La RAE define triquiñuela como “rodeo, efugio, artería” siendo una acepción de esta última, “amaño, astucia que se emplea para algún fin”.
Llevada esta definición al siempre complejo (y para algunos imaginativo) mundo de la Contabilidad, no queda otra que afirmar que, al menos, pulcro no se está siendo con los números en el FC Barcelona. Pero esto no es nuevo, tiene un pasado y tiene un porqué.
Vaya por delante que cuando se recurre a triquiñuelas contables o a las famosas ingenierías negociales (sic) de Sandro Rosell, se intenta tapar un agujero económico dando una patada a seguir.
Primero porque recurrir a estos subterfugios económicos puede ser legal, de hecho las triquiñuelas de las que voy a hablar lo son (no así la ingeniería negocial del fichaje de Neymar) pero sobre todo porque pocos o ninguno te van a rebatir o a apretar pidiendo alguna explicación. Por supuesto nunca la prensa, ya que hay muchas tripas agradecidas que han de seguir comiendo y, además, hoy casi todo es clickbait. Investigar y contrastar no se lleva. Algunos medios prefieren seguir contando con los ingresos por las promociones de los clubes y a muchos otros, les valen los ingresos por pinchazo y sólo venden porquería.
Y luego por los socios de los clubes. Sólo conozco uno en Can Barça (en el Real hay más casos) que denunciara, Jordi Cases, que tuvo que aguantar de todo. Tan mal le fue que acabó retirando la demanda ante las presiones sufridas que terminaron con una carta firmada por el propio Bartomeu en el que le “agradecía su decisión debido a la inexistencia de conducta con relevancia penal y perjuicio para el club”. Nadie le echó en cara esta mentira a Bartomeu aunque el caso terminara con el Barça reconociendo la comisión de dos delitos fiscales. Y todavía queda el caso Neymar 2 que sigue en periodo de instrucción.
Escribía que todo tiene un pasado. En este caso son dos. El primero, la implantación del Fair Play Financiero por parte de la UEFA que venía a poner coto a los desmanes de los clubes. Aunque no a todos ya que en Qatar el Jeque sigue montando a camello con la tranquilidad del que se escapó por la gatera de una argucia procesal que, para mayor inri, no fue mérito de sus caros abogados sino de los de la UEFA a los que se “les pasó” el periodo para recurrir. Alucinante es poco. A los meses de este vergonzante cierre en falso, la casualidad quiso que Al-Khelaifi fuese nombrado miembro del Comité Ejecutivo de la UEFA. Los aficionados nos la tenemos que tragar pero, ¿y los clubes por qué permiten esto?
Y segundo, Bartomeu le debe (casi) todo en el Barça a Sandro Rosell. Es cierto que, al igual que Rosell, llegó al club con Laporta pero fue Rosell el que le nombró vicepresidente deportivo, cargo que sigue ocupando hoy. Es el máximo responsable del área deportiva y el responsable último, como presidente, de las cuentas del club. Y esta es la clave de bóveda del asunto, las cuentas. Rosell demandó a Laporta por unas pérdidas durante su gestión, demanda que dejó morir el club en octubre de 2014 cuando no fue admitida a pesar de reconocer en un comunicado que el juez había visto las mismas perdidas que ellos denunciaron. Bartomeu la dejó morir porque Rosell ya no presidía el club por haber dimitido por el escándalo del fichaje de Neymar.
Y con el fichaje Neymar empezó todo. Fue un logro basado en la “ingeniería negocial” como defendió el propio Rosell en un comunicado a raíz de un informe de la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Dos semanas más tarde presentó su dimisión irrevocable sorpresivamente, ¿por qué si según él todo se hizo de forma legal?. Porque no lo era y corría peligro. Hoy es casi imposible saber el coste real del fichaje de Neymar pero entre traspaso, comisiones, multas y demás, debe andar cerca de los 150 millones € que dijo Florentino que hubiera supuesto su contratación. Y lo que todavía queda por juzgarse puede aumentar más si cabe esta cifra.
Pero como todo sistema para jugar con las cartas marcadas requiere perfeccionamiento a base de prueba y error, y vista que la adulteración de un fichaje vía partición de contratos conlleva delitos (y otra condena al club por delito fiscal podría acarrear su desaparición), toca encontrar otro subterfugio. Legal aparentemente y que suponga el mismo resultado, tapar la descabalgada deuda dando una patada a seguir para que lo pague otro. Así surgieron las “triquiñuelas contables”.
