En La Galerna decimos mucho que Rafael Nadal es el Madrid del tenis. Claro que es bien diferente todo si partimos de lo bien diferentes que son ambos deportes. Tras su reciente triunfo en Roma, un periodista le preguntó cómo trabaja su mente, y el tenista español le respondió que saliendo a la pista sin quejarse a pesar de los dolores y de los problemas. Habló de actitud y de pasión. Y de no frustrarse y de no ser “demasiado negativo”.
Me sorprendo a mí mismo pensando que un futbolista del Real Madrid dice algo similar en una rueda de prensa. Supongo que porque son deportes bien diferentes. Y supongo que por esto también caigo en la cuenta de que a veces decimos que Nadal es el Madrid del tenis, pero nunca decimos que el Madrid es el Nadal del fútbol.
Yo miro a Nadal y siempre he visto a un profesional admirable durante toda su carrera. Si multiplicamos sus quince años en lo más alto por 11 futbolistas (por igualar), nos salen más de cien que son los que tiene el Madrid. No es fácil que un grupo sea modélico. No, desde luego, como una sola persona.
Pero el caso es que hoy, divagando en estos términos, imagino a Nadal (el Madrid del tenis) como Nadal (no hay metáfora mejor) y al Madrid como a la pandilla de adolescentes que me he encontrado esta mañana, sentados en un banco al solecito, en la esquina de Castelló con Ayala. Es raro, pero ha sido Nadal quién me ha ayudado a reconocerlos.
Esos chavales estaban en el recreo e iban bien vestidos y peinados a la moda. Tenían un bronceado suave, elegante y delicado. Un bronceado de solecito que no es el moreno de currante de Nadal, que va por ahí con una marca blanca en la frente, que contrasta con el resto de su piel curtida al sol. Al sol, no al solecito.
Nadal sale con pasión a trabajar a la intemperie, yo lo he visto, como he visto salir con medio desgana a trabajar a medio Real Madrid. Esto supongo que también es porque son deportes bien diferentes. Si ustedes han visto alguna vez entrenar a Nadal habrán visto a un hombre concentrado que se emplea con una hermosa intensidad desde que llega hasta que se va.
Porque son deportes bien diferentes, supongo, la intensidad de los entrenamientos de los futbolistas del Madrid (no la de todos, por supuesto) se parece a la de Nadal tanto como yo a David Beckham, del que, por cierto, se decía que entrenaba muy bien.
Yo he visto entrenar pocas veces a los jugadores del Madrid, pero un futbolista que sale a jugar como Marco Asensio no debe de entrenar demasiado bien. Y es muy posible que me equivoque (y en ese caso pido disculpas anticipadas a Marco, al que aún le guardo fe) porque el tenis y el fútbol son bien diferentes.
Lo mismo pienso de Marcelo, el maravilloso Marcelo. Yo pienso que Marcelo tiene que haber entrenado mal viendo su desempeño esta temporada. ¿Habrá entrenado bien Courtois?, me pregunto. Y me respondo mal. Nadal puede jugar de forma irreconocible (pocas veces). Fallar golpes, jugar con escasas fuerzas. Puede estar demasiado dolorido, pero se ve, se trasluce, cómo entrena.
Esto es muy emocionante porque Nadal va buscando siempre mejorar por medio de una suerte de estoicismo, del optimismo, de la seriedad, de la paciencia o de la honestidad, fundamentalmente consigo mismo. A mí me gustaría que los jugadores del Madrid practicasen estas virtudes cuya ausencia quizá sea más notable en medio del desastre.
Esas virtudes personales se transmiten al aficionado. A Nadal nunca se le pita porque no hay razones. Nadie lo siente así. Todo el mundo sabe (sin saberlo) que ha hecho todo lo posible para ganar, aunque pierda. Debe de ser porque son deportes bien diferentes, pero a los jugadores del Madrid se les pita (jamás defenderé esto ni con la mejor de las razones para hacerlo), además de por otras causas, porque se sospecha que no han hecho todo lo posible.
Es como trabajar al sol y estar al solecito. Esta mañana, a unos metros más allá de los colegiales solazándose en el banco, había un hombre taladrando la calzada. Es curioso como a veces confundimos tantas cosas a pesar de que son bien diferentes.
Discrepo:
1) A Nadal no se le pita porque practica un deporte minoritario respecto al fútbol (e incluso el baloncesto).
