El traspaso de Iván Zamorano al Real Madrid se cerró el 1 de julio de 1992 tras llegar a un acuerdo económico el conjunto blanco con el Sevilla. Concluía así una larga operación de la que se habían escrito varios capítulos los meses anteriores. El delantero se convertía en el primer jugador chileno de la historia del club, que más de cuatro décadas antes se quedó cerca de fichar a una de las estrellas de La Roja en aquel momento: George Robledo.
La temporada 1991-92 fue la última en el cuadro madridista de una leyenda de la institución: Hugo Sánchez. El mexicano, poco antes de terminar el curso, ya presentía que iba a ser el último año con la camiseta blanca y en el club andaban buscando un sucesor para el formidable ariete. La prensa filtró varios nombres, pero el que acabó encajando en tiempo y dinero fue Iván Zamorano, que había gustado en sus dos campañas por Sevilla.
El traspaso de Iván Zamorano al Real Madrid se cerró el 1 de julio de 1992. El delantero se convertía en el primer jugador chileno de la historia del club
Su edad de 24 años gustaba en Chamartín, aunque también había otros pretendientes del nueve en España y en el calcio italiano. En un principio parecía que iba a ser un mano a mano entre Real Madrid y Barça por su fichaje, pero los blaugranas se retiraron de la lucha para fichar a Romario un año después. El Atlético de Madrid fue otro de los clubes que también movió pieza en los meses de primavera porque era un jugador del gusto de Jesús Gil.
Iván Zamorano, originario de Maipú (Santiago de Chile), nació el 18 de enero de 1967 y se formó en Cobresal tras ser rechazado por Colo Colo. En el cuadro minero empezó su carrera profesional y en 1988 cruzó el océano para firmar por el St. Gallen suizo. El Sevilla lo fichó en 1990 y pronto asombró en el fútbol español. El chileno era un delantero centro con buen físico, olfato de gol, intuición para colocarse en el área, chispa, arrojo y sobre todo un remate de cabeza muy poderoso, en parte gracias a su potente salto.
Zamorano era un delantero centro con buen físico, olfato de gol, intuición para colocarse en el área, chispa, arrojo y sobre todo un remate de cabeza muy poderoso
Las primeras noticias del interés blanco por Zamorano aparecieron en el mes de diciembre de 1991. El delantero tuvo una soberbia actuación en el Vicente Calderón con dos tantos al Atlético de Madrid y José Antonio Camacho, miembro del cuadro técnico madridista que espió en varias ocasiones al jugador en el Sánchez Pizjuán, realizó un informe en el que decía que un ariete rematador explotaría en el área los múltiples centros que hacen desde la banda Michel, Chendo o Gordillo. “El Madrid está interesado en todos los jugadores que le puedan ser útiles”, comentó el exfutbolista. Además, según contaba Alejandro Delmás en AS, el chileno cambió de agente y sustituyó a Vinicio Fioranelli por Alberto Toldrá, un hombre bien visto en la entidad capitalina que ya trabajaba con otros jugadores madridistas como Luis Enrique y Villarroya.
Pocos días antes de terminar el año 1991, Zamorano confirmó el interés en sus servicios de Real Madrid y Barça, explicando que confiaba en cumplir su contrato en el Sevilla que finalizaba en la temporada 1993-94 porque “en la actualidad me debo al Sevilla y sigo jugando sin problemas en el club andaluz”, pero advirtiendo que ambos clubes podrían estar dispuestos a pagar 10 millones de dólares por el traspaso: “no quiero elegir entre el Real Madrid o el Barcelona, ya que junto con el Atlético de Madrid, son los mejores equipos de España”. También tuvo unas palabras tras sus comparaciones con Hugo Sánchez: “Quizá en temperamento nos parecemos un poco, pero somos diferentes. Solo tenemos en común el gol, que lo llevamos en la sangre”.
Luis Cuervas, a comienzos de 1992, quiso dejar clara la postura del Sevilla afirmando que “quien quiera a Zamorano lo tiene muy fácil. Debe pagar los mil millones que figuran en su cláusula de rescisión. El Sevilla no está dispuesto a vender jugadores. Sin embargo, el representante del futbolista, fechas más tarde, concretamente en marzo, según publicó el diario MARCA, explicó que habían leído el contrato “y en este, por lo que observamos, no hay cláusula, aun así, ni Iván ni yo hemos pensado zanjar nuestra ligazón con el Sevilla a través de Magistratura. No se nos pasa por la cabeza”. También a mediados de enero, el diario MARCA informaba de un fuerte interés de la Juventus por el chileno. Los italianos no tendrían problema en desembolsar la cláusula íntegra, pero les faltaba hablar con el delantero.