De la primera que se tiene constancia fue el trueque Cillessen-Neto. A pocos días del cierre contable anual, 30 de junio, el Valencia y el Barça llegaban a un acuerdo para el trueque de ambos porteros. Hasta aquí todo normal, lo estrafalario fueron los valores contables de ambos así como las condiciones de los supuestos traspasos. Ambos jugadores tenían unos valores para la web de referencia de Transfermarkt de 18 millones € .
Pues el Barça tasó la venta de Cillessen en 35 millones € (quinto portero más caro de la historia) y la compra de Neto en 26 millones € más 9 en variables (décimo más caro de la historia) firmando para los próximos 4 años. Este trueque permitió arrojar al club culé un beneficio contable de 35 millones € menos la amortización pendiente.
El fichaje de Cillessen tuvo un coste de 13 millones € más 2 en variables firmando para cinco años. Contando que se cumplieran esas variables, la amortización pendiente por los dos años de contrato que le restaban era de 6 millones €.
Aún computando el pago de Neto en la temporada anterior, no es lo habitual, 26 millones € más 9 por 4 años igual a 8.75 millones € anuales, lo que permitiría arrojar con este trueque un beneficio contable de 20.25 millones €. ¡20 millones €!
Podría parecer una cantidad irrisoria para un club que facturó 990 millones €. La gravedad es que el club declaró un resultado neto positivo de 4.5 millones € la temporada pasada, por lo que sin esos 20 millones € de beneficio contable por un infladísimo trueque, el club habría arrojado unas pérdidas de más de 15 millones €, lo que hubiera conllevado automáticamente la ejecución del aval de esta directiva. ¿Ven la gravedad del asunto?. Pues le animo querido lector a que eche las cuentas del resto de ventas que hizo el club a toda prisa en junio del año pasado antes del cierre contable del día 30. Cardona, André Gómes, Denis Suárez. Situación económica muy muy delicada.
Rota la veda y visto el gran beneficio de la jugada, el club blaugrana ha perdido todo el pudor. Aunque los valores de Neto y Cillessen fueron del doble de su valor real, en un alarde de ingenuidad podrían tener un pase al estar viviendo el fútbol un mercado tan inflaccionado como el actual. Pero en enero de este año las caretas de la pulcritud y el decoro económico y contable han volado de Can Barça con dos trueques a cada cual más surrealista.
Explicaré ambas operaciones y ustedes elijan cuál es la más vergonzante. Para mí esta primera. El 25 de enero se hacía oficial un trueque entre Barça y Juventus. El delantero Alejandro Marqués, canterano del Barça B (valor en libros 0€ por ser canterano) recalaba en el equipo transalpino por 8.2 millones de € por 4 años. Mathias Pereira (que jugó como cedido en el Dijon francés hasta enero) recalaba en el Barça como cedido hasta el 30 de junio a cambio de 200.000€ con opción de compra obligatoria por 8 millones €. Como buen trueque que se precie ambas operaciones tuvieron el mismo valor. Lo surrealista es el valor de mercado de ambos jugadores según Transfermarkt, 300 mil € Marqués y 1.5 millones € Pereira. Se tasó la venta del canterano en ¡25 veces su valor!
El beneficio contable del Barça será de 8.2 millones menos la amortización anual que tenga que pagar por Matheus Pereira, cuyo fichaje se hará oficial por 4 o 5 años antes del 30 junio, por lo que no será menor a los 6 millones € esta temporada. Sencillamente impúdico por un canterano cuyo valor en el mejor de los casos no supera el millón de €.
No conforme con lo anterior, el club blaugrana hacía oficial en los dos últimos días de mercado la incorporación del Trincao del Braga por 31 millones € y la cesión del delantero canterano (valor en libros 0€) Abel Ruiz al club portugués hasta junio con una opción de compra obligatoria por 8 millones €. Por supuesto nada que objetar a la apuesta por Trincao, jugador joven con muy buena pinta, los que han chirriado otra vez son los números ya que Abel Ruiz tenía un valor según Transfermarkt de 3 millones € y Trincao de 9 millones €.