2) Nadal también ha tenido baches de juego y de forma física, como todo hijo de vecino, y no ha sido siempre número 1
3) No hace falta sugerir malos entrenamientos de algunos jugadores del RMCF para "cuadrar" el paralelismo con el bueno de Rafa (denostar a unos para ensalzar a otro)
4) Estoy convencido de que Rafael Nadal, mi paisano, torcería el morro y negaría la plana mayor: seguramente diría algo así como "No se me debe poner de ejemplo ante el Real Madrid, es el Real Madrid mi mayor y mejor ejemplo, el espejo ante el que me miro y me ayuda a esforzarme y superarme, es justo al revés". Seguro.
Quizás, estimado y admirado Mario de mis entretelas (es verdad), no ha sido este tu mejor artículo (que siendo en mi humilde opinión de los menos buenos, supera con creces las cretineces habituales de "la mejor prensa deportiva del mundo"). Un abrazo discrepante pero cálido, Mario.
Pues yo no discrepo. Tampoco es muy comparable por el hecho de que Nadal siempre es y será Nadal, y los jugadores del Madrid hoy pueden ser del Leganés y mañana del Manchester. Nadal es uno de los mejores jugadores de la historia, y comparar a un individuo con un grupo no es demasiado pertinente.
Lo que sí es cierto es que he visto al Madrid esta temporada seguir un ciclo perpetuo: Partido bueno ganado - relajación - partido malo perdido (casi garantizado con la "ayuda" arbitral) - nerviosismo - partido malo ganado - confianza - partido bueno ganado - relajación - partido malo perdido, etc... Cuando llegó el momento clave (semifinal de copa ante el Barsa) se perdió 0-3 en casa en un partido parecido al que el Barsa tuvo contra el Liverpool. Es decir, mucha suerte ante un equipo que fue muy superior. Pero se cumplió una máxima: si te acostumbras a que, cuando puedes, no quieres, llega el momento en que quieres, pero no puedes.
Ese partido ante el Barsa fue probablemente en el que más ganas e intensidad he visto poner a los nuestros esta temporada. El Barsa no existió, salvo dos golpes de suerte, y una última ocasión ante un equipo ya vencido. Pero ya nos tocó la moral y el físico ya venía tocado desde el partido de waterpolo en el campo del Levante (con la prensa ayudando al hacer un escándalo del señalamiento de nada menos que dos penaltis, uno de ellos dudoso -para ellos, para mí fue claro). Así acabamos de hundirnos en el partido de liga y en el del Ajax.
Yo a Zidane le habría puesto una condición innegociable: tras la poca profesionalidad mostrada, Isco debe abandonar el equipo.
Pues sí y con rotundidad, como bien señala el autor "Es curioso como a veces confundimos tantas cosas a pesar de que son bien diferentes."
Buen artículo!
Me parece que si la plantilla del Real Madrid, se empleara solamente la mitad que Nadal en los entrenamientos no habría quien parara al equipo. Pues aunque tuviera alguno un mal día, al ser 11, lo suplirían con los demás, por no hablar de que existe la posibilidad de hacer cambios).
El problema de la plantilla es que no tienen la mentalidad de Nadal (minuto que no entrene, minuto que alguno de mis rivales aprovechará para comerme la tostada). Sus calidad les permite ganar sobradamente, pero no tienen la mentalidad para sobreponerse al mínimo contratiempo.
Un jugador de futbol al que le he visto una actitud similar es a Cristiano Ronaldo. Y eso, y estar en el Madrid, le ha llevado a ganar los premios al mejor jugador por delante de Messi (que técnicamente es mejor).
Un problema añadido del Madrid es que, existen determinados jugadores titulares indiscutibles, bien por servicios anteriormente prestados, bien por sueldo, bien por lo que sea.
Esto impide a otros jugadores de la plantilla que están en mejores condiciones ser de la partida, lo que les desmotiva llevándoles a no esforzarse.
Y esto es aplicable a la inmensa mayoría de jugadores de futbol de primer nivel. La calidad no sirve de mucho si no se tiene una mentalidad fuerte (solamente hay que ver el caso de Ronaldinho, que de haberse centrado en el futbol y en estar en forma no hubiera existido Messi ni Cristiano a nivel de premios).
Lo que tiene Nadal es un tío que llama a las cosas por su nombre, que lo tiene aterrizado con los pies en el suelo, que ha contribuido a educarle bien y que le mantiene focalizado en su trabajo.
Si todos tuvieran (tuviéramos) un tío Toni...