Zamorano: "Hugo Sánchez y yo solo tenemos en común el gol, que lo llevamos en la sangre"
Mientras tanto, el Real Madrid proseguía con el seguimiento estrecho del jugador y, con Camacho ya fuera de la entidad y entrenando al Rayo, el encargado de ir a Sevilla a ver en directo a ‘Bam Bam’ era Paco Gento. Zamorano tampoco era el único goleador que interesaba en la casa blanca, que daba muchas vueltas al nombre del sucesor de Hugo Sánchez. En el diario AS publicaron en el mes de febrero una lista de delanteros interesantes para los blancos que, además del chileno, incluía al argentino Batistuta, al holandés Bergkamp, al suizo Chapuisat, al ruso Kiriakov, al francés Papin, al uruguayo Fonseca y hasta al búlgaro que militaba en el Barça Hristo Stoichkov.
Unas declaraciones de Zamorano a El País levantaron una gran polvareda sobre todo en Hugo Sánchez. El chileno, el 21 de marzo, confirmó las negociaciones entre el Real Madrid y el Sevilla: “Las conversaciones van muy adelantadas y puede haber un acuerdo en los próximos días”. Todo esto mosqueó a Hugo Sánchez, al que el asunto no le olía bien. En la portada del diario AS, el 24 de marzo, aparecieron unas rotundas declaraciones del mexicano en las que decía que “si el Madrid está negociando con el chileno, me están faltando al respeto”.
‘El Manito’ añadía que “no lo he escuchado de forma concreta para tener la seguridad de que se estuviera haciendo airada y abiertamente. Si lo están haciendo los despachos, muy bien, pero si se hace públicamente no estarían respetando la marcha del equipo y si va directamente relacionado hacia mi persona no me estaría respetando. No quiero hablar de eso porque, si no me respetan, tampoco respetaría yo. Si no me respeta el club, claro que olería mal”.
En las mismas páginas de aquella edición, el periódico deportivo también habló Zamorano, que reculó respecto a lo expresado apenas 72 horas antes. El chileno se declaró “un cheque al portador”, y referente al conjunto blanco manifestó que “todo lo que se habla de mi posible traspaso al Madrid, se lo digo sinceramente, no me quita el sueño. Claro está que me gustaría jugar en el Madrid, pero de momento no hay nada. Si llega algo antes del mes de junio, bienvenido sea”. También explicó que “se interesan por mí un equipo italiano y, al parecer, el Barça”. Por su parte, Luis Cuervas volvía a la carga explicando un día después en Diario 16 que hay cláusula de rescisión de 1.000 millones: “Existe, está depositada en la Liga, y lo demás son tonterías”.
La prensa filtró varios nombres, pero el que acabó encajando en tiempo y dinero fue Iván Zamorano, que había gustado en sus dos campañas por Sevilla
Entre los meses de abril y mayo de 1992 el ariete chileno pareció alejarse del Real Madrid. Primero, el Sevilla buscó ampliar su contrato. Y, en segundo lugar, apareció en la carrera por su fichaje el Atlético de Madrid. MARCA, el 17 de abril, informaba de una reunión del presidente Luis Cuervas junto a José María del Nido con Alberto Toldrá para atar al chileno y convertirlo en un buque insignia del club. La intención era subir los años del contrato de Zamorano, que finalizaba en 1994, y realizarle una mejora salarial sustancial. Mientras que el interés colchonero lo adelantó AS un mes más tarde. A Jesús Gil le gustaba el delantero y era íntimo amigo de Cuervas. Los rojiblancos buscaban un golpe de efecto para la siguiente temporada y, además del chileno, también habían puesto el ojo en un Martín Vázquez al que le buscaban salida en el Torino. En la entidad madridista Mendoza no se ponía nervioso y confirmaba que los blancos tenían otros objetivos también para el delantero. El presidente en Tele5 declaró haber hablado del chileno con Cuervas en un ascensor en la sede de la Liga, pero “yo debo estar atento a las disponibilidades del club. Zamorano no vale más de 300 o 400 millones, pero el problema es que Luis Cuervas piensa que tiene en él al mejor jugador del mundo. Nos puede servir si no saliese lo de Klinsmann, pero nunca por más de ese precio, porque se trata de un jugador trabajador, pero irregular, y, por ejemplo, inferior a Santillana. Si yo fuese el Sevilla y me dieran 450 millones por él no me lo pensaría, pero pensar en 600 o 700 es imposible”.