Especialmente llamativa es la plusvalía contable del Barça para esta temporada con esta operación que será de 8 millones € por el que fuera delantero del Barça B. Lo que sumado a la anterior triquiñuela permitirá sanear las cuentas de esta temporada en no menos de 14 millones €. Como escribí antes, podría parecer irrisoria esta cantidad pero si se cumple el presupuesto presentado para esta temporada, el Barça ingresará 1.047 millones € con un beneficio de 14 millones €. Curiosamente los mismos 14 millones € que va a ingresar por estas dos triquiñuelas contables. ¿Casualidad?.
No es intención criticar las valoraciones de los jugadores, seguro que Vinícius o Rodrygo por citar algunos ejemplos tendrían el día del anuncio de su fichaje por el Real valoraciones muy bajas en Transfermarkt. Su rendimiento ha incrementado su valor en dicha página especializada hasta lo que se pagó por ellos. Sólo el rendimiento dará o quitará razones a estas valoraciones. Tanto Cillessen (del que ya hay dudas en Valencia) como Neto siguen teniendo el mismo valor que el día de su inflado trueque. Lo que se critica es el uso de estas triquiñuelas contables para salvar ficticiamente las perdidas económicas.
Que como ha quedado acreditado anteriormente el club blaugrana la temporada pasada las hubiera dado pero en cambio pudo dar beneficios por la triquiñuela Cillessen-Neto y apostaría duros contra pesetas que el Barça volverá a salvar las cuentas y posibles pérdidas esta temporada con estas dos últimas triquiñuelas de enero y quién sabe si con alguna más.
Amén de la gravedad de la economía del Barça, es más que notorio el deterioro de su proyecto futbolístico. El lema La Masía no se toca pasó a mejor vida con la venta incesante de canteranos. Plantilla muy corta, 21 fichas contando a Riqui Puig y con 8 jugadores que superan los 30 años (25 el Real con 7 jugadores con 30+), 9 cedidos (por 13 del Real) y que sin hacer uso de estas triquiñuelas contables, poco rendimiento económico van a sacar parece con la excepción de Petri. Pero lo más sorprendente es que con Luís Suárez lesionado desde diciembre para lo que queda de campeonato, hayan vendido este enero a los dos delanteros del Barça B y que por la lesión de gravedad de Dembélé han tenido que pagar la cláusula de rescisión de Braithwaite del Leganés.
NdA: Por si algún lector se lo pregunta, los otros clubes, Valencia, Juventus y Braga les convienen estas triquiñuelas por lo mismo que al Barça, las plusvalías contables con las que poder tapar posibles pérdidas económicas.
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Una auditoría de cuentas destaparía y obligaría a hacer los ajustes correspondientes para revertir las "triquiñuelas".
Pues todas las triquiñuelas, pero ese equipo ingresa por Messi. Es su fuente de ingresos, y ni con toda la promoción que se le hace les basta para tener unas cuentas saneadas y parcheadas con trucos y créditos. Ahora este artículo se olvida del impacto que va a tener en su economía el dineral que se va a dejar de ingresar este año por TV, taquillas, patrocinadores, abonos, etc. a raíz del COVID-19, por lo que la situación del VARsa va a ser excepcionalmente mala al final del ejercidio económico.
Desgraciadamente el farça tiene patente de corso y refinanciación continuada. Ficha y ficha y vuelve a fichar. A la vez que sube y sube y vuelve a subir el salario del petiso.
¿ Auditorías ?. Será que quien cobra al hacerlas no procurará naquillar la cara del pagador. Tenemos en mente balances tremendamente desvirtuados y falseados que , al cabo de años y en algunos casos, se han demostrado fraudulentos y contrarios a ley. Significando sanciones e , incluso, la desaparición en la práctica de esas, teóricamente, reputadas y mastodónticas sociedades dedicadas a las Auditorías.
Si de facto estás en pérdidas, llega un momento en que de facto te vas al guano, escribas lo que escribas en los libros, a menos que rectifiques tu conducta. Pero es que van a más. Se la van a pegar bien gorda.
El farça en su salsa, todo son triquiñuelas, ardides o, directamente, trampas, estafas y fraudes.
Digo yo que cuando el maquillaje no pueda ocultar la realidad, saldrá la Generalitat a solucionarles el problemita (con dinero de los españoles). Para eso hacen bastante propaganda del nazi-onalismo
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