Esperando a Godot

Suponemos que también será por el calor, pero las portadas no ayudan a superar la languidez que nos invade, este desmayo, este desencanto como de sobremesa que nos domina nada más despertar. Se repite mucho nuestra prensa deportiva; ha tomado apenas dos o tres pretextos para pasar el verano y que nos sea aún más soporífero y fatal. O tal vez su intención ya sea autoparódica y reflexiva, casi propia del teatro del absurdo, y entonces ya merezcan las portadas algún premio literario de altura, por su existencial tragicomedia de cada día. En definitiva, nos parece que solo puede haber dos explicaciones: o basta un niño de cuatro años para confeccionar las portadas, o el niño de cuatro años ha leído a Beckett, Ionesco y Mihura.

Así que asómbrense, porque De Gea es el protagonista de la portada de Marca. De Gea, otra vez De Gea. Que está fichado, pero no; que está a punto de viajar a Madrid, pero aún no ha reservado el billete; que ha puesto en venta su casa de Manchester, pero la inmobiliaria ya tal; que está encantado con la idea de volver a España, pero la abuela fuma; que Van Gaal ha asumido su marcha, pero hoy "torpedea el fichaje", porque el holandés -como reza el viejo chascarrillo- es "siempre negativo" (léase más con 'f' que con 'v'). Ya puestos, en defensa de la indudable frescura humorística que demuestra Marca, hubiéramos agradecido algún "condemor" como subtítulo, o tal vez un "no puedor", para así caer postrados definitivamente en el sofá, mientras nuestra cara dibuja una mueca de risa espantosa que ni el mismísimo Joker. En fin. De Gea cual Godot, y nosotros desparramados y expectantes, incapaces de mayor acción que la hipnótica lectura de la portada de Marca.

Pero sigan asombrados, porque As opta por Ramos como trasunto de su cada vez menos soterrada lucha contra Florentino. Sí, Sergio Ramos. Suponemos que les suena: un central sevillano que juega (y, sí amigos, es capitán) en el Madrid, héroe de la Décima, formidable cuando asume sus límites, y causa de enojo y goles en contra cuando su autoestima se excede. Si De Gea viene pero no termina de venir, Ramos se va pero no termina de irse. Otro Godot, pero a la inversa. Por si al final (que llegue ya el final, pedimos desde el sofá, casi con lágrimas de impotencia) se acaba yendo Ramos del Madrid, As nos cuenta que es "el líder de Benítez". Y claro, sería intolerable que un jugador "imprescindible" se fuera, sería toda una afrenta para el nuevo entrenador, que, recién llegado, ya comenzaría a ser perjudicado por las turbias injerencias del lado oscuro florentinesco. Portada preventiva la de As, portada no de hoy, sino del día que Ramos se vaya; aunque, bien mirado, es la misma portada de todos los días, el mismo vagar existencial, la misma náusea.

Para completar la redundancia del día y ya no levantar cabeza hasta que mañana se repita lo mismo, la prensa catalana no para de fichar. Teníamos entendido que el Barcelona había sido sancionado (pedimos perdón a los niños por tan terrible golpe), pero Sport Deportivo hace oídos sordos a tal asunto y plantea cada día una especie de huelga de fichajes a la japonesa. Que no podemos fichar, pues fichamos a todos los jugadores que queramos todos los días. Sobre todo a Pogba, que ha viajado a Barcelona más que De Gea a Madrid. Pogba debe de tener ya cinco casas en la Ciudad Condal, hablar catalán mejor que Aznar y Pilar Rahola y conocer al dedillo toda la discografía de Serrat. En plena coherencia con esta vorágine de contrataciones, Bartomeu anuncia que "vamos a fichar a alguien del perfil de Xavi", no sabemos si para poner en duda su juego durante años, para supervisar el departamento de jardinería del club o para, por fin, en simposio de expertos politólogos, explicarnos las razones de los pitos a los símbolos españoles.

Nota. Que salga ya la marmota Phil y nos diga, por clemencia, cuánto más va a durar este verano.