El desenlace del caso Zamorano entró en su recta final en el mes de junio y su futuro cada día que pasaba tenía más color blanco. Las distancias entre lo que pedían los sevillistas y lo que ofrecía el Real Madrid se iba acortando. Mendoza y Toldrá se reunieron el día 9 y los madridistas ya habían descartado a Klinsmann. La razón era la salida del técnico Beenhakker, que era el principal valedor del refuerzo del alemán. El nuevo entrenador de la casa blanca sería Benito Floro, al que le encajaba Zamorano como ariete de su equipo porque era un rematador puro. En una táctica de la negociación, Ramón Mendoza filtró el interés por Pizzi a finales de mes para presionar a Luis Cuervas e intentar bajar en varios millones el precio total del chileno.
Los dos presidentes acordaron un traspaso de 500 millones de pesetas y ningún jugador, pese a que surgieron varios nombres en las últimas horas como el de Luis Enrique. El contrato de ‘Bam Bam’ sería por cuatro temporadas a razón de 125 millones por cada una de ellas
La fumata blanca tuvo lugar el día 1 de julio. Los dos presidentes acordaron un traspaso de 500 millones de pesetas y ningún jugador, pese a que surgieron varios nombres en las últimas horas como el de Luis Enrique. El contrato de ‘Bam Bam’ sería por cuatro temporadas a razón de 125 millones por cada una de ellas, y desde Chile realizó sus primeras declaraciones: “Se ha cumplido uno de mis mayores deseos, la ilusión más grande de mi vida. Me voy de un gran club, el Sevilla, para entrar en uno de los mejores de Europa”. Respecto a ser el sucesor de Hugo Sánchez explicó que “yo no iré a sustituir a Hugo. Soy Iván Zamorano. Todos sabemos lo que Hugo Sánchez ha representado en el Real Madrid, pero yo espero hacerlo mucho mejor que él”.
También MARCA se hizo eco de unas palabras de su madre reconociendo que “Madrid es una ciudad donde vamos a vivir muy bien”.
El día 12 de julio regresó Zamorano de su país para la presentación y los exámenes médicos con el club blanco. En Barajas fue recibido por una multitud de periodistas que buscaron sus declaraciones. Zamorano elogió a Butragueño del que dijo que “jugar al lado de Emilio será perfecto para mí”. También habló de su nuevo técnico pensando que su sistema de juego “me favorece” y que la razón de su fichaje por los blancos es “para hacer goles”.
Un día después pasó las pruebas médicas del Doctor Neira en la clínica La Fraternidad que constaron de análisis de sangre y orina, electrocardiograma, ecocardiograma y radiografías de espalda, pubis, rodillas, tobillos y pies. A falta de los resultados de las analíticas, el Doctor constató que “no hemos encontrado nada anormal”.
La presentación oficial del chileno en el Santiago Bernabéu fue el día 14 de julio. Un centenar de aficionados estuvieron presentes en las gradas y casi ochenta medios de comunicación se acreditaron en el estadio capitalino. Acompañado de Ramón Mendoza en el césped, de nuevo Zamorano en la rueda de prensa posterior confesó sus ganas de triunfar y aseguró asumir el “reto y la responsabilidad de los goles. Sé que será difícil, pero ofrezco fuerza, ganas y juventud”. En lo concerniente a sus características de juego afirmó que “mi mayor virtud es el juego de cabeza, pero con los pies tampoco soy tonto”.
Las cuatro campañas que firmó en su contrato fueron el total de su estancia madridista. Dejó un buen recuerdo a la parroquia blanca, sobre todo por su gran curso 1994-95 en el que marcó 28 tantos en Liga, fue Pichichi y resultó clave para que el Real Madrid volviese a conquistar la Liga tras cuatro temporadas de sequía. Además, como merengue también levantó una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa Iberoamericana. Sus estadísticas totales fueron de 174 partidos oficiales y 101 goles.
Fotografías: archivo de Alberto Cosín.
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Dos años buenos y dos malos intercalados los de Zamorano en el Madrid, al final fué de los damnificados por el plan Renove del Madrid para la temporada 96-97 que se llevó tb a Michel, Laudrup y otros más. Llegaba Capello al banquillo y a su vez primera temporada con la nueva ley Bosman.