Los blancos salieron bastante precisos en pases y regates, culminando esas buenas sensaciones con una clara ocasión para Vinicius. Luego la Real echó el resto, añadiendo a la calidad de su noruego la de Merino y Oyarzábal un despliegue físico que le dio media hora de predominio por lo demás infructuoso, pues la finura de Isak no se vio correspondida por asistencias a su altura. Entretanto un Real dominado llegaba siempre más profundo cuando conseguía distenderse, y suyos fueron también los últimos minutos de esa parte.
La segunda se abrió con la enésima exhibición de Vinicius, esta vez terminada en penalti, donde volvió a demostrar que su irrupción suspende el tiempo, como si nos tocase a todos quedar estupefactos ante semejante fuerza de la naturaleza. Aunque no pertenezca al orden de lo portentoso, volví a disfrutar con el dinamismo de Carvajal, un carrilero capaz de amenazar igual el minuto 40 que en el 85, pues lleva un par de partidos pasando y regateando mejor, tornándose casi tan difícil de sustituir como Casemiro. Valverde mejora mucho si puede cortar y construir, en vez de ocupar la posición de extremo derecho, como esta noche le permitió la presencia de James, llamado a vagar desde allí al resto del ataque con una marcha menos que la mayoría, porque no en vano jugó su último partido excelente vistiendo la camiseta del Bayern y en el Bernabéu, hace la tira de años. Su aspecto es inalterable, en contraste con la variedad de peinados cultivada por muchos colegas; pero algo dejó de marchar más adentro, donde se marcan las diferencias, y me parece insuficiente para alinearle “estar entre los 23 de la plantilla”; Isco, por ejemplo, le supera con mucho en rodaje.
De hecho, si tomamos en cuenta lo que viene haciendo Marcelo, y lo que en efecto hizo, comprendemos que ande ostensiblemente furioso consigo mismo. Como ignorar esas manifestaciones de impotencia antepone la antigüedad al rendimiento, veremos qué acaba ocurriendo con un jugador tan simpático, eximio y decisivo para el Real en tantas ocasiones. De ahí comprender al míster cuando le alinea, aunque se diría prudente reservarlo para lances menos dramáticos que recuperar el liderato. Tampoco sería justo, por último, omitir que no dar una a derechas tuvo como muy honrosa excepción el pase a Vinicius terminado en pena máxima.
Ramos ha llegado a ser un implacable ejecutor de estos castigos, y si la banda derecha no hubiera seguido siendo un coladero el partido estaba acabado, con una Real cansada y al tiempo desazonada por no haber forzado una sola intervención de Courtois. Mucho más de lo mismo se impuso tras el mazazo del segundo gol, cuando quedaba más de un cuarto de hora y la perspectiva era encajar otros dos, con el Real nadando a favor de la corriente y menos asfixiado por el esfuerzo. De hecho, la enésima reconfirmación de Benzema, no solo como media punta sino como ariete sugería rematar la faena haciendo de inmediato los tres cambios; pero Zidane no le dio importancia a dos o tres balones entregados en vez de luchados –cómo no, por la banda derecha-, y al poco del obús anulado a Yanuzai llegaron otros centros desde dicha banda, uno de los cuales premió la incansable brega de Merino con la oportunidad de ensayar otro bombazo, esta vez casi a quemarropa.
Ya tenía la noche seis minutos de puro suspense, un género que goza de gran favor cuando no desborda el marco de la ficción. Y un equipo exhausto dejó de estarlo, haciéndonos pensar que el liderato podía volver a perderse. El gol anulado y el concedido demostraron que el pesimismo de Piqué podría reconducirse a ayudas del equipo arbitral, y en eso sin duda andarán los dispuestos al amarillismo. Sin embargo, me parece mucho más honrado esperar al término de la Liga, y reunir las objeciones y parabienes debidos al var. Yo tengo unas cuantas objeciones a su nanometría, y alguna propuesta constructiva, pero me parece hacer trampa ir seleccionando decisiones buenas o malas, Por ahora diría que el Madrid se merece lo que ha ido ganando, con mayor o menos contundencia, y en todo caso queda un trecho considerable por recorrer. Iremos viendo, con más o menos pulcritud según a quién le toque.
Fotografías Getty Images.
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Brillante
El pase de Marcelo a Vinicius vale el precio de cualquier entrada. Pero lo cierto es que nos jugamos la liga, James y Marcelo deben descansar todo lo posible.
Isco, que yo sepa, está lesionado. A mí James no me disgustó, trabajó bien, y con él la pelota se movió con bastante fluidez.
Vinicius si es desequilibrante, pero como no mejore en la última decisión, me temo que no romperá como crack definitivamente. Y en eso estoy un poco pesimista. Que Vinicius no tiene gol hoy por hoy, es una realidad. Por mucho que el gol ante el Barca fuera muy importante.
Pero bueno, hoy toca disfrutar de la recuperación del liderato, y esperemos que siga así hasta el final de la jornada 38.
Muy sensato todo lo escrito en este articulo. Excelente.
El Real Madrid sin tantas luces como quisieramos y con algunas sombras esta mereciendo ganar La Liga. Posiblemente influye el bajo nivel del FCB y el ATM pero tambien este es un Madrid en transicion post CR7 donde busca afianzar a los jovenes y sacar el mejor rendimiento posible de los veteranos. Un crack en esta epoca de crisis se ve dificil pero de formar parte del plan para la 20-21.
Un Saludo,