Que los diarios de hoy en papel de Sport y Mundo Deportivo no salgan con el Barçagate en portada y ni siquiera haya mención alguna, es la perfecta representación de lo que lleva ocurriendo en Barcelona desde hace años. Yo pensaba que esta vez no tendrían más remedio que reconocer los hechos. Sin embargo, reconozco que el blanqueamiento con que la mayoría de periodistas del régimen está tratando el asunto, me ha sorprendido. Iluso de mí, no creía yo que esta vez fueran a hablar de “Plaza y el Real Madrid”, que iban a afirmar que “a lo mejor el Barca ha tirado el dinero y ha pagado para nada”, que “Enríquez Negreira no tenía ninguna influencia en las designaciones arbitrales”, que “es indignante que la gente ponga en tela de juicio la honradez arbitral, que una cosa es lo que Negreira le prometió al Barcelona y otra cosa es lo que pudiera hacer”, que “el Madrid también tenía a Mejía Dávila” o que “500.000€ al año no es tanto para unos informes si tenemos en cuenta todo lo que se mueve en el Fútbol”.
Presidente imputado tras presidente imputado, engaño contable tras engaño contable, periodista comprado tras periodista comprado, palanca tras palanca. El tratamiento de los medios catalanes de todos y cada uno de los escándalos es más propio de Goebbels que de un medio de comunicación medianamente serio. ¿Os imagináis esto en Madrid y un medio madridista como “La Galerna” callado ante tan graves hechos? No sólo la respuesta es “no”; seguramente se hubiera impulsado y alentado una investigación profunda.
Además, también es destacable la tibieza con la que muchos medios nacionales han tratado estos escándalos. Parece que es difícil escapar al poder del magnate de la comunicación, propietario de Media Pro y de facto “socio capitalista” del Barca, Jaume Roures.
Por otro lado, es sorprendente la nula crítica por parte de los socios y aficionados del club a toda la acumulación de escándalos. Cuesta imaginarse que una masa social como la del Real Madrid o la de cualquier equipo, practicara el silencio administrativo ante hechos tan graves y numerosos. Y la pregunta que inmediatamente me hago es… ¿Por qué ellos actúan de forma diferente a como lo haríamos nosotros? ¿Por qué se callan? ¿Por qué creen que no denunciar estos escándalos es bueno para su club? ¿Por qué? (léase con acento portugués).
En mi opinión, la rivalidad histórica entre Barcelona y Madrid, que antes era principalmente futbolística, se ha ido intensificando y politizando poco a poco desde el independentismo catalán, que la ha convertido en un icono de sus ansias separatistas. Esto ha ido calando en toda la masa social, no sólo en los independentistas, aunque sea de forma involuntaria e inconsciente. Todo vale con ganar al Madrid. Ese creerse por encima de la justicia, ese “todo vale”, se han trasladado al club de fútbol. No es casualidad que casi todos los presidentes (no incluimos al absuelto Rosell) hayan sido imputados judicialmente por motivos diversos. Las evidentes y continuas manipulaciones en los estados contables de la entidad, con el único objetivo de intentar salvar el presente, aunque ello suponga poner al club en riesgo en el futuro, es un claro ejemplo. ¿Qué club serio incrementa la masa salarial en 200 millones de €, cuando debe hacer justo lo contrario? Esta es la razón por la que han decidido no vender a jugadores bien cotizados como Pedri, Gavi, Balde o Araujo, lo que les daría cierto alivio financiero, al menos temporal. Cualquier otro club serio sí lo haría. Y la masa social culé ha permanecido callada.
Obviamente los medios ejercen una influencia en la opinión pública. Sin embargo, debido a los condicionantes sociales y políticos comentados, dudo mucho que esta anestesia general de la afición ante situaciones tan graves se diera en otros clubes, incluso con una prensa actuando de la misma manera goebbeliana.
Al final, medios, socios y aficionados son completamente responsables de lo que está pasando y de las consecuencias. Serán culpables de la conversión del club en sociedad anónima. La pregunta no es si esto sucederá sino cuándo. No están libres de ninguna culpa y su silencio les convierte en co-partícipes. No sólo eso, mucho me temo que cuando los socios no tengan más remedio que ceder la propiedad del club a un estado como Arabia o Catar, brindarán con cava porque por fin tendrán el dinero para competir con el equipo de la capital.
Pues Daniel, la respuesta es clara y dolorosa, la catalana es una sociedad enferma, envenenada por un complejo de inferioridad existencial que se desarrolla en todos los ámbitos. Hasta que no haya castigo no habrá consecuencias, y sin las consecuencias es difícil que el pensamiento único se resquebraje. Solo un descenso de categoría o la pérdida de títulos podría provocar una catarsis (cura de humildad y toma de conciencia de la realidad), cualquier otra cosa tan solo servirá para avivar la enfermedad.
Deberíamos dejar de hablar y de escribir “indepedencia” e “independentistas”. Cataluña, nunca en toda la Historia ha sido una nación por lo cual, lo que exigen algunos de sus políticos y ciudadanos es la separación, la secesión del resto de España. Son separatistas, no independentistas.
Extraordinario artículo. De pe a pa. La explicación es la respuesta exacta.