de fútbol Robson de Souza, Robinho, según el contrato de trabajo vigente entre el Santos y Robinho”. Ese 60% suponía 24,5 millones de euros mientras que el 40% restante correspondía a jugador y representante. Robinho decidió renunciar a cobrar su parte.
Teixeira tardó cuatro días más en dar su brazo a torcer, aceptar las condiciones del Real Madrid y asumir la marcha de su estrella. Casi un mes después, Robinho viajó a la capital, asistió a su presentación en el Santiago Bernabéu y se estrenó oficialmente con la camiseta blanca en un partido liguero contra el Cádiz dejando un debut inolvidable.
Getty Images.
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