La vichyssoise de Eriksen

El parón liguero provocado por los partidos de selecciones nos introduce en una época anodina y espesa. Época de ayuno y abstinencia, en la que no tenemos nada con que aliviar nuestra ansia de fútbol de verdad (el de selecciones no parece que sacie nuestra avidez). Los diarios deportivos acusan esta escasez y vienen mustios, escuálidos, desangelados. Quizá la prensa sólo debería aparecer cuando haya algo que contar: es lógico que se haga una tirada para informar de que unos aviones japoneses han bombardeado Pearl Harbour, de que el señor Fleming ha descubierto la penicilina o de que ha llegado a Sanlúcar la nao Victoria, salida de Sevilla tres años antes; pero la mayor parte de los días podían ahorrarse el gasto en papel y en tinta (creo que fue Ernesto Sábato el primero que lo propuso).

Con la prensa deportiva sucede lo mismo, agravado por la estrechez de su mundo, y así los cuatro jinetes de la poca leche nos sirven hoy un menú de vigilia estricta, sin carne ni pescado; sin vino, café ni licor.

Marca muda en Lecturas o Diez Minutos, y nos cuenta los chismorreos clásicos: que si el Real Madrid va a fichar a Fulano o a Mengano (esta vez le toca a Eriksen, protagonista habitual entre el marujeo) o que si Messi se anduvo planteando irse de España por lo mal que le trataban aquí. Nada que no se solucione con una renovación del contrato, que ya estará redactando Bartomeu.

El otro diario madrileño ofrece una portada que es casi un clon de la de Marca: Eriksen nos apunta con su brazo en escorzo, como si posase para un cartel de “I want you for the Army”. No nos parecería mal que el centrocampista danés se uniese a nuestras filas en el mercado de invierno, es más, muchos en La Galerna nos alegraríamos de reforzar al equipo con ese fichaje, pero no somos tan ingenuos como para fiar nuestra esperanza a los anuncios que haga la prensa local, tal es su (des)crédito.

Los diarios catalanes ofician un día más de palmeros de su idolatrado Leo, a quien dedican portadas como ofrendas votivas para implorar que no les deje tirados. Siempre Messi, confiesa Mundo Deportivo. Si algo tienen estos periódicos es lo previsibles y reconocibles que son.

En el barbecho futbolístico queda hueco para dar cuenta de la muerte de Andrés Gimeno, uno de los primeros grandes tenistas españoles (junto a los Manolos, Santana y Orantes), cuando España padecía tortícolis mirando al otro lado de los Pirineos. Los cuatro diarios lo recogen discretamente en sus portadas, y la galerna no lo olvida. Descanse en paz.

El portanálisis también se resiente de la escasez de noticias: comentar las portadas del día es como hacer la crítica gastronómica de una vichyssoise, que aparte de decir que está fría y no sabe a nada, poco se puede añadir. Sólo cabe subrayar que mueve a melancolía, reduce la felicidad, alimenta pensamientos negativos (es lo único que puede alimentar esa sopa frígida) y enciende el deseo de que sirvan pronto un buen asado, chuletón, bacalao o algún otro manjar con enjundia. Eso nos sucede a nosotros con la dieta rigurosa que nos vemos obligados a seguir en esta época penitencial, que estamos deseando que vuelva el fútbol de verdad, que regrese el Real Madrid.